Sangre Incólume c.19.

Jun 07, 2012 15:54

TÍTULO: Sangre Incólume.
CAPÍTULO: XIX.
RATING: NC-17.
PAREJA: Ron / Ginny.
ADVERTENCIA: Incesto.
WORD COUNT: 2000~.



XIX.

Un par de días más tarde Ginny ya no soportaba un minuto más en la cama, su madre tenía serios problemas para mantenerla quieta. Aunque tampoco era gran actividad la que hacía, sólo quería moverse por la casa, caminar. Pero subir y bajar escaleras es en sí pesado, más aún en un embarazo delicado. Molly no hallaba la puerta, y no quería decirle a Ron porque además de mandarlo preocupado al trabajo, se enojaría con ambas y terminaría por mandarles a Naylor y ellas no creían que la cosa fuera para tanto.

El embarazo desde su inicio había producido un efecto en Ginny de inquietud, de una ansiedad que le llenaba el cuerpo y no encontraba la manera de calmarlo, a veces la ponía muy irritable, a veces demasiado activa y a veces hipersensible. Ron se esforzaba pero la verdad es que ella a veces era muy difícil de tratar. Siempre parecía lista para pelear.

Aunque a pesar de ello Ron se esforzaba en ser paciente con ella y con su madre, quien también solía ser difícil en ocasiones. Molly tenía muy presente que aquel matrimonio eran sus hijos, ambos; y eso la hacía en ocasiones entrometerse demasiado.

Bill también estuvo pendiente de proporcionarle el apoyo necesario tanto a sus hermanos menores como a su madre. Por esas fechas, la Madriguera desbordó de alegría al notificarse que la familia no solo esperaba a los bebés de Ginny y Ron sino que Percy también estaba en espera su primogénito. Todos los hermanos estaban más unidos que nunca.

Todas esas felices noticias fueron conocidas rápidamente por la gente del Ministerio y la sociedad mágica… y llegaron hasta Harry, quien sorprendido difícilmente pudo quedarse sin reaccionar, la noticia lo tomaba más que de sorpresa. Una lechuza que volaba desde muy lejos llegó hasta la oficina de Ron con palabras de Harry.

Ron pasó su mirada por cada una de las líneas escritas por quien fuera su mejor amigo. No había reclamos, ni preguntas, solo una felicitación con sentimientos de una profunda confusión… y tristeza. Tal vez una inmensa soledad. El pelirrojo se sintió casi avergonzado, la confusión que debía sentir Harry parecía mucha, él no sabía (como ellos en un principio) que ese pacto de sangre involucraba el engendramiento de un hijo. Aunque ellos habían ido más lejos, es cierto… Seguramente alguien en Albania le habría podido explicar la situación, aunque para Harry no sería fácil comprender. No lo había sido para ellos.

Ron guardó bajo lugar seguro aquella carta que ella no debía ver, o se vería muy afectada. No sabía cuáles eran los sentimientos actuales de Ginny pero sí sabía que no era un buen momento para averiguarlo, esa carta podría alterarla mucho.

Por la noche llegó a su casa y casi el entrar su madre parecía lista para entregarle la estafeta, seguramente habían tenido algún problema. Ron se lamentó por haber llegado tan tarde a casa, su madre lucía bastante cansada también. El chico en ocasiones abusaba sabiendo que su madre estaba en casa; esa noche se había detenido por un par de cervezas después de leer la carta de Harry.

Cuando subió Ginny estaba poniéndose el pantalón del pijama, y tenía cara de haberse molestado con su madre. Ron sabía que era mala idea preguntar, entonces simplemente la saludó y él también se puso cómodo y se dejó caer sobre la cama pesadamente. Ginny lo miró sin acostarse.

-¿Qué pasa?

-No tengo sueño, no quiero estar acostada. Mamá me obligó a tomar una siesta por la tarde y ahora no tendré sueño hasta entrada la madrugada. Por eso odio estar en la cama. Ni siquiera descanso. - liberó la chica desahogando sus pesares.

El chico inspiró profundamente y extendió su brazo llamándola.

-No des guerra y acuéstate conmigo, anda.

Ginny hizo puchero y tenía cara de estar a punto de llorar, debía sentirse muy harta; pero a pesar de todo cedió.

-Ven, anda. Tranquilízate… -dijo recibiéndola en la cama. -Respira profundo y ten calma. No vas a pasarte la noche parada al lado de la cama.

Su hermana se recargó en su hombro haciendo pucheros enfadados. Realmente tenía los ojos llorosos.

-Ginny, por Merlín. No puedes ponerte así. - la reprendió Ron.

-Estoy enfadada. Odio el reposo, ¡y la cama!

-Bueno, entonces ¿quieres que vayamos a dormir a la cocina? Yo aparto al lado de la estufa porque quiero dormir calientito… -bromeó el chico mientras la abrazaba. Ella sonrió.

-Bésame. - solicitó la pelirroja.

Ron la sujetó de la cara y la besó en el centro de la frente con gran sentimiento. Ella lo observó y después se acercó y lo besó sobre los labios, beso que él respondió y continuó. Lo que a Ginny le faltaba era ser mimada, darle cariño.

Apenas le había besado el cuello y la chica ya parecía derretirse. El embarazo la tenía definitivamente sensible. El chico continuó besándola.

-Oh no, no hagas eso. - se retorció la pelirroja al contacto.

-De verdad que últimamente te pones fácil. Total, déjate llevar. - le dijo mientras se inflaba de orgullo chupándole con más gusto el cuello.

-Noo, el curandero dijo que no. Que dejáramos unos días.

-Te digo que te dejes llevar. Si tienes ganas, disfruta.

-Pero…

-No te preocupes, no te voy  a lastimar. Te va a gustar. -Le dijo al meter la mano dentro de su pantalón de pijama.

Ron con la mano dentro comenzó a acariciarla y ella a temblar al contacto. Después continuó con sutileza; con la mano dentro de su pantaleta, sólo con el dedo índice la tocó. Su hermana estaba húmeda, perfectamente lista para ser tocada. No necesitaba más que la yema de su dedo para hacerla estremecer. Comenzó directamente sobre el clítoris. La vista de Ginny comenzó a perderse dando esporádicos jadeos.

-Abre las piernas.

Ella tenía los ojos entreabiertos mientras él seguía concentrado en su labor guiándose únicamente por el tacto. Acarició entre sus labios y dejó su dedo introducirse ligeramente en ella y jugar un poco.

-Ooh…

-¿Así? ¿Te gusta?

-Mh.

-¿Así… o aquí? - preguntó subiendo de nuevo a acariciar su clítoris.

-Mh.

-¡Pero dime, no me estás respondiendo!

Después de una pausa contesto secamente la chica. -Si.

-¿Sí qué?

-Pues, me gusta… assh no se, ya me perdí… -dijo Ginny saliendo del trance, la brusca llamada de Ron por respuestas le hizo perder la concentración y el hilo de la acción.

-¡Cómo que te perdiste! No seas tonta Ginny, ayúdame, ve diciéndome qué quieres.

-Vuelve a empezar.

Ron  rodó los ojos, su hermana era una mujer complicada. Mientras mantenía su mano dentro con caricias suaves regresó a sus gestos vampirescos comiéndole el cuello y el hombro. La chica estuvo de regreso en un par de minutos y entonces él volvió a ponerse insistente con el clítoris dando círculos encima con su propia humedad. Los jadeos de ella se hacían constantes.

-Imagina que es mi lengua.

La chica cerró los ojos deleitada mientras él mezclaba caricias entre sus labios, deslizándose hacia dentro.

-Ooh…

-Súbete la blusa.

-¿Uh?

-Sube la blusa. Tengo la mano ocupada ¿sabes?

Esta vez las solicitudes del chico no la distrajeron demasiado, Ginny se movió apenas lo suficiente para sacarse la blusa. Y ahora el chico alternaba boca y mano aumentando la intensidad ante lo que ella respondió con gemidos. Sus pezones también habían aumentado su sensibilidad con el embarazo, y Ron le hacía lo justo y un poco más. Sus caricias sobre el clítoris se hacían más inquietas, resbalaba hasta su entrada y subía de nuevo.

Así se mantuvo Ron por algunos minutos al tiempo que humedecía aquellos pechos que empezaban a transformarse para dar vida. La expresión de Ginny era el preludio de lo que parecía un angustioso orgasmo.

-Ooh, mh… si, si… ¡OOH! -gimió la chica en el último momento mientras Ron la escoltó con caricias hasta el último jadeo.

El chico le dejó un momento de silencio para recuperarse y después volvió a ser su hermano fastidioso.

-La cara que pones cuando te corres es de foto jejeje.

Ginny se sonrió  y se giró para ponerse de nuevo la blusa, luego se sentó a su lado.

-Y ahora, no pensarás dejarme así. - dijo Ron mostrando una dolorosa erección apretada en la trusa. Ella, al advertirla se reacomodó y metió la mano dentro.

-No, no me vas a marear con una jalada, quiero una mamada.

La chica soltó una carcajada. -Jajaja. Pero tú sólo lo hiciste con la mano.

-Aaah, pero yo soy bueno con la mano, y tu eres bastante mala.

-¡Eres un grosero! Además nunca te has quejado. - Exclamó Ginny indignada.

-Porque era el principio y luego seguía el polvo, pero si hoy será todo…

-Vas a ver que hoy si te gusta. Te lo prometo. - afirmó la chica mientras le sacaba la trusa.

-Anda Ginny ¡dame caña! Hazme una mamada. - rezongó el chico.

-Ssh, relájate, te va a gustar jiji.

El chico rodó los ojos y flexionó las piernas ampliando el acceso. Lo que acababa de hacer con Ginny lo había puesto a mil. Ella se sentó entre sus piernas y lo tocó, su pene estaba flamantemente erecto. Sentía todo el vigor en él. Empezó a acariciarlo juguetonamente.

-No te hubieras puesto la blusa… Las jaladas se hacen con las chichis al aire.

La chica se detuvo y se sacó la blusa de nuevo. Esta vez no quería quejas. El chico la miró con curiosidad, su cuerpo cambiaba sin duda.

-¿Te están creciendo verdad?

-Más bien me siento hinchada.

-Sí, te ves hinchada ¿No te duelen?. - preguntó el chico tocándola mientras Ginny masajeaba sus testículos descuidadamente.

-Si, pero lo que más me da es comezón. Traer brassiere me molesta. - comentó la chica iniciando una vigorosa paja. Ron se arqueó recargándose en la almohada y cerró los ojos.

Cuando el chico iba tensándose más, ella disminuyó la intensidad y se centró en la punta, Ron la miraba suplicante. Ginny cedió y abrió la boca para atraparlo.

-Oh sí…

El chico estaba durísimo y su erección palpitaba como si estuviera a punto de correrse, lo que tenía un poco temerosa a Ginny pues no quería ser vaciada en la cara o en la boca, pero Ron ya tenía la mano sobre su cabeza deseando que no se alejara. La chica trato de confiar en sus sentidos, su conocimiento sexual de Ron y en él como hombrecito, esperando que le avisara antes del disparo. Entonces decidió continuar sin miedo; mientras a Ron en cada comida, se le iba un pedacito de cordura.

De pronto el chico movió su pene sacándolo de la boca de Ginny y lo inclinó hacia él dejando que el semen le cayera encima. Después se recostaron juntos para pasar una noche tranquila y satisfecha.

A pesar de que Ginny había pasado una magnifica noche no quería pasar más tiempo en la cama por lo que se levantó junto con Ron y empezó a vestirse decidiendo que había tomado suficiente reposo. Ron no le dijo nada, Ginny era una mujer fuerte.

-¡Diantres! Estoy engordando en serio. -comentó la chica mientras forcejeaba al subirse las mezclillas.

-Naa… apenas te estás poniendo buena.

-¿Lo dices en serio?... ¿De verdad te gusto? -preguntó Ginny curiosa e ilusionada.

-Sip.

-Mientes, lo dices para que no me sienta mal.

-Claro que no. Sabes perfectamente que yo prefiero la carne al hueso, ya te lo había dicho. Y no miento cuando te digo que te estás poniendo buena… Ya casi estás como me gustan. - terminó el chico sonriéndole a su esposa, quien no tomó con tanto agrado el comentario.

-¿Ya casi me parezco a Hermione, o a quién?

Ron cerró los ojos, se acercó a ella y la besó en la frente.

-Me voy a trabajar. Y por favor, no pelees con mamá. Hasta la noche.

Ron esperaba que la etapa más sensible del embarazo pasara pronto. Los recursos para sobrellevar las inseguridades y los cambios de humor de Ginny se le estaban terminando y ella cada vez lo sorprendía con nueva actitudes. ¿Desde cuándo Ginny lo celaba?

N/A: Bueno, los emabrazos pueden ser complicados en ocasiones y sensibilizarnos en muchas formas... a ver cómo le va a estos chicos.

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