Fic: Sangre Incólume c.III

Aug 21, 2011 14:05



TITULO: Sangre Incólume.
CAPÍTULO: III.
RATING: R.
WORD COUNT: 2000 ~.
SUMARIO:  Ginny y Ron siempre se han querido mucho, pero salvar el honor de su sangre podría hacerlos odiarse.
ADVERTENCIAS: Incesto y situaciones angustiantes.


III.

La tarde había caído cuando Ginny estaba en los umbrales de La Madriguera, pero como había pasado toda la tarde con Luna, estaba cansada como para ir con su madre, por lo que se fue directo a su nueva casa. Al entrar, vio a Ron sentado en la mesa del pequeño desayunador mirando fijamente el salero. Él, al sentirla entrar se sobresaltó. Ginny lo notó raro.

-¿Qué haces ahí? - pregunto la chica tentativamente.

-Mamá quiere hablar contigo. - respondió Ron sin cambiar su expresión.

-¿De qué?

-Quiere que vayas para allá para decirte algo.

-Pero, sobre qué. ¿lo sabes?

Ron no le respondió ni volteó a verla.

-Sí lo sabes. ¡Dime! ¿Por qué tanto misterio? ¿Es grave? ¿De qué se trata?

-Ya lo sabrás. - dijo el chico mirándola seriamente antes de subir las escaleras.

Ginny no tenía nada de ganas de ir a la casa de su madre y menos invitada con ese misterio y a hablar de algo que evidentemente era serio. Ella se conocía perfectamente las reacciones de Ron, y si hubiera sido algo que simplemente le molestaba o lo enojaba se lo hubiera dicho, es más la hubiera estado esperando para soltarle la sopa. Sin embargo, se había quedado callado, serio. Reflexivo. Eso no pintaba bien.

Al llegar y tocar la puerta todos la miraron atentos y expectantes. Ellos esperaban verla entrar bufando como un potro bravo, sin embargo los miró extrañada. Nadie habló.

-Me dijo Ron que quieres hablar conmigo. -Dijo finalmente la chica.

George rió y se dio la media vuelta alejándose. Ron lo dijo, él  no sería quien se lo dijera. Bill se quedó, su madre no lo estaba llevando fácil y él era el apoyo más firme que tenía ahora. Molly pasó saliva.

-Siéntate hija.

-Empieza ya mamá. - dijo la pelirroja quien empezaba a desesperarse.

-Lo que pasa es que… tenemos bastante presión por parte del Ministerio. Ha venido el Delegado Porter y ha dicho que espera buenas nuevas para el mes que entra…

-¿Buenas nuevas? ¿sobre qué?

Molly y Bill voltearon a verse. Molly continuó.

-Quieren que nazca pronto.

La mente de Ginny ya empezaba a viajar hacia el punto correcto pero una parte de su mente lo bloqueaba, no podía ser así.

-No sé de que hablas. - respondió a la defensiva.

-El bebé que… tu y Ron tendrán como prueba de la purificación de nuestra sangre hija. Eso es lo que…

-Jamás dijiste eso. - espetó la chica levantándose de la mesa.

-Pensé que lo sabían…

-Mamá dijiste matrimonio, no dijiste hijos. Jamás mencionaste esa palabra.

-Niña pero ¿!para qué se casa la gente!? ¡Por Merlin!

-¡Yo que sé! Mamá ni siquiera he cumplido 20. Yo no quiero tener hijos ahora… ¡y menos con Ron!

-En los matrimonios se forman familias, ¿no sabias eso?  Ustedes lo aceptaron y han dado su palabra.

-Mam…

-¡No, escúchame! Vamos a tener al Ministerio encima de nosotros haciendo mucha presión de ahora en delante, van a estar al pendiente de que esto se cumpla y si no sucede en un tiempo razonable será terrible, nos tratarán peor que a perros, de modo que hubiera sido 100 veces mejor ser traidores de la sangre. Un mago que otorga la palabra de honor de su sangre y no la cumple es tratado con las mayores crueldades y deshonras. Te lapidarán cada que asomes la cara por la ventana, lo harán con tus hermanos y sus hijos… Ginny… - finalizó su madre ahogando fuertes sollozos. Bill la abrazó y lanzó una mirada conciliadora a Ginny.

-Mamá esto… - la chica hizo una larga pausa mientras enjugaba la humedad de sus ojos. -¿Qué ha dicho Ron?

-No tenía idea, se fue. - Respondió Bill mirando hacia La Hura, mientras aún sostenía a su madre.

-Hija, por favor, no dejen pasar más el tiempo, esas cosas a veces pueden tardar. Prométeme que consumarán su matrimonio hoy mismo.

-No, no, no mamá. No lo haré. -todos que quedaron mirando. -No esta noche. Ha muerto papá, supongo que podrán comprender eso… Y no te quiero pegada a mí preguntándome todos los días si lo hemos hecho. Vas a tener que confiar en nosotros mamá. ¿Era todo?

-Sí.

-Bien, adiós.

Al salir de la casa, Ginny llevaba un mareo intenso, sentía como si hubiera sido golpeada por una bocanada de aire caliente, como al  abrir un horno encendido. Eso era lo que tenía Ron, seguramente su madre lo había cocido a preguntas y él habría respondido a todo… lo habían enterado y su madre se había angustiado a mil. Y para colmo, ella llevaba la peor parte. Embarazarse,  a la voz de ya… y además de Ron. Su estómago dio un vuelco.

Cuando la chica entró en la habitación todo estaba apagado y Ron yacía dormido en el lado izquierdo de la cama. Un dolor de cabeza intenso la dejó sentada unos momentos deteniéndose la cabeza con la mano.

-¿Ya te dijeron? - preguntó una voz a su lado.

-Si.

-Y ¿qué vamos a hacer?...

-Dormir. -Musitó ella al caer sobre la almohada y cerrar los ojos.

A la mañana siguiente, se encontraron en la cocina. Ron apenas se levantaba mientras que Ginny ya estaba vestida y preparando desayuno. Su desayuno. Su hermano se acercó a la sartén viendo el menú.

-Hay huevos, pan, leche… te puedes hacer lo que gustes.

Ron levantó ambas cejas. El chico se perfilo aún en pijamas y despeinado hacia la puerta.

-Ni se te ocurra ir a la casa de mamá. - ambos engancharon sus miradas. -No quiero tener a mamá demasiado cerca, ni preguntando de más. Nos conviene apartarnos un poco por ahora… y no quiero que cada que te pregunte vayas y le chismees todo.

-No soy chismoso.

-No, pero mamá sabe como envolverte… Ron, por favor.

-Bueno, como sea. Al menos hazme desayuno.

-Claro que no. - se burló la chica levantando sus hombros.

Ron tomó el envase de leche y buscó cereal mirándola resentido, pero apenas se sentaba con el plato cuando llamaron a la puerta con decisión. Ron se giró hacia la puerta y antes de abrir miro a su hermana. Detrás de la puerta estaba nada menos que el Delegado Porter acompañado de su madre ligeramente nerviosa.

-Buenos Días, ¿como les va?

Ginny saludó con una mueca mientras Ron trataba de ser amable invitando a pasar al caballero, su madre les hacía gestos para que se comportaran muy bien ante él.

-Linda casita eh… la hicieron rápido. Supongo que les ha comentado su madre que estaremos en contacto.

-Lo esperábamos en un mes. - contestó ácidamente la chica.

-Cierto jeje. El motivo de mi visita es para ponerlos al tanto de que el Ministerio de Magia reanudará sus funciones a partir del día de mañana. Y dado que ha quedado vacante el lugar que ha dejado el Sr. Potter, el Sr. Weasley ha sido ascendido a su puesto como jefe de Aurores. Así como el Sr. Percy hermano suyo, al que fuera el puesto de su señor padre. El nuevo Ministro tiene gran confianza en esta familia…

-Es que los muchachos se han sabido ganar esa confianza con sus aptitudes, señor Delegado. - respondió rápidamente Molly quien seguía pareciendo nerviosa. La familia parecía estar siendo juzgada a cada minuto.

-Seguramente… por cierto, ¿tendremos noticias pronto señorita, quiero decir, señora?

-No lo sé. - respondió la pelirroja sin inmutarse.

-Pero, el matrimonio se ha consumado, ¿verdad?

Ron abrió grandes ojos justo a espaldas del Delegado, mientras su madre hacía señas a Ginny de que respondiera que sí. El ambiente era sumamente denso y de gran presión.

-No. -respondió la chica. -Deseo respetar al menos un par de días de luto por la muerte de mi padre.

Al finalizar sus palabras una burbuja cristalina salió de su boca. Molly se sorprendió.

-Aprecio su honestidad. Sr. Weasley, lo esperamos mañana en su oficina… una vez terminado el luto por su padre… -comentó volteando a ver a Ginny y después se despidió.

-Mamá, ¿me hechizó? - preguntó inmediatamente la chica una vez que se había ido la visita.

-Sí, quería saber si decías la verdad… si te hubiera salido humo… Ay hija, que bueno que no me hiciste caso.

-¡Es el colmo!

Ginny empezaba a cargar ya con el peso de la presión que sentía su madre, ya se podía imaginar, que si las visitas de ese Delegado eran asiduas las de su madre a ellos serian permanentes preguntando o haciendo algún tipo de presión. Lo cual no sería muy difícil de pensar, el Ministerio no se caracterizaba por ser flexible o indolente con las personas que tenían una deuda con la sociedad.

Durante el resto del día Ginny prefirió no salir de casa, en ningún lugar sentía comodidad o confianza. No quería hablar de ello con nadie más, no quería salir, sólo pensaba. Ya podía imaginarse que al comentarlo con alguien más, en ese momento, tratarían de convencerla de que se olvidara de todo y aventara las bragas con ligereza sin escrúpulo alguno. Tratarían de recordarle las virtudes de Ron, que en efecto ella ya conocía, sabía por qué lo había escogido. Pero ella había pensado en  virtudes buenas para su convivencia juntos en una misma casa. No para una convivencia sexual.

De pronto, mientras pensaba, Harry llegó a su mente… Si él supiera todo lo que se cernía sobre su familia, ¿Qué pensaría Harry cuando supiera que tenía un hijo de Ron? No podía siquiera pensarlo. El dolor de cabeza le volvió.

Pero a pesar de que su casa era muy pequeña ambos encontraban la manera de tener su propio espacio. Ginny sabía que Ron también estaba pensando…  que dudaba, que se preocupaba. ¿Qué sería lo que él pensaba en realidad?

Ron también decidió quedarse. Él, a diferencia de Ginny no había tomado ninguna decisión, había simplemente cedido ante los requerimientos de su familia y había demostrado toda su nobleza al aceptar los designios de sus padres y de ella a pesar de que su vida también sufría un giro de 180º grados. Y ahora, un giro más. Él también sentía que la responsabilidad de la situación caia sobre sus hombros, particularmente eso de engendrar un bebé.

Por la tarde Bill fue a visitarlos, estuvo un rato con ellos platicando de cosas diversas, sin tocar el tema en absoluto. El primogénito Weasley realmente se preocupaba por sus hermanos y deseaba apoyarlos de algún modo. Pero después de un rato, al despedirse,  Bill se quedó largo tiempo hablando con Ron fuera de la casa, muy quedamente. Ella sabía que hablaban de eso. Sentía curiosidad por saber lo que hablaban, pero por otro lado prefería no saberlo.

Aunque seguramente terminaría por saberlo en algún momento.

N/A: Apenas empieza la verdadera tarma chicos, no se despeguen =P.

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