TÍTULO: Sangre Incólume.
CAPÍTULO: XVII.
RATING: NC-17.
ADVERTENCIA: Incesto.
PAREJA: Ron / Ginny
WORD COUNT:1900~.
XVII.
-Enhorabuena caballero. - le dijo el médico.
-¿Qué pasa? ¿Sí? ¿S-si estás embarazada? - preguntó el chico emocionadamente incrédulo.
-Mire… pase. - le dijo el hombre al pasear su vista por su sala de espera, que para su suerte se encontraba vacía.
Mientras entraban, Ron buscó la mirada de Ginny con una sonrisa pero ella estaba muy seria, tal vez estaba impresionada.
-Felicidades, van ustedes a ser padres.
-Que bien. - sonrió el futuro padre. -Y… ¿cómo esta todo?
-Bien, bien. Ahorita platiqué con su esposa sobre fechas y cuentas, entre otras cosas. Le hice además algunas pruebas que han dado positivo para gravidez. Según lo que he comentado con ella deben estar en la tercera semana y a partir de ahora… ¡a prepararse! Jeje.
Ron rió ante el comentario del curandero pero a Ginny no le hacía gracia ni una elefanta en patines y tutú.
-Me comenta también la señora que no ha tenido malestares importantes, es posible que se empiecen a presentar pronto. Habrá fluctuaciones en sus niveles hormonales, cambios de humor, tal vez tristeza o demasiado efusiva… - indicó el hombre haciendo sutiles gestos a Ron insinuando razones para la falta de entusiasmo que reflejaba Ginny con la noticia. -Así como los problemillas gástricos más comunes: náusea, vómito, etcétera.
-Comprendo. - respondió Ron confirmando que entonces no estaba alucinando y Ginny no se había tomado bien la noticia.
Pero él no comprendía bien la razón de la actitud de Ginny, él se sentía contento y con ganas de correr a decirle a su madre, a sus hermanos y de paso, de ir a restregárselo en la cara al Delegado Porter, al que seguramente le encantaría la noticia.
-Wow Gin, no lo puedo creer. Vamos a comer con mamá para decirles, yo ya le he dicho a Percy y les avisamos a… -comentaba el chico al salir del Sanatorio, pero fue interrumpido por ella.
-¿Ya le dijiste a Percy? ¿A qué hora?
-Antes de venir. Pero aaah, ya verá el imbécil de Porter, ahora mismo iré a decirle que estas embarazada pera verle su cara de estúpido. Te alcanzo con mamá.
-No. Todavía no digas nada. Vamos a esperar unos días.
-Ginny, ¿qué es lo que te pasa? ¿No estás contenta?
-Yoo… creo que no me siento bien.
-Bueno, entonces vamos a casa y más tarde iremos con mamá.
La noticia no le había sentado bien a Ginny. No eran malestares de embarazo lo que ella sentía, sino malestares emocionales. Era justamente lo que se temía, ella sentía que con el embarazo se le venía encima una losa pesada que la iba a aplastar hasta no dejar nada de ella. Y ver a Ron tan contento le provocaba nauseas. Peor aún pensar en la radiante alegría que le daría a toda su familia. Quería hacerse un ovillo y no salir de la cama.
Pero no había manera de esquivar la celebración familiar. Como era de esperarse Percy ya se había informado de los resultados y avisado a todos. Cuando los chicos entraron en La Madriguera fueron recibidos con fanfarrias, buenos deseos y hasta algunos consejos por parte de su madre. Y con ella, más le valía sonreír o no se la quitaría de encima. La chica hizo un esfuerzo y se mostró falsamente conmovida.
La cabeza de Ginny daba vueltas, se sentía más perdida que nunca dentro de su propia vida. Su embarazo la tenía profundamente sacudida y desorientada; y la reacción de Ron era una de las cosas que más la tenía confundida. La alegría de su familia la esperaba, pero la de él… no la comprendía.
Mientras celebraban en familia y todos convivían, Ginny pudo ver que Percy atrajo a Ron para decirle algo que le hizo cambiar su rostro, estuvieron secreteándose algunos minutos y después su marido se mantuvo un poco más ausente y pensativo. Cuando Ron estuvo de regreso ella trató de saber lo que pasaba pero él la evadió tartamudeando. Entonces fue con Percy.
-Percy, ¿para qué llamaste a Ron?
-¿Yo, cuándo?
-Percy acabo de ver que lo trajiste a la escalera para hablar con él. Dime lo que le dijiste.
-Está bien, no es algo que quiera ocultar, sólo que… no quiero preocuparte.
-Habla.
-Es Hermione. Pidió su cambio hace una semana, hoy se lo han concedido y se va a Italia como ejecutiva de leyes.
-¿Se va?… ¿Cuándo?
-Mañana es su último día.
-¿Se enteró…?
-¿De tu embarazo? Si, cuando lo supo fue con Kingsley y él agilizó los trámites.
-Gracias por decírmelo Percy.
Y para colmo de males… Hermione. Ginny tenía sentimientos extraños hacia ella. No sabía si compadecerla, aunque le tenía cierto recelo. Habían sido buenas amigas. Así que le pareció buena idea ir a despedirla y hablar con ella por última vez. Le parecía justo, nada tenían que perder.
Esa noche los dos se mantuvieron silenciosos y un tanto ausentes uno del otro. Pero a pesar de ello Ron tenía en cuenta las palabras dichas por el médico, y recordándolas se acercó a abrazarla para que Ginny no se sintiera triste. Pero era en vano, ella tenía la almohada húmeda con sus lágrimas.
Al día siguiente esperó a que él se fuera y se preparó para ir al Ministerio. Pero dado que la situación estresaba a Ron, no quería que él se diera cuenta; tendría que moverse con cautela por las oficinas, aunque sería difícil. Con dos hermanos trabajando ahí y tantos años que lo hizo su padre, mucha gente la conocía.
Una vez en el Ministerio se topó nada menos que con Naylor que para su suerte llegaba retrasado. Ginny le avisó que la casa estaba sola y que prefería que la orientara por las oficinas advirtiéndole que no le dijera nada a Ron de que estaba ahí. El hombre la ayudó amablemente y le informó que no se preocupara El Sr. Weasley no estaba en su oficina.
Por otro lado, buscó la oficina de Hermione en el departamento de Leyes Mágicas pero la encontró vacía. A punto de darse por vencida cuando caminaba ya hacia la salida se topó de nuevo con Naylor. Quien le informó que él en ocasiones bajaba a unas oficinas desocupadas en los pisos inferiores, tal vez ahí lo encontrara. La chica tuvo un mal presentimiento y se dirigió hacia allá.
Caminó cautelosamente por el pasillo y su estómago dio un vuelco al escucharlos, eran ellos sin duda, sus voces. El corazón empezó a latirle deprisa.
-Por Dios Ron, tu sabes que es lo mejor…
-Hermione…
-Escúchame Ron. Debo irme, tu ahora estás bien con Ginny… y tendrán su bebé. Nada tengo yo qué hacer aquí. Esto me hace daño… y ser tu amante no es lo que yo quiero. Estuve contigo en los momentos que me necesitaste… te di acogida en mi casa. Pero tú y ella ya son un matrimonio… Tú y yo hace mucho que ya no… - Hermione hizo una pausa mientras liberaba algunos sollozos.
-Hermione me duele muchísimo que te vayas. No sé qué decirte. - decía Ron tallándose la cara visiblemente conflictuado.
-Lo nuestro murió Ron… Permíteme recuperar mi dignidad y mi vida.
La voz de Ron se quebró y dos gruesas gotas rodaron por su cara pecosa.
-Te deseo lo mejor Hermione. Perdóname todo, por favor.
-Adiós.
Ginny tuvo que moverse rápidamente para no ser vista por Hermione al salir. No tenía nada que hablar más con ella. Aún estaba tratando de comprender lo que había escuchado y no lograba. “Te di acogida en mi casa”… seguramente estuvo ahí cuando en aquella ocasión se fue de la casa, por eso nadie sabía dónde estaba.
A su mente llegaron tantos recuerdos relacionados con los altibajos en su relación con Ron, que seguramente iban de acuerdo a los altibajos de ellos. Sin embargo lo que hablaban era extraño.
Ginny siguió caminando hasta salir del Ministerio con la mirada perdida y la cabeza revuelta en pensamientos. Sin saber qué pensar, ¿debía hacer una gran escena por su engaño? ¿Era real ese engaño? Hermione se estaba despidiendo y tenía el suficiente orgullo para no volver.
Regresó a su casa y volvió a enrollarse como un gato dentro de la cama. Se sentía más sola que nunca en el mundo. Era como si Ron y ella estuvieran en una isla desierta y tenía miedo de que fueran dos perfectos extraños. Su cabeza estallaba y tardó mucho en conciliar el sueño.
Cuando se despertó se dio cuenta de que había ruidos en la habitación, Ron estaba dentro, no supo a qué hora había llegado.
-Ya llegaste. - dijo somnolienta.
-Hace un rato. ¿Te sientes mal?
-N-no, sólo estaba aburrida y me dormí.
-¿Estás bien Ginny? Tienes días rara.
-Será porque me siento rara…
-¿No es muy pronto para que tengas síntomas?
-No me refiero a síntomas de embarazo, estoy confundida Ron. Estoy embarazada. ¡Embarazada! ¿Sabes lo que significa eso para mí? Tengo 19 años.
-Era lo que estábamos esperando.
-Es lo que nos pidieron que hiciéramos. Lo que sigue… no sé bien qué es.
-Ey, relájate. Todo va a estar bien. No pasa nada.
-¡Me siento sola Ron! - liberó por fin la chica llorando.
-¡Cómo vas a estar sola Gin! Yo estoy contigo. Aquí estoy, contigo.
-¡Tengo miedo!
-Pero ¿de qué? Tranquila, no va a pasar nada. Sólo es un embarazo, no pasa nada.
Las palabras de Ron lejos de confortarla la hacían sentirse más preocupada y perdida. “Sólo es un embarazo, no pasa nada…” o era una frase demasiado inconsciente o demasiado optimista. Él por su parte estaba muy sorprendido de qué el embarazo le hubiera dado semejante golpe a Ginny. La idea que él tenía de ella, era de una chica tremendamente fuerte. Y ahora le parecía una lánguida flor.
Su esposo tomó su cara en las manos y la observó tratando de transmitirle serenidad. Ella seguía con los ojos húmedos. Entonces se acercó lentamente y la besó sobre los labios estrechando su cuerpo tembloroso y ella se aferró a él, física y emocionalmente.
Los chicos se quedaron sobre la cama abrazados, buscando tranquilizar sus emociones. Pero éstas explotaron en Ginny, unos instantes después lo besaba efusivamente. Ron respondió con pasión y ternura al remolino de fuego en el que iba convirtiéndose Ginny en cosa de minutos.
Ella lo besaba y acariciaba con vehemencia, desahogando todos sus temores y ansiedades en él, lo cual estaba envolviendo a Ron en deseo cuando Ginny escondió la cara entre sus piernas. ¿Cómo no seguirla, cómo no satisfacerla?
Las ropas de Ginny se desperdigaron sobre la cama y se fundieron en uno rápidamente. Ella gemía como nunca lo había hecho, deleitada, entregada.
Ninguno de los dos se dio cuenta en qué momento habían dejado de pensar y se habían dedicado a volcar sus sentimientos sobre el otro, sobre la cama.
Después de su apasionado encuentro se quedaron dormidos por varias horas. Ron se despertó en medio de la madrugada pensando qué sería lo que les sucedía a ambos. El embarazo también le afectaba a él. Empezaba a sentirse verdaderamente casado. Ginny parecía realmente depender de él, necesitarlo.
La responsabilidad ya caía sobre sus hombros y un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando pensó que esto apenas comenzaba.
N/A: Pobre Ronnie, ahora a entrarle al toro por los cuernos xD.