¡¡Feliz Amigo Invisible, Danny Cullen!!

Jan 04, 2009 19:37

PARA: Danny Cullen
DE PARTE DE: Amigus anonimus

Titulo: Somos reflejo de un espejo
Pairing/Personaje: Fred y George Weasley
Resumen: (no suministrado por el autor)
Rating: Nc-17
Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling
Adevertencias: incest


Notas: Espero que te guste

Somos reflejo de un espejo de plata, con detalles definidos y nitidez que superan la realidad, somos un alma en dos cuerpos, cuerpos perfectos y hermosos, somos una extensión de piel y cabello, somos seres separados al inicio de nuestra creación pero tenemos un vínculo más allá de la muerte, sentimos igual, pensamos igual, olemos igual, pero, a pesar de estas igualdades, solo en algo somos diferentes y esa pequeña desigualdad es la que me destruye por dentro y flagela mi espíritu y destroza mi corazón en millones de partes, como un cristal que, al fragmentarse, aún si se pegan de nuevo sus pedazos jamás será lo mismo, esta pequeña y minúscula diferencia es la causante de mi calvario pues, a pesar de nuestro vínculo, la pequeña diferencia solo se hace enorme como un coloso que eclipsa el sol, esta pequeña divergencia es que amamos diferentes, él ama a las mujeres y añora sentir sus carnes, yo, en cambio, solo le amo a él, y en sus confidencias encuentro las razones para jamás decirle lo que siente mi corazón.
Pues, a pesar de que somos iguales como dos gotas de agua, al final existe una brecha que nos separa y con cada fantasía no hace más que hacerse más y más grande, amenazando con tragarme y llevarme al fondo de la locura y la desesperación, ahogándome en el horror de mis pensamientos y el deseo malsano de mi corazón.
Fue este dolor, esta rabia y esta locura lo que me obligó a hacer un plan tan terrible como descabellado, tanto le amo y le deseo y sé que no podré tenerlo para mí, pues al menos una vez, aunque sea una vez, poseeré su cuerpo, me fundiré en sus carnes y seremos uno por un momento y después de ello, me arrojaré en la locura y el horror de mis deseos.
Cómo no desearlo, es perfecto, su cuerpo es firme y marcado, su cabello rojo como nuestras sangres, su sonrisa tan electrizante, y su morbosa mente llena de malicia y astucia, es como amarme a mí mismo, los mismos lunares y los mismos miembros pero, sobre todo, el mismo ser.
Mi plan tan horrible como perfecto, dará inicio en breve, es el baile de navidad, todo el mundo está sumergido en la vorágine del evento, todos arreglándose, acicalándose y embelleciendose pero, sobre todo, deseando la llegada del mismo, para ver a la persona amada y sentir su cuerpo tan cerca de ellos mismos, la espera de una noche llena de promesas de lujuria y deseos de amor.
Hago lo mismo que hacen todos, debo aparentar normalidad, llevar una máscara de camaradería y placer, arreglarme para la ocasión, pero me corroe el saber que se está preparando para estar con otra persona, que exalta su belleza para alguien más que no soy yo, tiemblo de ira al solo pensar en esa… zorra, sé que está mal, siento que está mal, pero aun así, no puedo dejar de hacerlo y, peor aún, lo que voy a hacer será imperdonable y me quebrará por dentro.
Mi pareja para el baile es una chica linda y tierna, la odio simplemente por diversión y graciosamente aceptó acompañarme y no pude odiarla más, pero en fin, es mi pantalla para mi plan, esta noche tendré en mi cama a mi propio hermano gemelo, para saciar mis bajos instintos, para regodearme en su cuerpo y para acribillar mi corazón, tendré un momento de placer que me matará por dentro, sé las consecuencias y, aun así, no vacilo ante mi incestuoso plan.
El baile ha comenzado, todos danzan al compás de la música de fondo, un grupo de brujas que se hechizan a sí mismas para tener esas voces, hechizos complicados y elaborados para arrebatar los sentidos, nadie se da cuenta y a nadie le importa, mi amado hermano baila con pasión, se desenvuelve son soltura y gracia, sus rojos cabellos incendian la pista, su pareja se ve aún más vulgar que su atuendo, la pobre chica sonríe como idiota que ha ganado la lotería, ya ni sé si estar molesto o avergonzado por esa chica estúpida y sin encanto. En honor a la verdad, su único encanto son esos enormes y firmes senos perfectos y suaves.
Me toca bailar, realmente no me gusta bailar así, es decir con música suave y lenta, prefiero la música vibrante llena de contrastes y cambios, donde mi mente se abandona a la voluntad del sonido, donde mi cuerpo se funde con las vibraciones y son una extensión de la violencia de la música. Odio tener que poner mis manos en una posición casi inmóvil alrededor del cuerpo de mi pareja de baile, quizás si fuera con Fred sería diferente, pues realmente no me molestaría sentir su respiración junto a mi cuello, oler sus cabellos, frotar nuestros cuerpos uno contra el otro con fruición y deseo, pero vuelvo a esta horrible realidad donde el objeto de mi deseo está lejos, y en cambio sostengo en mis brazos a la chica linda y tierna, que tiene mal aliento y me pisa los pies con una elegancia digna de un elefante blanco.
El tiempo transcurre con horrorosa parsimonia, en los breves momentos de lucidez pienso en detener esta locura y no hacer nada de lo que me arrepienta, de huir lo más rápido y más lejos que me sea posible, de arrojarme de un balcón lo suficientemente alto para que la muerte no sea segura sino un hecho calculado y dejar de sufrir. Sin embargo, cuando volteo la mirada, y lo veo tan lleno de alegría y entregado a su pareja que los celos ahogan la poca lucidez y mi determinación solo se hace más fuerte.
Ha llegado la hora, no puedo esperar más o de lo contrario jamás tendré el valor de llevar a cabo mi monstruoso plan. Es momento de iniciar el fin de mi pacífica vida y entrar en la vida forajida a la que me condenaré; temblando por dentro me acerco a mi hermano y con la camaradería fraterna le ofrezco un vaso de ponche, le guiño el ojo para hacerle creer que tiene un toque de alcohol como le gusta, claro que tiene alcohol pero también una mezcla propia de somnífero y alcaloides para desinhibirlo, primero comenzará con una pesadez y querrá dormir, después entrara en un sueño nublado donde su conciencia quedará suspendida y sus instintos sexuales despertarán con hambre y yo estaré ahí para satisfacer esa hambre y codicia que su apetito lascivo desee.
El efecto es programado, pasan 15 minutos y comienza a sentir los efectos, quizás lo atribuye al alcohol, para mí mejor, me pide que lo ayude a llegar a la habitación, tiemblo y siento que el corazón se escapa por mi garganta, me cuesta respirar, por la culpa, quizás, prefiero pensar que es por la excitación y no por las ganas de llorar que tengo, pues, después de esto, no habrá retorno; me mira con esa expresión tan sincera, tan arrebatadora, diciendo que soy el mejor hermano gemelo que pudiera haber en mil mundos, sí… definitivamente es por las lágrimas de culpa.
Se apoya en mí, su aliento golpea mi oreja derecha, me estremezco y la piel se me eriza, apoya su brazo sobre mis hombros y yo lo rodeo de la cintura para no dejarlo caer, se ríe tontamente y comenzamos a caminar, el trayecto se me hace lento muy lento, es como caminar sobre espinas llenas de veneno que rasgan mis ropas, mi piel y mi alma.
Finalmente, hemos llegado al lugar donde consumaré mi traición, traición a mi hermano, traición a mi familia, traición a mis principios y, finalmente, traición a mi corazón; hace tiempo encontramos este lugar juntos, es uno de nuestros más grandes secretos, fue realmente una verdadera sorpresa encontrar esta sala, muy pocos conocen este lugar, el salón de los menesteres, donde tus pensamientos se solidifican, ¿qué horror mostraran esta vez para mí? Donde mi locura está por realizar mi más grande pecado.
Entramos a esta habitación. La verdad, es genial, el salón está lleno de espejos y, en el centro, una cama grande y con sábanas blancas, la iluminación es tenue pero, a pesar de ello, todos los espejos reflejan con fidelidad todos los detalles; qué tremendo dolor inunda mi corazón, es fuerte y desolador.
Recuesto a mi hermano, con su apacible rostro relajado por el somnífero, dentro de poco los alcaloides entrarán en acción, su cuerpo comenzará a desear un cuerpo para saciar sus instintos, para ofrecerse sin resistencia a un depredador sin conciencia y sin corazón, tal como es su hermano gemelo, el ser en que debería confiar y quién lo debería de proteger.
Las lágrimas recorren mi rostro, cada lágrima arde al tocar mis mejillas, me odio, odio esta maldita vida que me ha orillado a este momento, odio a todos los que me rodean, odio esta debilidad que me obligó a pensar en esta tontería, lo amo con todo mi ser, con toda mi alma y aun así estoy a punto de mancharlo, de herirlo y traicionarlo.
Antes que todo comience, solo quiero decirle que lo amo, que me perdone por sentir esto, que me perdone por amarlo y traicionarlo, ojalá no hubiera nacido para herirlo.
-Tú jamás sabrás todo lo que siento por ti, tú jamás podrás explicarte porqué te hice esto, nunca sabrás del dolor de mi corazón y el sufrimiento tan grande que me orilla a la locura… perdóname… perdóname por amarte, sé que no debería sentir esto, que es monstruoso, pero no lo pude detener, te amo con todo mi ser y sé que tú jamás podrás amarme y eso, eso me destruye, había pensado en tomarte por la fuerza y saciarme, pero… no tengo el valor, no puedo… no quiero que me odies… por favor, no me odies… pues eres lo que más amo en este mundo y si tú me odias no podría vivir. Ahora me iré, te dejaré descansar y nunca me volverás a ver, cuídate mucho y sé feliz.
Lentamente, acerco mi rostro al suyo, deposito el primer y último beso de amor que daré en toda mi vida, y el único que tendré de él. Sus labios son suaves y cálidos, su sabor es dulce y me llenan de dolor, mis lágrimas caen en su rostro y luce como si también llorara por mi traición, sólo puedo pensar ‹‹adiós, mi amor››. Me cuesta mucho trabajo separarme de él, pero es hora, tengo que marcharme o nunca lo haré. Lentamente, separo mi rostro del suyo, estoy listo para irme, alejarme y, tal vez, algún día, enterrar este amor.
No puedo separar mi rostro del suyo, sus manos me atrapan antes de poder hacerlo, me envuelve con ellas, me acerca y toma mis labios con ardor, con una pasión y una furia que desconocía, no puedo resistirme, sufro, pues ésta es la justicia de mi maldad, nada es real, solo los efectos de la droga que le di, no fui rápido y ahora estoy inmerso en las cadenas que yo mismo forjé.
Me separa con dulzura y mis ojos miran los suyos, están llenos de algo que no desconozco, no es locura, no es odio, es una tristeza inmensa, y eso me destruye, jamás pensé que la tristeza de esos ojos pudiera atravesarme como un rayo, y lo peor de todo es que soy el causante de que mi amado hermano sufra.
-George… no me dejes, no te vayas y te alejes de mí, yo… te amo… siempre lo he hecho, pero tenía miedo de perderte si decía algo. Pero vienes y echas a perder una gran oportunidad de estar juntos, eres un idiota… idiota porque no me tomas y me dices que me amas y quieres huir. Si eso quieres, vámonos juntos, llévame contigo.
-Pero Fred, no lo entiendes, todo es por una droga que te di, tú no sientes esto, es una mentira que la magia crea para ti, tú realmente no me amas, y yo no puedo hacerte esto.
-Eres tan tonto, ¿acaso creías que no sabía de la poción que habías preparado? Solo que yo creí que era para alguien más, y odié a esa imbécil que te alejaba de mí, y yo hice un antídoto contra ella, pensé dársela, pero cuando sentí el sabor de la poción en el ponche, fui tan feliz y me tomé el antídoto, pensé que creerías que estaba drogado y me harías el amor… pero eres un idiota y planeabas dejarme aquí, sufriendo sin ti.
-Estás bromeando, te estás burlando de mí, esto no puede estar pasando.
-Bien, te lo demostraré.
Sus labios tomaron los míos con pasión, con un hambre que no pensé que tendría, ¿será real? ¿En verdad he sufrido tanto por nada?, mi mente deja de pensar y me abandono ena sus caricias, ya nada me importa. Si es mentira, no me importa, quiero ser feliz por un momento, no quiero pensar en las consecuencias, tomaré esta oportunidad y luego haré el recuento de los daños.
Somos tan iguales, casi pensamos como uno, nos acoplamos con una perfección imposible, me recuesta y comienza a desvestirme lentamente, su rostro luce feliz, alegre y con esa sonrisa morbosa que me mata. Él también se desviste con parsimonia, revelando que somos tan iguales como los reflejos de aquellos espejos, nos perdemos ante las imágenes que reflectan; se recuesta sobre mí, su peso me aprisiona contra la cama y siento mi cuerpo arder.
Soy feliz, sus labios recorren mi cuello mientras mis manos juegan con sus suaves cabellos, su lengua moja mi pecho y envuelve mis pezones, sus dientes los muerden ligeramente y me estremezco de placer, siento en mis labios mi propio sabor, es como si al morderme él lo hiciera yo también, sus manos no están quietas y recorren toda mi piel, juegan con mis muslos mientras sigue su descenso y llega a mi ombligo, donde introduce su lengua hasta el fondo y pierdo la consciencia, pero su avance no se detiene, pronto llega hasta mi miembro, su lengua recorre mi pulsante miembro y siento en mi boca el sabor a precumen, como si yo mismo me estuviera lamiendo, en mi nariz siento el olor a pubis, me está mamando el pene y es como si yo también lo estuviera mamando, es tan genial que es increíble.
Creo que él también siente lo mismo, me mira con sorpresa y deleite, intuyo que hacérmelo a mí, es como si también se lo hiciera a él mismo, y entonces comienza con más fuerza, me exprime y me succiona con fuerza, es inconmensurable el placer, y entonces se gira para que yo mismo pueda hacerle una mamada, Merlín que placer, es increíble, pero, ¿por qué detenerme ahí? Acaricio sus nalgas, suaves y cálidas, las separo y veo su anillo rosado deseoso de ser llenado, deslizo mi lengua sobre él y siento en mi propio culo la lamida, y me enloquezco, penetro con fuerza con mi lengua en ese culo deseoso que se abre como rosa para mí, mientras mi culo hace lo mismo, me hundo en él sintiendo la suavidad de sus paredes, el calor que emana y el hambre con que se me ofrece, ardo en deseo, quiero llenarlo y llenarme a mí al mismo tiempo.
Mi hermano siente lo mismo, pues se levanta con rapidez y se sienta sobre mi miembro chorreante de saliva y lubricante, con violencia se empala a sí mismo, y es como si me penetraran a mí al mismo tiempo, siento como mi propio ano se abre y disfruta con el cabalgar frenético de mi fraterno. En su rostro hay una expresión de vicio, de placer y locura, no sé quién coge a quién, en los espejos se pierde la identidad. Somos un solo ser que se hace el amor a sí mismo, los mismos cuerpos, iguales en todo, nada los diferencia uno de otro.
Podría estar toda mi vida enterrándome en mi hermano y sentir cómo me entierran al mismo tiempo, como mi propio culo se contrae hambriento y con placer. Nos besamos, sus manos recorren mi rostro, él es tan brillante empalándose a sí mismo, su sonrisa es grande, me besa con pasión con deseo y desesperación, siento el final, llegar el climax de esta relación incestuosa, donde, al mismo tiempo, siento como mi culo se contrae, el placer es tan potente, lo siento multiplicado por cuatro, es demasiado voy a morir de placer y ardor, no puedo respirar, me ahogo de placer, es genial, genial tanto placer y finalmente pierdo el conocimiento, caigo en un pesado sueño.
No sé cuánto tiempo ha pasado, me despierto lentamente siento en mis nalgas una presión que me agrada, reculo un poco y siento como un miembro se entierra en mí, y nuevamente es como sentir que penetro a mi hermano, es un placer inmenso, soy feliz, tan feliz que aún no puedo pensar, sus manos recorren mi cuerpo y se detienen en mi miembro erecto, somos tan iguales, incluso en las dimensiones de nuestos penes, y comienza a masturbarme, siento cada acción doble, es increíble.
Fred no tiene piedad; me coge con furia, pero me encanta sentir cómo se clava en mi interior, como su miembro duro y caliente revienta mi culo, me arde, pero el placer es aún más grande, no se detiene, con fuerza entra y sale de mí, llevándose mis penas y dolores, llenándome no solo de su carne, también de amor y placer.
Lo amo, lo amo con todo mi corazón y ahora con todo mi cuerpo, sé que es verdad que él también me ama, lo descubrí al hacer el amor, el dolor que sentía siempre era por dos, mi dolor y su dolor, hemos sufrido por nada y por todo, no queríamos perdernos y por eso callábamos, somos tan idiotas como iguales.
Somos reflejo de un espejo… somos gemelos que se aman entre ellos, somos perfectos para amarnos, pues nadie lo hará como nosotros y sentirá el placer de hacerlo y hacérselo al mismo tiempo. Somos un solo ser con dos cuerpos y ahora somos felices… hasta que la muerte nos separe.

Fin



(ilustración extra de regalo)


arts, fred&george, fics, amigo invisible

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