Cause I've had the time of my life and I owe it all to you.

Jul 31, 2010 21:02



Decidí ir porque a ti te hacía ilusión, porque era importante para ti. Y en cambio creo que estos días han sido más especiales para mí que para ti.
Me fuí dispuesta a pasarlo lo mejor posible, a hacer turismo, a llenar mucho la andorguita y sobre todo, a estar contigo.
Me encontré con una tierra verde, soleada y calurosa, con una familia cariñosa, simpática y agradable con quien me gusta estar y que espero que algún día me considere un miembro más de ella.
Me encontré con fiestas, con noches que no querían acabar, con paisajes preciosos, con comida riquísima. Con una paz que hacía tiempo que no sentía.
Y me encontré despertando contigo, durmiendo contigo, desayunando contigo y yendo a todas partes de tu mano, todo el día juntos en esos sitios que tú conoces y que por eso yo quiero conocer.
Me encontré con paz, con calma, con felicidad. Contigo.
No puedo explicar lo que estos días han significado para mí ni lo mucho que me costó irme. Puede sonarle a todo el mundo muy exagerado que llorase como una magdalena en el aeropuerto pero no quería que aquello se acabase nunca, quería desayunar al día siguiente contigo en Valga, quería ver la cascada, hablar con tu madre, tu abuela y tu tía por las noches en la cocina, quería seguir oyéndote refunfuñar en la tumbona de la piscina, quería que siguieras enseñándome todos esos lugares que eran tuyos y que quiero que ahora sean nuestros.
Quería quedarme allí contigo para siempre, siempre verano, siempre calor, siempre naturaleza, mugidos de vaca y canto de gallo. Siempre croissant, café americano y zumo natural en Valga.

Estos días me he sentido más cerca de ti que nunca, me he vuelto a enamorar, me he reafirmado en la idea de que quiero vivir contigo lo antes posible, de que quiero hacer todo lo que hemos hecho estos días todos los días de mi vida. Me he reafirmado en la idea de que eres increíble, de que te quiero muchísimo y tengo una suerte inmensa por haberte encontrado y no pienso dejarte escapar jamás porque no puedo imaginarme ya mi vida sin ti (aunque me tortures en la piscina, me despiertes y no me dejes dormir, me abronques cuando compro cosas y me obligues a comer yogures y fruta).

Gracias, amor mío, por unos días tan maravillosos, días que no olvidaré nunca y que, como te dije paseando por el lago, recordaré cuando sea muy viejita, sentadita en mi sillón, con una mantita por encima, cogidita de tu mano. Te escribiré en la pizarrita (porque no podré hablar después de mi cáncer de garganta, como bien sabes): '¿te acuerdas de aquél primer verano allí, todas las cosas que hicimos?'. Nunca lo olvidaré.

Eres lo mejor que me ha pasado nunca y te quiero mucho más de lo que puedas imaginar. Gracias. Gracias por estos días y por todos los días de éstos casi dos años que hemos pasado juntos.
Te amo, cariño.





































¡Te amo, Toupiño consorte!
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