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Us - Chapter 39: The Way We Are
Las manos de Sam estaban temblando mientras preparaba la cena. La noche ha oscurecido todo afuera pero apenas y lo había notado. Cualquier cosa, más allá de Dean, se ha convertido en un vacio y Sam sabía que estaba a un par de pasos de caer libremente en ese maldito espacio vacío.
Había tenido esa sensación antes. Dean siempre tuvo esa forma de conseguir salir herido, de ponerse en el tipo más apremiante de peligro y escapar en el último minuto. Tenía un talento para sobrevivir, siempre lo tuvo. Incluso cuando eran niños, Dean nunca se enfermaba como Sam, nunca se lastimaba igual que él. Sus huesos sanaban más rápido, las infecciones se curaban rápido y en pocos días estaba de vuelta sobre sus pies, irritando hasta el infierno a su hermanito.
Pero Sam no podía negar la importancia de sentir que esta vez no sería una de esas ocasiones, en las que Dean va a recuperarse como siempre lo hace. Los mese pasados habían servido… para abrirle los ojos. El embarazo de Dean fue un regalo para Sam, en muchas maneras. La más obvia- iba a tener un hijo, iba a tener una familia. Ellos iban a tener una total y completa pequeña familia y nada podía sacar esa imagen de su mente, sin importar cuánto trate de sacudírsela. Sin embargo también recibió otros regalos, menos palpables. Escuchar honestidad saliendo de la boca de Dean, sin estar contaminada por toda la mierda machista y de persona dura.
Observar a Dean ablandarse, por dentro y por fuera. Sam… había caído. Había caído tan catastróficamente enamorado de su hermano, en todos los sentidos y ni siquiera pensó que eso fuera posible, pero lo era. Era posible amar a alguien en cantidades imposibles. Era posible ser sorprendido y cambiado por ello cada día.
Y ahora lo sabía, sabía dónde estaban los límites, los pocos que hay, que estaba bien bromear un poco pero si mira a Dean a los ojos, sabe cuando ha ido demasiado lejos. Sam no quería empujarle nuevamente hacía esa mirada vacía y asustada.
Estaba cocinando la cena porque quiso obsequiar a Dean una comida agradable. Al menos, eso fue lo que se dijo. Honestamente, Sam encontraba algo difícil estar cerca de su hermano en este momento. Estaba seguro que ninguno se sentía cómodo hablando sobre el futuro y ninguno sabía cómo no hacerlo. Por un lado, hablar sobre cómo serán las cosas mañana, el día siguiente y el mes siguiente hacía que Sam piense que pasará, planificar le daba una buena sensación, algo de esperanza. Pero de nuevo, hablar sobre eso, incluso pensar sobre ello, le dejaba con un doloroso nudo en la garganta.
Porque, estaba tan comprometido con esta vida que podría tener y si no sucediera, si algo terrible la sacara del camino y tomara su lugar, entonces pensar en ello parecía… doloroso. Dañino.
Caminar por esa maldita tienda, en la tarde, mirando a todos los dulces y pequeños trajes y los sombreros- oh Dios- Sam apenas y podía respirar. Los ojos de Dean eran concentrados, pensativos, honestos y tocaba todo como si fuera la última vez. O la primera vez, Sam estaba propenso a la negatividad, pensando en los finales.
No hay finales. No para ellos. No.
Al observar a Dean caminando alrededor, sonriendo, rozando con los dedos la ropa, los juguetes y todo lo que ellos necesitarán para que su nueva vida funcione, Sam tuvo que apoyarse contra la pared y recuperar el aliento por un rato. Simplemente observando, manteniendo los ojos siguiendo a su hermano, hasta que Dean levantó una pequeña manta y le llamó- "Está es un poco agradable"
Sam en realidad pensó que podía borrar eso, pero se mantuvo sonriendo y asintió. De acuerdo. Ignorando el incomodo sentimiento cerrándose en su garganta y en su rostro.
Dean pidió para cenar "cualquier cosa excepto carne", lo cual seguía haciéndole sonreír. Estaba seguro que una vez que el bebé dejara de dictar lo que Dean podía o no comer, estaría hundido hasta los codos en carne a medio cocer de nuevo. Estaba haciendo un pastel de verduras. No hay garantía de que Dean quisiera comerlo cuando esté terminado, pero lo acompañaría con un pay. Dean comerá eso.
Sam puso el pay y miró hacía el salón. Dean no estaba ahí, durmiendo en el sillón o leyendo uno de sus manuales para padres. Automáticamente, Sam supo donde estaba y le gustaría no conocer a su hermano así de bien en estos momentos, en realidad no quería hacerlo.
Hace un par de horas, su padre llamó a Dean, quien rehusó a pasarle el celular a Sam, sólo negó con la cabeza y levantó la mano en ese irritante gesto de hermano mayor que tenía. Hizo un par de gruñidos de asentimiento, preguntó ‘¿por qué?’ una vez y terminó la llamada.
-"Papá cree que debería dejar que las chicas me revisen antes de… que suceda alguna mierda"- dijo con voz apagada.
-"¿Por qué?"
-"Supongo que sólo se preocupa"- Dean encogió de hombros con ese gesto de cabeza hueca que tenía perfeccionado, aquel que Sam sabia, igual que un maldito hecho tan firme como el hierro, que no demostraba nada de quien era realmente en su interior.
Esa respuesta casi hizo hervir la sangre de Sam al punto de lava fundida. Pero no iba a estar en desacuerdo con que una revisión siempre era algo bueno. Incluso si ocurre poco antes de que Dean se volcara directamente a mitad de un fuego cruzado.
Encontró a Dean, de forma predecible, acostado en la cama; las manos cruzadas sobre su estomago, mirando al techo. Tarareando para sí mismo, para su bebé, una lenta canción que Sam no reconoció. Sintió un nudo en el estomago pero logró que su voz sonara casi normal, aparte de atragantarse un poco. El temblor traicionándole de nuevo- "La cena estará lista en media hora"
-"Genial"- Ni siquiera apartó la vista de su vigilia, su mirada perdida en nada más que otra posible lucha consigo mismo.
Sam permaneció de pie en el umbral de la puerta, resistiendo la tentación de retorcerse las manos- "Dean…"
Dean le miró y sonrió, levantando el brazo- "Ven aquí un minuto"
Deseaba decir que no, retroceder y decir que debería ir a hacer algo, cualquier cosa, pero la novedad de Dean ofreciendo contacto físico, todavía no ha desaparecido y Sam se encontró arrastrando los pies, el par de pasos que lo separan de la cama. Se sentó pesadamente y giró sus piernas, levantándolas. Dean le observó, deslizando su brazo alrededor de la parte posterior del cuello de Sam, dejándolo ahí de modo que el rostro de Sam descanse sobre su cuello.
-"¿Quieres que te diga algo?"
Sam pudo sentir algo ardiendo entre sus ojos, como un tiro certero de profundo dolor golpeando demasiado pronto- "De acuerdo…"
-"Cuando eras un niño"- Dean acarició suavemente su brazo, con tanta ternura que Sam pensó que podía morir sólo por esto, sólo por ese ligero contacto- "eras simplemente… simplemente grandioso. Aunque fueras un dolor en el culo. Tenía cuatro cuando Mamá murió y ya sabes, lo último que pensé que estaría haciendo era criar a mi hermano menor"
-"Mm-hm"
-"No voy a decir que te críe yo solo. Papa estuvo… bueno. Él fue papá. Averigüe muchas cosas por mí mismo, pero él estuvo ahí. De hecho, durante unos seis meses después de que mamá murió, él no nos dejos. Estuvo ahí todo el tiempo. Supongo que se estaba volviendo loco"
Sam tocó los dedos de Dean- "Entiendo eso"
-"Sé que lo haces. Pero el punto es que, papá nunca tuvo las partes buenas. La mayor parte del tiempo estabas enojado con él, Sammy, realmente enojado. Y nada de lo que dijera te hacia cambiar de opinión sobre ello. Si llegaba a casa trayéndote algo agradable, lo olvidabas durante diez segundos. Entonces te quedabas callado. Creo que a papá le preocupaba que fueras a dejar de hablar por completo. Claro, nunca te callabas cuando estábamos solos…"
La garganta de Sam estaba casi completamente cerrada ahora. No podía hablar. No podía contener el constante calor de las lágrimas acumulándose. ¿Por qué exactamente le estaba diciendo esto? Dolía. No, no era tanto como un dolor, un dolor sería más agradable, una pequeña sensación se podía ignorar… pero esto se sentía como si todas sus costillas se hubiesen roto. Así es como lo sentía.
-"Sin embargo te diré que ¿ahora? Ahora lo entiendo"
Sam hizo un ruido con la nariz que fue casi una pregunta y Dean acaricio su cabello con una mano ruda y tranquilizadora.
-"Todo el tiempo que papa estuvo fuera, estaba perdiéndose tanto de ti. Todas tus primeras veces… todo me perteneció. Estuve ahí cada momento de mierda, cuando no ibas a dormir, cuando estabas jodido por la escuela. Cuando estabas asustado, yo estuve ahí"- Dean elevó la voz ligeramente, como si pudiera estar enojado en otra vida, entonces se hundió de nuevo a un murmullo, un torrente de cosas reconfortantes, permaneciendo unidas con palabras y gestos- "Pero ¿Cuándo estábamos felices? Cuando obtenías una buena nota, cuando aprendías algo que tenías que decirle a alguien. Siempre me lo decías. Siempre fui el único"
No podía discutir eso con Dean. Todo era verdad.
-"Yo era a quien le leías, era quien tenía que escucharte recitar la maldita tabla periódica diez veces antes de la cena… Papá solo te tenía cuando estabas enojado con él por estar lejos tanto tiempo. Yo tenía todo. Partes buenas, partes malas, partes enloquecedoramente irritantes mas allá de las palabras"- tragó y Sam lo sintió, sintió cuan difícil era- "Sin embargo la mayoría fueron partes buenas"
Tenía que hablar. Tenía que hacerlo. No podía dejar esto así- "Dean, ¿por qué quieres decirme esto?"
-"Porque, hombre. Sabes que soy un asco con los grandes discursos y todo eso. Y mañana creo que voy a estar demasiado ido para decir demasiado"
-"No necesitas decir…"
-"Chorradas. Sammy, hay cosas que simplemente no pueden permanecer calladas. Pasé mucho tiempo, especialmente los últimos seis meses, pensando que arruiné tu vida"- plantó un beso en el cabello de Sam- "Llámame lento, pero sólo recién llegué a pensar que tal vez… tú podrías sentirte de la misma manera sobre mi ¿Lo hiciste? ¿Alguna vez?"
Asintió
-"Bueno, olvídalo. Nunca arruinaste nada. Tuvimos la mejor vida y vamos a tener la mejor vida"
La mente de Sam no encontraba las palabras correctas para decirle a Dean, para que sepa que le ha entendido y que está agradecido. Que si, algunas veces a lo largo de su vida estuvo preocupado de que Dean desperdiciara cada regalo y talento natural con el que había nacido por cuidar de su familia.
Nada de eso importaba ahora. Y aún así Sam no podía decir eso. Dejó que Dean acariciara su cabello y permaneció en un agonizante silencio. Creyó que de cualquier manera, Dean le entendía.
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-"Oh, wow"
-"¿Qué?"
-"Nada"
-"¿Qué?"- la voz de Dean era tensa. Estaba a punto de sacarle de quicio, Sam podía escuchar cómo se tensaba todo, volviéndose delgado y quebradizo. Seriamente, pensaba que después de esta experiencia, Dean nunca querrá estar en una habitación con otra mujer, mientras viva. A menos que sepa que son mudas o algo parecido- "Zorra, dímelo"
Ruthie se colocó una mano en la cadera- "No me llame zorra, señor. Nat ven aquí, necesito tu opinión"
Dean volteó la cabeza con un ruido sordo y miró a Sam- "¿Puedes ver algo? ¿Es algo malo?"
Sólo quería ser tranquilizado y Sam no tenía idea de cómo hacerlo. Desearía que su padre estuviese aquí con ellos, pero cada vez que Dean tenía una de sus revisiones en la cocina de Bobby; John encontraba una excusa para estar en alguna otra parte- "Se ve igual que siempre"- Bueno el bebé se veía grande, pero eso es normal. Se supone debía crecer.
-"El bebé es demasiado grande"- dijo Ruthie sin rodeos- "Míralo. Demasiado. Grande"
-"Pensé que era demasiado pequeño"- respondió Sam. ¿Cómo puede ser su hijo demasiado grande? Grande suena saludable. Ellos no son exactamente una familia de tíos pequeños. Grande suena a que su chico será capaz de dar batalla.
Ella se palmeó la barbilla- "O es un bebé fenómeno o es más grande de lo que pensamos"
-"Oh, él es un bebe fenómeno"- dijo Dean sin emoción- "¿cierto Sam? Nada va a ser normal viniendo de nosotros"
La boca de Sam estaba llena de enredos que debeían ser palabras. Miró a Dean y vio las líneas de tensión arruinando la tranquila expresión que había estado llevando últimamente. Estaban cerca de dos horas de estar tan listos como siempre para invocar al demonio y ahora, ahora, ¿algo va mal?
Este es uno de esos días que Sam desearía haberse quedado en la cama y forzado a Dean a hacer lo mismo.
-"¿Mayor?"- dijo al fin Sam- "Eso no es posible"
Ruthie le dirigió una mirada de puro desdén- "Creo que se de lo que estoy hablando"- estaba cansada, estresada y asustada de ser atrapada en el fuego cruzado cuando no sabía la historia completa. Todo lo que John le dijo fue que Dean iba a estar de pie, gran parte de la noche y necesitaban saber si su cuerpo podía hacer frente a eso. Eso sonaba siniestro y Sam podía entender su nerviosismo. Pero eso no aumentaba su simpatía y todo lo que realmente le preocupaba era Dean, su hijo y su salud.
No tenía tiempo para la empatía, para pensar en nadie más.
-"Es el creo lo que me preocupa"- respondió.
-"Bueno, nadie dijo que esto iba a ir todo viento en popa y baby showers"- dijo bruscamente, rodando los ojos- "Nat, ven aquí"
-"Un minuto"- Nathalie contestó desde el salón- "Solo estoy… discutiendo algo"
-"Mejor que tu padre no esté intentando ligar con ella"- le advirtió a Sam
La idea era demasiado descabellada para que siquiera responda a eso. Simplemente se encogió de hombros.
Nathalie consiguió aparecer después de un par de minutos- "Sólo estábamos hablando sobre protección"- dijo
Ruthie le fulminó con la mirada.
-"Igual que en los cristales"- añadió palmeando su lacio cabello- "Ah, wow. Un chico grande ¿uh?"
-"Eso es lo que pensé. ¿Ese niño es demasiado grande?"
-"Más o menos. Se ve como…uh ¿ocho meses?
¿Casi?"
-"Te estás volviendo buena en esto"
Sam desearía estrangularlas a las dos. Dean no es algún experimento científico del que puedan hablar con total ligereza- "¿Podrían decirme que demonios pasa?"- estaba tentado a añadir que podría utilizarlas como cebo para el demonio si no lo hacían.
-"Mantén la calma Sam.
Solo… calculamos un poco mal las cosas. Tiene sentido, con la maldición y todo. Quiero decir, dijiste que tu amiga psíquica mencionó que restringía el crecimiento, ¿cierto?"
Usar las palabras tiene sentido en lo que respecta a su situación parece hilarante y Sam creyó que probablemente estaba al borde de la histeria- "Seguro, pero no entiendo"
Dean se había dado por vencido, estaba mirando a Sam con los ojos abiertos de sorpresa, como si esperara que Sam tuviera la respuesta a una pregunta silenciosa.
-"Básicamente"- Nathalie estaba un poco más calmada que su prima y mucho más calmada de lo que él se sentía- "Dean lo ha estado haciendo mucho mejor de lo que creíamos, porque tiene más tiempo del que pensamos. Si su cuerpo aún se las está arreglando para este punto, entonces deberías estar agradecido"- miro directamente a Dean, como si acabara de recordar que estaba ahí- "¿Cómo te sientes? ¿Físicamente?"
Sonrió- "Bien. Cansado, pero bien"- la suave honestidad en su voz, le recordó a Sam su feliz vida. Lo que tendrán mañana. Le recuerda lo tranquilo que es Dean en su interior, como pareía haber aumentado su capacidad para relajarse y remover la mierda de sus vidas. O al menos lograr no estar tan asustado de ello. Sam aún estaba intentando desarrollar ese talento.
-"Entonces, no me preocuparía. Pero si comienzas a sentir algún dolor o sangras… entonces deberás llamarnos. De inmediato. Porque eso podría significar… nada. No estamos seguras.
-"Entendido"- Dean descansó sobre sus codos- "La sangre es mala. El dolor es malo. Estaba un poco por delante de ustedes con eso"
No pareció irritarse con él. Pero Sam captó un brillo de tristeza en sus ojos- "Conozcó a los cazadores, les gusta aparentar ser galletas duras. En este caso, la valentía te matará. Es estúpida, no inteligente. Sé que eres lo suficientemente inteligente para anteponer a tu hijo antes que a tu orgullo"- Nathalie clavó los ojos en Ruthie rápidamente- "¿Hey, uh, Ruthie? ¿Me necesitas esta noche?"
-"Este es el último trabajo ¿por qué?"
-"John me pidió quedarme, poner algunos cristales a fuera y bendecirlos"
Eso sorprendió a Sam. Su padre es tristemente célebre por no tener remedio en no pedir ayuda, incluso si la necesita y estas chicas son difícilmente serían en quien pensaría. Natalie no parecía del tipo para ser capaz de manejar algo demoniaco. No su tipo de demonio. Ese tipo hacía temblar a Sam y había sido educado para manejar su miedo.
Ruthie frunció el ceño al otro lado de Dean- "Olvídalo"
Sam pasó la mano por el cabello de Dean y supo que su hermano estaría teniendo su viejo impulso de calmar la tensión pero no dijo nada. Esta no era su familia como para hacerle frente.
-"Es trabajo"- dijo Nathalie y se giró- "Y difícilmente es una amenaza. Voy a buscar mis cosas al auto"
Difícilmente es una amenaza. ¿Qué le ha dicho su padre a esta chica, sobre su demonio familiar? ¿Qué era un cachorrito esponjoso? Sam quisiera corregirla, pero en lugar de ello ayudó a Dean a limpiarse. Ruthie recogió violentamente sus cosas para poder llevárselas.
-"Tú maldita familia"- fue todo lo que dijo antes de salir. Y Sam sintió que había sido acusado por algún tipo de crimen.
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Atrapó a Dean saliendo del baño. Tomándole del brazo antes de que pueda alejarse- "¿Cómo te sientes?"
-"¿No he contestado a esa pregunta hoy?"
La lengua de Sam se sentía como si pudiera deslizarse hacia atrás y matarle antes de que tuviera la oportunidad de decirle algo a Dean. Bobby les dijo que estarían listos para comenzar en pocos minutos. Su padre haría la invocación, a pesar de que Bobby se ofreció. John simplemente sonrió y dijo- "La llamada de un Winchester será más fuerte"
Era como si su familia tuviese una recompensa por sus cabezas. Y finalmente la espada estaba a punto de caer. Todo lo que podían hacer era esperar a que no cayera sobre ninguno de ellos. La más ferviente oración parecía en vano.
-"Quiero decir…"- Sam rebusco las palabras y Dean acaricio su codo.
-"Hey, no parezcas tan asustado. Mañana habremos terminado"
Deseaba creer eso- "Yo… uh… sólo necesitaba decirte… yo…"
-"Si dices que me amas voy a golpearte"
La seriedad en la voz de Dean le detuvo- "¿Por qué?"
-"Porque"- Dean se encogió de hombros y le dirigió una tensa sonrisa- "si dices te amo ahora es como si estuvieras diciendo que no tendrás otra oportunidad. Así que te aguantas"
-"¿Y si no hay otra oportunidad?"
Dean torció la boca con gesto pensativo- "Te diré que, si tienes razón y uno de nosotros muerde el polvo, tendrás la satisfacción de haber tenido razón. Si yo tengo razón, vas a sentirte realmente melodramático y me comprarás la cena por un mes ¿Qué tal?"
Sam rió a pesar de sí mismo- "De acuerdo ¿Puedo sólo…?"- Se arrodilló y levantó la camisa de Dean.
-"Ya le he dicho que todo estará bien"- dijo Dean a la defensiva.
-"Lo sé. Solo quiero asegurarme de que sabe que también estoy aquí"
-"Lo sabe, Sammy"
Lo que pasaba por la mente de Sam eran recuerdos. Un montón de recuerdos, en realidad.
Dean preguntándole: ¿Qué te haría feliz? Todo es sobre ti Sammy, siempre lo ha sido. Dean sobre sus rodillas, tratando de no parecer tan impotente, intentando no demostrar cuantas nauseas tenía. Dean diciéndole: lo siento a su padre. Dean sonriendo y hablando con el bebé cuando pensaba que Sam no estaba observando, no estaba escuchando.
Dean llorando.
Y sonriente. Sonriente y feliz, mirando hacía al frente porque es todo lo que puede hacer. Amando a Sam porque es su deber y regalo para el mundo. Eso no era todo lo que él es, pero si una gran parte de él, una que no puede ser negada.
Sam nunca desearía negarla.
Cuando su padre comenzó el ritual de invocación, diez minutos después. Sam tuvo que mantener su mente llena de recuerdos de Dean. Tuvo que pensar desde todas las perspectivas posibles cómo Dean podía estar enojado, destrozado y hermosamente alegre.
Sam tuvo que pensar en esto no porque Dean se encogiera de miedo cuando la voz de John se llenó con las palabras que podrían traerle la muerte. No. No es eso, es por cuán pacifico se veía su hermano, aceptando, haciendo que el interior de Sam se retorciera y su carne tratara de temblar fuera de sus huesos.
Nadie debería verse de esa manera cuando está encarando a su destino. Nadie.