Y hay otro fic~
Seguimos con drabbles. De ninguna tabla, pero lo que cuenta es la intención :'D (?). Esta vez, para los amantes del Yullen.
Nombre: La flor de loto
Fandom: D.Gray-man
Pairing: Yullen, aka, Kanda/Allen
Advertencias: alguna que otra palabra sucia, yaoi, nada explícito
Palabras: 387
Beta: nigmare
La flor de loto. Esa maldita flor de loto.
Kanda la ve todas las noches en la oscuridad de su habitación. No sabría decir si por hábito, o porque simplemente trata de convertirla en la fuente de todos sus males, pero sabe que lo más probable es que nunca llegue a saber la razón.
Detesta esa flor. Aborrece su belleza, la manera cínica en que le recuerda todos los días que está muy lejos de encontrar a aquella persona que busca. Aquella persona, la encargada de deshacer su maldición.
No está seguro de poder lograr su objetivo. A veces, justo en noches como esta, duda, y duda con tanta fuerza que siente las piernas débiles y le toma algo de trabajo recuperar la compostura; de manera que agradece estar en la soledad de su habitación y no en alguna misión con otro de esos estúpidos buscadores.
Kanda odia todo lo que esté maldito, aún cuando eso lo incluya a sí mismo.
Sin embargo, es inevitable que él reluzca en la bruma de su mente.
Lo odio, se repite. Y trata, en su cabeza, de enumerar cada uno de los rasgos que aborrece del chiquillo idiota: detesta su cabello blanco, la famosa cicatriz del pentáculo, su asqueroso brazo izquierdo. Todo, simple y llanamente, todo.
Pero entonces se dice a sí mismo que quizás él, Kanda Yuu, de aún más asco que Allen Walker.
Una sagrada estupidez.
¿Por qué? No lo sabe. Tal vez porque vienen a su mente los roces, el calor, los besos a escondidas, golpes y gritos. Una relación un tanto… violenta.
Kanda Yuu no tiene espacio en su corazón para la palabra amor. Y está completamente seguro de que, al igual que él, Allen Walker no tiene ni la más remota intención de profesarle tal sentimiento.
Un inútil y estúpido sentimiento, cabe agregar.
No puede evitar reírse; la risa sale amarga entre sus labios, un tanto silenciosa.
Se recuesta en la cama, observando el techo de manera ausente. Viene de nuevo a su mente Allen Walker, la flor de loto, su maldición, el arca, el akuma de nivel 4, el Noah de la Ira.
Y la flor de loto sigue ahí, silenciosa y mística, con su vida grabada en cada pétalo; esperando a que el último caiga y la existencia de Kanda Yuu caiga consigo.
Nombre: La flor de loto
Fandom: D.Gray-man
Pairing: Yullen, aka, Kanda/Allen
Advertencias: alguna que otra palabra sucia, yaoi, nada explícito
Palabras: 387
Beta: nigmare
La flor de loto. Esa maldita flor de loto.
Kanda la ve todas las noches en la oscuridad de su habitación. No sabría decir si por hábito, o porque simplemente trata de convertirla en la fuente de todos sus males, pero sabe que lo más probable es que nunca llegue a saber la razón.
Detesta esa flor. Aborrece su belleza, la manera cínica en que le recuerda todos los días que está muy lejos de encontrar a aquella persona que busca. Aquella persona, la encargada de deshacer su maldición.
No está seguro de poder lograr su objetivo. A veces, justo en noches como esta, duda, y duda con tanta fuerza que siente las piernas débiles y le toma algo de trabajo recuperar la compostura; de manera que agradece estar en la soledad de su habitación y no en alguna misión con otro de esos estúpidos buscadores.
Kanda odia todo lo que esté maldito, aún cuando eso lo incluya a sí mismo.
Sin embargo, es inevitable que él reluzca en la bruma de su mente.
Lo odio, se repite. Y trata, en su cabeza, de enumerar cada uno de los rasgos que aborrece del chiquillo idiota: detesta su cabello blanco, la famosa cicatriz del pentáculo, su asqueroso brazo izquierdo. Todo, simple y llanamente, todo.
Pero entonces se dice a sí mismo que quizás él, Kanda Yuu, de aún más asco que Allen Walker.
Una sagrada estupidez.
¿Por qué? No lo sabe. Tal vez porque vienen a su mente los roces, el calor, los besos a escondidas, golpes y gritos. Una relación un tanto… violenta.
Kanda Yuu no tiene espacio en su corazón para la palabra amor. Y está completamente seguro de que, al igual que él, Allen Walker no tiene ni la más remota intención de profesarle tal sentimiento.
Un inútil y estúpido sentimiento, cabe agregar.
No puede evitar reírse; la risa sale amarga entre sus labios, un tanto silenciosa.
Se recuesta en la cama, observando el techo de manera ausente. Viene de nuevo a su mente Allen Walker, la flor de loto, su maldición, el arca, el akuma de nivel 4, el Noah de la Ira.
Y la flor de loto sigue ahí, silenciosa y mística, con su vida grabada en cada pétalo; esperando a que el último caiga y la existencia de Kanda Yuu caiga consigo.