[Tabla sádica] # Muerte
Comentarios: participa para el quinesob
Autor:meztli_lu
Tabla: Sádica
Tema: Muerte
Claim: Alfred F. Jones(USA)/ Natasha Alfroskaya (Bielorrusia)
Resumen: Ivan esta triste y Nastasha cree que con desaparecer a los Estados Unidos pueda dejar una sonrisa en el rostro de su hermano.
Advertencia: Muerte de un personaje, ¿o dos?
Nota: ¬¬ ninguna, pero si son fans de Alfred, no me odien :D todo es ficción, ficción…
Muerte
Últimamente Ivan estaba deprimido. Ni siquiera el vodka lo animaba o hacer travesuras a Toris. Se había quedado el fin de semana encerrado en su habitación. Comía poco y dormía de más.
- Pudiera estar invernando- comentó Ravis a Edward.
Nadie sabía, ni sus hermanas. Yakaterina lo tomaba como algo normal, a veces se deprimía por el clima y venían recuerdos a su mente. Así que ignoraba un poco la verdadera situación. Natasha no, insistía tanto en poder verlo, en saber que hacer para verlo feliz.
Pensó en traer girasoles, en llenar las tuberías de vodka, invocar al sol y hasta hacerle una ofrenda. El viernes tuvo la oportunidad de verlo. Corrió abrazarlo, le dio los regalos que había pensando, omitiendo los dos últimos. Lo lleno de besos, tanto amor que Ivan se hostigo en segundos.
- Déjame solo Natasha. Hoy tampoco estoy de humor- dijo el ruso regresando a la cama.
- Si estás enfermo yo pedo cuidarte. Estoy para servirte, lo sabes. Sólo quiero verte feliz, ayudarte. ¡Te amo!- exclamó.
Ivan miraba la ventana, indiferente al cariño de su hermana. Se encontraba en otro lugar, así que para deshacerse de ella y poder seguir solo:
- Quieres hacerme feliz- afirmó- quiero ganar esta guerra fría, eso me llenaría de mucha felicidad- dijo antes de quedarse dormido.
Al día siguiente Natasha empacaba sus cosas y tomaría un vuelo directo a casa de Alfred. En el equipaje llevaba lo suficiente. Se escapó a mitad de la noche. Y para cuando descubrieran la verdadera razón de su visita, ella ya habría llegado a América.
El vuelo fue un poco pesado, se quedo dormida en el avión. Cuando la despertaron para informarle que volaban sobre Nueva York, ella emocionada vio por la ventana el paisaje. Con la muerte del americano, nada podía impedir su felicidad y de paso, por hacerle ese regalo, él aceptaría casarse con ella. Sonrió de imaginarlo.
Sabía poco de Alfred, casi nada, sólo que oía de su hermano y Toris. Había leído que era irresistible para las mujeres, que comía o devoraba carne procesada, embutidos y su ego estaba tan inflado que le sorprendía no estallará.
Pasar la seguridad del servicio secreto, para Natasha era cosa de niños, un juego con armas más lujosas, pues ella entrenaba con la KGB, no hay diferencia, sólo que el servicio secreto tiene códigos para comunicarse.
Para las tres de la tarde del lunes, Natasha estaba en el jardín de casa de Alfred. Buscó a al servicio secreto antes de cualquier movimiento. Escuchó voces dentro de la casa, se escondió en medio de los arbustos. Sacó un arma y preparó los cuchillos en sus piernas.
- Objetivo a la vista- pensó cuando escuchó la voz de Alfred. Lo vio pasar frente a ella, reía despreocupado- Que asco, mientras mi hermano esta en cama y se muere de tristeza él es feliz.
Hacia un hermoso día, el sol, las flores. Alfred decidió tomar un descanso.
- Mi jefe me dijo que tomara el día libre, dice que todo esta tranquilo- dijo el rubio, hablaba solo.
Natasha, paciente como un gato. Se aseguró que no hubiera nadie a la vista. Caminó sigilosamente detrás de él. Guardo el arma de fuego. Con el cuchillo sería suficiente para contarle los tobillos. Alfred tomó el periódico y suspiro, bebió un poco de la soda.
La soviética se acercó, estaba bajo sus pies, iba a cortarle los tendones. Un sonido hueco asustó a los pájaros. Todo se detuvo. No había más ruido ni siquiera de la calle. Un viento húmedo sopló fuerte en el rostro de Alfred.
- ¡Natasha!- exclamó al verla tirada en medio de las flores.
Tenía el cuchillo en su mano derecha. Los ojos abiertos mirando al cielo. Vestía un abrigo verde oscuro. El cabello se esparcía por la tierra. Sus labios aún húmedos estaban entre abiertos, con un hilo de sangre que se deslizaba hasta el cuello. Su pecho estaba perforado, hundido. Alfred agitado, con el revolver en la mano derecha aún apuntando a la cabeza de la bielorrusa. La escena fue dramática. La vio por un momento. Arrojó el revolver a la piscina. Golpeó la pared con su puño, arrepentido de lo que sucedió. Todo fue tan rápido. No hubo tiempo de pensar. Las lágrimas aparecieron.
- ¿Qué es lo que pensabas?- preguntó- acabas de hacer algo estúpido, cuando Ivan sepa lo que pasó…
- Quería… verlo feliz- la oyó murmurar o eso creyó, pues su llanto era tan fuerte que no se escuchaba más que así mismo.
Volvió a mirarla, quería percatarse de que no estaba muerta. Sin embargo, no había pulso, respiración. Era una muñeca fría y con los ojos clavados en el cielo y los brazos extendidos. Observó el cuchillo, tenía una ligera mancha de sangre. Antes de revisarlo, las piernas no respondieron y tropezó cerca del cadáver. Miró sus pies, estaban bañados en sangre y tierra.
Y con este tema termino mi tabla :D así que echen confeti, serpentinas, traigan el vodka, hamburguesas y pastel, porque ya termine ¡aww!. Gracias por leer ^^