Esto era originalmente un post muy llorón lleno de issues. Pero fue oportunamente borrado. Lo mismo un post ultra extraño que escribí hoy en la mañana, que acabó screeneado de por vida.
Me gustaría saber de una vez si voy a quedarme en Serena o tengo que volver a Santiago. La incertidumbre me tiene idiota.
Bluh bluh bluh.
No quiero regresar, si he de ser sincera. Adoro a mis amigas allá, acá no tengo con quién hablar ni salir. Pero es lo único que extraño (aparte de mis axolotes, obviamente. Y un poco mis libros). Santiago es una ciudad dañina y venenosa, y hace rato que me tenía harta.
Ojalá dependiera de mí. Pero no es así.
Siempre me he sentido como una gitana, como un nómade que ni siquiera tiene su propia carpa. Siempre de un lado para otro. El tiempo me ha enseñado que es parte de mi naturaleza, lo de no poder estarme quieta. Pero una cosa es querer moverte y otra que te muevan contra tu voluntad. Eso apesta.
De a poco he logrado que mi mamá asuma ciertos aspectos de mi persona que nunca había aceptado mucho: que no me interesa tener familia ni hijos, pero no por eso quiero vivir sola. Que necesito poder dibujar y escribir para que mi mente no colapse. Que nunca voy a ser como el resto de la gente. Pero parece aceptarlo un día y olvidarlo al siguiente, lo que suele sacarme de quicio.
Es curioso como creo que estoy pasando por el encierro más grande que me he mandado en mi vida, equiparable sólo a aquella vez en Ñuñoa cuando no salí por casi dos meses y al final no tenía comida ni luz. Y nadie se ha dado cuenta.
Oh, ok, al final fue un post weón de issues de todos modos. Brb, cuteándolo todo.
OH MIREN, QUÉ LE PASÓ A MI MOODTHEME, IDEK