Mellong Stroling verse. Nosotros - Capítulo 38

Jun 03, 2012 02:02


Hola!!

Les dejo nuevo capitulo.



Us - Chapter 38: Fear and Trembling - Temor y Temblor

Era realmente malo. Cuando Dean no podía dormir, tenía tendencia a sobre pensar; a pesar de saber que no valía la pena, que era algo inútil. No ayudará a nadie si se encontraba de mal humor y desconectado del mundo por la falta de sueño. Pero esta noche, especialmente, su mente no estaba tranquila. Despertó de repente, en una posición que debería ser incómoda, pero no lo era, acurrucado en el sillón con Sam envolviéndolo.

Dean no podía moverse. Quería aferrarse a esto. A este momento, cuando estaban juntos y felices, sólo ellos. Si alguna vez dos personas fueron hechas para pasar cada minuto de su vida juntos, eran Sam y él. Ellos son, lo que la gente quiere de su vida, alguien para volver a casa, alguien a quien puedan llamar suyo. Alguien a quien aferrarse cuando las cosas se ponen mal. Por una vez, le gustaba la idea de ser un inútil. Y disfrutaba pensando acerca de su destino cuando estaba relacionado con ellos- amaba la idea de que Sam y él encajaron juntos porque tenían que hacerlo, porque no había otra manera para que el mundo fuera.

Reflexionando sobre la vida de Sam- como fue, como es y cómo será por siempre- contempló la posibilidad de dejarle solo para lidiar con esto. Dean confía en que no va a morir, aunque al mismo tiempo parecía una buena idea preparase un poco, por si acaso. Pero era incapaz de hacerlo. Cada vez que intentaba pensar sobre lo que podría dejar atrás, una lista de instrucciones o algo, un bloqueo se erigía en su mente.

No vas a morir. No seas tan malditamente idiota.

Dean era incapaz de ir por la misma vía en la que estaba hace meses, convencido de que iba a ceder, seguro de que eso era lo mejor. Ahora no podía creer que Sam este en mejores circunstancias si no trata de salvarlo.

Dean merecía conocer a su hijo y estar ahí para él.

Era una buena persona. Había hecho cosas buenas. La gente en el mundo estaría orgullosa de él. Todo lo supuestamente incorrecto de su relación con Sam, su aterradoramente abrumador amor por Sam, no era necesariamente terrible. Dean lo necesitaba. Necesitaba esto y si alguien iba a juzgarle por eso, entonces… estaba equivocado. No ha hecho nada, más que intentar proteger a su hermanito del miedo que ha sentido, del auto-odio que ha estado un paso delante de él, ensombreciendo su futuro, por tanto tiempo como puede recordar. ¿Así que has pasado tu vida entera salvando a las personas y piensas que terminaras con el culo en el fuego del infierno por toda la eternidad?

Esos pensamientos corrían en círculos. Crueles, agitados y algunas veces optimistas círculos de humo.

Así que en lugar de eso se ocupó con pensar en que hará por su bebé, si puede hacer algo. Y se imaginó que era improbable. Ya había hecho todo lo que puede hacer y siente que no es suficiente, de hecho… se sentía igual que nada. La única cosa que Dean ha comprado preparándose para algo más allá del nacimiento, es el pequeño traje con la tortuga que Sam le dio como regalo. Iba a comprar cosas, no es que no puedan gastar dinero, pero no se lo había permitido.

Parecía demasiado optimista. Incluso ahora.

Por ridículo que sea, Dean no podía imaginarse a su niño en un cuarto de bebé. Con todas las cosas inocentes y obvias que necesita... eso le hacía estremecerse de terror. ¿Cómo podría, cuando sabe lo que le paso a Sammy en su cuarto de bebé y a todos los demás?

Una parte de él quisiera quedarse con el bebé en su interior por siempre. De alguna manera, parece más seguro. A pesar de que sabe es peligroso, será mucho menos capaz de lo habitual. Una vez que su hijo ya no sea parte de él, algo dentro de él, perderá el mejor tipo de protección que Dean tiene para ofrecer. Ahora, su cuerpo actuaba como un escudo. ¿Pero quién sabe en qué estado quedaría después de esa maldita cesárea?

Técnicamente, se miro a sí mismo, es un procedimiento sencillo, normal. Pero eso no lo hacía menos aterrador.

Cuando no pudo seguir acostado con sus propios pensamientos, Dean golpeó suavemente a Sam con el codo en el estomago, él murmuró en su camino a la semi-inconsciencia.

-"¿Dean?"

Dean no se había dado cuenta del pánico en sus venas hasta que abrió la boca- "¿Podemos hacer algo Sammy? ¿Algo para estar listos?"

-"¿Listos?"- aún seguía adormilado y acogedor- "¿Necesitas ir al baño?"

-"Hey, escúchame"

Sam bostezó en su cabello- "En la mañana"

El sarcasmo se deslizó en su voz- "Sam, eres un inútil. Despierta. Quiero llorar en tu hombro y mierdas como esa"- estaba volviendo a ser él mismo, sintiéndose menos asustado. Tan pronto como se tranquilizó, reconoció su propio egoísmo como una persona desconocida sentada en su cabeza. ¿Cómo pudo interrumpir el sueño de Sam, cuando se veía tan tranquilo? Parecía que fueran dos personas diferentes, el Dean de siempre y el Dean que quiere mucha más atención de lo normal. Sabe que Sam culparía a las hormonas y luego le daría esa dulce mirada preocupada.

Si Sam encontraba alivio durmiendo, cuando normalmente estaba tan tenso y atormentado por las pesadillas, Dean no podía arrebatárselo con alguna preocupación tonta por no tener listo un cuarto para bebés- "Olvídalo, puedo esperar"

-"Estoy despierto"

-"No lo estás"

-"Dijiste…"

Dean se reclinó disfrutando el contacto- "Estoy siendo un idiota. Ignórame"- silenciosamente deseaba que su hermano continuara sujetándole. Sam le sujetó más fuerte como si respondiera a su petición. Se movió contra Dean, su cuerpo moldeándose para encajar. Sus manos se encontraban bajo la camiseta de Dean, entrelazando sus dedos sobre su hijo.

Una pequeña y tierna voz, en la parte posterior de su cabeza le dijo: lo demás no importa, esto es suficiente.

--

Cuando despertó, lo hizo por el aroma a café y el estrépito de su hermano pequeño en la cocina. Bueno, eso y la desesperada urgencia de hacer pis. Dean se rascó la mejilla- tenía que afeitarse- y gritó- "¿Cuándo compraste café?"

-"Hace unos días, no lo estaba tomando porque soy amable"- es un consuelo que Sam sea tan coherente como él justo después de despertar. Supuso que la fase de Sam siendo amable había terminado. O al menos ese tipo de amabilidad sobreconsiderada y sobre protectora que en realidad le preocupaba al mismo tiempo que le consolaba, se había acabado. Dean se levantó pesadamente y murmuró un buenos días al bebé antes de que Sam gritara- "Papá llamó. Encontró un ritual de invocación. Para el demonio"- añadió innecesariamente ¿con cuántos demonios su padre estaba así de obsesionado?

-"Asombroso"

-"Quiere usarlo"- y eso de alguna forma explicaba por qué Sam tiene la repentina necesidad de café. Probablemente preferiría que fuera ginebra.

-"Me imagino"

-"¿Quieres jugo?"

Desde que no puede tener, exactamente, sus doce tazas de cafeína negra y dulce, más adecuadamente irlandés por supuesto, supuso tenía que conformarse con algo- "Claro"

-"¿Cómo te sientes?"

-"Igual a si alguien hubiese metido un lago dentro de mi"

Sam rió y dijo- "Eso es tan caliente"

Para cuando Dean acabó en el baño, Sam estaba vestido y bebiendo su café, sentado en el sillón y con la portátil abierta. Dean se tomó un momento para mirarle. De alguna forma parecía un desconocido y tuvo que esperar a que se le ocurriera cómo alguien con quien has estado prácticamente toda tu vida podía parecerte de todo, menos familiar.

Era la mandíbula de Sam, decidió. Se veía diferente. Más fuerte, más definida. También era la posición de sus manos, como sostenía la taza con esos largos dedos. Firme. Y era la forma en que miraba a Dean con una sonrisa, como si fuera la persona a la que estaba esperando ver.

-"¿Qué te tiene tan alegre?"- preguntó Dean, adoptando una actitud maliciosa. No quiere que Sam sepa lo mucho que le afecta. Simplemente mirar a su hermano pone ese peso de asombro en su pecho- "¿Aparte de todas tus mal habidos beneficios cafeinados?"

-"Dean, es sólo café, no sangre de oveja. Un par de meses más y estarás bebiendo todo esto de nuevo"

-"Cierto"- estiró las manos haciendo crujir sus nudillos- "¿Puedes respirar sin esa cosa pegada a tu mano?"

Sam miró a su computadora y luego sonrió- "Sólo estaba revisando mi correo electrónico"

-"¿Algo bueno? ¿Algún suertudo hijo de puta embarazó a su hermano últimamente?"

-"Muy lindo. No, estaba preguntando si Ruthie tenía algún trabajo para mi"

-"¿Lo tiene?"

-"Al parecer no"- cerró la computadora y se encogió de hombros- "Es un día libre"

Dean cogió el vaso de jugo de naranja que Sam, amablemente, había colocado en la mesa para él. Tomó un sorbo y se atascó en su garganta antes de preguntar- "¿Qué hay sobre ese… ritual de invocación?"- inconscientemente su mano izquierda se dirigió a su vientre y para cuando se dio cuenta estaba demasiado avergonzado para moverla. Entonces ya no lo estaba. La vergüenza se fue de él. Por un minuto, Dean apenas recordaba porque se sentiría humillado por ese movimiento.

Entonces lo recordó- estaba en su ADN. La emoción era automáticamente, una vergonzosa debilidad, maldita sea, no va a educar a su hijo pensando de esa manera. Quiere que su hijo sea capaz de demostrar dolor frente a él.

-"Será hasta mañana"

-"¿Por qué no hoy?"

-"Bobby tiene que conseguir algunas cosas… raras"- presionó los labios juntos y miro a Dean con el ceño fruncido en una expresión que era completamente Sammy- "Papá quiere que estés ahí. Creo que es una mala idea. Por favor no alucines, solo pienso que tenerte en una misma habitación, con un demonio que estamos bastante seguros te quiere muerto es… estúpido. Realmente estúpido. Ni siquiera sé porque papá quiere eso"

Dean sabía por qué y en su interior se acumuló algo como orgullo, aunque no demasiado- "Soy un cazador, es lo que hago. En la línea de fuego y todo eso"

-"Si, pero acordamos que por el embarazo…"

-"Esto es diferente"- Dean bajó el vaso- "esto es realmente diferente. No es sólo la pelea de papá o la tuya. Es mía. Y no voy a perdérmela. Me patearía a mi mismo por la eternidad si lo hago"

-"Dean…"

-"Más viejo, más sabio y mucho más guapo ¿recuerdas?"

Sam permaneció en silencio por un segundo, reflexionando y después dijo- "Solo no quiero que salgas herido"

-"Lo sé"- Dean se acercó poniendo sus manos en el cabello de Sam, enterrando sus dedos ahí y masajeando su cuero cabelludo- "pero es algo que tengo que hacer. Entiendes eso, se que lo haces. Eres muy inteligente"- Sam inclinó su rostro contra Dean con suavidad.

-"Estoy aterrado de que algo vaya mal"

-"Vamos con ventaja. Le dispararemos a ese bastardo, nos lavaremos las manos y estaremos en casa a tiempo para una agradable cena"

-"¿Y tú cocinaras esa agradable cena, supongo?"

-"¿Tío cuantas veces? No soy una chica"

--

Frente a Sam, es el Sr. Optimismo. Todavía se sentía bien. Tranquilo y feliz de cómo se estaba desarrollando su vida en este mismo segundo.

Pero al mismo tiempo, Dean temblaba en su interior. No podía dejar de tocar su estomago y preguntarse como funcionarían las cosas mañana. Había una sombra proyectándose sobre su futuro, demasiado similar a aquella que le ha acompañando, diciéndole que no merecía ser salvado y aunque trataba de ver más allá de mañana, no podía hacerlo. Estaba incómodamente bloqueado en su interior. Podía sentir la presión cayendo pesadamente sobre su corazón como una mano.

No es que estuviese pensando en las formas en que todo podría salir mal. Ni siquiera estaba pensando en que morirá. Pero tenía ese terrible presentimiento de que nada resultará de la manera en que lo planearon. Demonios, ni siquiera conocía el plan, si es que había uno- esperaba que al menos su padre lo hubiese compartido con Sammy, pero lo dudaba.

Se paseó por su diminuto departamento, recurriendo a limpiar la cocina antes de que Sam lo llevara a caminar, frustrado por sus movimientos.

Dean se puso su traje menos favorecedor, el más cómodo, pantalones de chándal negros y una sudadera con capucha de talla demasiado grande que Sam le consiguió últimamente. Sam seguía mirándole como si tuviese algún tipo de extraña belleza y la gente ya no le miraba demasiado.

En general, aparte del asunto de este puede ser mi último día en la tierra, Dean se sentía muy bien consigo mismo. Si pretendía que mañana no existe, entonces podía caminar por la calle con Sam y pasar junto a todos los niños que viese sin sentir como esa manos sobre su corazón la aprieta. Fuerte.

-"Estabas diciendo algo anoche acerca de…"-Sam frunció el ceño tratando de recordar- "Umm, algo"

Dean le apretó el brazo- "No era importante"- su voz sonaba extrañamente tranquila, simplemente se sentía apacible. Para todo el temor que tiene en su interior mantuvo el temblor lejos de sus palabras. Consideró que no era ese tipo de pánico, ese tipo de estremecimiento de miedo. Era un nuevo tipo, uno que no conocía. Sus manos aún no temblaban.

Era más parecido a una sospecha. No podía ponerlo en palabras, ni siquiera para él mismo. Un escalofrío en su pecho. Una presencia solida y algo… más.

Sam sonó como si estuviese a punto de empezar a tirarse del cabello. Nadie más que él sería capaz de decirlo. Dean escuchó el ligero cambio en su tono, la pequeña línea de desesperación surcando cada palabra. Como si en el fondo, Sam estuviese diciendo mal, mal, mal. Cualquier otra persona sólo escucharía a un tío hablando. Normal. Un tipo promedio hablando sobre cosas normales- "Si, si. Cuéntame"

Encontró sorprendentemente fácil decirlo sin traer al demonio o a nada relacionado con eso- "Estaba pensando que no tenemos muchas cosas para el bebé

-"¿Cómo un nombre?"

Dean no podía hacer eso ahora. Simplemente no podía. Si hay un pasado mañana, entonces hablaran de ello. Entonces, una vez más, se volverá a permitir pensar en eso. En el día siguiente y el siguiente a ese- "Igual que un lugar para… dormir, ropa y… cosas"

Sam tragó- "Podemos hacer eso"

-"No, está bien…"

-"Podemos conseguir algunas cosas"- Sam estaba enardecido con algún tipo de temblorosa ira interna que Dean no se atrevía a enfrentar. Cada vez que él se encontraba en peligro- y nunca antes había estado tan cerca del precipicio antes- Sam se ponía así. Enojado. Aún cuando intentaba mantenerlo en su interior, como si fuera un regalo en lugar de algo que simplemente debería dejar ir.

Dean no quiere que hoy sea así. Quiere que sea un buen día. Un día feliz.

Un día para recordar.

-"¿Qué tal un sombrero?"

-"¿Un sombrero?"- preguntó Sam las mejillas llenas de color y los ojos brillantes.

-"Si, los niños necesitan sombreros porque ellos no tienen… ya sabes, un montón de cabello"

Sam sonrió con cariño- "Dean, no sé si pueda…"

-"Sammy"- le dio a su hermano otro apretón en el brazo. Hoy va a ser un buen día. No podía ser de otra manera- "Eres un Winchester. Podemos hacer cualquier cosa"- Y a pesar de que cualquiera que le miré sólo vería a un tipo gordo tocando su propio estomago, Dean lo hizo de todas formas. Frotó sus dedos ahí suavemente para indicarle a Sam lo que quería decir. Esto no era una broma, era simplemente su vida- "Nuestro pequeño chico va a ser la prueba más grande de eso"

wincest, mpreg

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