Mellong Stroling verse. Nosotros - Capítulo 47
Hola
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Us - Chapter 47: Fevered
Dean no quería ningún tipo de ayuda, en realidad eso no era una sorpresa. Como si Dean, alguna vez hiciera, algo que sea bueno para él, especialmente si eso implicaba cualquier cosa que pudiese ser considerado una debilidad.
No, eso no era justo. Dean había hecho un montón de mierdas en los últimos meses, cosas que debieron haber hecho mella en su orgullo de manera insoportable- había permitido a Sam cuidar de él. Sabía todo sobre el bien común y sabía que estaba siendo un imbécil egoísta, pero no podía evitarlo. No pudo evitar el horror al darse cuenta que su hermano mayor tenía fiebre.
Sin embargo, llamó a Nathalie antes de llamar a su padre. Deseando que su corazón latiera más despacio y controlar su voz- "¿Puedo pedirte tu opinión?"
-"¿Sam?"
No quiso perder tiempo con formalidades dejándole saber quién era con una agradable y ordenada introducción- "Si, ¿puedo pedirte una opinión?"- sonó tan sorprendentemente casual, casi desprovisto de emoción, sin una pizca del pánico que estaba moviéndose alrededor, sacudiéndose en su interior de forma que podría estallar en cualquier momento. Sin embargo había una tensión remanente en sus palabras.
Ella susurró algo al otro lado de la línea- "Te oyes extraño. ¿Está todo…?"
-"Dean tiene fiebre. Él no ha estado… moviéndose mucho. Sólo… quiero decir, arreglando la casa hasta hace un tiempo..."
-"Dime que no es el asunto de estar anidando"
-"¿Qué?"- Sam en realidad no tenía tiempo para estar siendo interrumpido- "Mayormente ha estado durmiendo. Pero Ruthie sugirió reposo…"
-"Reposo en cama, no encamado"- dijo Natalie, su voz nítida- "De acuerdo, en este momento, estamos como a dos horas de ustedes. Intenta enfriarlo, pregúntale si tiene algún dolor"
-"¿Qué tipo de dolor?"
Ella suspiró- "Probablemente no sea nada, no te preocupes. Dolor en general"
¿No te preocupes? ¿Cómo se supone iba a evitar preocuparse cuando su hermano estaba así de avanzado y ardiendo?
-"¿Dolor general? ¿Qué…?"- Estaba a punto de gritar pero no quería que Dean le escuchara. Sam giró la cabeza de lado a lado y dijo- "¿Crees que esto podría ser eso?"
-"¿Te refieres a trabajo de parto? Supongo… para ser honesta, no tenemos idea de cómo va a… presentarse"
-"¿Ni idea?"- Sam difícilmente logró pronunciar esas dos palabras.
-"Normalmente, si Dean fuera… si él fuera una mujer, estaríamos enloqueciendo"
-"¿Lo harían?"
-"Sam, una fiebre en esta etapa es en serio, una mala señal. Normalmente. Pero, como te decía Dean es un caso especial, así que… no entraría en pánico"
Sam creía que podría estar hiperventilando- "Respuesta directa, ¿qué tipo de dolor?"
Su respiración se lleno de titubeos y sus palabras le llegaban apagadas, como si estuviese hablando con alguien más y no quisiese que Sam le escuche. Presionó el teléfono contra su oreja en un estúpido intento de remediarlo- "Es difícil de… ponerlo en palabras. Es decir, como si alguien estuviese aplastándole excepto que desde su interior"
Bueno. Eso sonó mucho peor de lo que Sam esperaba. Perdió el control sobre su pánico, solo un pequeño desliz- "… Gracias por eso. Puedes traer a mi papá, está en el hospital con Bobby, no hay nadie… ¿puedes solo venir hasta aquí?"
-"Por supuesto. No te alteres"
Tan pronto como termino la llamada, Sam estaba marcando el número de John pero por supuesto, estaba en el hospital y su teléfono estaba apagado. Gran momento para obedecer las reglas, papá. Sam no logró moderar su tono de voz cuando dejo un mensaje- "Papá, algo va mal con Dean. Tiene fiebre y él… he llamado a… por favor regresa a casa de Bobby"- Cada pensamiento estaba lleno de púas y no podía asirse a ninguno de ellos.
Sam fue a buscar un vaso con agua y se lo llevó a Dean. Encontró a su hermano sentado al borde de la cama, tragando de forma adolorida. Estaba pálido por todas partes a excepción de sus mejillas, las cuales estaban inmersas en un rosa oscuro.
-"Sammy"- Dean le dirigió una pequeña sonrisa- "Falsa alarma, tío. Me siento genial"
-"Dean, acuéstate"- fue rudo, por supuesto, pero no así de rudo. No lo suficiente para que de verdad hiera a Dean. Sin embargo, él tosió una vez y parecía como si estuviese a una palabra descortés de ponerse a llorar y Sam no podía, simplemente no podía, funcionar mirando eso.
Las lágrimas se asentaban en la superficie de los ojos de Dean como la lluvia sobre un cristal, temblorosas y con un movimiento amenazante pero que nunca se convirtió en acción por completo.
-"Duele"- dijo simplemente, las dos palabras unidas por otro trago de saliva y Sam quiso decirle que lo sabía, que le entendía, pero la verdad es que no lo hacía, que nunca lo hará.
-"Te traje un poco de agua"
Dean no parpadeó- "¿Me escuchaste? Esto no es una fiebre con dolor"
Si lo es, lo es. Sam cruzó la habitación y puso el vaso en el piso junto a los sólidos pies de Dean, se sentó cerca de su hermano y este era un momento terrible para sentirse joven pero lo hacía. Se sentía demasiado joven para tener un niño, demasiado joven para salvar al mundo o tan siquiera su propia familia. Demasiado joven para ser fuerte. Presionó la mano contra la espalda de Dean, tratando de ser amable con la esperanza de que su debilidad no se notara.
Por un momento, Dean suspiró cono si un gran alivio hubiese caido sobre él y Sam giró, desorientado sobre sí mismo, honestamente no reconoció esa amabilidad. ¿En realidad era así de amable? ¿Era tan capaz?
-"¿Entonces qué sucede?"- preguntó inútilmente.
-"Bueno"- Dean le sonrió ligeramente- "podría ser intoxicación alimenticia, supongo. Podría ser, cualquier número de… de cosas. Voy a hacer el intento e imaginar que este soy yo sin tener una jodida idea de cómo lidiar con…"- hizo una pausa y miro a Sam, muy cerca- "Ya sabes Sammy"
Lo sabía, eso era lo peor. No podía sentarse ahí y fingir que todo era normal porque esto era eso y ellos estaban atascados en comportarse igual a un par de chicos incómodos. Atascados en ser exactamente lo que eran- "¿Qué puedo hacer?"
-"No te vayas"- los ojos de Dean se cerraron y una respiración larga y adolorida se abrió paso sobre sus palabras- "No me dejes"
Como si Sam pudiera. Como si alguna vez… y entonces recordó que una vez lo hizo y luego otra vez, pero ahora… ahora las cosas eran diferentes. No era solo la posibilidad de su hijo, ni algún retorcido sentido del deber.
Sam deseaba quedarse, necesitaba quedarse, porque aquí era donde siempre había pertenecido y recientemente había crecido lo suficiente para verlo realmente, sin ningún resentimiento, sin la necesidad auto-destructiva de alejar su única posibilidad de felicidad, sólo porque parecía poco convencional mirándolo desde afuera.
Curiosamente, pensó en Jessica y sabía que debía estar orgullosa de él. Por llegar a ser quien era. A pesar de estar asustado, a pesar de ser tan joven.
-"No lo haré"- besó el cuello de Dean, el cual tenía un sabor salado- "No voy a ir a ninguna parte"
Ni siquiera estaba seguro de que Dean le estuviese escuchando, los ojos de su hermano se abrieron a ciegas, cuando le dolió, era un dolor profundo y desconocido. Sam podía saber, por la forma en que su cuerpo se tensaba, como si alguien tirara de sus cuerdas demasiado apretadas que esto era realmente eso. Esto era el gran momento del que la gente hablaba.
No se sentía tan genial en este momento.
-"Mierda"- rió Dean, ronco y dudoso- "Me siento raro"
-"¿Raro, cómo?"
-"Incómodo"
-"Eso no es tan malo"
-"Le estoy restando importancia"- hizo una mueca.
-"Oh"
-"Pensé que tener un bebé debería ser más…"- Dean cerró los ojos otra vez y giró el cuello- "No sé. Diferente"- continuaba sonando completamente conversacional, aunque un poco tenso y eso no era normal. Casi cualquier cosa sería preferible a Dean minimizando algo ahora.
La mente de Sam trastabillaba en silencio. No podía pensar en la realidad de Dean teniendo un bebé. Siendo cortado. Había una razón por la que nunca pensó en la medicina como una opción viable para una carrera, a pesar de toda la emoción de los momentos de suturas que ha tenido a través de los años. No podía hacer que su cerebro funcione de esa manera. No podía desconectar a Dean de todo lo que sucederá.
-"Lo estás haciendo bien. Si estás…"
Dean mantuvo los ojos cerrados y luego respiró por la nariz- "Sam creo que la palabra que estabas buscando es labor. Y creo que el problema aquí sería que mi cuerpo no es adecuado para eso"
--
En la hora con 45 min que le tomó a Nathalie aparecer, Dean haba pasado de tener plantado el culo sobre la cama a caminar por la habitación, hasta sentarse en el piso afirmando que era más cómodo que la cama (lo cual Sam creyó, dado el solitario resorte apuñalándole el muslo) y de vuelta a pasear. Sam no le había dejado bajar las escaleras.
No quería a Dean en las escaleras, en caso de que algo pasara y sus reflejos no fueran lo suficientemente rápidos.
Para ser honesto, Sam estaba esperando mas gritos de agonía y menos charlas semi-apacibles pero… Dean siempre le había sorprendido. Ellos mantuvieron un flujo de conversación balbuceante que no siempre tenía sentido- de hecho, rara vez tenía sentido- pero distraía a Dean lo suficiente. Acariciaba su estomago ocasionalmente y hacía ese ruido bajo y tranquilizador y Sam se sentaba inútilmente en la cama, llamando a su papá una y otra vez, sin suerte.
¿Cuánto tiempo duran las visitas? Y si hoy de todos los días, olvido encender su celular de nuevo…
Sam sintió que podía ponerse a gritar.
-"No te preocupes Sammy"- dijo Dean en uno de sus momentos de calma. Sudando a través de su camisa, su rostro sonrosado y húmedo. Continuaba de pie moviéndose hacia adelante y hacia atrás, suavemente, por lo que apenas parecía que se estuviese moviendo.
-"No estoy preocupado"
-"Tienes tu gesto de preocupación"
-"Gracias"
-"Van a estar bien"
-"Querrás decir que estaremos bien"
Dean sonrió y se sentó en la cama, suspirando, incómodo. Mirando sus nudillos- "Si, lo estaremos. ¿Me prometes algo?"
-"¿Qué?"- estaba esperando la misma petición de no te vayas y no se sintió resentido con Dean por querer asegurarse de que se quede ahí.
-"Dale un nombre bueno y fuerte ¿de acuerdo? Me gusta Alexander"
-"Uh"
-"¿Sammy?"
Se levantó por algo para cubrir que no quería hablar de nada respecto a un lecho de muerte. Sin promesas. Hoy no- "¿Quieres un poco más de agua?"- Sam solo quisiera abrazar a Dean, estirarse y colocar el brazo alrededor de su hermano, pero el último par de veces que lo ha intentado Dean no ha sido muy receptivo. Estaba tenso, incómodo dentro de su piel, con su grande, pesado y confuso cuerpo. Y las manos de Sam no le ayudaban.
Los ojos de Dean bajaron hasta el suelo y Sam deseó prometerle todo. Salud, seguridad y normalidad- "No creo que pueda tragar nada en este momento"
-"Oh, de acuerdo"
Sam no quería levantarse cuando Nathalie llegó, pero estúpidamente tenía la puerta cerrada, como si los demonios se preocupasen por cerraduras y madera endeble. Dejó a Dean por el tiempo más corto posible, corriendo por las escaleras por lo que casi se cae, abrió la puerta diciendo- "Espero que traigas a ese tío"- y ya estaba girándose de regreso a las escaleras.
Ella le sujetó, tomándole por el codo- "¿Qué tío?"
-"¿Larry?"
-"Oh, él está en camino"
-"Creo que el bebé ya viene"
Nathalie frunció el ceño y reacomodó la, al parecer, pesada bolsa sobre su cadera- "Es pronto ¿eh?"
-"¿Eso es malo?"- se preguntaba que había en esa bolsa, pero luego decidió que no quería saberlo. Maldita sea, desearía que Dean pudiese estar en un hospital, seguro, estéril, con profesionales y no en la casa de Bobby, que desafiaba la limpieza, dependiendo de una mescolanza de aspirantes a cazadores y parteras con herramientas sucias e impredecibles.
-"No es bueno. Pero supongo… Ruthie está como a cinco minutos. Le pedí que fuera a recoger a tu papá en el hospital. Ella es de más utilidad en el lado practico… pero puedo mantener las cosas en calma"
En ese momento práctico sonaba más útil para ellos que la calma, porque Dean tenía mucha tranquilidad a su favor en este momento.
-"¡Sammy!"- la voz gruesa y rasgada de Dean rebotó por las escaleras- "¿Crees que puedas llegar hasta aquí?"
Tal vez no tanta tranquilidad.
-"Estoy yendo"
Nathalie entrecerró los ojos y habló con la autoridad de alguien que sabía exactamente lo que Sam estaba pensando, lo que estaba haciendo o al menos lo que debería estar haciendo- "Mantén la puerta abierta. No querrás dejarle de nuevo"
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Dean no quería ningún tipo de ayuda, en realidad eso no era una sorpresa. Como si Dean, alguna vez hiciera, algo que sea bueno para él, especialmente si eso implicaba cualquier cosa que pudiese ser considerado una debilidad.
No, eso no era justo. Dean había hecho un montón de mierdas en los últimos meses, cosas que debieron haber hecho mella en su orgullo de manera insoportable- había permitido a Sam cuidar de él. Sabía todo sobre el bien común y sabía que estaba siendo un imbécil egoísta, pero no podía evitarlo. No pudo evitar el horror al darse cuenta que su hermano mayor tenía fiebre.
Sin embargo, llamó a Nathalie antes de llamar a su padre. Deseando que su corazón latiera más despacio y controlar su voz- "¿Puedo pedirte tu opinión?"
-"¿Sam?"
No quiso perder tiempo con formalidades dejándole saber quién era con una agradable y ordenada introducción- "Si, ¿puedo pedirte una opinión?"- sonó tan sorprendentemente casual, casi desprovisto de emoción, sin una pizca del pánico que estaba moviéndose alrededor, sacudiéndose en su interior de forma que podría estallar en cualquier momento. Sin embargo había una tensión remanente en sus palabras.
Ella susurró algo al otro lado de la línea- "Te oyes extraño. ¿Está todo…?"
-"Dean tiene fiebre. Él no ha estado… moviéndose mucho. Sólo… quiero decir, arreglando la casa hasta hace un tiempo..."
-"Dime que no es el asunto de estar anidando"
-"¿Qué?"- Sam en realidad no tenía tiempo para estar siendo interrumpido- "Mayormente ha estado durmiendo. Pero Ruthie sugirió reposo…"
-"Reposo en cama, no encamado"- dijo Natalie, su voz nítida- "De acuerdo, en este momento, estamos como a dos horas de ustedes. Intenta enfriarlo, pregúntale si tiene algún dolor"
-"¿Qué tipo de dolor?"
Ella suspiró- "Probablemente no sea nada, no te preocupes. Dolor en general"
¿No te preocupes? ¿Cómo se supone iba a evitar preocuparse cuando su hermano estaba así de avanzado y ardiendo?
-"¿Dolor general? ¿Qué…?"- Estaba a punto de gritar pero no quería que Dean le escuchara. Sam giró la cabeza de lado a lado y dijo- "¿Crees que esto podría ser eso?"
-"¿Te refieres a trabajo de parto? Supongo… para ser honesta, no tenemos idea de cómo va a… presentarse"
-"¿Ni idea?"- Sam difícilmente logró pronunciar esas dos palabras.
-"Normalmente, si Dean fuera… si él fuera una mujer, estaríamos enloqueciendo"
-"¿Lo harían?"
-"Sam, una fiebre en esta etapa es en serio, una mala señal. Normalmente. Pero, como te decía Dean es un caso especial, así que… no entraría en pánico"
Sam creía que podría estar hiperventilando- "Respuesta directa, ¿qué tipo de dolor?"
Su respiración se lleno de titubeos y sus palabras le llegaban apagadas, como si estuviese hablando con alguien más y no quisiese que Sam le escuche. Presionó el teléfono contra su oreja en un estúpido intento de remediarlo- "Es difícil de… ponerlo en palabras. Es decir, como si alguien estuviese aplastándole excepto que desde su interior"
Bueno. Eso sonó mucho peor de lo que Sam esperaba. Perdió el control sobre su pánico, solo un pequeño desliz- "… Gracias por eso. Puedes traer a mi papá, está en el hospital con Bobby, no hay nadie… ¿puedes solo venir hasta aquí?"
-"Por supuesto. No te alteres"
Tan pronto como termino la llamada, Sam estaba marcando el número de John pero por supuesto, estaba en el hospital y su teléfono estaba apagado. Gran momento para obedecer las reglas, papá. Sam no logró moderar su tono de voz cuando dejo un mensaje- "Papá, algo va mal con Dean. Tiene fiebre y él… he llamado a… por favor regresa a casa de Bobby"- Cada pensamiento estaba lleno de púas y no podía asirse a ninguno de ellos.
Sam fue a buscar un vaso con agua y se lo llevó a Dean. Encontró a su hermano sentado al borde de la cama, tragando de forma adolorida. Estaba pálido por todas partes a excepción de sus mejillas, las cuales estaban inmersas en un rosa oscuro.
-"Sammy"- Dean le dirigió una pequeña sonrisa- "Falsa alarma, tío. Me siento genial"
-"Dean, acuéstate"- fue rudo, por supuesto, pero no así de rudo. No lo suficiente para que de verdad hiera a Dean. Sin embargo, él tosió una vez y parecía como si estuviese a una palabra descortés de ponerse a llorar y Sam no podía, simplemente no podía, funcionar mirando eso.
Las lágrimas se asentaban en la superficie de los ojos de Dean como la lluvia sobre un cristal, temblorosas y con un movimiento amenazante pero que nunca se convirtió en acción por completo.
-"Duele"- dijo simplemente, las dos palabras unidas por otro trago de saliva y Sam quiso decirle que lo sabía, que le entendía, pero la verdad es que no lo hacía, que nunca lo hará.
-"Te traje un poco de agua"
Dean no parpadeó- "¿Me escuchaste? Esto no es una fiebre con dolor"
Si lo es, lo es. Sam cruzó la habitación y puso el vaso en el piso junto a los sólidos pies de Dean, se sentó cerca de su hermano y este era un momento terrible para sentirse joven pero lo hacía. Se sentía demasiado joven para tener un niño, demasiado joven para salvar al mundo o tan siquiera su propia familia. Demasiado joven para ser fuerte. Presionó la mano contra la espalda de Dean, tratando de ser amable con la esperanza de que su debilidad no se notara.
Por un momento, Dean suspiró cono si un gran alivio hubiese caido sobre él y Sam giró, desorientado sobre sí mismo, honestamente no reconoció esa amabilidad. ¿En realidad era así de amable? ¿Era tan capaz?
-"¿Entonces qué sucede?"- preguntó inútilmente.
-"Bueno"- Dean le sonrió ligeramente- "podría ser intoxicación alimenticia, supongo. Podría ser, cualquier número de… de cosas. Voy a hacer el intento e imaginar que este soy yo sin tener una jodida idea de cómo lidiar con…"- hizo una pausa y miro a Sam, muy cerca- "Ya sabes Sammy"
Lo sabía, eso era lo peor. No podía sentarse ahí y fingir que todo era normal porque esto era eso y ellos estaban atascados en comportarse igual a un par de chicos incómodos. Atascados en ser exactamente lo que eran- "¿Qué puedo hacer?"
-"No te vayas"- los ojos de Dean se cerraron y una respiración larga y adolorida se abrió paso sobre sus palabras- "No me dejes"
Como si Sam pudiera. Como si alguna vez… y entonces recordó que una vez lo hizo y luego otra vez, pero ahora… ahora las cosas eran diferentes. No era solo la posibilidad de su hijo, ni algún retorcido sentido del deber.
Sam deseaba quedarse, necesitaba quedarse, porque aquí era donde siempre había pertenecido y recientemente había crecido lo suficiente para verlo realmente, sin ningún resentimiento, sin la necesidad auto-destructiva de alejar su única posibilidad de felicidad, sólo porque parecía poco convencional mirándolo desde afuera.
Curiosamente, pensó en Jessica y sabía que debía estar orgullosa de él. Por llegar a ser quien era. A pesar de estar asustado, a pesar de ser tan joven.
-"No lo haré"- besó el cuello de Dean, el cual tenía un sabor salado- "No voy a ir a ninguna parte"
Ni siquiera estaba seguro de que Dean le estuviese escuchando, los ojos de su hermano se abrieron a ciegas, cuando le dolió, era un dolor profundo y desconocido. Sam podía saber, por la forma en que su cuerpo se tensaba, como si alguien tirara de sus cuerdas demasiado apretadas que esto era realmente eso. Esto era el gran momento del que la gente hablaba.
No se sentía tan genial en este momento.
-"Mierda"- rió Dean, ronco y dudoso- "Me siento raro"
-"¿Raro, cómo?"
-"Incómodo"
-"Eso no es tan malo"
-"Le estoy restando importancia"- hizo una mueca.
-"Oh"
-"Pensé que tener un bebé debería ser más…"- Dean cerró los ojos otra vez y giró el cuello- "No sé. Diferente"- continuaba sonando completamente conversacional, aunque un poco tenso y eso no era normal. Casi cualquier cosa sería preferible a Dean minimizando algo ahora.
La mente de Sam trastabillaba en silencio. No podía pensar en la realidad de Dean teniendo un bebé. Siendo cortado. Había una razón por la que nunca pensó en la medicina como una opción viable para una carrera, a pesar de toda la emoción de los momentos de suturas que ha tenido a través de los años. No podía hacer que su cerebro funcione de esa manera. No podía desconectar a Dean de todo lo que sucederá.
-"Lo estás haciendo bien. Si estás…"
Dean mantuvo los ojos cerrados y luego respiró por la nariz- "Sam creo que la palabra que estabas buscando es labor. Y creo que el problema aquí sería que mi cuerpo no es adecuado para eso"
--
En la hora con 45 min que le tomó a Nathalie aparecer, Dean haba pasado de tener plantado el culo sobre la cama a caminar por la habitación, hasta sentarse en el piso afirmando que era más cómodo que la cama (lo cual Sam creyó, dado el solitario resorte apuñalándole el muslo) y de vuelta a pasear. Sam no le había dejado bajar las escaleras.
No quería a Dean en las escaleras, en caso de que algo pasara y sus reflejos no fueran lo suficientemente rápidos.
Para ser honesto, Sam estaba esperando mas gritos de agonía y menos charlas semi-apacibles pero… Dean siempre le había sorprendido. Ellos mantuvieron un flujo de conversación balbuceante que no siempre tenía sentido- de hecho, rara vez tenía sentido- pero distraía a Dean lo suficiente. Acariciaba su estomago ocasionalmente y hacía ese ruido bajo y tranquilizador y Sam se sentaba inútilmente en la cama, llamando a su papá una y otra vez, sin suerte.
¿Cuánto tiempo duran las visitas? Y si hoy de todos los días, olvido encender su celular de nuevo…
Sam sintió que podía ponerse a gritar.
-"No te preocupes Sammy"- dijo Dean en uno de sus momentos de calma. Sudando a través de su camisa, su rostro sonrosado y húmedo. Continuaba de pie moviéndose hacia adelante y hacia atrás, suavemente, por lo que apenas parecía que se estuviese moviendo.
-"No estoy preocupado"
-"Tienes tu gesto de preocupación"
-"Gracias"
-"Van a estar bien"
-"Querrás decir que estaremos bien"
Dean sonrió y se sentó en la cama, suspirando, incómodo. Mirando sus nudillos- "Si, lo estaremos. ¿Me prometes algo?"
-"¿Qué?"- estaba esperando la misma petición de no te vayas y no se sintió resentido con Dean por querer asegurarse de que se quede ahí.
-"Dale un nombre bueno y fuerte ¿de acuerdo? Me gusta Alexander"
-"Uh"
-"¿Sammy?"
Se levantó por algo para cubrir que no quería hablar de nada respecto a un lecho de muerte. Sin promesas. Hoy no- "¿Quieres un poco más de agua?"- Sam solo quisiera abrazar a Dean, estirarse y colocar el brazo alrededor de su hermano, pero el último par de veces que lo ha intentado Dean no ha sido muy receptivo. Estaba tenso, incómodo dentro de su piel, con su grande, pesado y confuso cuerpo. Y las manos de Sam no le ayudaban.
Los ojos de Dean bajaron hasta el suelo y Sam deseó prometerle todo. Salud, seguridad y normalidad- "No creo que pueda tragar nada en este momento"
-"Oh, de acuerdo"
Sam no quería levantarse cuando Nathalie llegó, pero estúpidamente tenía la puerta cerrada, como si los demonios se preocupasen por cerraduras y madera endeble. Dejó a Dean por el tiempo más corto posible, corriendo por las escaleras por lo que casi se cae, abrió la puerta diciendo- "Espero que traigas a ese tío"- y ya estaba girándose de regreso a las escaleras.
Ella le sujetó, tomándole por el codo- "¿Qué tío?"
-"¿Larry?"
-"Oh, él está en camino"
-"Creo que el bebé ya viene"
Nathalie frunció el ceño y reacomodó la, al parecer, pesada bolsa sobre su cadera- "Es pronto ¿eh?"
-"¿Eso es malo?"- se preguntaba que había en esa bolsa, pero luego decidió que no quería saberlo. Maldita sea, desearía que Dean pudiese estar en un hospital, seguro, estéril, con profesionales y no en la casa de Bobby, que desafiaba la limpieza, dependiendo de una mescolanza de aspirantes a cazadores y parteras con herramientas sucias e impredecibles.
-"No es bueno. Pero supongo… Ruthie está como a cinco minutos. Le pedí que fuera a recoger a tu papá en el hospital. Ella es de más utilidad en el lado practico… pero puedo mantener las cosas en calma"
En ese momento práctico sonaba más útil para ellos que la calma, porque Dean tenía mucha tranquilidad a su favor en este momento.
-"¡Sammy!"- la voz gruesa y rasgada de Dean rebotó por las escaleras- "¿Crees que puedas llegar hasta aquí?"
Tal vez no tanta tranquilidad.
-"Estoy yendo"
Nathalie entrecerró los ojos y habló con la autoridad de alguien que sabía exactamente lo que Sam estaba pensando, lo que estaba haciendo o al menos lo que debería estar haciendo- "Mantén la puerta abierta. No querrás dejarle de nuevo"