TITULO: Sangre Incólume
CAPITULO: 5
WORDS COUNT: 2200 ~.
PAREJA: Ron/ Ginny.
ADVERTENCIAS: Incesto, angustia.
V.
Durante aquella semana la pequeña pelirroja consiguió viajar por la Riviera francesa, navegó por las islas de Grecia, se paseó en góndola por Venecia y un par de lugares más. Ella sentía que estaba aprendiendo a sobrellevar la situación. Durante el día todo era tranquilo, bastante normal. Ella y Ron se llevaban bien, fuera de los conflictos que les provocara su madre no tenían mayores dificultades.
El trabajo de la oficina de Aurores era pesado y con frecuencia Ron pasaba casi todo el día fuera de la casa, un par de días no fue ni siquiera a comer. Ginny se sentía bastante sola en ocasiones, aunque podía ir con Luna, pero también ella tenía sus ocupaciones.
Por otro lado, sus amigas del equipo de las Holyhead Harpies le habían mandado las condolencias sobre la muerte de su padre y después le preguntaban cuando se integraría de nuevo a los entrenamientos del equipo. Pero esa gran pasión también tendría que dejarla. No tenía caso que entrenara si no estaría en la temporada debido al embarazo. Así que había decidido alejarse.
Lo que no le podía faltar eran las frecuentes visitas de George que, dentro de todo, era de lo que más disfrutaba. Él lograba distraerla y divertirla sin llegar a sentir presión de ningún tipo sobre su situación, si estaba embarazada o qué hacía por las noches. Y ese era el objetivo del gemelo, simplemente estar con sus hermanos, sin olvidar lo que eran. Lo que son.
Aquella tarde Ron llegó un poco temprano y con mucho hambre pues no había comido nada en su hora de comida. Ginny se sintió mal por tener solo una ensalada de pollo que ofrecerle, pero dado que no sabía si iría a comer a casa, no había hecho más. Ser ama de casa también era extraño para ella. La chica se sentó junto a él para acompañarlo mientras comía, pero a veces no sabía qué hablar con él.
Ron la miró por un momento y sin poder contener su curiosidad le preguntó:
-¿Otra vez con ese Atlas? ¿Qué tanto le lees? Te pareces a… ¡p-pareces mensa!
La chica contuvo el aire. -No tengo otra cosa que hacer, más que leer. Me aburro.
-¿Ya no irás a entrenar?
-Ay Ron, ¡cómo voy a entrenar si me voy a embarazar!
-De mientras… o vete con Luna por ahí.
-No ha podido estos días, tiene cosas que hacer.
-¿Y a mamá cuando le vas a levantar el castigo? - le preguntó Ron alzando una ceja.
-No seas payaso. No es que yo quiera ser mala con ella… además, la veo todos los días y nos saludamos. Sé que está
bien.
A Ron por su parte no le gustaba que Ginny y su madre estuvieran distanciadas. Él sabía que su madre podía ser difícil pero también sabía que su hermana era bastante complicada cuando se lo proponía y ahora las dos estaban una situación que lo agravaba. No quería pensar en una familia dividida con su papá recién fallecido.
Después de la cena el chico subió a darse un baño mientras ella seguía dándole un repaso al atlas al que le había tomado tanto aprecio, preparando su viaje de esa noche. Pero esa noche no viajó.
A pesar de que Ron estaba despierto cuando ella subió y platicaron otro poco sobre asuntos del Ministerio. Ginny espero recostada de lado cuando él se preparara y se acercara a ella, pero nunca lo hizo, cayó dormido sin más. Ella se extrañó pero igualmente durmió con placidez.
Sin embargo, al día siguiente por la mañana mientras ella seguía profundamente dormida sintió que Ron jalaba apenas sutilmente su pijama y buscaba la cinturilla con inseguridad. La chica se despertó.
-¿Qué pasa?
-Ahorita. - Le dijo el chico mientras, ahora que ella estaba despierta, jalaba abiertamente su pijama.
-¿Ahorita? Ay no Ron, estaba dormida. ¡Es muy temprano!
-Noo, es que ya no quiero hacerlo así. -ella lo miró quejosa, pero él prosiguió. -Ginny, ya no quiero masturbarme. Me choca. Si ahora estoy más… dispuesto, que sea al menos cuando me siento con ánimo.
-Bueno, como sea. - cedió la pelirroja torciendo los ojos.
A Ginny no le había gustado nada la idea. Eso la sacaba completamente de su rutina. Por la noche, al menos la habitación estaba completamente a oscuras, no era necesario verse, y mejor aún ella podía cerrar los ojos y perderse con mayor facilidad. Para hacerlo por la mañana tendría que usar el doble de concentración y además, eso de… cuando me siento con ánimo, no le había gustado nada. Ojalá esos ánimos no le pegaran en horas impertinentes…
Pero no corría demasiado riesgo, si Ron estaba pecando de algo, era de prudente. Todo se hizo bajo las ropas de cama y sin mayores diferencias a cuando lo hacían de noche. Lo único que él pedía, era tener un poco mas de dignidad al acceder a ella.
El problema era que Ginny iba sintiéndose más intolerante cada vez. Le molestaba que la despertara, le molestaba que en ocasiones jadeara sobre su piel, le molestaba el cambio de planes. Tal vez eso estuviera sucediendo por las fechas; aquel día por la noche Ginny recibió a Ron con la novedad de que había llegado su periodo.
Ambos se habían quedado en silencio sobre la mesa. Los sentimientos eran confusos pues por un lado podía significar ¿Vacaciones? (!) Y por otro, que no habría buenas nuevas que darle al Delgado Porter la semana siguiente y tendrían que esforzarse mucho más durante el mes que venía.
-Ni hablar. - dijo finalmente el chico.
-Era de esperarse, nunca pega a la primera.
Ron la miró impasiblemente.
-Bueno, ya veremos el mes que entra. ¿Le dirás a mamá?
-Ya te urge ir a decirle ¿no?
Ron rodó los ojos. -No quiero discutir, haz lo que quieras. Yo voy a la recamara.
Ginny visitó a su madre aquella tarde y también hubo silencio. Esta vez su madre no había sido animosa diciéndole palabras optimistas. Estaba preocupada. Le ofreció un té y se quedaron juntas un rato hablando de las locuras que estaba creando George para la tienda.
A todos afectó aquella negativa de la naturaleza. Ginny jamás hubiera pensado que toda la familia estaría al pendiente de sus días y que ello podría ser motivo de alegría o tristeza para todos. Mientras que ella por su parte, no sabía claramente si sentirse triste o feliz.
El hecho le apenaba porque dejaba caer un poco más de peso a la loza que ya cargaba sobre sus hombros, pero por otro lado le daba una especie de alivio. En realidad ella no se sentía preparada para un embarazo, no se imaginaba estándolo, o alimentado con papillas a un bebé dentro de su casa.
Después de todo pensó que el cielo estaba siendo benévolo con ella y le permitía tiempo para preparase mentalmente para el hecho.
Durante esa semana recibieron la visita del Delegado Porter quien sin falta estuvo ahí para la fecha que habían acordado. Pero no hubo noticias que darle por lo que prometió volver en algunas semanas… Ginny pensó si el hombre ese se creía que los bebés eran como palomitas de maíz. Y no entendía cómo, si en las circunstancias normales los embarazos pueden tardar, esperaban que bajo presión pudieran ponerse fecha límite a esos eventos. Era absurdo.
Pero claro, estaban metiéndose con la ley, y ahí las cosas tienen que tener números, tiempos y elementos con los cuales comprobar los resultados. Pensar en eso la hacía sentir que se ahogaba con su propio aire.
Aquellos días la chica fue presionada hasta cansarse a ir al sanatorio para asegurar que sus condiciones de salud fueran las adecuadas. El curandero le había confirmado que estaba en perfecto estado y que dada la presión de su situación los días de mayor fertilidad, recomendaba… mayor persistencia, y que los demás días se mantuvieran constantes pues, aunque los días más fértiles son ampliamente propicios, los otros no dejan de ser buenas opciones, en ocasiones hay óvulos que deambulan por ahí… así le había dicho el partero.
Los días de crisis pasaron y Ginny no tenía muchos ánimos de volver a su vida sexual pero tendría que hacerlo. Aunque a pesar de ello se había regalado un par de días más, ¡qué más daba! Ron también se lo agradecía seguramente.
Por la noche, antes de dormir, Ginny le dijo a Ron, así a oscuras, que ya se podía… y había sido una de las vergüenzas más grandes de su vida. Él solo había respondido con un: “Ah, ok” y había caído en sueño.
Ron por su parte, al principio se había estresado cuando no había tenido resultado todo lo que habían hecho en las semanas anteriores, pero también dejó que reinara su sentimiento de alivio. Si así apenas de daba abasto con los gastos de la casa, de Ginny y él como pareja, cuando tuvieran un bebé seguro no saldría de la oficina. Además, le gustaba volver a ser sólo hermano de Ginny, y dormir simplemente durante las noches. Descansar, sin tener que estar pensando que tiene que estar de ánimo para algo que no se le antoja.
Pero él también se había querido regalar una noche más después de que Ginny había levantado la tregua. Era justo también para él que llevaba una parte que no era de menos presión que la de ella. Aquella noche se dejó dormir como a él le gustaba, descansando y sin pendientes. Para el día siguiente, encontrar la manera de retomar acción.
Por la noche, empezaron de nuevo a calentar motores para volver a su rutina. Estuvieron juntos, pero extrañamente ambos se sentían especialmente irascibles ante la situación. A pesar, de que antes de las vacaciones que se tomaron ambos parecían haber logrado transigir poco a poco ante la situación, ahora de regreso, parecían no poder adaptarse. Por lo que después de un par de encuentros más, las circunstancias dieron un giro.
-Acércate un poco. - solicitó el chico después de poco de haber iniciado una cópula.
La pelirroja que estaba apenas a medio recorrido por la maravillosa ciudad de Roma escasamente hizo el gesto de moverse.
Por lo tanto, dado que ella no se movió, él se acercó cuanto necesitó para sentirse cómodo al menos. Pero a ella no le gustó.
-¡Asshh! ¡ ¡Me estás aplastandoooo!!
-¡Pues hazte para acá! - contestó el pelirrojo jalándola con exceso de fuerza.
Ambos estaban repentinamente cruzando la línea del respeto con el otro y Ginny pudo sentirse incluso intimidada cuando la hizo víctima de su fuerza. Pero eso no lo demostraría.
-¡No me jalonees! - respondió con un manotazo.
Y entonces se engancharon en un forcejeo que les encendió en un instante. Él estaba harto de sus actitudes y ella estaba molesta por haber interrumpido su paseo y el jaloneo que creía sin motivo, lo que la puso a la defensiva.
Ron la soltó momentáneamente y ella huyó recomponiéndose el pijama.
-¡¿Qué te pasa?!
-Como que ya estuvo bueno de que yo esté haciendo todo el trabajo, ¿no? Ya va siendo hora de que cooperes.
-Si coopero, p-pues quisiste que fuera en la mañana o cuando tu quisieras y te dije que sí.
-No Ginny, que COOPERES. ¿Crees que no me he dado cuenta de que te duermes mientras yo estoy ahí como pendejo?
-¡Bueno y qué! yo la voy a tener bastante pesada con el embarazo, ¿o te crees que es muy divertido?
Ron la miraba incrédulo y enfureciendo aún más.
-¿Y MIENTRAS QUÉ? Todavía no estás embarazada, así que le vas a tener que entrar Ginny… ¡Más vale que cooperes! -Advirtió el chico en un tono bastante serio.
-N-tfph… es que no sé a qué te refieres con eso.
-¡Pues de perdida a que te acerques si te digo que lo hagas! ponernos en otra posición, ¡tengo el pinche brazo entumido! no sé, cosas… ¡Mínimo que no te duermas! ¿Crees que es fácil mantenerse… inspirado?
-¡Yo no voy a hacer eso! O sea, aparte quieres que te dé inspiración…- ironizó la chica.
-Ginny, no te hagas. No eras virgen… y sabes bien que no es así de fácil.
La chica estaba totalmente volcada a la defensiva y no pensaba ceder ante nada que le propusiera su hermano. No quería verse haciendo con Ron lo que hacía con Harry.
-Eso es lo que te toca hacer Ron, y yo no te voy a ayudar.
Ron la miró retador. - Pues si tú no me ayudas con mi parte, yo no te ayudo con la tuya. A ver de dónde sacas un hijo.
Finalizó el chico para después tomar un par de mudas de ropa y desaparecerse ante la mirada atónita de su hermana.
N/A: Ahora que sí se complicó la cosa, A quién le van?? =P