(no subject)

May 26, 2017 22:37

Tabla: Alcohol , de fandom_insano.
Tema: 028 - Cosmopolitan.
Claim: Dazai/Chūya
Número de palabras: 1088
Advertencias: Sin betear. Con falta de sueño.
Notas: Quiero dormir. Nombre provisional.

AERODINÁMICA
// COMO SOLUCIÓN A NADA EN ESTA VIDA //

i. DEBERÍA ESTAR ESTUDIANDO AHORA MISMO, PERO BUENO.

Su tía llama a la puerta de su habitación. Chūya le indica que pase sin apartar la mirada de sus libros. Los kanjis siguen pareciéndole un universo totalmente distinto --el francés le parece tan fácil en comparación. Ya podría parecerse un poco.

La voz de su tía lo saca de sus pensamientos. Cuando gira la cabeza hacia ella, descubre que la acompaña un chico que podría ser de su edad, quizá algún que otro año mayor.

-Ven, Chūya, que quiero presentarte a alguien. Éste es Osamu -le dice cuando se acerca. El chico en cuestión -Osamu- le mira con un sólo ojo, el otro tapado por vendas. También tiene un brazo en un cabestrillo, y por la forma en la que está apoyado, Chūya juraría que también tiene herida alguna pierna.

-Encantado de conocerte. -Aún le cuesta pronunciar correctamente el japonés, y tartamudea un poco mientras habla. Osamu parece sonreír un poco al escucharle hablar. Le contesta deliberadamente lento, arrastrando una sílaba tras otra para que Chūya no tenga problemas en entenderle.

Su tía da una palmada tras las introducciones.

-Osamu vive justo en frente, así que podréis pasar mucho tiempo juntos. ¿No te parece genial, Chūya? Voy ahora a preparar la comida, os avisaré cuando sea la hora de cenar. -Empuja a Osamu dentro de la habitación antes de que ninguno de ello tenga oportunidad de hablar, cerrando la puerta con un golpe seco.

Osamu se queda mirándole sin decir nada, expectante a que Chūya hable primero. Busca en su rudimentario vocabulario la palabra para decir consola, sin resultado. Suelta un bufido resignado, y acaba señalándola con el dedo.

-Ven -ordena. Osamu murmulla algo que Chūya no entiende, pero se dirige hacia la consola, así que tampoco le presta mucha atención. Camina con pasos lentos, favoreciendo de manera notoria su pierna derecha. Chūya se acerca a su cama, de donde coge algunos cojines y la almohada. Los deja caer en el suelo e insta a Osamu a que se siente con él. Le hace caso, pero a Chūya no se le escapa el gesto de dolor que hace al sentarse. Le gustaría preguntar le qué le ha pasado, pero no sabe cómo hacerlo. En vez de eso, le pasa el mando de la consola (jugador 2) y la enciende. Es un juego que su tía le compró hace poco en japonés, para que practicase el lenguaje, por lo que Chūya no sabe muy bien cómo jugar o de qué va exactamente el juego. Pero piensa que avanza poco a poco (cada vez le matan menos, y de cuando en cuando aparecen mensajes en verde parecen indicar que va por buen camino).

Los créditos iniciales aparecen y es entonces cuando Chūya se da cuenta que no sabe si el juego permite el modo multijugador. Se queda mirando la pantalla con los ojos entrecerrados, pero no encuentra nada.

-¿Puedo? -La voz de Osamu sobresalta a Chūya, que aun así no duda en pasarle su mando. Sólo un minuto después de que Osamu empiece a tocar algunos botones, ambos están jugando una partida en la que tienen que acabar con los enemigos. Chūya está concentrado en atacarles, y no se espera cuando el personaje de Osamu, con un golpe rastrero, le golpea por la espalda. Su personaje pierde toda la ida que le quedaba, y grandes kanjis rojos aparecen en toda la pantalla. Chūya maldice en francés en voz alta. Está a punto de increpar a su compañero por lo que ha hecho -¿Cómo se le ocurre?-, pero un sonido inesperado hace que se pare en seco. Osamu --se está riendo. El sermón muere en su boca y deja escapar en su lugar un suspiro. Una chispa de travesura se atisba en los ojos de Osamu.

-Lo siento -le dice sin ninguna muestra de arrepentimiento en su voz.

-Vas a arrepentirte de eso -Chūya contesta en francés, sin molestarse en intentar hacerlo en japonés. Osamu parece entender lo que dice únicamente por el tono, y suelta otra carcajada. Le contesta algo que Chūya entiende como ‘ya verás’. Empieza otra partida.

Se pasan el resto de la tarde jugando. El resultado final es 8 partidas para Osamu y 3 para Chūya, pero Chūya está seguro que si entendiese lo que sale en la pantalla el resultado sería muy diferente. Su tía los acaba llamando para cenar. Chūya se levanta primero y extiende su mano hacia Osamu, ofreciéndose a levantarlo, pero lo único que recibe es un manotazo.

-No -le dice de manera serie mientras se levanta sólo, aún haciendo una mueca de dolor. Chūya murmura lo que él cree que es ‘imbécil’ en japonés, pero Osamu no da ninguna indicación de haberlo escuchado. Con todos los vecinos que tiene que haber en el mundo -- y le tiene que tocar a él el más estúpido. Típico de la vida de Chūya.

Cuando se sientan a la mesa, Osamu empieza a hablar en voz suave a su tía, que ríe sin parar. Chūya entiende algunas cosas; halaga su comida, su vestido, su peinado. Un embaucador, además de imbécil. Mientras él juguetea con su comida, aún no del todo acostumbrado a los palillos. Los demás ya han acabado cuando él no va ni por la mitad de su plato, y tiene que aguantar las miradas condescendientes que le echan.

-Ya aprenderás, cielo. No te preocupes. -Su tía intenta animarle mientras le pasa un mechón de pelo por detrás de la oreja. Osamu también le da ánimos, y pese a que la sonría que pone quiere pasar por amable, Chūya jura que esconde un deje de superioridad. Le mira con los ojos entrecerrados, enfadado. Osamu le guiña un ojo como respuesta. ‘Pero vaya imbécil’. Ha perdido el número de veces que lo ha insultado desde que lo conoce.

Dazai se marcha después de cenar. Se le apaga la luz de la mirada mientras se despide con una reverencia. Su tía suspira mientras lo ve alejarse.

-Qué mala suerte tienen algunos -comenta para sí misma. Tiende a hablar en francés en esos casos. Chūya le pregunta que a qué se refiere, pero su tu tía sólo niega con la cabeza-. Nada de lo que tú tengas que preocuparte.

-Pero llévate bien con él, ¿vale? -añade después de unos momentos-. Me gustaría que pasase aquí todo el tiempo posible.

-Lo intentaré -zanja Chūya mientras observa cómo la figura de Dazai se pierde por la esquina-. ¡Pero no prometo nada! -añade cuando ve cómo su tía sonríe. Le contesta con una carcajada.
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