● Nombre: Isabelle Anne Dómine.
● Edad: 16 años
● Fecha de cumpleaños: 12 de Noviembre
● Signo del zodiaco: Escorpión
● Lugar de nacimiento: Paris, Francia
» Personalidad
Si algo tiene Isa, es la manía de querer dominar todo lo que le incumbe. Nunca ha soportado demasiado bien que algo no salga como quiere, por lo que podría considerarse como una persona perfeccionista, meticulosa y, ciertamente, neurótica, a veces. Cuando se tensa demasiado suele parecer que raya en el histerismo, porque es consciente de que pequeños detalles pueden arruinarlo todo y, con lo controladora que ha salido, no es algo que esté dispuesta a aceptar. Le es fácil manipular; a veces llega a hacerlo sin siquiera darse cuenta y es que le da más o menos igual pasar entre los demás para conseguir lo que quiere; es inexorablemente testaruda. Y cuando algo se le niega, es peor, porque entonces sí que decidirá que lo quiere a toda costa.
Suele parecer volátil por la poca energía con la que responde a los demás, pero es básicamente culpa del interés. Puede que suene arrogante, pero las personas en general la aburren, por lo que prefiere estar sola que mal acompañada. Aún así, eso no significa que le desagraden las personas, pero podría decirse que es una chica difícil. Habla poco y a veces dice cosas extrañas y que suelen parecer fuera de lugar, pero es inevitable porque cuando se reprime de decir algo comienza a morderse los labios, quedándose muy quieta.
Es descaradamente cínica y no tiene reparos en decir lo que piensa cuando no hay peligro para sí misma. Tiene, lo que se podría decir, poca o nula vergüenza y si le atrae alguien es directa y segura. No está para tonterías. Acepta el rechazo y no insiste porque hasta ahora nadie ha valido la pena, pero sabe que si quisiera a alguna persona en específico no pararía hasta conseguirlo. No sonríe casi nunca, por lo que es casi antinatural que suelte una risa o algo así. Extrañamente no parece seria, sino constantemente lejana y aburrida.
No tiene mucha paciencia, todo hay que decirlo. Es del tipo de chica que pide y espera que se lo den enseguida. Caprichosa, básicamente. Odia la espera y que la tengan en ascuas; algo inhumano a su parecer. Habla con voz baja y suave la mayoría del tiempo, pero cuando se pone nerviosa habla a tropezones y muy rápido, trabándose la mayoría de las veces con sus palabras.
Sarcástica y cruel, si sus pensamientos son desagradables no duda en transformarlos en palabras sólo por el placer de hacerlo. Parece brusca en esas ocasiones, aunque no puede reprimirse de soltar alguna ironía sutil a cada rato; ya es parte de sí misma. Extremadamente curiosa, ya que el no saberse enterada de algo la desespera y la hace sentirse bastante inútil. Es muy observadora y discreta, aunque si se irrita demasiado puede mandar todo al infierno y mostrar un carácter de los mil demonios.
» Apariencia física
● El cabello de Is es especialmente liso, no necesita demasiado para cuidarlo. Tiene un vago olor dulzón, no identificable. Isa no suele hacerse peinados, a lo más recuerda pasarse una peineta por entre los mechones enredados, por lo que tiene un aspecto descuidado. Es de color rubio muy claro, y especialmente fino. Lo lleva más o menos por los hombros, aunque de más pequeña solía tenerlo más largo; se lo cortó en un ataque de rebeldía a su madre y se encarga de cortárselo ella misma cada vez que amenaza con pasar su límite, por lo que está algo disparejo, aunque se ve bastante decente. Es improbable que vaya atado con cualquier cosa a menos que la hayan obligado. No tiene matices, simplemente es de un rubio pálido, lo que la irrita en cierto modo. Su flequillo le roza los ojos y también se lo ha cortado ella, así que con razón se ve un tanto... desordenado. De todos modos a Isabelle le encanta, y casi siempre lo tiene casi sobre los ojos, para darle un aspecto más lúgubre. Tiene la manía de quitárselo de la cara para dos por tres pero o su cabello tiene vida propia o algo, porque siempre regresa y ya es como un tic.
● Sus ojos son de un azul muy claro y cristalino, como el color del cielo. Siempre se ven sombríos y no es extraño que tenga ojeras, lo que le da un aspecto permanentemente cansado o aburrido. Tiene la mirada dura y fija, aunque pestañea muy seguido, como si estuviera constantemente asombrada. Cuando se pone furiosa sus ojos se vuelven fríos e inexpresivos, y cuando sonríe se ven más claros; despejados. Tiene las pestañas largas y espesas, pero el maquillaje cargado que siempre usa para disimular un poco las ojeras le vuelven la mirada pesada y las pestañas aún más largas. Tiende a acercarse a las personas sin darse cuenta cuando se vuelca de lleno en alguna conversación, lo que varias veces descoloca porque Isabelle parece una fiera a punto de atacar.
● De facciones especialmente agudas, aunque finas. Su piel es extremadamente pálida, y rara vez se maquilla, lo que la hace ver demacrada. Extrañamente, le gusta verse de esa manera. Tiene la manía desesperante de morderse los labios y de hacer muecas al hablar. Su piel es muy suave, aunque suele estar fría. Es extraño pero su temperatura corporal nunca es muy alta. No suele estar mucho al sol porque nunca le ha agradado demasiado, así que se quema con facilidad y, por lo tanto, suele evitarlo a toda costa.
● No es ni muy alta ni muy baja, por así decirlo; simplemente es normal. Tampoco tiene muchas curvas, de hecho es bastante delgada, y suele esconder sutilmente su figura con las ropas sueltas que utiliza. Tiene un aspecto quebradizo y desvalido, como si estuviera constantemente enferma, y aún así tiene bastante energía. Camina a pasos largos y rápidos, dando la impresión de que no tiene tiempo que perder y de que el mundo en general representa eso para ella, una pérdida de tiempo. Se ve algo mayor de lo que es por la manera que tiene de comportarse.
» Historia
Creció en el seno de una familia importante, con un padre lejano pero imponente y una madre hermosa pero fría. Desde pequeña tuvo que acostumbrarse al hecho de que era una señorita y de que, como tal, no podía elegir. Siempre estuvo muy mimada, pero su madre nunca supo bien como darle afecto, sintiéndose torpe e incómoda al hacerlo, así que procuraba mantenerse alejada de Isabelle. La pequeña, entonces, se acostumbró a este hecho, y se volvió algo más introvertida y callada.
Tomó clases de modales desde que tenía cinco años, le enseñaron a tocar el piano y a dibujar (aunque esto siempre se le dio bastante mal y debió dejarlo cuando tenía seis años, cansada de los pésimos intentos), se volvió una niña educada e hipócritamente amable con los invitados de su madre. Poco después comenzó a asistir a las fiestas a las que Marie tanto iba, en las que se aburría muchísimo, pero no podía hacer nada. No conocía nada más, pensaba que eso era tan perfectamente normal como respirar o no insultar a tu madre.
Cuando tenía siete años, coincidió con su primo en una de esas ‘reuniones’, Johan. Entonces él tenía trece años y le contó que se había escapado hacia algunos días de su casa, una tarde en que estaba demasiado aburrido, y que había jugado con niños completamente normales en un parque, hasta que su nodriza había ido a buscarlo. Isabelle escuchó impresionada, y entonces comenzó su etapa de rebeldía.
Nunca hizo berrinches ni nada por el estilo cuando no quería hacer alguna cosa o cuando se encaprichaba con algo; nunca fue lo suficientemente infantil para eso, en realidad. Pero sí que fue lo suficientemente tenaz como para hacer travesuras cuando algo la molestaba y luego aparecer como si nada; la imagen pura de la inocencia. Empezó a volverse más fría y cada vez contestaba con más valor e insolencia a su madre.
En una fiesta cuando tenía quince años, se encontró con Johan otra vez cuando robaba algún licor ilegal de la cocina. Él le dio a probar droga y esa noche Isabelle perdió su virginidad con su primo, ocultos en el jardín que daba a la cocina. Desde entonces se volvió adicta, aunque no recuerda nada de lo que hizo esa noche (con respecto a Johan, desde luego), y él nunca se lo dijo, aunque a veces suele comportarse de manera extraña con ella, como nervioso.
Se volvió adicta a la cocaína y se olvidó completamente de ser una señorita o cualquier estupidez así. Su madre no sabe nada de eso, desde luego, pero su padre sí, aunque nunca se lo ha confesado a Isabelle prefiere mantenerse lo más alejado de ella por algún motivo que la chica nunca ha llegado a entender pero que con el tiempo le ha empezado a dar igual.
» Familia
● Marie Dómine (Madre). Es muy hermosa y puede parecer superficial, pero es una mujer con los intereses fijos y las ideas firmes. Le enseñó desde pequeña a Isabelle a manipular con sutileza y en cierta manera la animó a que fuera tan rematadamente obstinada. No suele interesarse mucho por alguien que no sea ella misma, pero le guarda cierto cariño a su hija, a pesar de los problemas que le ha causado. No sabe que su pequeña ‘Belle’ se droga, pero tampoco lo creería si alguien se lo dijera. Para ella, Isabelle sigue teniendo algo de señorita.
● Francis Dómine (Padre). Isabelle, a decir verdad, no lo conoce mucho. Siempre le ha parecido un hombre frío y apático, aunque sabe que es muy inteligente y práctico. Fue comprometido con Marie desde pequeño y en las veces que Isa los ha visto juntos, puede avistar el cariño disimulado que él le tiene a ella, aunque siempre ha pensado que es más de amigos que otra cosa.
» Otros datos
● Su color favorito es el índigo.
● No lleva collares, brazaletes ni nada de valor, al menos a la vista. Con los lugares que frecuenta es como gritar ‘Hey, estoy disponible para un robo’.
● Nunca ha tenido un novio ‘legal’, por así decirlo.
● No se considera bisexual, pero no le molestaría experimentar.
» Fotos
Uno.
Dos.
Tres.
Bueno igual y se me ha ido un poco la mano y ha quedado, er, ligeramente largo, pero bueno... (?).