Fic: Sangre Incólume. c.11

Nov 02, 2011 14:06

TITULO: Sangre Incólume.
CAPITULO: 11.
PAREJA: Ron & Ginny.
RATING: NC-17.    
WORD COUNT: 2600~.

XI.

Pasado el mediodía Ron entró en La Hura casi a hurtadillas. Si Ginny no recordaba lo sucedido, seguramente al menos lo intuía como él, y mucho se temía que no le parecería divertido. Subió las escaleras dispuesto a enfrentar aquella platica que seguro no había modo de esquivar. Lo que no se espero fue lo que observó.

¡Waaaaaacckkk!

Ginny abrazaba con vehemencia al escusado. Estaba con su nuevo camisón; el cabello, aún mojado por una ducha, atado en una larga coleta y la cara prácticamente verde.

-¿Qué tienes?

La chica levantó la cara con los ojos entrecerrados y no respondió. Ron se acercó a ella con preocupación, estaba pálida.

-¿No te has tomado nada? - Ella negó con la cabeza. -¿Tampoco has comido?

-Cereal… - dijo la chica apuntando al fondo del escusado.

-Mamá me dio una poción muy buena, pero necesitas algo que te asiente el estómago.

La chica  lo miró suplicante.

-Sí, ya voy. Y te traeré fruta.

Debió suponerlo, Ginny se había emborrachado prácticamente más que él y por lo visto su resaca era mucho peor que la suya. Cuando volvió a la recámara con la poción y un plato de fruta Ginny seguía sentada al lado del escusado.

-¿Por qué sigues ahí?

-Volví a vomitar. Tengo asco.

-¿Y por qué tanto? ¿No estarás embarazada? - preguntó  Ron pensándolo de pronto. Estaba casi ilusionado.

-¡Cállate! ¿Tú no te sientes mal?

-Algo. Sed y eso… pero bien. La poción de mamá es buena.

-¿Ahí estuviste toda la mañana? - preguntó la chica de reojo.

-No, fui a desayunar por ahí.

-Mh.

Después de beber la poción y comer un poco ambos se echaron a la cama a reposar su ilustre cruda. Mientras Ginny descansaba en un sueño tan profundo que parecía imposible de romper, luego de unas horas Ron se despertó y se quedó en la cama cavilando. Pensaba en tantas cosas. Muchas de ellas relacionadas con la noche anterior. Tenía dudas, curiosidades, temores, heridas… mil cosas que no sabía cómo sacar.

Cerca de la noche ambos se desperezaron un rato y tomaron una cena ligera. Ginny se encargó de levantar la cama de nuevo para dormir en ella. Cuando Ron la vio hacerlo le vino a la mente la idea de desahogar algunas inquietudes que le habían nacido de la noche anterior. Así que una vez en la cama cuando volvieron a acostarse para disponerse a dormir, Ron se le acercó más que de costumbre. Ginny se giró extrañada, pero Ron, aprovechando el escudo de la oscuridad, descaradamente le jaló el calzón.

-¡Ey! Nooo, hoy no.

-¿Por qué no?

-Ay Ron, me sentí fatal todo el día.

-Pero te sientes mejor.

-Es que… es que no tengo ganas.

-Bueno. Luego eres tú la que se queja, y que se va a ir otro mes en blanco y no sé que más…

Claro, no podía faltar una alusión sutil a que él había cedido ya en una ocasión sin tener ganas pues ella lo había hostigado. Ni hablar, le tocaba a ella. La chica se mostró vencida.

-Yo hago la mitad de la chamba pero pon de tu parte… - la imitó su hermano son sorna.

La chica se giró aventándose completamente bocabajo sobre la cama. Unos minutos después Ron la cabalgaba con las manos en su cintura. Ella estaba completamente suelta a merced de él, tal vez estaba a punto de dormirse. Ron no lo iba a permitir. Faltaba por comprobar algunas cosas. La volteó y jalándola de un brazo la sentó y se acercó a su cara. Cuando ella sintió aquél pene húmedo pasear por su cara se sobresaltó.

-¿Qué… ¡Noo!

-Chúpamela.

-Noooo, ¿Qué te pasa?

-Ayer lo hiciste, ¿por qué hoy no?...

-No, no, no, no. ¡No! No sé de qué me hablas, yo no me acuerdo de nada de anoche.

-¿Noo?

-¡No!

Entonces la chica rápidamente se giró volviendo a colocarse bocabajo prácticamente asustada. Era cierto, ella no se acordaba de nada aunque la afirmación de Ron no la tomó por sorpresa en absoluto. Ya sabía ella que habían tenido sexo y que el vino de ciruelas le subía el termostato. Seguramente había hecho eso, y Dios sabe cuántas cosas más. Pero no lo haría sobria.

El primer resultado de las curiosidades de Ron no le había dado una buena respuesta. Aunque una cosa estaba clara, recordara o no, no estaba en sus planes repetir lo que sea que haya pasado. Ahora, sólo una más… una espinita que traía clavada desde hacía poco y se quería sacar.

Una vez recostada de nuevo su hermano la jaló de la cadera levantándola hasta quedar sostenida en manos y rodillas. Ginny estaba todavía confundida, preocupada pensando que Ron recordaba lo sucedido y esperaba que se repitiera.

Estuvieron así por unos momentos hasta que el chico volvió a la carga y la atrajo hacia su pecho quedando juntos, ambos hincados. Ron sabía que esa parte sería difícil y que si Ginny tenía la varita cerca, tal vez le fuera mal. Suavemente fue deteniendo en su cintura el camisón que había ido subiendo cautelosamente y después de un poco de distracción, bajó su mano directamente a estimularla.

Ella inmediatamente trató de zafarse pero el chico la tenía sujeta con ambas manos.

-Noo, nooooo…

-Tranquila.

-No, no quiero… No… no… ¿Por qué lo haces? Suéltame… Ron, me estás violando…

El chico la liberó de inmediato. -N-no, no te estoy violando.

La chica trasteó la mesa de noche en busca de su varita pero no pudo hallarla y Ron se abalanzó sobre ella antes de que pudiera encontrarla. Ella huyó rápidamente sin protección.

-¿ Y ahora qué demonios te pasa? - recriminó la chica temblorosa.

-No te estaba violando. - Aquella afirmación parecía haberle afectado al chico.

-¡Claro que sí! ¿Que no sabes que cuando una mujer dice que “no” a algo tienes que dejar de hacerlo?

-Es que ayer te gustaba… y quería que te corrieras de nuevo. - Ya está, había soltado el anzuelo. No tenía idea de si era cierto o no, pero si ella había estado dispuesta como le había dicho George seguramente que había pasado, él era un amante que sabía corresponder.

-¡Ya te dije que yo no recuerdo nada de eso! Y yo no me quiero correr.

-Y ¿por qué? Ya vi que no eres frígida y que si te puedes correr. ¿POR QUÉ HE DE SER YO EL ÚNICO QUE SE CORRA EN ESTA PUTA
CAMA?

-Por mí no te preocupes. Los orgasmos importantes aquí, son los tuyos. - Terminó la chica para  luego salir de la habitación con un portazo.

Ginny amaneció hecha un ovillo en el único sofá de su pequeña sala. Cuando abrió los ojos Ron la miraba con un vaso de leche en la mano. Cruzaron sus miradas en silencio. No volvieron a tocar el tema.

Aquel domingo, después del desayuno, recibieron la visita de Luna, quien preocupada por el estado inconveniente en el que habían partido de su casa, se había quedado con preocupación y decidió darse una vuelta por su casa.

Cuando Ginny la vio, se sintió apenada. Después de todo lo dicho por Ron, se temía haber hecho algún desfiguro en la fiesta. Aunque Luna la tranquilizó, la rubia no tenía idea de que lo que había sucedido al llegar. Y una vez que Ron se despidió y las dejó solas, Ginny le platicó a Luna que su borrachera había sido tan fuerte que no recordaba nada de  lo sucedido pero que habían amanecido desnudos,
cansados y en otra casa.

-Genial.  -dijo Luna con entusiasmo.

Debió suponer que a Luna el hecho de que tuvieran sexo sin complejos le parecería genial.

-No, no es genial Luna. Y además, para colmo, ¿sabes lo que hizo ayer? M-me  tocó. ¡Con toda la intención!  Me buscó el clítoris, así sin más, y me lo empezó a sobar. Me puse furiosa y me salió con que:  Por qué iba a ser sólo él quien tuviera orgasmos, y que ya sabía que yo no era frígida porque había tenido uno el día de tu fiesta. ¡Tú crees! Yo no sé de dónde sacó que yo era frígida. Idiota.

-No he entendido casi nada de lo que has dicho. Y es porque estás diciendo muchos disparates.

Pero la pelirroja estaba harta. Harta de la situación, harta de que todo el mundo les deseara un feliz matrimonio cogelon, harta de que el mundo pensara que estaba loca. Harta de que Luna pensara que decía y hacía disparates. ¿Estaba realmente mal?

Ginny lo enfrentó. -¿Por qué?

- Dime tú. ¿Por qué esta mal que te toque? ¿Por qué no han de hacer el amor, en vez de sólo follarse? ¿Qué elementos le has dado a Ron para no creer que eres frígida? ¡Lo eres! ¿Cuánto tiempo piensas que vas a vivir así? ¿Qué va a pasar cuando te embaraces y tengas el bebé? ¿No volverás a tener sexo jamás con Ron ni con nadie? ¿Y él, no lo tendrá jamás tampoco??  Disculpa si son muchas dudas.

Ginny escuchó el aluvión de preguntas de Luna con los ojos bien abiertos y la verdad era que no tenía respuestas, de pronto sintió ganas de llorar dándose cuenta de lo perdida que se sentía y de su total falta de conciencia ante la magnitud del rollo en que estaba metida. A pesar de todo lo que había pasado, aún había un sinfín de cosas que ni siquiera había pensado.

La chica se cubrió la cara con los ojos húmedos.

-Ginny, estás portándote como si no supieras de qué se trata la vida. Como si no supieras que te quedan muchos años con él. Estoy segura de que Ron es un buen amante, recuerda que tú lo escogiste de entre todos tus hermanos, y fue por algo.

-Oh bueno, no fue porque lo imaginara en la cama. Pensé que sería más fácil convivir con él. Cuando nos casamos no sabía que debíamos tener un bebé, ni que tendríamos sexo.

-Pero eso ya es pasado, ahora lo tienen y lo seguirán teniendo por buen tiempo. Me parece algo bueno por parte de Ron que no quiera ser el único en tener orgasmos, tiene razón. Seguramente el tampoco se siente satisfecho. ¡Él creía que eras frígida, imagínate! ¿Cómo crees que se siente?

-¡Es que cada día las cosas crecen y crecen en vez de reducirse! La idea al principio era que sólo para eyacular me penetrara, luego ya era con un poco de folleo, luego que en la noche no se inspira, luego que el niño quiere más posiciones porque se cansa, luego no sé qué… ¡Ya hasta me estrené el negligé que me regalaste! ¿Y ahora más? No, no quierooo. No quiero hacer tantas cosas con él. ¡Tengo miedo!

-¿Qué cosas no quieres hacer con él? ¿A qué le tienes miedo exactamente?

-No quiero… Hacer El Amor, así con todas sus letras. No sé… ni siquiera se me antoja besarlo en la boca….  Y, tengo miedo… miedo de que si disfruto con Ron esté pensando en Harry.

-Piensa en Harry, no importa. Cuando pienses en Harry, estarás pensando en Ron forzosamente  porque no dejarás de notar las diferencias. Porque no creo que sean muy parecidos, ¿o sí?

-No, muy diferentes.

-Vamos a ver. ¿Es malo Ron en la cama? Piensa sólo en él, de la manera más objetiva que puedas y sin remilgos.

-No, me parece que no.

-¿Crees que podrías disfrutar con él?

-Pues según él si lo hice. -Luna le enarcó una ceja reclamando la respuesta. -Sí, OK, si.

-Dime una cosa que no te guste que haga y otra que pudieras disfrutar de él en la cama.

-Ooh Luna, esto es peor que los exámenes de Pociones. - se quedó pensando unos minutos y comentó. -Ah ya sé, odio que le guste hacerlo de madrugada o por la mañana cuando yo ya quiero ponerme a hacer otras cosas. Y que me guste… parece cariñoso, como tierno. Siempre y cuando no esté enojado, pero si…  es amoroso.

-Perfecto, ¡esa es una cualidad hermosa! Y derivado de ahí seguramente será esmerado, protector, complaciente… Uuuf, te has llevado el premio gordo.

Ginny sonrió.

-Piénsalo Ginny. Sólo piénsalo.

-Gracias Luna. Por preocuparte y venir hasta acá, por escucharme… y por aclarar una parte de mi mundo. Me has dado una sacudida.

Ginny no se hubiera esperado tener una plática tan esclarecedora con Luna, pero la verdad es que la había hecho pensar en cosas que ni siquiera había pensado. De cualquier manera, las cosas no iban a cambiar de golpe pero tenía más cosas en qué pensar.
Ron por su parte, aprovechó la visita de Luna, para ir a ver a su ahijada Victorie que hacía ya mucho que no visitaba, y claro, a su hermano también. Después de un rato de convivir con la familia, Ron y Bill se alejaron caminando por la orilla de la playa y se detuvieron en la arena. Cuando se quedaron en silencio, supo que había ido a su casa porque necesitaba a su padre, y buscaba en Bill los consejos que ya no podía recibir.

-¿Qué tal las cosas con Ginny? ¿No más peleas? - Bill sabía que a Ron le sucedía algo.

-Pff… -Ron sacudió la cabeza. Quería decir tantas cosas y al mismo tiempo ninguna. Bill seguía siendo hermano de ambos.

-¿Sabes? Trato de imaginarlo, y no puedo.- rió Bill.

-Es una esposa terrible. - rió también Ron. -Damos un paso para adelante y dos para atrás… - susurró cambiando completamente la expresión de su cara por una de profunda reflexión.

Bill los conocía bien, sabía las fortalezas y debilidades de cada uno. Podía ver en su mirada cómo llevaba una pesada carga sobre los hombros.

-El bebé no va a llegar si no se relajan. Siento que están muy estresados con eso. Sé que Ginny  pudiera ser algo dominante…

-¡Pff! Trata de casarte con mamá. - escupió el menor sin represión.

-Jajaja, te lo creo. Pero puedes contenerla. En la cama las cosas se emparejan y se pueden arreglar. -Ron movió la cabeza lentamente y perdió su mirada. -El problema que tuvieron fue por sexo ¿verdad?

-Sí.

-¿Por qué siento que tú eres el problema? Te siento lleno de culpas…

Los ojos de Ron se llenaron de lágrimas. Bill se acercó a su hermano y le puso una mano en el hombro.

-Ron cuando logres quitarte esas culpas, vas a poder entenderte con Ginny. Mientras no lo hagas, ella te va a hacer girar en la ruleta de sus propias culpas.

-Odio acostarme con Ginny. Odio cuando logro sentirla… y que además se quedé impávida mientras me estoy viniendo como pendejo.  - soltó finalmente tallándose los ojos como un niño.

-Deja de pensar en Hermione…

Los hermanos encontraron sus miradas y a Ron le escaparon dos gruesas gotas.

-Quieres sentir a Hermione en Ginny y te equivocas. Y cuando empiezas a disfrutar a Ginny sientes que traicionas a Hermione…

Las lágrimas de Ron se volvieron copiosas.

-Las estoy traicionando a las dos.

-Ginny es tu esposa. No dejes que los escrúpulos te ganen. Busca atributos en Ginny que te hagan sentir hombre con ella. Algo debe de tener.

-Sí, y otra vez yo haciendo el esfuerzo ¿y después qué? Si a ella el sexo conmigo le vale. ¿Sabes por qué nos peleamos? Porque se dormía. ¡Dormida! A propósito.

Bill se quedó sin palabras. No hallaba cómo confortar a su hermano ante esa situación.

- Ella también está madurando. Encontraremos la manera, ya lo verás.

Al atardecer Ron regresó a su casa, con Ginny;  bastante más desahogado, aunque en la misma situación. Las cosas subían y bajaban mientras ellos se mantenían en el mismo lugar, la clave sería aprender a vivir con ello.

N/A: Nos vemos en la próxima.

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