Autor:
meztli_luTema: #6 Felicidad
Titulo: El ramo
Tabla:
SentimentalClaim: Natasha Alfroskaya/Bielorrusia
Disclaimer: Como ya dije, los personajes ni los países son míos, sólo este humilde fic.
Rating:General
Resumen: La boda del Imperio Austro-Húngaro y todos están invitados.
Oh! Pero si soy yo, :p demoré un poco por que tengo trabajos finales y cosas en la vida real que me absorven, está es la única tabla con la que sigo, las otras dos están suspendidas por el momento por falta de tiempo. Ok, espero que les guste y eso :P ya que el otro, va a un rincón emo. Como que nomas no XD pero no importa. Saludos
El ramo
- Patéticos- les dije a los bálticos, sus caras de angustia, sentados frente a nosotros en el tren. Estaba furiosa, honestamente no tenía ganas de asistir. Aun que a petición de mi hermano y lo curiosamente emocionado que estaba por ir, me convenció.
Al llegar a la ciudad de Viena antes del amanecer, la cual tenía una música característica, un tanto indiferente hacía el mundo pero especial. Un carruaje real nos esperaba en la estación del tren. El transiberiano llegó dos horas tarde a cusa de un contratiempo en las vías, otro grupo de presos que querían escapar de los gulags.
Roderich Eldelstein invitó a mis hermanos y a mí a su boda con Elizaveta Héderváry.
Nos condujeron a un palacio lujoso donde nos hospedaríamos dos días antes de la boda. Aunque el de San Petesburgo es aún más hermoso todavía. En el hall esperaba Roderich. Saludó a mi hermano con elegancia y a cada uno de nosotros nos dio la bienvenida. Actuaba de manera serena y no dejaba de sonreír. Me pregunto si Elizavetha estará igual. Sólo dos veces hable con ella, nada más de sus batallas y el ejercito que poseía. Maldita presumida. A mi que diablos me importa si se casa o no.
Las habitaciones como era de esperarse en casa de aquel aristócrata mojigato, fueron separadas. Mi hermana y yo estábamos por fin solas. Se dejó caer en la cama, estaba emocionada igual que mi hermano, no paraba de hablar de la boda.
- No sé como sean las bodas en Viena, pero lo normal es que la novia se vista de blanco- decía mientras yo guardaba la ropa y el vestido que usaría para la fiesta- lleva un ramo de flores naturales y al final, la novia lo avienta a las solteras y quien lo tome, será la siguiente en casarse- detuve lo que estaba haciendo, mire a mi hermana con asombro. Mi corazón se aceleró- ¡Que emocionante! Ya quiero ver a la hermosa de Elizavetha luciendo espectacular del brazo del amor de su vida- suspiró con las mejillas encendidas, era igual a una niña infantil.
- Espera, ¿quieres decir que quien tome el ramo será la siguiente en casarse?- pregunte acercándome emocionada a ella. Esperaba ansiosa su respuesta.
- B-bueno…- me miró, pausó su respuesta por un segundo- se supone que así es la tradición pero…
No me contuve, grite emocionada y salí corriendo de la habitación. Katya dijo algo que ignoré. Busque el cuarto de mi hermano. Toque dos veces y cuando abrió me lanzé a sus brazos.
- Atraparé ese ramo y podrás casarte conmigo. Ya no tendrás excusas- dije, era un hecho, si tenía ese ramo nada podía evitar que me casará con él. Ante sus mirada incrédula y desconcertada, sonrió nervioso, no entendía nada- lo sabrás cuando acabe la boda- le di un beso en la mejilla y regrese contenta.
El día esperado llego. Sentados tres filas a la derecha en la catedral, vimos pasar a Roderich primero, con un traje negro bastante elegante, andaba con un porte sereno y decidido.
- Que guapo- dijo Katya a mi oído- ¿te imaginas a Ivan vestido así?- la intención de mi hermana era hacer una broma a mi hermano, pues se río sutilmente, pero mi imaginación fue completamente transtornada. En vez de ver al austriaco, mi hermano andaba al altar, con sus ojos violetas brillando intensamente mientras me daba la mano.
- Que cosas dices Katyusha- la voz mi hermano reprendiendo a la mayor y me hizo aterrizar- Parece una muñeca- volvió a hablar, esta vez mirando a Elizavetha que caminaba en el pasillo con su vestido blanco como dijo Yakaterina.
Iba despacio, dando pasos pequeños, un poco ausente tal vez por los nervios. Todas las miradas caían en ella. Sin duda deslumbrante. El cabello atado en una trenza con flores, su rostro lucido y radiante, sonreía con timidez. Entre sus manos cubiertas por guantes blancos. Mi ramo. Por que estaba claro quien lo obtendría. No importaba si en el proceso hería a mi propia hermana o si dejaba inconciente a la hermana del suizo a quien observe en la otra fila. Ni si quiera esa desconocida africana que acompañaba al francés sería mi rival. Aunque la belga probablemente sea la única que me de pelea. O Felikz si se le ocurría hacerme una broma. No, nadie intervendría en el pase directo a mi felicidad, nadie.
Así, después de escuchar los votos de la pareja. Me perdí en una serie de imágenes. Yo y mi hermano en el mismo lugar del imperio Austro-Húngaro. Él me colocaba el anillo al mismo momento que Roderich lo hacía con Elizavetha. Al acto de: “los declaro marido y mujer” Abrí los ojos. Pasaron frente a nosotros. Mi interés no estaba en la cara de felicidad de Elizavetha, sino en el ramo.
- Qué esperas para lanzarlo- dije entre dientes.
Los presentes aplaudieron y echaban pétalos de rosas y margaritas, arroz y listones. ¿Qué diablos esperas? Sólo dame el ramo y sigue con tu fiesta. A la salida de la capilla un alboroto se congregaba. Todos querían ver a los novios. Por fin, luego de una hora de espera y de felicitarlos por obligación y darles su regalo. Había llegado la hora de lanzar el ramo.
- Elizavetha- la llamé antes que subiera a la silla para arrojarlo- puedes lanzármelo a mí- pedí, la mire fijamente con desesperación- hablo enserio, necesito ese ramo. Sé que me entiendes, yo también quiero casarme.
La húngara asintió con una sonrisa. Me alejé un poco con la seguridad de que ese ramo sería mío, así como mi hermano, la felicidad y lo que significa para mi esas flores atadas en un lazo rojo.
Después de tres intentos, aventó el ramo. Lo vi volar, escuché los gritos de las demás, extendí mis brazos. Sentí las hojas y los tallos de las flores. Al fin, yo era completamente feliz, aún sino me casaba todavía con Ivan.
Ok Gracias por leer y cualquier cosa, con amor y galletas por favor ^^ ¡¡Y ya sólo me faltan dos temas!!