Concurso de fics del foro Sun Moon

Aug 03, 2009 12:41

Titulo: Una Apuesta Indecorosa
Autor: Fade to black del Foro Sun Moon
Raiting : PG + 18
Language: Spanish

Escribe el contenido cortado aquí.
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Tite Kubo.

Género: Romance/General.

Sumary: Por orgullo y con ello demostrar tener la “razón”, como no acceder a la apuesta de un amigo, aun sabiendo que el está en lo correcto.

- Diálogos.-

- “Pensamientos”-

- Flash Back -

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Una apuesta indecorosa.
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Era una mañana preciosa en la ciudad de Karakura, un bello sol alumbraba todas las residencias de la ciudad, los niños jugando en el parque, los enamorados dando un paseo tomados de la mano, los ancianos jugando ajedrez, las aves volando, definitivamente un hermoso día para todos.

-“Mierda”-

Pero, ¿Quién podía andar insultando en un día tan bello? Y ¿Por qué causa hacerlo?; absolutamente a ese joven de ceño fruncido algo le molestaba y lo hacia estar enojado.

- “Maldito…” - Pensaba - “…Maldito… Ishida…”-

¿Por qué razón maldecir tanto a un amigo?, ¿Qué hizo el chico de lentes para que Ichigo pensara así?, estaba bien que los quincy y shinigamis no se llevaran de lo mejor, pero ese no era el motivo para estar como se encontraba, si él bien sabia que el moreno era uno de sus mejores amigos y sabia que podía confiar en el, tampoco lo iba a expresar abiertamente ya que mas bien su relación era de llevarse la contra aunque siempre si alguno necesitara ayuda del otro estaría ahí para su bienestar, como compañeros de batalla o como simples colegas de clases y hasta tener en común que sus padres compartieran la profesión de ser médicos.

-“Por que se mete en donde no le llaman…”- se encontraba muy fastidiado - “y yo… como idiota acepto…” - ¿Qué fue lo que acepto para encontrarse de esta forma?, ¿A que fue lo que cedió con esa aceptación? - “Maldito Ishida, maldita apuesta, maldita…- lo reflexionó-…Rukia…” - De verdad que tendría que ser algo de suma importancia esa apuesta…

Era hora del almuerzo en el instituto de Karakura, todos se encontraban con sus respectivos grupos de amigos charlando sobre sus aventuras y vivencias, a excepción de un joven de ojos azules y un chico de cabellera naranja, que en lugar de conversar tranquilamente como un par de amigos normales, parecían disputar por algo.

- Pero… ¡¡¡Qué!!!- Contestó un molesto Ichigo - ¿Por qué siempre piensas eso Ishida?...

- Por qué es cierto Kurosaki, hasta tú forma de responder lo explica todo…

-No es verdad, ya quisieras que Rukia y yo tuviéramos algo más que una simple amistad. - puntualizó, con un deje de indiferencia.

- Quisieras tú…- sonrió al responder -Qué no entiendes que todo el mundo se da cuenta, menos ustedes solo por ser un par de orgullosos que no dan brazo a torcer…

- Te equivocas…- no supo que mas contestar.

- ¡¡¡Vamos!!! Por que no te das cuenta…- Trataba de convencerlo- Tienes una maravillosa mujer enfrente tuyo, tienes toda su confianza en ella y viceversa- definitivamente Ishida si se daba cuenta de la relación que tenían los shinigamis- acepta que te has enamo…

- ¡¡¡Aceptar nada!!!- el moreno si que sabia hacer sacar a Ichigo de sus casillas- Estás completamente loco…

- Si tú lo dices, está bien- contestó sarcásticamente- Pero como cuentan el amor no entiende de razones…

- Y según tú cuáles son esas razones…- Lo necesitaba escuchar de su amigo-¿Por qué siempre me mencionas o insinúas qué estoy enamorado de esa enana?-

- Por todas las acciones que tienes con ella…- absolutamente ese quincy si que era muy perspicaz con esos detalles- Te comportas como en realidad eres, tú mirada hacia ella es distinta a como miras a todos los demás, siempre estás al pendiente de su bienestar, cuando se va eres muy distinto, te comportas como antes de que ella apareciera en tú vida, siempre peleas con ella por cualquier tontería y lo más importante con ella sonríes con un verdadero idiota.- Finalizó con una gran sonrisa en sus labios.

-Ya terminaste…- Su amigo asintió con la cabeza, el portador de Zangetsu si que se encontraba muy molesto después de haber escuchado todo ese discurso del moreno- ¡¡¡Por que no entiendes!!!- estaba demasiado enfurecido - Yo y Rukia solo somos amigos, como quieres que te lo haga entender…

- Haber…- se puso en pose de pensador- me comentaste hace poco que hoy no se encontraría tú familia en casa, ¿no?...

- A si es, mi padre y hermanas irán a visitar a un amigo de mi papá y me pidió que me quedara para cuidar de la casa junto con Rukia, además de que sólo irían por esta noche… pero que tiene que ver eso con lo que me dices…

- ¡Es perfecto!- exclamó el de lentes

- Ah… ¿Para qué?

- Pues para mí idea… mira teniendo la casa para Rukia y tú solos puedes reconocer que te mueres por ella y así hasta podrían hacer todo el ruido que quisieran - Acomodo sus lentes- ¡¡¡dios soy un genio¡¡¡- carcajeó.

- ¡¡¡Cómo una mierda que parte de lo que te dije no entiendes!!!- Si que se hallaba de un humor de los mil demonios como su amigo podía hacerle esa clase de proposición.

- ¡La parte en que no aceptas lo que sientes!- le contestó de la misma manera- ¡Que no vez lo que muchos hombres darían por tener una maravillosa mujer como Kuchiki, tenerle toda esa confianza y llevarse como tú con ella y lo tienes pero como eres un completo imbécil que por su arrogancia hace como si nada pasara, mientras los dos comparten el mismo sentimiento hacia el otro!- dijo esto gritándoselo a un perplejo Ichigo.

-Eso no…- ¿le comieron la lengua los ratones?, no tenia las palabras para contestarle, “maldita sea”, el que calla otorga.

- Mira Ichigo no quería llegar a esto…- se había tranquilizado- pero como se que eres lo demasiadamente orgulloso lo hare…

- ¿A qué te refieres?...

- A que si tú dices que por Kuchiki no sientes nada esta bien te creeré, pero te quiero poner a prueba como hombre, has que hoy duerma ella en tu habitación y en tu cama junto a ti y si en toda la noche no pasa ningún rocé entre ustedes dos yo perderé y te dejare en paz con este tema, y ganaras que yo acepte que me he equivocado…

- A ni que fuera tan difícil, antes ella dormía en mi armario y que paso, nada…

- Kurosaki, Kurosaki, para empezar te estoy apostando que ella duerma en tú cama, y además cuanto a pasado de eso…- Pensó- si acaso dos años, su relación a cambiado, no del todo, pero ahora sus lazos son mas fuertes que los anteriores y esta noche estará demostrado…- observo la cara del shinigami, parecía estarlo pensando-…que lo suyo no es pura amistad.

- Pero, por que tanto empeño en esto Ishida- Sabia que su amigo tenia razón, desde hace tiempo que había cambiado su relación, solo que algo en el no lo dejaba ver, seria tal vez miedo, ¿pero miedo a que? A qué ella no le correspondiera, a qué algún día ella partiría y lo dejaría, o amarla para después pederla “eso no lo soportaría, por qué pienso esto es tan solo Rukia”.- ¿Qué ganarías tú con está apuesta?- Claro el que arriesga pierde o gana, así son las reglas del juego- y también ¿Cómo sabrás que cumplí con tu apuesta?...

- Qué demostrarías que yo tengo la razón, bueno que todos la tenían sobre sus sentimientos…- sonrió- y con eso para mí es mas que suficiente…además de ver que el gran Kurosaki perdió en contra mía, y no te preocupes de saberlo yo me encargare, y además creo en tu palabra, ya veras…

- Veras que ganare- Siempre cuando alguien nos reta nunca decimos no, o era solo el caso de chico de pelo naranja - como si ella fuera de mucha tentación para mí, veras que mañana aceptaras que perdiste en contra mía… solo acepto esta apuesta para demostrarte que tan equivocado estás…

- Claro, como digas…

Recostado en su cama el joven de ojos ámbar meditaba sobre esa “pequeña” apuesta que lo hacia sentirse extraño, pero a la vez podía comprobar que muy en el fondo su amigo tenía toda la razón. Ya era de noche le quedaba poco tiempo,“Por qué acepte…”, ni modo de echarse atrás eso iría en contra de su dignidad, “…y para empezar como convenceré a la enana de dormir aquí”.

- Definitivamente soy un idiota…

- ¡Oh!… por fin se dio cuenta, tardaste mucho en reconocerlo Ichigo… - Contestó la pequeña dueña de los pensamientos del sustituto, entrando a la habitación de este.

- ¡Qué quieres escandalosa! - Se sentía nervioso, no sabia por que pero tenerla ahí y teniendo en la cabeza todo lo qué había hablado con Ishida, lo hacia comportarse así.

- Andas de genio o que - protestó la shinigami, mientras notaba que Ichigo tenía mucho más marcado su ceño fruncido - ¿me concederías un deseo? -se burló le encantaba hacer que se molestara, como disfrutaba de las ya clásicas peleas con el.

- Si…si, como digas…

- Ya tranquilo, si no tienes ganas de molestarme te entiendo…- pero ella no, quería seguir peleando- ¿problemas pasionales?...

- Rukia, ya sabes que ni he tenido novia…

- Yo no dije que era necesario con una mujer…- carcajeó - te vi hablando muy `armoniosamente’ hoy en la escuela con Ishida…

- De veras no ando de ánimo…

- Está bien, te dejo… solo venia por un manga, el otro ya lo leí…

La chica de ojos zafiro se dirigió al armario, ahí es donde Ichigo los guardaba, le encantaba leer esas historias se sentía que formaba parte de ellas, era algo fantasioso pero muy entretenido, era relajante y a la vez estresante tener que esperar semana tras semana un nuevo capitulo, pero bien el hecho estar esperando valía la pena.

Estaba apunto de salir de la habitación con el numero quince cuando el dueño de está le hablo.

-Rukia…

“es ahora o nunca…” Vencía hollows, arrancars y asta venció a la sociedad de almas por ella, no podría ser tan difícil decirle que se quedara a su lado esta noche, ¿cierto?

-¿Sí?- detuvo su andar en la puerta.

- Bueno…yo… - si que la shinigami sabia ponerlo nervioso, por que tener vergüenza a dormir al lado de ella, era su mejor amiga ¿No?- tú…

- ¿Yo?... podrías decirme ya Ichigo, si no tiene importancia dímelo mañana…

- Tequedariashoyadormirenmicuarto…- contestó lo más rápido que pudo el Kurosaki.

- Ichigo deja de hablar como un idiota y dímelo bien…

- Es que… bueno como no están mis hermanas…- suspiró, tenia que hacerlo demostrarle a su amigo que el no estaba enamorado y no caería en `tentaciones’ - pues… si quieres dormir en mi cuarto, solo para estar acompañados y dormir mejor…

- … - El chico de seño fruncido pidiéndole eso, de verdad esto iba hacer el apocalipsis. - no querrás hacer otras `cosas’- estando en el mundo humano sus amigas del instituto se encargaron muy bien de `educarla’ en el ámbito sexual.

- ¡¡¡Que!!!... - Le estaba llamando pervertido- ¡Claro que no!... yo sólo…- Debía de ser honesto- aposté…

- Y que tengo que ver yo en esa apuesta…

- Pues…- Decirle la verdad sobre la propuesta del quincy seria lo mejor- Aposté que tendría… una pijamada con una amiga… - Bueno recurrir a las mentiras tiene sus consecuencias, pero siempre nos salvan de aprietos.

“Es lo mas estúpido que jamás he dicho”

- Pero…eso no se hace con amigos de tu mismo género- Ya en varias ocasiones con sus amigas había tenido este tipo de encuentros, era muy divertido, pero con amigos hombres no.

- Claramente si, pero…- Por que siempre esa enana ponía las cosas tan difíciles - eso es lo que aposté- se le ocurrió de repente - aposté a que hombres y mujeres si pueden tener una pijamada juntos.- sonrió al terminar, esperando que la shinigami aceptara.

-En ese caso esta bien solo iré a ponerme mí ropa de dormir… seguro le ganarás a tu amigo- Levanto su pulgar en forma de afirmación, dejó el manga en donde estaba y cerró el armario, luego se dirigió hacia el cuarto que compartía con las gemelas.

“Fue mas fácil de lo que pensé, ahora solo me cambio en el baño, luego nos dormimos y ganaré esta jodida apuesta.”

Sujetó su vestimenta de las noches y de fue al baño, no sin antes avisarle a la pequeña adoradora de chappy.

- Rukia me voy a cambiar en el baño.

- Está bien, ya casi termino.

Entro a su destino y comenzó a deshacerse de su ropa para cambiarla por la de dormir, se coloco su pants negro y su camiseta de algodón en su bien formado abdomen, para luego poner su ropa sucia en el cesto.

“No pasara nada, es solo Rukia, solo la enana, es mi amiga y nada mas…”

Estaba demasiado nervioso como para ya irse al cuarto, que le ocurría en su mente sus pensamientos solo alguien los ocupaba y esa era Rukia. Ocupaba despejar su mente, pero no podía, no podía sacarse a la chica de su cabeza, por que le ocurría esto y más ahora que estaba en juego esa maldita apuesta. Salio de la habitación y se dirigió hacia su cuarto y en cuento abrió la puerta…

-¡¡¡Guerra de almohadas!!!- Pronuncio la dueña de Sode no Shirayuki, pegándole agresivamente y riendo a carcajadas.

- ¡¡¡Que es lo que te sucede idiota!!!...- después de que ya no recibió ningún golpe desprotegió su cara que la tenia cubierta con sus brazos - por que me… - había guiado su vista a la figura de la chica, que gran error.

Rukia traía puesto una pequeña bata de tirantes que apenas y le cubrían una pequeña parte de sus hombros, le llegaba asta la mitad de los muslos dejando ver gran parte de sus blancas y hermosas piernas, se veía espectacularmente sensual a la vista de cualquier hombre la palabra seria `deseable’.

“Por dios, como que va a dormir así se ve sumamente sexy, ¡¡¡Que!!! La enana sexy me estoy volviendo loco, no puede ser…”

- Tarado no que es una pijamada, los almohadazos son esenciales en una…- O era su imaginación o Ichigo se quedo mudo al verla- … ¿Ichigo?...- preguntó, esa mirada la hacia sentirse muy acosada. “Que raro…”

-Si Rukia tienes razón…

“Que inventó que inventó, si hacemos lo que en verdad hacen en una no me podré resistir…”

- Pero base de la apuesta era que durmiéramos temprano…- Ocupaba rápidamente despejar su mente de esos pensamientos que tenia de Rukia, tenía que dormirse ya.

- Está bien, como digas…- dijo y se fue a recostar en la cama al lado de la ventana, tapándose asta su escultural cintura con la sabana.

O era el fin del mundo o Rukia hoy estaba demasiado voluble. Había aceptado sin recato todas sus palabras sobre esa apuesta y sin un pero de por medio. Hizo caso omiso de esa idea y se fue a recostar enseguida de ella, apagando primero las luces, solo dejando la intensidad del brillo de la hermosa luna.

-Buenas noches Rukia…

- Duerme bien…- le respondió.

Trataba de dormir, no lo lograba había demasiados pensamientos en su mente, todos giraban entorno a alguien y esa alguien estaba enseguida de el.

`Los que pelean se gustan.’

“por que estoy recordando esto joder, la enana no me gusta”

`Tú sonrisa hacia ella es muy diferente a la que les das a los demás’

“¡¡¡No!!!”

`Entre ustedes se nota que ahí una gran tensión sexual’

“¡¡¡Mierda!!!... Todos me han mencionado algo así, por que lo estoy recordando…y exactamente hoy…”

`Eres muy distinto cuando ella se marcha’

“Ella solo…”

`Sus miradas lo dicen todo’

“…es quien detuvo mi lluvia...yo…”

-Ichigo…- lo interrumpió la shinigami- Ya dime la verdad, ¿Por qué querías que me quedara a dormir contigo?...- estaba recargada en su hombro izquierdo viendo al chico que `dormía’.

-Deja dormir Rukia… y ya te dije que por la apuesta…- murmuró haciéndose el dormido.

- Pues no te creo…- Lo observó más de cerca, con una linda sonrisa.

- ¿Me dirás?...

- ¡¡¡Como eres molesta enana!!!- Le gritó, no lo soportaba cada vez la sentía mas cerca.

- ¡¡¡Y tú no me mientas, no me creí para nada lo de tú apuesta!!!...- Quería la verdad y la iba a conseguir, que mejor manera que con uno de sus pleitos. Lentamente se acercaba más a él, cogió la sabana y por inercia se la coloco mas arriba, a la altura del busto.

- ¡¡¡Y entonces!!!...¿Por qué aceptaste?... - Estaban demasiado cerca y en el momento que contestó abrió sus ojos, encontrándose con la mirada zafiro.

- Pues yo… - Colocó su mano en la nuca, verdaderamente esa mirada de Ichigo no la hacia pensar bien.

- Pues yo si lo se.- Se encontraba perdido, esa mirada lo cautivo ahora mas que nunca, resistirse ya no lo haría, era momento de la acción, si sus sentimientos eran correspondidos como el de ojos azules dijo este era el momento de la efectividad.

-¿Qué… qué haces? - Estaba anonadada, por que Ichigo se le estaba abalanzando encima, acercando muchos sus belfos a los suyos.

- Perdiendo… la apuesta…- Se acercaba cada vez mas, ya no lo podía negar todos tenían la razón, pero ahora solo seguía su instinto.

Lenta y torpemente movió sus manos junto a las de la morena y las colocó al lado de su cuello sosteniéndolas y acercándose cada vez más a esos tentadores y hermosos labios. Todo parecía ir en cámara lenta, sus manos más que juntas y húmedas por la misma sofocación del momento, sus respiraciones aceleradas al mismo compás, el cuerpo del chico recostado sobre el de la chica, cada uno sintiendo los rasgos, la silueta del cuerpo del otro, solo la sabana y vestimenta estorbando para que el tacto no fuera directo, piel a piel.

Lentamente cerró el espacio que quedaba entre sus mentones, uniendo así sus labios, en un cálido y dulce beso, su primer beso y momento más excitante y feliz de sus vidas, siendo la luna y su luz que entraba por la ventana las únicas testigos de ese acto de amor.

Dicen por ahí que muy pocas personas confiesan lo que sienten o piensan, por el hecho de que los demás opinen diferente sobre su sentir o por el simple acto de que esa no sea la manera de cómo lo manifiestan; así es esto, mientras unos lo declaran con palabras, otros mejor lo expresan con acciones e Ichigo Kurosaki si que era todo un hombre de acciones Y Rukia Kuchiki no se quedaba atrás, ahora sabían que sus sentimientos eran mutuos.

Cada vez se les acababa mas el aire, ese momento era mágico ninguno lo quería romper, era lo mas sabroso que hubieran probado en toda su existencia, tranquilamente se fueron separando.

Después de ese apasionante beso que ambos se dieron con tanto ímpetu las orbes ámbar con las de color zafiro se observaron detenidamente, captando el mensaje que sus miradas expresaban, ese sentimiento que desde hace mucho tenían pero que no habían tenido el momento o ocasión de percibir que eso era mutuo, que los dos deseaban lo mismo, y está ocasión no la dejarían pasar, y menos después de ese beso, querían más y además de darse ese tipo de cariño ninguno se podía retractar de lo ocurrido, tenían que obedecer a su corazón, hacer lo que este les dictara.

Empezó a saborear de nuevo el delicioso néctar adictivo de esos labios de la Kuchiki, cada vez el beso era mucho más apasionante, cada vez querían mas, anhelaban descubrir `cosas nuevas’, y quien mejor que con la persona que mas amas, con la persona que peleas por todo, por la persona que arriesga todo por ti, por la que cambio tu mundo, por la que te divierte tanto, por la que siempre te preocupas y al verla a salvo te olvidas de todo y solo dedicas una hermosa sonrisa y una mirada que solo esa otra persona es capaz de descifrar lo que estas pensando o queriendo decir, sin necesidad de palabras, como ellos, la luna blanca y el sol negro, Ichigo y Rukia.

Pausadamente él joven fue recorriendo el cobertor que la cubría, dejando al descubierto su menudo cuerpo que solo estaba cubierto de la bata que ocupaba. Lentamente el de cabellos naranjas fue bajando hacia el níveo cuello, empezando a dar pequeños besos y uno que otro chupete, mientras ella suspiraba y colocaba sus manos alrededor de la espalda de su `compañero’ de batallas y empezaba a masajearla con sus delicados dedos.

Fue retirando y a la vez tocando cada parte de su recorrido al ir bajando los tirantes del albornoz, con las yemas de sus dedos haciendo el huso del sentido del tacto y dibujando cada centímetro de esa pálida piel, fue así en todo el transcurso en el que se deshacía de esa ya estorbosa prenda.

La chica del pelo negro no sabia como contener tantas emociones y sensaciones juntas a la vez, si bien cuando estaba con sus amigas le explicaron y asta enseñaron algunas películas de este tipo sentía muchas cosas, ahora estarlo ella haciendo era maravilloso, no habían las palabras para describirlo, era algo espectacular y eso que faltaba lo mejor.

Desecho el atravío, pudo ver embelezado el cuerpo escultural de la shinigami, aun con su ropa interior puesta dejaba ver mucho de su hermosa anatomía y con la luz de la luna reflejándose en su piel sudorosa le daba un toque angelical y más con esas mejillas enrojecidas y su pequeña boca entreabierta, y esto no paso desapercibido por su ya muy tenaz y erguida virilidad que proclamaba ya por salir.

No lo resistió y se apresuro a besarle de nuevo. Si nunca había sido adicto a algo pues ahora ya lo era, esos labios, esos ojos, ese cuerpo, esa mujer si que lo tenía todo y en esta noche debía de ser suya solamente suya.

Ahora torpemente la mujer que yacía debajo de él estaba cambiando de posición quedando ella arriba de el, acomodando sus piernas a horcajadas sobre las de el y colocando sus manos en el borde de la camisa y al mismo tiempo subiéndosela, apreciando con sus bellos ojos su fabulosa figura , paso sus manos en su bien formado estómago, marcando cada unos de esos bien marcados músculos, amasando y contorneando desde su ombligo asta sus espectaculares y fuertes brazos sintiendo como el jadeaba a la vez que ella suspiraba.

Era un momento especial para ambos, ninguno había tenido un encuentro así antes, era su primera vez, su primera experiencia con su primer y único amor.

Tenía que esperar a hacer una apuesta para tener esta gran satisfacción, que tonto había sido, como dijo el de lentes teniendo todo esto y no lo aprovechada, ahora si que disfrutaría a lo grande y nunca dejaría a esa shinigami que tanto había hecho por él. Todos y todas tenían razón estaba locamente enamorado y solo ahora les daba el beneficio de ganarle a su estúpido orgullo. El cuerpo que se le encontraba encima del suyo era completamente ligero pero eso no quitaba lo deseable que era, se sentó haciendo que la mujer se aferrara a su cuello y rodeara con sus finas piernas su ancha cintura, mientras tanto se daban otro mimo con sus labios y se abrazaban fuertemente el uno al otro pegando sus semidesnudos cuerpos sintiendo la perfecta anatomía de cada uno y esa sensación eléctrica que les recorría por todo su ser.

Desabrochó el ya molesto brassiere tirándolo en alguna parte de su habitación y comenzó a masajear y a recorrer cada uno de sus pechos, dando con ello una mayor excitación logrando que su intimidad se humedeciera cada vez más y logrando sentir como sus entrepiernas estaban mas juntas y como se encontraban sus intimidades, así sintiendo el deseo de ya ser poseída por ese hombre, el hombre que amaba.

El tomó de nuevo el control, la coloco debajo de el quitándose ya sus pantalones y bóxer quedando totalmente desnudo enfrente de una sorprendida Rukia. Ahora le tocaba a ella quedarse en el mismo estado, con tacto y suavemente fue quitando las pequeñas bragas, y comenzó a estimular esa zona con sus dedos, logrando hacer arquear la espalda la fémina.

Ahora los dos estando en completo estado de desnudez localizaron sus miradas y se besaron con devoción, el siguiente paso se daría, lentamente y sin romper el beso Ichigo fue retirando sus dedos de esa estrecha pero calida cavidad, se regalaron muchas mas caricias y besos apasionados, Rukia fue abriendo mas sus piernas mientras el se iba adaptando entre ese espacio.

Suavemente la iba penetrando cuando por fin sintió que esa barrera de la virginidad se iba rompiendo y como unas manos se aferraban fuertemente en su ancha espalda y como unas uñas lo marcaban, sabía que esto dolía pero era un dolor pasajero.

Al tiempo que las embestidas avanzaban ese dolor se iba quitando y le abría paso al placer, el vaivén que el muchacho llevaba era simplemente perfecto el momento más erótico de su vida, y quien pensaría que iba a tener con el niñato de malhumor, definitivamente se sentía de lo mejor se correspondida y mas cuando ese hombre la trataba tan bien y le hacia estar en el mismísimo cielo.

Arremetió mas rápidamente contra la fémina, no hacia caso a su juicio quería sentir mas esas pulsaciones de las paredes de Rukia sobre su `amiguito’ era demasiado era lo mas excitante que en su vida había sentido. Jadeos, sudor, suspiros, hacían de esto una gran experiencia de estas dos personas amándose.

-¡Ichigo!- Gimió, paulatinamente le había llegado el famoso orgasmo, se sintió desvanecer.

A Ichigo poco le faltaba, embistió otras veces mas pegando mas su cintura a la de ella, aprisionando fuertemente su cadera con sus fuertes manos, tratando de estar lo mas cerca posible, la semilla del varón se disperso con ello sabiendo que toda esta sensación acabo, jadeo fuertemente sabiendo que ya el clímax había llegado, dejo caer su cuerpo al lado de Rukia y la aprisiono en un abrazo, ella solo correspondió.

Sus respiraciones eran agitadas y rápidas, tal vez casi siempre la primera vez no sea de total agrado de la pareja, pero para ellos que se encontraban tan cansados había sido muy satisfactoria la acción pasada, demostraron todo su sentir en una entrega total, sin la necesidad de una sola palabra.

- Esta…es- le costaba hablar- … la mejor pijamada que haya tenido.

- Y la mía…- abrazo mas fuertemente a la chica.- Rukia yo…

- No ocupas decirlo…- sabia la confesión que le quería dar.- Ishida me dijo todo- susurró.

- ¡¡¡Qué!!!...-contestó furioso.

- No te molestes… sin el nunca hubiéramos llevado a cabo esto…- le dio un beso.

- Entonces tu sabias todo, por eso actuaste asi…

- Que me creías tan sumisa…- se burló- …el me hizo abrir los ojos sobre lo que sentía por ti y me comento sobre esto, por eso yo acepte…veo que tú orgullo es mas fuerte que el mió…y además creías que esa bata me la pondrías no mas para dormir…- sonrió

- Tal vez es la primera apuesta que quede en empate - comentó

- y eso ¿Por qué?...

- El ganó tener la razón y yo te gane a ti…

- me alegro de oír eso…

-y también he conseguido la mejor noche de mi vida…- beso su cuello.- aunque tal vez luego aya otras más…

- Si que eres un pervertido… eres mi pervertido

- Y tú eres mía, siempre lo haz sido…me alegra haber caído en la tentación de tu cuerpo.

- Y a mi hacerle caso a nuestro amigo…

- Todavía no puedo creer que todos se dieran cuenta menos nosotros…

- Ni modo así somos, sin nuestro orgullo y peleas nuestra relación no seria la misma…

- Tienes razón…Rukia eres hermosa…

- Ichigo, no hacen faltas palabras mejor demuéstramelo…

- Tus palabras son ordenes…- Comenzó a acariciar ese bonito cuerpo.

Crees siempre tener la razón, cuando ocupes quitarte la venda de los ojos un amigo te ayudara y sobre esa acción vendrán mucho beneficios.

`En las apuestas perdemos, pero también ganamos.’
Fin…

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