Hace no mucho tiempo, leí “50 Shades of Grey” y me explayé sin ningún tipo de pudor respecto a la opinión que esta pieza de literatura me merece.
Lo curioso del asunto (y al margen de mi opinión sobre esta historia y su mensaje), fue notar lo que he decidido denominar
“El efecto 50 Shades”.
Voy a reconocerle a la autora de esa historia algo importante: le abrió la puerta a muchas otras para lanzarse a poner por escrito sus fantasías.
No sé si se han tomado la molestia, pero si miran un poquito por Amazon, encontrarán una increíble cantidad de versiones de 50 Shades: todas con más o menos la misma estructura (según puede leerse en su resumen), todas calificadas como libros “eróticos”, todas conformadas por tres partes, todas manteniendo un mismo título al cual le varían una parte.
Sin adentrarnos en la calidad de estas publicaciones (no, no, no las he leído todas, muchas gracias), sí quiero reconocerle a la autora de 50 Shades que abriera la puerta para que el resto se anime.
El leer o no determinadas cosas, de última, queda en cada lector. Y aunque no estoy de acuerdo con esa afirmación de que antes de 50 Shades no había literatura erótica (que la hay, por supuesto, y mucho mejor que esa historia y varias otras historias posteriores en cuestión), sí creo que habían muchas personas ahí afuera con ideas, con fantasías, con ganas de leer tal o cual cosa, y no se animaban porque “nadie escribe estas cosas” o por miedo a lo que el mundo pensaría si lo ponían por escrito. Y encima, ¡lo publicaban!
El darle valor a la gente, tiene valor.
Al fin y al cabo, todos aquellos que hemos escrito y seguimos escribiendo fanfic, ¿dónde estaríamos si no hubiera habido alguien que se animó a escribir Y PUBLICAR un fic por primera vez? ¿Alguien sabe quién fue el primero? A ese alguien, habría que hacerle algún tipo de presente porque, ¿cuántos de nosotros no nos habríamos sentado jamás a escribir si no fuera porque otro lo hizo antes? ¿Y además lo hizo en formato fanfic?
Lo reconozco en mi misma, que me animé a escribir un fic porque descubrí a alguien que escribió uno utilizando personajes originales. Sin ese fic, yo no me habría lanzado jamás a intentarlo.
Aunque más no sea porque dio el empujón a que muchas personas se animaran, se soltaran el pelo, se lanzaran a la pileta y decidieran intentarlo, hoy, en esta entrada, va mi reconocimiento a la autora de 50 Shades.
Porque como mensaje, como libro, me parecerá una porquería, pero como catalizador… pues parece que ha funcionado.
¡Las cosas como son!
Besos
Enia