Lo mejor que tiene esta película es el cast. Actores de lujo que hacen las delicias de cualquiera, aunque el argumento o el resto de la película no gusten, vale la pena haberla visto por las interpretaciones.
Lo peor que puedo decir es que peca de larga y que la parte cómica, con la que la etiquetan, no la he visto demasiado. Es una cinta británica con todo lo que ello conlleva. En cuestión de rodaje, me recuerda a Lo que queda del día.
Mi escena favorita, la de Jeremy Northam cantando. Y a resaltar la siempre bellísima Kristin Scott Thomas.