[Tabla Sentimental #2 Odio] Bielorrusia

May 09, 2009 21:33

Autor:meztli_lu
Titulo:La merienda
Tema:#2 Odio
Tabla: Sentimental
Claim: Natasha Alfroskaya/Bielorrusia
Disclaimer: Bielorrusia es de… (inserte nombre del presidente) Los personajes de Himaruya.
Rating: R-15 General, un poco de Yaoi
Resumen: Natasha descubré a su hermano con Toris en una situación comprometedora.
Me gusto esté tema, espero haber captado la locura extrema de nuestra querida Natasha y que Toris se recupere pronto. Esto me recuerda a que a veces existen mujeres tan tontas que se dejan manipular por los hombres que aman. No hagan eso niñas :P

La merienda

Afilaba su colección de cuchillos, los pulía hasta ver sus ojos en la afilada hoja. Esperaba que dieran las siete de la noche para la merienda. Iría en busca de su hermano y llegarían juntos al comedor. Tomada de su brazo, presumiendo que iba con la nación más poderosa del mundo. Esa era la rutina que había seguido desde hace unas semanas. En la casa no había ningún sonido, salvo algunos murmullos de los empleados. Contemplaba su obra terminada y dejaba las armas en un estuche negro con forro de terciopelo rojo. Vio el reloj de cuerda en la pared y fue en busca de Ivan.

El único ruido era el de sus zapatillas por el angosto pasillo iluminado. Pasando tres habitaciones, llegó hasta donde su hermano. Antes de tocar, notó la puerta ligeramente abierta. Escuchó los sonidos suaves que provenían de su habitación. Murmullos, gemidos y la voz de su hermano colada entre suaves jadeos.
Se tapó la boca antes de emitir alguna maldición. Había alguien más con su hermano. Metió su mano por debajo de la falda, tomó el mango de uno de los cuchillos que escondía bajo la liga de las medias. Dispuesta a asesinar a quien pasara frente a ella. Volvían los gemidos esta vez un poco más intensos y una voz conocida.

- ¿Qué esta pasando?- se preguntó y decidida con la furia en sus ojos, abrió la puerta.

Tras un muro estaba la cama, sobre ella: Toris acostado con las piernas alrededor del cuello de Ivan y éste con la cabeza entre las manos del lituano. Su hermano acariciaba con un fervor desconocido para ella el rostro del lituano y besaba su frente. Aquellas acciones le partieron el corazón. Hubiera deseado ser en ese momento Toris.

- ¿Qué hacen?- la bielorrusa tiró el arma al suelo impresionada por la escena.

Ambas naciones quedaron quietas, sorprendidas por haber sido descubiertas. Ivan observó a su hermana con cierto enfado, mientras Toris se cubría la cara con las manos. Natasha no dejaba de mirarlos preguntándose que hacían desnudos en la cama. Tal vez Natasha era un poco inocente, pese a haber asesinado a muchas personas en la guerra y era un poco sicótica y desconocía otras cosas: como el sexo. Si bien estaba enamorada de Ivan, por su mente sólo pasaba una vida junto a él de la forma más feliz como en las novelas de amor.

El ruso salió del cuerpo de Lituano y se cubrió con una sabana.

- ¿Vas a quedarte ahí mirando?- preguntó de mala manera- vete.

Natasha nerviosa, recogió el cuchillo y se fue de la habitación. Se perdió por los pasillos. Apretaba con todas sus fuerzas el cuchillo, no dejaba de pensar en lo que vio. Se sentía traicionada, más que eso, estúpida por no darse cuenta de lo que pasaba con su hermano.

- Imbécil, soy una imbécil… debí darme cuenta que Toris… ése maldito- se detuvo en una terraza. El aire de la noche que se acercaba acarició su rostro y secó las lágrimas de coraje- ignorante… ¿Qué diablos hacían?- clavó el cuchillo en la terraza.

El recuerdo de hace un momento la llevó a otros: A Toris hablando con ella cariñosamente, sus invitaciones simples a pasear, en las flores, las cartas. Ella sabía lo que el lituano sentía por ella. Pesé a ignorarlo todo el tiempo, éste insistía y a veces se cansaba de escucharlo y lo humillaba; pero de nuevo, como todo enamorado, regresaba a seguir con su lucha. A Natasha le parecía indiferente, insignificante, hasta afeminado y aburrido. Ahora, lo odiaba tanto como amaba a Ivan.

- Jugabas conmigo, bastardo ignorante- dijo entre dientes- querías burlarte de mí para poder estar con mi querido hermano. ¡Voy a matarte!- exclamó, luego dio un grito estridente que se escuchó por toda la casa- No te voy a perdonar. ¡Ivan es mío!.

Con el coraje entre los puños y la lengua, salió de la terraza y se dirigió al comedor donde lo más probable era que estuvieran todos. Sus pasos se marcaban fuerte en su andar. Bajó las escaleras sin perder esa elegancia que adoptó sin darse cuenta hasta de nacer, apartó con brusquedad a algunos sirvientes y secretarios que pasaban por los pasillos. La puerta del comedor estaba abierta y vio algunas siluetas detrás de las sillas. Sacó otro cuchillo de entre su vestido. Su piel se erizó y los nervios quemaron su cerebro. Los síntomas de la necesidad de matar. El sabor de la sangre se hundía en su paladar. El odio la consumía, se comía su corazón dejándola a merced de sus propios instintos.

Al entrar su hermana la saludó, estaba sentada a un costado de Raivis que preparaba un pan con miel. Edward servía un poco de leche tibia y saludó con la misma cortesía a Natasha. Ivan se encontraba hasta el otro extremo de la mesa rectangular y Toris en medio. Ambos la miraron. Ivan instintivamente se levantó.

- Siéntate a mi lado- invitó con la misma sonrisa natural que lo caracterizaba.
- No- respondió, aquella negación sorprendió a todos. Antes que Toris pudiera decir algo, Natasha corrió hacia él y clavó el cuchillo en su pierna derecha. Observó los ojos de terror del lituano y sonrió de la misma manera perversa que lo hacía Ivan.
- ¡Toris!- gritaron sus hermanos.

Ivan la tomó de los brazos y la sacó del comedor con violencia. Yakaterina estaba confundida y preguntaba que había pasado mientras los bálticos curaban a su hermano mayor.

- Tranquila- Ivan la abrazó una vez afuera del comedor- tranquila- susurró, acariciaba su cabellera, pasaba la otra mano libre por la cintura. Le dio un pequeño beso en la mejilla y la escuchó llorar.
- Yo te amo…- dijo entre sollozos- nos casaremos y no quiero que veas más a Toris o lo mataré cuando no estés.

Ivan abrazó a su hermana sintiendo su delicado cuerpo y ese corazón transtornado que quería escapar. Con sus dos manos rodeaba la pequeña cintura. Se estremeció al escucharla. La conocía, sabía lo que era capaz de hacer, no sólo mataría a Toris; si un día se descuidaba, también a él, a los bálticos, a Katy, Yao… Tenía que volver a usar ese tacto preciso que sólo sabía manejar él.

- Lo estaba castigando- explicaba Ivan- no me gusta su manera de mirarte y la insistencia de llevarte a pasear. Le advertí que si volvía a acercarse a ti, lo castigaría. Y eso hice.

Natasha dejó de llorar, observó las dos violetas fijamente. Sonreía como tanto le gustaba. Lo besó en los labios. Una vez más era presa de la manipulación irónica de Ivan. Creía todo, ella seguía teniendo la mentalidad de una niña mimada y caprichosa en el cuerpo de una hermosa mujer cegada por la obsesión.

- Prométeme que me dejarás a mí corregir a Toris. No te acerques a él, por que yo soy quien los cuida a todos. ¿Comprendes?- Ivan tomó dos mechones del cabello de su hermana y los besó sin dejar esa infantil sonrisa.
- Pero no puedo dejar de odiarlo- dijo con melancolía al ver la acción de su hermano.
- ¿Qué es mas fuerte Natasha, tu amor por mí o tu odio hacia Toris?

Gracias por leer, bueno poco a poco me empiezo a adaptar con Natasha, digo viendo DJ, el manga y los arts, dejamos volar la imaginación.
Bye

a: meztli_lu, ta: sentimental, c: bielorrusia

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