Título del fanfic: Beautiful Nightmare
Parejas: Sehun x Lay (SeXing)
Tipo: X-MEN!AU | Crossover
Género: Acción, angst, romance.
Clasificación: PG-15
Advertencias: Un poco de violencia y odio.
Descripción: Oh Sehun odia cualquier cosa relacionada con Yixing, pues es todo lo contrario a él.
No. de palabras: 4984
Comentario del Autor/a: Escrito para la novena gala de
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exo_12eyes donde el rey es Sehun. Es el primer sexing que escribo y, aunque no quedó como lo imaginé en un principio, me encantó. Que los disfruten.
***
Diez años después, el odio de la gente hacia los mutantes aumentó. Las guerras, los enfrentamientos, todo se hizo cada vez más duro. Muchos profesores X perdieron la vida tratando de proteger a sus alumnos, a las personas que, como ellos, tenían poderes excepcionales.
Debido a esto, el profesor Xavier y los X-Men tuvieron que aceptar la realidad: necesitaban preparar a sus muchachos para que pudieran defenderse ante las próximas guerras. Su futuro era incierto.
***
-¡A la derecha, vayan a la derecha!- gritó Kim Junmyeon, tratando de guiar a su equipo dentro del simulador.
-Junmyeon, se supone que debemos salvarnos, no dejar que el enemigo sepa a dónde nos movemos- se quejó Jongin, corriendo junto a él para esquivar las bolas de fuego que caían delante del camino.
Había demasiado humo y la oscuridad hacía que el enfrentamiento fuese mucho más complejo. Ahora estaban luchando en equipos de seis integrantes; el primero que llegara al punto señalado y apretara el botón rojo, ganaba. Era una prueba de supervivencia bastante compleja.
Del otro lado, lejos del equipo de Junmyeon, se encontraba el equipo comandado por Sehun; con él estaban Jongdae, Xiumin, Luhan, Tao y Yixing. Todos estaban exhaustos, tenían el rostro lleno de suciedad y la ropa estaba gastada. Tenían la firme decisión de ganar y nada les impediría hacerlo.
-¿Cómo vamos a detener a los otros, sin contar a los centinelas?- preguntó Luhan, quien estaba muy cansado.
-Debemos crear una distracción, quizá hacer que los centinelas se entretengan con Suho y los demás- respondió Sehun.
Desde que habían comenzado a entrenar, muchos habían cambiado sus nombres reales por nombres clave, por lo que no era de sorprenderse que a veces sólo se llamaran de la última forma.
-Pero si hacemos eso, el equipo de Suho podría estar en gran peligro- comentó Yixing, en desacuerdo con la idea de Sehun.
-La idea es ganar, Yixing- el capitán hizo una pausa para tratar de controlar su molestia-. Suho y los demás estarán bien.
-Pero…
-Si no quieres trabajar con nosotros, entonces lárgate con los demás- espetó el joven Oh, dándole la espalda para hablar con los demás.
-Sehun, no es eso- se defendió el sanador.
-Entonces cállate y sigue instrucciones. No podemos perder más tiempo aquí.
Luhan miró a Yixing y le sonrió. A veces era la única manera de alentarse entre ellos; en silencio. Luhan se había convertido en el mejor amigo de Yixing y por ello es que parecían entenderse incluso sin decir palabra alguna. Las miradas eran suficientes, su código secreto.
Todos se pusieron en marcha, alertas de lo que pudiese suceder. Entre las sombras los centinelas avanzaban para cazarlos y destruirlos; aunque era un simulador, los enfrentamientos eran reales, porque fuera de la escuela no tendrían piedad de ellos.
-¿Estás bien, Xing?- Luhan se acercó a él aprovechando que todos los demás tomaron la delantera, discutiendo lo que deberían hacer para ganar.
-Sí, sólo un poco cansado. ¿Y tú? Parece que disfrutas de tu ‘equipo’ con Xiumin- sonrió.
-Sí, bueno… ¿qué te puedo decir? Nos tenemos el uno al otro, aparte de ustedes, claro… tú entiendes- respondió con una leve risa. Aunque también estaba destruido a causa del cansancio, Luhan jamás perdía su optimismo. Miró hacia adelante y se percató de que Sehun se había detenido justo delante de un edificio abandonado-. ¿Sehun quiere matarnos, o qué? Quedarnos aquí es suicidio.
-No lo sé, en realidad nunca lo he entendido- Yixing comentó en voz baja.
-¿Yixing?- Luhan se acercó para poder escucharlo mejor.
-Desde que llegue aquí, él jamás ha tenido una plática normal conmigo. Siempre que comenzamos a hablar terminamos peleando; creo que no le agrado ni un poco. No entiendo porqué, pero estoy seguro de que me odia.
-Lo he notado, pero no te preocupes. Sehun siempre ha sido así: casi siempre está molesto por todo. Creo que odia a toda la gente en general, hasta a mí- Luhan se encogió de hombros.
-Supongo.
Una explosión los hizo volver a la realidad de su situación.
El impacto fue duro, haciéndolos volar por los aires debido a la fuerza de la bomba. El estallido los dejó aturdidos; les fue difícil recuperar los sentidos y ponerse en guardia. A los lejos alguien gritó ‘centinelas’, pero no estaban seguros de quién les estaba ayudando. Como pudieron, comenzaron a replegarse para protegerse de otro ataque y recuperar energías.
Se necesitaba un contra ataque pronto.
-¡Los centinelas no tardarán en llegar! ¡Sigan avanzando, no pierdan tiempo!- la voz de Sehun retumbó para hacerse escuchar-. ¡Ayuden a quienes estén heridos y prosigan!
Tao ayudó a Chen a ponerse de pie y le permitió recargarse en él para no apoyar de más su pierna lacerada. Xiumin y Luhan tenían cortadas en el cuerpo debido a la explosión, pero no eran de gravedad, aunque no paraban de sangrar. Cuando volvieron a reunirse, Sehun miró a sus compañeros y agradeció que siguieran con vida.
-Yixing, ayuda a Chen con su…- Sehun hizo una pausa y miró a su alrededor-. ¿Dónde está Yixing?- preguntó, girando de manera incontrolable para encontrarlo. Miró a todos lados, pero sólo pudo vislumbrar polvo y suciedad.
-Estaba… estaba conmigo allá atrás. Pensé que venía tras de mí…- Luhan lucía aterrado, igual que los demás. No los culpaba, las prácticas se hacían cada vez más difíciles y era muy posible que algunos perdieran la vida estando en el simulador…
Oh Sehun miró hacia el suelo y apretó los puños.
-Sigan avanzando, no se detengan. Estamos muy cerca de la meta- pronunció sin mirarlos.
-¿Sehun, qué vas a…?- cuestionó Tao.
-Me quedaré a buscar a Yixing, ustedes sigan con el plan.
-Pero…
-¡Ya me escucharon, ahora muévanse!- les exigió-. En mi ausencia, Xiumin queda a cargo. ¡De prisa!
Los chicos se miraron entre ellos, confundidos y sin ganas de continuar con aquello, pero al final decidieron obedecer las órdenes de su capitán. El sonido de los centinelas era cada vez más fuerte y las posibilidades de salir de ahí disminuían a cada segundo.
***
Zhang Yixing se apretaba el brazo izquierdo para evitar que la sangre continuara inundando su ropa. Aunque no era una herida profunda, la sangre salía sin parar.
Desde que descubrió el verdadero sentido de su poder se preguntó porqué podía sanar a los demás pero no a sí mismo; hasta cierto punto era irónico. Sin embargo, sabía que salvar a los demás era el mejor regalo que podía tener. Si podía hacer algo por los demás entonces se daba por bien servido.
Un centinela de color rojo y ojos azules lo tomó por sorpresa, dándole poco tiempo para reaccionar y ponerse a salvo. Los ataques eran cada vez más letales; a veces se preguntaba si seguiría teniendo suerte de salir con vida de las simulaciones. A diferencia de los demás, él no tenía ninguna habilidad para defenderse con propiedad y, contra los centinelas, usar los puños era como suicidarse.
De un momento a otro, Yixing quedó frente al mismo centinela de antes, acorralado. Sin acobardarse, lo enfrentó. El monstruo mecánico estuvo a punto de lanzar uno de sus ataques cuando una tormenta de aire lo arrojó por los aires, enviándolo bastante lejos.
Zhang Yixing suspiró aliviado al saberse a salvo, aunque le preocupaba lo que vendría después.
-¿Cómo demonios es que te metes en tantos problemas?- preguntó Sehun, apareciendo entre la niebla y los pequeños remolinos de tierra-. Por tu culpa estamos atrasados- siseó molesto.
-Lo lamento, pero cuando nos atacaron allá… ¡Sehun, estás sangrando!- Yixing corrió hasta donde se encontraba su compañero y lo obligó a detenerse para poder revisarle la pierna. Era una herida bastante profunda.
-No es nada- respondió el otro. Al sentir las manos de Yixing sobre su pierna, Sehun se molestó todavía más-. ¡No necesito tu ayuda! ¡Ahora, muévete! Ya perdimos demasiado tiempo por tu culpa- lo miró con desprecio.
-Por favor, déjame ayudarte. Tu pierna está muy mal; si sigues así se infectará- trató de hacerle entrar en razón-. Sehun, por favor.
-No me toques- siseó el más alto; tenía los puños cerrados y los nudillos blancos-. No quiero tu ayuda ni nada que provenga de ti-. Sin decir más, dio media vuelta y comenzó a avanzar. Cojeaba debido al dolor. Era consciente de la magnitud de su herida.
Zhang Yixing, al escuchar esas palabras, sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. No entendía la razón, pero por algún motivo desconocido sentía que su pecho sangraba por dentro.
-¿Porqué me odias tanto?- preguntó tratando de contener las lágrimas.
En ese momento, el escuchar la pregunta, Oh Sehun se detuvo en seco pero no se giró para mirarlo, continuó dándole la espalda.
-Porque no sé hacer otra cosa- respondió sin darle mucha importancia-. Es igual con los demás.
-No, no es verdad. He visto cómo te comportas con el resto de nosotros- ahogó las lágrimas-. Aunque eres frío, jamás los has tratado como a mí. Es como si… como si mi simple presencia te provocara náuseas.
Sehun sonrió de medio lado, aunque Yixing no pudo verlo.
-Pues esa es la verdad. Verte me provoca náuseas.
En ese punto, Yixing era incapaz de contener las lágrimas. ¿Qué mal le había provocado a Sehun para que lo tratara así? ¿Acaso no se había esforzado lo suficiente para al menos no tener roces con él?
-Te odio- se limitó a decir el chico de 17 años, quien comenzó a avanzar a paso firme delante de Sehun.
-No esperaba menos- rió- ahora, date prisa.
Ambos miraron un relámpago que surcó el cielo y se percataron que se trataba de una señal de Chen, pues era el único que podía hacer figuras con su poder. Les avisaba que no estaban lejos, que, probablemente, ya estaban en el punto de reunión para concluir con la misión.
Avanzaron un buen tramo, evitando toparse con el enemigo, cubriéndose cuando era necesario hacerlo. Aunque no estaban lejos de los demás, Sehun estaba perdiendo la paciencia al escuchar los sollozos de Yixing, quien continuaba llorando.
-Eres débil, Yixing. Esa es una de las principales razones por las que no soporto tu presencia. Mírate, no puedes dejar de llorar… eres como un niño- se quejó.
-Por lo menos soy un niño que sabe lo que quiere, mientras tú te escudas tras esa apariencia fría para protegerte de la gente- respondió el sanador-. Yo confío en los demás, sé que son mi familia, pero tú… tú tienes miedo de eso.
-No es verdad- se defendió.
-Claro que sí. O me negarás que esa fue la razón por la cual casi te inmolaste hace años… estabas tan molesto que no mediste las consecuencias de tus actos- comentó Yixing.
-No necesito tu lástima.
-No, esto no es lástima… ni siquiera mereces eso de mí- se defendió Yixing-. Debes aprender que no puedes luchar solo esta guerra- suspiró.
Sehun estuvo a punto de responderle con alguna de sus ingeniosas frases, pero justo en ese momento se vieron envueltos en un fuego cruzado entre centinelas. Sehun apenas tuvo tiempo de arrojar a Yixing fuera de alcance, pero él no corrió con la misma suerte.
***
Cuando fue capaz de abrir los ojos se encontró en el hospital del Instituto, conectado a varias máquinas que le tomaban el pulso y checaban sus demás funciones del cuerpo. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que la simulación terminó, ni cómo había terminado en esa habitación, pero intuía que la respuesta no sería agradable.
-¿Porqué me salvaste?- preguntó una voz entre las sombras-. Si tanto me odias, ¿por qué me pusiste a salvo?
Zhang Yixing.
Sehun cerró los ojos y se obligó a no hacer una estupidez.
-¿Estás bien?- preguntó en voz baja-. Sólo te arrojé a un lado, pero no sabía si el golpe sería demasiado para ti.
Yixing se posó bajo la luz de la lámpara y dejó entrever algunos rasguños en el rostro y un brazo fracturado.
-Lo siento- dijo Sehun.
-¿Qué sucede contigo, Sehun? Primero dices que mi presencia te provoca náuseas, que no me soportas, pero después me salvas la vida. No te entiendo- comentó Yixing, sentándose en un sillón al lado de la cama.
-Tú eres todo lo que jamás he podido ser, Yixing. Verte es como mirar la representación de aquello que tanto temo- Sehun parecía dispuesto a hablar; estaba confesando su verdadero sentir-. Desde que llegaste aquí has demostrado ser alguien que confía ciegamente en los demás, que no tiene miedo a ser lastimado con tal de cumplir su cometido. Incluso después del abandono de tus padres, permitiste que los demás se convirtieran en tu nueva familia… tú eres como el sol: jamás dejas de brillar, pase lo que pase-. Sehun miraba al techo.
Al escuchar sus palabras, Yixing lo miró con sorpresa.
-Por eso es que prefiero mantenerme alejado de ti, de esa forma no te contaminaré con lo que soy: un monstruo- sentenció Sehun-. Eres demasiado bueno como para estar con alguien como yo.
En un segundo, Sehun se vio acallado con un beso dulce y suave. Sus labios entraron en contacto con la boca de Yixing, quien lo besaba con ternura. Cuando se separaron, Sehun lo miró con incredulidad.
-¿Qué diablos significa eso?- cuestionó molesto, aunque el beso le había provocado miles de sensaciones que jamás había experimentado.
Yixing le sonrió.
-Tienes demasiadas heridas en tu alma, Sehun, tantas que ni siquiera eres consciente de ellas- lo besó de nuevo-. Por favor, déjame ayudarte a cerrarlas.
-Idiota- fue lo único que alcanzó a responder antes de atrapar los labios del otro con los propios, disfrutando del contacto.
Quizá lo que Sehun vio en Yixing desde que eran pequeños fue la posibilidad de abrirse a la gente, una oportunidad de la cual quería esconderse para siempre. Sin embargo, la calidez de Yixing fue mucho más poderosa que la frialdad de sus palabras.