Concurso de fics del foro Sun Moon
Titulo: Qué eres para mí
Autor: Rukialove del Foro Sun Moon
Raiting : PG + 18
Language: Spanish
¿Qué eres para mí?
La desolada soledad siempre había estado con él, desde la muerte de su madre, siempre se había sentido responsable de todo lo que le ocurría a las personas de su alrededor, y con ella no era la excepción...
Nunca había pensado en ver a Rukia enferma o demasiado grave como para tener que reposar, era una shinigami y seguro que podía curarse en un momento, pero el sentimiento de culpa volvía a él.
-Me pregunto cual de los dos será el más fuerte.-el espada con aquella sonrisa irónica en sus labios y sus manos en sus bolsillos miraba a cada uno de los shinigamis, aquel shinigami sustituto de pelo naranja, y aquella shinigami de ojos azules.
La energía espiritual de su adversario aumentaba por momentos, un mal presentimiento en forma de escalofrío recorrió el cuerpo de Rukia.
-¡¡Ichigo ten cuidado!!-su grito no sirvió de nada, ya que Grimmjow había atravesado su abdomen en un pequeño descuido de alertar al shinigami sustituto.
-¡¡Rukia!!!-gritó horrorizado al ver como al caer al suelo su cuerpo iba dejando una gran mancha de sangre.
La impotencia de aquel momento le había recordado a aquel diecisiete de junio, de hace nueve años, cuando había perdido a su querida madre, sentía el mismo sentimiento y una gran ira con quien había causado sus heridas y consigo mismo por no haberla protegido. Aquella noche había sido una de las peores de su vida, ver a la morena así le causaba un gran dolor, era su compañera de batallas, con la que luchaba espalda contra espalda, su amiga, su enana, era la persona que había cambiado su mundo.
-Ya he terminado, Kuchiki-san se recuperará muy pronto-sonrió la pelinaranja, miró a Ichigo, su mirada de preocupación estaba en la pequeña shinigami. Inoue no pudo mirar esa escena y miró hacia otro lado, sentía su corazón quebrarse..
Aquellos le hizo pensar en todo lo que había vivido con la ojiazul hasta ese mismo momento, era un pequeño análisis mental de sus sentimientos hacia ella, hasta que llegó a la pregunta que menos esperaba ¿Qué es ella para mí?, ¿Una amiga? , ¿Una compañera de batallas?, ¿Una enana que le sacaba de quicio?.
-Sólo pienso en tonterías..
Ichigo subía las escaleras de su casa tranquilamente aunque con cierta rapidez en sus pasos, aquella noche no le había permitido dormir en el armario, no era tan insensible de dejarla así , y no hablar más del tema, se encontraba enfrente de aquella habitación, más bien su habitación que destacaba, por su número quince en la puerta, tomó el pomo de la puerta y entró con tranquilidad, la oscuridad sucumbía en la habitación, encendió su lámpara de estudio y la miró se encontraba enfrente de su cama, y en ella se encontraba aquella persona que le daba tantos quebraderos de cabeza, la miró durante unos segundos, con su habitual ceño fruncido, la morena se encontraba con los ojos cerrados y tapada hasta la cintura, habían sido grave sus heridas, un día de descanso le vendría de perlas, aunque se extrañaba por aquellos escalofríos que tenía, por eso la última vez que salió de la habitación, la había tapado hasta la cintura, como se encontraba ahora.
-Idiota..sólo haces que me preocupe-susurró metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, volvió a mirarla y decidió tumbarse a su lado mirando cada detalle de aquella pequeña shinigami, sus grandes ojos que ahora se encontraban cerrados, su piel tan blanca como la nieve, que parecía ser tan suave como la de un bebé, su menudo cuerpo que a pesar de ser pequeño y meterse con ella, le parecía perfecto, aquella pregunta volvió a su mente ¿Qué es ella para mí?, estaba demasiado concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que ella había cambiado de postura, para mirarle, se encontraba despierta.
-Vaya, Kurosaki-kun aun se siente culpable por eso viene a verme.-susurró en aquel silencio que había en la habitación.
Ichigo movió su cabeza, para toparse con sus ojos azules, él frunció el ceño al haber escuchado aquel “tono” que siempre ponía y que tanto le desagradaba.
-Yo no me siento culpable, sólo estoy harto de que te metas en líos-frunció más su ceño.
La shinigami le miró con ternura.
-No eres el causante de mis heridas-le susurró, mientras con sus delicadas manos acariciaba un poco la almohada.-ha sido culpa mía.
-¡Claro que ha sido culpa tuya!, si no fueras una enana tan despistada y estúpida no estarías ahora para el arrastre-le gritó en tono enfadado.
Sus facciones de ternura fueron desapareciendo formando las facciones de enfado, no aguanto más y le gritó.
-¡Eres un descerebrado!, sólo quería evitar que te hirieran ¡Imbécil!
El pelinaranja la cogió de la ropa y la miró de forma retadora a la vez que enfadado.
-¡Pues no quiero que te preocupes por mí!
En sus ojos se podía ver una mirada retadora, sus miradas peleaban entre sí, hasta que su pequeña discursión desapareció, el pelinaranja apoyó su mano en su cabeza mientras la miraba.
-Entonces ya te encuentras bien ¿No?
-¡Eres un pesado!
Su mirada se volvió a tornar seria, lentamente fue quedando más cerca de ella, se acercaba poco a poco con lentitud.
-¿Qué haces, descerebrado?
Aquella discursión le había hecho recapacitar, aquella pregunta volvió a resonar en su mente, el poder haberla perdido pareció estrujar su corazón hasta causarle el mayor de los dolores ¿Que era para él?
-Para mí..eres una apreciada nakama-su mirada quedó tapada con la almohada-no quiero que te pase nada, porque no quiero que me dejes-susurró
Rukia escuchaba sus palabras, parecía travarse, no era capaz de decir de lo más claros, ¿podría ser por orgullo? ,podía ser una opción, pero sonrió al saber a lo que se refería, el pelinaranja quedó encima suya, ambos podía escuchar sus calmadas respiraciones, hasta que sus labios iban acercándose poco a poco, hasta que Ichigo atrapó sus labios con aquel cariño que sentía hacía ella, porque esa shinigami era su mundo, y pasara lo que pasara, los unían unos lazos demasiados especiales que jamás podrían separarlo..a pesar de lo que ocurriera..a pesar de la distancia.
¿Qué era ella para él?
Ella era su mundo..
Fin
Autor: Rukialove del Foro Sun Moon
Raiting : PG + 18
Language: Spanish
¿Qué eres para mí?
La desolada soledad siempre había estado con él, desde la muerte de su madre, siempre se había sentido responsable de todo lo que le ocurría a las personas de su alrededor, y con ella no era la excepción...
Nunca había pensado en ver a Rukia enferma o demasiado grave como para tener que reposar, era una shinigami y seguro que podía curarse en un momento, pero el sentimiento de culpa volvía a él.
-Me pregunto cual de los dos será el más fuerte.-el espada con aquella sonrisa irónica en sus labios y sus manos en sus bolsillos miraba a cada uno de los shinigamis, aquel shinigami sustituto de pelo naranja, y aquella shinigami de ojos azules.
La energía espiritual de su adversario aumentaba por momentos, un mal presentimiento en forma de escalofrío recorrió el cuerpo de Rukia.
-¡¡Ichigo ten cuidado!!-su grito no sirvió de nada, ya que Grimmjow había atravesado su abdomen en un pequeño descuido de alertar al shinigami sustituto.
-¡¡Rukia!!!-gritó horrorizado al ver como al caer al suelo su cuerpo iba dejando una gran mancha de sangre.
La impotencia de aquel momento le había recordado a aquel diecisiete de junio, de hace nueve años, cuando había perdido a su querida madre, sentía el mismo sentimiento y una gran ira con quien había causado sus heridas y consigo mismo por no haberla protegido. Aquella noche había sido una de las peores de su vida, ver a la morena así le causaba un gran dolor, era su compañera de batallas, con la que luchaba espalda contra espalda, su amiga, su enana, era la persona que había cambiado su mundo.
-Ya he terminado, Kuchiki-san se recuperará muy pronto-sonrió la pelinaranja, miró a Ichigo, su mirada de preocupación estaba en la pequeña shinigami. Inoue no pudo mirar esa escena y miró hacia otro lado, sentía su corazón quebrarse..
Aquellos le hizo pensar en todo lo que había vivido con la ojiazul hasta ese mismo momento, era un pequeño análisis mental de sus sentimientos hacia ella, hasta que llegó a la pregunta que menos esperaba ¿Qué es ella para mí?, ¿Una amiga? , ¿Una compañera de batallas?, ¿Una enana que le sacaba de quicio?.
-Sólo pienso en tonterías..
Ichigo subía las escaleras de su casa tranquilamente aunque con cierta rapidez en sus pasos, aquella noche no le había permitido dormir en el armario, no era tan insensible de dejarla así , y no hablar más del tema, se encontraba enfrente de aquella habitación, más bien su habitación que destacaba, por su número quince en la puerta, tomó el pomo de la puerta y entró con tranquilidad, la oscuridad sucumbía en la habitación, encendió su lámpara de estudio y la miró se encontraba enfrente de su cama, y en ella se encontraba aquella persona que le daba tantos quebraderos de cabeza, la miró durante unos segundos, con su habitual ceño fruncido, la morena se encontraba con los ojos cerrados y tapada hasta la cintura, habían sido grave sus heridas, un día de descanso le vendría de perlas, aunque se extrañaba por aquellos escalofríos que tenía, por eso la última vez que salió de la habitación, la había tapado hasta la cintura, como se encontraba ahora.
-Idiota..sólo haces que me preocupe-susurró metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, volvió a mirarla y decidió tumbarse a su lado mirando cada detalle de aquella pequeña shinigami, sus grandes ojos que ahora se encontraban cerrados, su piel tan blanca como la nieve, que parecía ser tan suave como la de un bebé, su menudo cuerpo que a pesar de ser pequeño y meterse con ella, le parecía perfecto, aquella pregunta volvió a su mente ¿Qué es ella para mí?, estaba demasiado concentrado en sus pensamientos que no se dio cuenta de que ella había cambiado de postura, para mirarle, se encontraba despierta.
-Vaya, Kurosaki-kun aun se siente culpable por eso viene a verme.-susurró en aquel silencio que había en la habitación.
Ichigo movió su cabeza, para toparse con sus ojos azules, él frunció el ceño al haber escuchado aquel “tono” que siempre ponía y que tanto le desagradaba.
-Yo no me siento culpable, sólo estoy harto de que te metas en líos-frunció más su ceño.
La shinigami le miró con ternura.
-No eres el causante de mis heridas-le susurró, mientras con sus delicadas manos acariciaba un poco la almohada.-ha sido culpa mía.
-¡Claro que ha sido culpa tuya!, si no fueras una enana tan despistada y estúpida no estarías ahora para el arrastre-le gritó en tono enfadado.
Sus facciones de ternura fueron desapareciendo formando las facciones de enfado, no aguanto más y le gritó.
-¡Eres un descerebrado!, sólo quería evitar que te hirieran ¡Imbécil!
El pelinaranja la cogió de la ropa y la miró de forma retadora a la vez que enfadado.
-¡Pues no quiero que te preocupes por mí!
En sus ojos se podía ver una mirada retadora, sus miradas peleaban entre sí, hasta que su pequeña discursión desapareció, el pelinaranja apoyó su mano en su cabeza mientras la miraba.
-Entonces ya te encuentras bien ¿No?
-¡Eres un pesado!
Su mirada se volvió a tornar seria, lentamente fue quedando más cerca de ella, se acercaba poco a poco con lentitud.
-¿Qué haces, descerebrado?
Aquella discursión le había hecho recapacitar, aquella pregunta volvió a resonar en su mente, el poder haberla perdido pareció estrujar su corazón hasta causarle el mayor de los dolores ¿Que era para él?
-Para mí..eres una apreciada nakama-su mirada quedó tapada con la almohada-no quiero que te pase nada, porque no quiero que me dejes-susurró
Rukia escuchaba sus palabras, parecía travarse, no era capaz de decir de lo más claros, ¿podría ser por orgullo? ,podía ser una opción, pero sonrió al saber a lo que se refería, el pelinaranja quedó encima suya, ambos podía escuchar sus calmadas respiraciones, hasta que sus labios iban acercándose poco a poco, hasta que Ichigo atrapó sus labios con aquel cariño que sentía hacía ella, porque esa shinigami era su mundo, y pasara lo que pasara, los unían unos lazos demasiados especiales que jamás podrían separarlo..a pesar de lo que ocurriera..a pesar de la distancia.
¿Qué era ella para él?
Ella era su mundo..
Fin