Oneshot - Paraíso de escombros

Apr 27, 2009 02:17

Titulo: Paraíso de escombros
Pareja: Hyde/Tetsu
Rating: PG-13
Genero: angst, romance
Sinopsis: "Sus manos recorrían mi espalda, casi rasgando mi piel. Buscaba aquello que algún día fui, aquello que algún día él soñó que yo era. "

...... titulo inspirado/sacado del lyric d forbidden lover xD
asi d mala soy con los titulos...

pero bueno... mi primer fic desde hace 5 meses .___.! siento que he perdido la practica xD aunque he estado escribiendo historias cortas...

A ver que les parece

Si, como siempre, haitsu <3 xD

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Paraíso de escombros

Sus ojos me miraban con una profundidad indescriptible. Podía sentir sus sentimientos arder detrás de aquel velo de un tono marrón oscuro, casi quemándome. Me envolvía con la tranquilidad indescriptible del mar y con esa misma ferocidad tan latente. Podía sentir su tibia respiración en mi cuello, dejando mi piel ardiente, erizando los cabellos de mi nuca. Sus labios, tocándome sin tocarme, recorrían mi cuello lentamente, tentándome con suavidad. Subían lentamente, rozando mi oído, murmurando palabras sin hablar, bajando lentamente para seguir la línea de mi quijada, acercándose cada vez más a mis labios, tentando con…

-¿Tu qué piensas, Tetsu?-

Parpadeé. Tres metros más allá, sus ojos también parpadearon. Pude ver en su mirada sorprendida que él también había sido arrancado cruelmente de la lenta fantasía que nos envolvía a los dos, sin importar la distancia.

-¿Eeeh?- susurré sin dejar de mirarlo.

Ken suspiró lentamente. Parpadeé y Hyde parpadeó de nuevo.

-¿Podrías al menos verme a mí? Intento decirte algo- dijo Ken con voz resignada.

Lentamente, sin desearlo en verdad, separé mi mirada de aquélla mirada y clavé mi mirada en Ken.

Me miraba de vuelta con resignación aparente, pero yo, conociéndolo tanto como él se conocía, sabía que me miraba con reproche. Él, conociéndome tanto como yo me conocía, sabía que había estado perdido en la mirada de mi vocalista los pasados 15 minutos.

De pronto sentí el rubor alcanzar mis mejillas. Recordé en un segundo que había 6 personas ajenas a mí y a mi Hyde. Dos de ellas, Ken y Yukkie, comprendían mi aparente ensimismamiento, pero las otras 4 no tenían ni idea. No importaban sus nombres; sólo recordé de pronto que aquéllas personas, los verdaderos desconocidos en la escena, ni siquiera podían intuir que había establecido una conversación con la persona frente a mí por medio de miradas.

-Lo siento- susurré, tratando de controlar el rubor de mis mejillas.

Ken sólo río con fingida naturalidad. Pero yo y él sabíamos que lo hacía para establecer un clima “natural”, como si fuera algo normal que el líder de la banda se perdiera en el espacio.

-¿Crees que este bien esta fecha para lanzar el álbum? ¿15 de junio?- dijo, mirando ahora a Hyde que, en turno, también lo miraba.

Por un momento traté de recordar que día era. Traté de concentrarme en recordar dónde estaba, cuál era mi nombre y por qué no estaba besando a Hyde.

Y para mi suerte, Hyde reaccionó más rápido.

-¿No crees que es demasiado rápido? Son tan sólo 2 meses- exclamó, frunciendo el entrecejo en una expresión pensativa.

Recordé de golpe que mi nombre era Tetsu, que estaba en una junta de mi grupo y debería de estar planeando todo el calendario del año siguiente en mi cabeza en lugar de planear la manera más rápida de desvestir a Hyde.

Yukkie tosió más allá, el productor estornudó. Tenía que decir algo.

Pasó por mi mente todo, desde las grabaciones de la música, la
corrección, el diseño del disco, el acomodo de las canciones, la publicidad, las ventas, las presentaciones que le seguían, la mercancía que lo complementara, la planeación del tour siguiente…

Suspiré. Siempre era más simple seguir pensando en Hyde. Pero al fin de cuentas, yo era el líder.

Seis horas, cinco discusiones, dos paquetes de cigarrillos, una comida y un chiste malo después, al fin me encontré en el coche caminó a casa, Hyde en el asiento del copiloto, canturreando una canción de los 80’s.

A través de las calles atestadas de coches, las aceras atestadas de gente, y el cielo atestado de nubes, Hyde y yo no compartimos ni una palabra.

Siempre había un punto en nuestro día en que, pacíficamente solos, fuese donde fuese, nos quedamos callados casi sin movernos, tan sólo disfrutando de la compañía mutua.

Aparqué en mi lugar designado, apagué el aire acondicionado y el motor. Suspiré. A menos de un metro a mi derecha, él también suspiró. Lentamente mi mirada buscó la suya, sólo para encontrarla ya clavada en mi cara. Me sonrío.

Bajamos del coche, aún sin compartir palabra. Caminé hacia el ascensor que nos llevaba directo al último piso del edificio, el cual servía de apartamento. En menos de 10 segundos, iba a mi lado, su mano en la mía, sus dedos entrelazados con los míos.

Su pequeño dedo, el cual muchas veces me recordaba los dedos de un niño, pulsó con suavidad el botón del ascensor. En la espera de 25 segundos se inclinó hacia mí y me clavó un beso en la mejilla, con la ternura de un amante arrepentido.

Las puertas del ascensor se abrieron, y entramos rápidamente. El ascensor bien podría llamarse “cuadro paredes de espejo”, puesto que ésta era su naturaleza. La única irregularidad eran los botones que indicaban los pisos, una pequeña pantalla por encima que indicaba el piso en que nos encontrábamos y la pequeña ranura que dividía las dos puertas.

El reflejo frente a mí era simple. Yo, con una camisa a cuadros rojos y azules, unos jeans gastados y cómodos y unos zapatos deportivos viejos. Él, con una camiseta negra, unos jeans oscuros y unas botas simples.

Sin maquillaje de por medio, sin sonrisas fingidas.

En el reflejo, sin previo aviso, Hyde aferró mi mano con fuerza y sin siquiera moverse, comenzó a llorar.

Sé que suena mal, pero siento que es la única manera de describirlo. Era como hacerle el amor a un niño.

Sus labios temblaban, su piel tersa bajo la mía ardía pero sudaba frío. Sus ojos me miraban, sin decisión alguna, sin saber si debía mostrar pasión o miedo. Sus manos recorrían mi espalda, casi rasgando mi piel. Buscaba aquello que algún día fui, aquello que algún día él soñó que yo era.

Se movía lentamente, sin saber si debía dejarse llevar por el placer o reaccionar a los gritos de su mente. Desviaba su mirada, tan sólo para clavarla de nuevo en mí en segundos. Gemía, tan sólo para morderse el labio casi al instante. Me acariciaba como un amante desesperado para después contradecirse al arañarme, como rogando que me detuviera.

Seguía mi ritmo por unos minutos, me besaba y me mordía. Gemía lentamente, suspiraba, susurraba palabras sin sentido.

Más después de un rato, su cuerpo se congelaba, sus músculos se tensaban y en sus ojos se asomaba el fantasma de las lágrimas de culpa. Entonces se limitaba a gemir desesperadamente, como si intentará darme todo el placer que pedía, para que pudiera terminar todo más rápido.

Pero como siempre ocurría, llegó ese momento en que todo lo que pretendía sentir, todo lo que en verdad sentía se disolvía, para dejar pasar al inevitable subconsciente, los movimientos sin sentido.

El cuarto se llenó de sus suspiros, y de la única palabra entrecortada que siempre repetía en ese momento, una y otra vez, casi como una plegaria… “Tetsu”.

Ocho horas, cuarenta besos, seis posiciones, cuatro lágrimas, y dos “buenas noches” después, sentí el tibio sol sobre mi cara. El susurro de la piel desnuda contra la sábana de seda a mi lado me indicó que él también había despertado gracias al estúpido hecho de que había olvidado cerrar las cortinas.

Afuera un pájaro cantaba, un coro de automovilistas se gritaban entre sí, y la campana del templo olvidado retumbaba. Miré el reloj al lado de la cama: las 11:30 a.m. Al menos sabía que era domingo, ya era un comienzo.

-Nunca pensé que seríamos capaces…- susurró la voz débil de Hyde a mis espaldas.

Reí con sorna. Pensé que él siempre había sido el realista. Me di la vuelta sobre el estómago, mis brazos por debajo de la almohada, la sábana arrugada hasta mi cintura cosquilleó mi piel desnuda.

Descansaba sobre su hombro derecho, mirando hacia un punto alejado en la ventana. Su cabello castaño oscuro hasta los hombros yacía esparcido en la almohada, sus brazos sobre el colchón.

La sonrisa que siguió a mi risa se había extinguido, junto con la reverberancia de su voz en la habitación de techo alto.

-Cualquiera hubiera sido capaz… incluso nosotros- susurré, mirando su mirada perdida.

Parpadeó. Una vez lentamente, después tres veces rápidamente.

-Yo estoy casado y tú tienes una hermosa novia- dijo con voz de quien lo sabe todo, como si fuera un hecho que él amaba a su mujer, y yo amaba a mi novia.

Apoyé mi barbilla en el fantasma de mi brazo por encima de la almohada. El mismo pájaro seguía cantando allá afuera, así como el mismo cielo seguía siendo azul.

-Y yo te amo, y tú me amas- dije con el mismo tono que él había usado, más está vez consciente de que lo que decía era verdad.

Parpadeó lentamente. Su mirada se movió a través de la habitación hasta llegar a mi cuerpo. Comenzando por el borde de la sábana que se juntaba con mi cintura, subiendo lentamente por mi espalda sin siquiera reparar en los rasguños creados por él, llegando a mis hombros, mi cuello, mi cabello, y finalmente a mi cara… a mis ojos.

Sonrío con la mirada, como el niño que comparte la travesura con el abuelo.

Moví mi brazo, dejando el suave toque de la almohada, sólo para cortar la distancia entre nosotros, tocando con ternura su cara, aún más suave que la almohada.

Cerró los ojos en un gesto de paz que pensé que no volvería a ver en él jamás.

Deslice mi cuerpo más cerca al suyo, sin dejar de acariciar su cara con mi mano derecha. Sentí la fría seda sobre mi pecho, y sentí su tibia respiración cerca de mi hombro.

Por un momento imaginé la misma escena pero con personajes intercambiados. Yo, acariciando la cara de mi novia. Él, acariciando la cara de su esposa. Más no pude ver su expresión de paz en otro rostro. No pude sentir la misma ternura al imaginarme frente a alguien más.

El tibio sol de primavera iluminaba su piel con serenidad, como si fuera una flor recién nacida.

Sus labios se partieron lentamente, como quien cae en un sueño.

-A veces quisiera morir así, sin compañía de nada ni de nadie más que tú- exclamó en un susurro que no sería perceptible para nadie más que para mí. Tan suave que incluso podría ser considerado como sólo un suspiro.

Abrió sus ojos de profundidad inalcanzable. Me miró como la primera vez que me miró. La mirada que lanza una persona al reconocer a su compañero de vida. La mirada que refleja una entrega incondicional, una razón para vivir, el reflejo de su alma encontrada en alguien más.

Sonreí. Para él y para mí.

Ambos sabíamos que sólo era un instante, unos minutos de dicha antes de sumergirnos de nuevo en la verdad. La verdad donde yo era un novio modelo, de una mujer hermosa y entregada. La verdad donde él era el esposo perfecto, de una mujer bella y cariñosa.

Más eran esos instantes, esos simples escenarios los que formaban mi vida y su vida. Ambos sabíamos que vivíamos sólo para esperar un momento como aquél.

Besé su frente de terciopelo, peinando su cabello con mi mano. Paseó su brazo por mi cintura, acariciando mi espalda.
Nos perdimos en un abrazo, más cercano que cualquier otra cosa en nuestra vida.

Afuera el cielo seguía siendo azul. La ciudad seguía creciendo.

En un parque dos niños compartían su primer beso. En un hospital un hombre solitario disfrutaba de su último aliento.

Una mujer, de largo cabello negro y ojos marrones, lloraba en la cocina de una enorme casa silenciosa, esperando al esposo que tal vez regresaría pronto.

Otra mujer, de corto cabello castaño y ojos miel, miraba un aparador, preguntándose si en verdad amaba al hombre de su vida, o si él la amaba.

Y en ese mismo instante, del otro lado del mundo, la luna iluminaba la tierra solitaria de un bosque.

Y más allá, mucho más allá, no había nada. No había amor u odio, ni siquiera había vida o muerte.

Sólo un instante. Sólo un momento.

Sólo la promesa de algo más.

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Seh... weno... ahi esta xD

Comentarios son bienvenidos <3 cualquier cosa, aunque se para kejarse
!
quiero saber que piensan... debo escribir mas? no se...

Gracias por leer xD
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