Cambios

Oct 04, 2009 09:37

Autor: milkymushi
Fandom: RPF Tokio Hotel
Claim: Bill Kaulitz/Eudoxia Kouzounis (O.C.)
Tabla: Momentos
Tema: 4. Cambio
Personajes: Bill Kaulitz, Eudoxia Kouzounis
Resúmen: Un cambio...o dos...o tres no significan que tenga que cambiar toda una vida.
Advertencias: Ninguna. Se recomienda escuchando Changes de David Bowie, o en su defecto de Butterfly Boucher.

Dormido como estaba, sentado en pleno sillón de la sala de su madre, mientras un disco de David Bowie no lograba pasar de "Ch-ch-ch-ch", ni siquiera reparó en que la mesita de café delante de el ya se encontraba hecha un desastre y cuando su chica lo golpeó en la cabeza para despertarlo, solo la miró por limitados instantes antes de volver a cerrar los ojos, totalmente ido embriagado en su sueño y acurrucado por que había despertado con frío.

Las cosas eran diferentes ahora que vivían con su madre. Simone y Eudoxia parecían...complices o algo parecido, si se trataba de molestar en bromita a Tom al cansancio, esas dos hacían tan buen equipo. ¡Y vaya que era un consuelo excelente saber que se llebavan a las mil maravillas!
¿Que hacía ahí, tan tarde, con evidente sueño, en una sala que estaba hecha un desastre?
Oh bien, solo Dios, su madre y Eudoxia sabían lo que estaban haciendo. Despertó con pocas ganas de seguir en el sillón, quería irse a la cama, pensar y consultar con la almohada todas las cosas que habían pasado en las últimas semanas.

Quizá algo tarde, pero afrontándolo, cualquier excusa era buena para molestarlo a el, a su familia o a cualquiera que dijera estar involucrado con la banda de algún modo. Eudoxia ya era un hecho en su vida, y también en la vida de los cientos de miles de niñas de 13 años en adelante que soñaban con el o con su hermano y con bizarras pero curiosas situaciones respecto al tipo de relación que verdaderamente llevaban...pero bien, ahora estaba divagando.

Ni siquiera le sorprendía averiguar que una chica nueva le declaraba la guerra a Eudoxia por correo, por radio, por TV.
En las últimas entrevistas que había conseguido dar, le habían hecho exasperar en más de una ocasión, llamando a su chica de formas tan viles e inadecuadas que, simplemente, el hecho de fingir una risa le costaba mucho, más aún a sabiendas que Eudoxia prefería no ver nada de eso.

Sabía que a la castaña le dolía verlo riendo en vez de defendiéndola, pero también sabía que la chica estaba al tanto de la situación y que no podía atreverse a parecer grosero con nadie. Se sentía asquerosamente mal, eran cosas que tampoco lo tenían muy contento a el y que sin embargo tenía que cumplir para que nadie se molestara con el...no era por egoísmo, y muy por el contrario, hacía lo que le pedían para que nadie se atreviera a tocar a Eudoxia o a pedirle que desapareciera de su vida.

Hacía poco habían llamado a Eudoxia demasiado "Cualquiera" para estar con alguien que parecía un icono del glamour alternativo, que por cierto, admiraba mucho a David Bowie. A ella pareció no molestarle en lo absoluto pero a el le escoció, y bastante. ¿"Cualquiera"? ¿Con el rostro de angelito rebelde que tenía? Suspiró sin levantarse, el sueño se le iba poco a poco. Alcanzó a patear el tocadiscos con suficiente suavidad como para que "Changes" continuara su curso, pero al poco momento volvió a estancarse, y, frunciendo el ceño, sacó el disco de su lugar y lo tiró por la ventana, bien, más tarde tendría que ir a recogerlo de todos modos.

Simone entró a la estancia solo para poner un disco que seguro Eudoxia le había dado. "Changes" comenzó a sonar, pero no...no podía ser Bowie, así que Bill se sentó, con ambas cejas alzadas, y lo que vio saliendo del baño se le antojó bello y distinto, una chica preciosa, comparable a la manera en que alguna Diosa griega debía lucir, o al menos eso pensó.

Eudoxia lucía el cabello comparablemente más corto y negro azabache, ahora sabía de que eran tantos tubos en la mesa de café. Ahora si, quien se atreviera a insultar su forma de verse, sería por que no tenía nada mejor que hacer o le tenía envidia de seguro.
Se levantó con una sonrisa tímida en sus labios y una mirada brillante.
-¿Sigues siendo mi Eudoxia, cosa brillante, hermosa y despampanante? - la ahora morena se rió mientras se abrazaba al cuello de Bill y su madre se iba como diciendo: "Yo vengo sobrando aquí"
-Bill, cambiaré mi cabello y mi maquillaje, hasta algo de mi forma de vestir, todo por que un montón de idiotas que jamás han amado dejen de molestarnos cada que tienen oportunidad. Pero... - le besó fugazmente y al separarse, Bill se inclinó por un poco más. -Yo sigo siendo la misma y castaña o con cabello muy negro, te sigo queriendo como siempre, a ti y a tu carita de timidéz que ni tu solito te crees.
-Ojalá esas cosas nunca cambien si a ti te gustan tanto, pero...el cambio no es nada malo ¿Verdad?

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