Ventisca
Autor: milkymushi
Fandom: RPF Tokio Hotel
Claim: Bill Kaulitz/Eudoxia Kouzounis (O.C)
Tabla: Momentos
Tema: #12. Ventisca
Personajes: Bill Kaulitz, Eudoxia Kouzounis (O.C.)
Resumen: Quizá, hasta por hacer cosas malas, te den una recompensa
Advertencias: Aparición de la familia Kaulitz
¿Quién iba a advertirle que iba a ser un riesgo salir con tal ventisca en camino. Ahora avanzaba en el VMW como si fuera una carcacha, despacio y limpiando en parabrisas a cada segundo para no perder visibilidad. Tendría que haberle hecho caso a Eudoxia… Pero claro, sus ganas de tenerla contenta y complacida hicieron que fuera a buscar pasas a inicio de la noche, y con semejante tormenta. Iba cubierto con varios suéteres y chamarras, gorro y bufanda, lo cual resultó muy bien, puesto que la gente no pareció reconocerlo.
-¡Carajo! Maldita Nieve… - gritó para si mismo mientras el limpiaparabrisas iba y venía delante de el. Terminó por abrir el celular, ¡Brillante! No había señal y iracundo como estaba, tan solo deseaba llegar a casa, cenar con su, madre, su hermano y su novia y luego darse un baño…de preferencia con su novia. Se rió, la idea le parecía buena, pero no estaba tan seguro de que Eudoxia aceptara y mucho menos luego de que el se hizo el desentendido de los riesgos de salir así y salió a comprar pasas gigantes y nueces.
Al fin, cuando creyó que iba a morir congelado y de desesperación, llegó a casa, para su sorpresa, Eudoxia estaba afuera, apoyada contra la puerta para que la ventisca no la empujara fuera. Ver aquello, logró que el joven aparcara mucho más rápido de lo esperado. Bajó corriendo, cubriendo su rostro del frío que parecía querer arrancarle la piel. Y tras un par de saltos aterrizó delante de Eudoxia.
-¿Acaso estas loca?
-¿Yo? ¡Tu fuiste el idiota que salió corriendo en la nevada para comprar cosas que ayudaran a prepararte tu pie favorito!
-Ya, ya, no hay necesidad de reprocharme, ya estoy aquí, con tus pasas, tus nueces, y ahora vamos a cenar.
-¡Bill Kaulitz! - Se escuchó el grito de Simone desde la cocina. Eudoxia lo miró como diciéndole: “Te van a regañar”, tenía en el rostro esa expresión pícara que a Bill tanto le gustaba, y aún cuando quiso enfadarse con ella, no pudo.
-Eres peor que un pequeño demonio, Eudoxia. - le dijo sosteniendo su rostro con suavidad entre sus dedos.
-OH, que bueno, definitivamente sé que no te gustaría si fuera una santa. - le guiñó el ojo antes de ir en camino a la cocina, con el detrás de ella.
-¿Qué ocurre mamá?
-¿Qué ocurre?, ¿¡Que ocurre!?, saliste huyendo, con riesgo de quedarte atrapado en la nieve, con un frío del demonio y te hiciste el sordo, tanto conmigo como con tu novia….Eudoxia estaba como loca mirando por la ventana cada dos minutos, solo no comenzó a morderse las uñas por que sabe lo mucho que eso te molesta. - Bill miró a Eudoxia fugazmente. Sonrió satisfecho al saber que se había preocupado de verdad por el. La castaña se ruborizó y desvió la mirada antes de salir de la cocina. Bill y su madre comenzaron a discutir en alemán, al final se abrazaron y Bill salió para buscar a Eudoxia. Que estaba recargada contra la pared, a la entrada de la cocina.
-Así que ¿Te preocupaste en serio por mi? - preguntó Bill, con cierto tono de orgullo y mirándola con reproche
-Quizá. - desvió la mirada, con una expresión neutral y luego bajó la mirada. -¡Oye! Me hubiera preocupado hasta por tu hermano con el clima que esta haciendo… - lo miró antes de ir a sentarse frente a la chimenea.
-¿Tanto te cuesta decirme que me quieres?
-Te quiero…
-¿Qué me amas?
-Te…te amo. - Eudoxia le sonrió, ruborizada y lenta, pero segura, lo besó, con ternura y casi pidiendo perdón por ser tan indiferente con el a veces. Era más que obvio que aún cuando fuera una pesada a veces, lo quería y si se hubiera tardado mucho más, ella hubiera salido corriendo a buscarlo. Bill la abrazó por la cintura y le devolvió el beso, divertido por el hecho de que Eudoxia, normalmente fría y controlada, ahora se cohibía y se sonrojaba por dejarle saber lo mucho que le importaba.
-¿Quieres chocolate antes de cenar? - le preguntó la chica sonriente y dispuesta a levantarse. -De seguro tienes mucho frío…
-¿Sabes Eudo? Se me ocurre una mejor idea para quitarnos el frío…pero mejor esperamos a que todos se duerman ¿Te parece? - Le sonrió, coqueto y encantador…
-Si, es un buen plan para pasar a salvo una ventisca tan mala.
Cabe decir…que luego de un par de besos, casi se olvidan de la cena.
Fandom: RPF Tokio Hotel
Claim: Bill Kaulitz/Eudoxia Kouzounis (O.C)
Tabla: Momentos
Tema: #12. Ventisca
Personajes: Bill Kaulitz, Eudoxia Kouzounis (O.C.)
Resumen: Quizá, hasta por hacer cosas malas, te den una recompensa
Advertencias: Aparición de la familia Kaulitz
¿Quién iba a advertirle que iba a ser un riesgo salir con tal ventisca en camino. Ahora avanzaba en el VMW como si fuera una carcacha, despacio y limpiando en parabrisas a cada segundo para no perder visibilidad. Tendría que haberle hecho caso a Eudoxia… Pero claro, sus ganas de tenerla contenta y complacida hicieron que fuera a buscar pasas a inicio de la noche, y con semejante tormenta. Iba cubierto con varios suéteres y chamarras, gorro y bufanda, lo cual resultó muy bien, puesto que la gente no pareció reconocerlo.
-¡Carajo! Maldita Nieve… - gritó para si mismo mientras el limpiaparabrisas iba y venía delante de el. Terminó por abrir el celular, ¡Brillante! No había señal y iracundo como estaba, tan solo deseaba llegar a casa, cenar con su, madre, su hermano y su novia y luego darse un baño…de preferencia con su novia. Se rió, la idea le parecía buena, pero no estaba tan seguro de que Eudoxia aceptara y mucho menos luego de que el se hizo el desentendido de los riesgos de salir así y salió a comprar pasas gigantes y nueces.
Al fin, cuando creyó que iba a morir congelado y de desesperación, llegó a casa, para su sorpresa, Eudoxia estaba afuera, apoyada contra la puerta para que la ventisca no la empujara fuera. Ver aquello, logró que el joven aparcara mucho más rápido de lo esperado. Bajó corriendo, cubriendo su rostro del frío que parecía querer arrancarle la piel. Y tras un par de saltos aterrizó delante de Eudoxia.
-¿Acaso estas loca?
-¿Yo? ¡Tu fuiste el idiota que salió corriendo en la nevada para comprar cosas que ayudaran a prepararte tu pie favorito!
-Ya, ya, no hay necesidad de reprocharme, ya estoy aquí, con tus pasas, tus nueces, y ahora vamos a cenar.
-¡Bill Kaulitz! - Se escuchó el grito de Simone desde la cocina. Eudoxia lo miró como diciéndole: “Te van a regañar”, tenía en el rostro esa expresión pícara que a Bill tanto le gustaba, y aún cuando quiso enfadarse con ella, no pudo.
-Eres peor que un pequeño demonio, Eudoxia. - le dijo sosteniendo su rostro con suavidad entre sus dedos.
-OH, que bueno, definitivamente sé que no te gustaría si fuera una santa. - le guiñó el ojo antes de ir en camino a la cocina, con el detrás de ella.
-¿Qué ocurre mamá?
-¿Qué ocurre?, ¿¡Que ocurre!?, saliste huyendo, con riesgo de quedarte atrapado en la nieve, con un frío del demonio y te hiciste el sordo, tanto conmigo como con tu novia….Eudoxia estaba como loca mirando por la ventana cada dos minutos, solo no comenzó a morderse las uñas por que sabe lo mucho que eso te molesta. - Bill miró a Eudoxia fugazmente. Sonrió satisfecho al saber que se había preocupado de verdad por el. La castaña se ruborizó y desvió la mirada antes de salir de la cocina. Bill y su madre comenzaron a discutir en alemán, al final se abrazaron y Bill salió para buscar a Eudoxia. Que estaba recargada contra la pared, a la entrada de la cocina.
-Así que ¿Te preocupaste en serio por mi? - preguntó Bill, con cierto tono de orgullo y mirándola con reproche
-Quizá. - desvió la mirada, con una expresión neutral y luego bajó la mirada. -¡Oye! Me hubiera preocupado hasta por tu hermano con el clima que esta haciendo… - lo miró antes de ir a sentarse frente a la chimenea.
-¿Tanto te cuesta decirme que me quieres?
-Te quiero…
-¿Qué me amas?
-Te…te amo. - Eudoxia le sonrió, ruborizada y lenta, pero segura, lo besó, con ternura y casi pidiendo perdón por ser tan indiferente con el a veces. Era más que obvio que aún cuando fuera una pesada a veces, lo quería y si se hubiera tardado mucho más, ella hubiera salido corriendo a buscarlo. Bill la abrazó por la cintura y le devolvió el beso, divertido por el hecho de que Eudoxia, normalmente fría y controlada, ahora se cohibía y se sonrojaba por dejarle saber lo mucho que le importaba.
-¿Quieres chocolate antes de cenar? - le preguntó la chica sonriente y dispuesta a levantarse. -De seguro tienes mucho frío…
-¿Sabes Eudo? Se me ocurre una mejor idea para quitarnos el frío…pero mejor esperamos a que todos se duerman ¿Te parece? - Le sonrió, coqueto y encantador…
-Si, es un buen plan para pasar a salvo una ventisca tan mala.
Cabe decir…que luego de un par de besos, casi se olvidan de la cena.