Título: Aniversario
Autora:
arkady_Universo: Battlestar Galactica (2003)
Personajes, parejas: Laura/Lee
Spoilers: miniseries
Rating: G
Palabras: 707
Argumento: Es su primer aniversario y Apolo está lleno de sorpresas.
Reto: Escrito para la
tabla de 30 besos de
30vicios. Casilla #14 Radiocasete.
Y ahora tenemos una dedicatoria: “De L para L. Recuerda cada línea. Feliz aniversario” Vaya, vaya, esperamos que L le agradezca a L como es debido... Ya sabéis, chicos, ¡hay que hacer bebés! Ahora os dejamos con la canción, volveremos en un momento con los mayores éxitos de la Flota Colonial, ¡no nos falléis!
Ese día al despertarse, Laura encontró una rosa posada en la almohada a su lado. No sabía cómo había llegado allí, Lee no había pasado la noche y esa misma mañana tenía turno en la Galáctica. Pero no se preguntó los detalles, se contentó con sonreír pensando en el buen novio que tenía.
No se había olvidado de la fecha que era pero tenía unas cuantas reuniones importantes que atender a lo largo del día. Se encargaría, sin embargo, de recompensarle esa misma noche, quizás con una cena incluso. Abrió el armario y desechó el traje de fiesta, cogiendo el siguiente más elegante que tenía. No creía que se fueran a ver hasta bien entrada la tarde, y pensaba darse una ducha y cambiarse para entonces, pero con Lee nunca se sabía, y no se quería arriesgar a que la pillara con las pintas que solía tener por el Colonial One los días normales. Se peinó, se arregló y salió a la sala contigua, dispuesta a empezar la mañana con energía.
A mediodía hizo su pausa habitual para el té. Le dio un descanso a la gente con la que estaba reunida, le pidió un té a Billy y se retiró a su despacho a dejarse caer sobre la silla presidencial. Cuando el chico se lo trajo se incorporó lo justo para beber a gusto y puso la emisora musical de la flota. Sonaba un clásico y se deleitó cerrando los ojos para dejar que las notas la llenaran durante unos minutos. Era el momento más pacífico del día pero entonces sonó la estridente voz del interlocutor, interrumpiendo el final de la canción. Abrió los ojos irritada y se llevó la taza a los labios, preparada para seguir con la agenda en unos minutos, pero entonces escuchó las palabras que se dirigían a ella y sonrió como una tonta. No se podía creer que lo hubiera gritado a los cuatro vientos, que hubiera sido tan evidente, pero no conseguía enfadarse con él por ello, sólo sonreír pensando en cómo se las habría arreglado para mandar el mensaje a la radio sin tener que llamar.
A media tarde estaba otra vez en su despacho, repasando unos informes y esperando a la hora de la reunión con su gente, cuando alguien le cogió la cintura desde atrás. Dejó de mirar los papeles y dijo, en un tono disimuladamente divertido:
- Quienquiera que seas, ¿crees que esa es forma de acercarse a una Presidenta? - Sintió cómo le apartaban el pelo de un lado y cómo unos labios suaves le besaban el cuello. Suspiró. - ¿Por qué has tardado tanto?
- He estado liado en la Galáctica, pero tengo el resto del día libre. - La abrazó por la cintura y apoyó el mentón en su hombro. - ¿Qué hacías? ¿Te queda mucho?
Ella le sonrió, dejando que su cabeza se apoyase en la de él.
- Tengo reunión en media hora y todavía me quedan unos informes por mirar antes de eso. - Se giró en sus brazos. - Pero después te aseguro que seré toda tuya, Apolo.
- ¿Escuchaste emm… la radio hoy?
- Síii. ¿Cómo se te ocurrió dar nuestras iniciales? Es demasiado evidente.
- Bueno, quería que supieras que era para ti. Además, es tan evidente que no pensarán que somos nosotros. - Su sonrisa era sincera, abierta, relajada, feliz. No era el mismo Apolo que se había subido a la Galáctica por primera vez durante la ceremonia de decomisión, el que había conocido aquel día.
Negó ligeramente con la cabeza en signo de reproche, sin dejar de sonreír, le dio una palmada en la mejilla y le besó.
- Chico listo.
Fue demasiado corto para él pero sabía que cuando acabara la reunión tendría mucho más que eso. Pasó a las habitaciones para ponerse cómodo y dejarla trabajar tranquila. La rosa aún seguía en su almohada. ‘Buen trabajo’ se dijo antes de tirarse en diagonal en la cama.
Título: La erótica del control
Autora:
arkady_Universo: Battlestar Galactica (2003)
Personajes: Lee/Laura
Spoilers: - (pre-mini)
Rating: PG-13
Palabras: 281
Argumento: Ella nunca sabría que él era Lee Adama. Él apenas recordaría esa noche.
Reto: Escrito para la
tabla de 30 besos de
30vicios. Casilla #21 Extorsión/asalto.
Laura salía de la fiesta asqueada cuando otro chaval borracho le asaltó por el pasillo.
- ¡Hola, guaapa! ¿Qué haces aquí fuera?
Su aliento olía a licor barato y se le acercaba demasiado para hablar. Le habría apartado de un golpe si hubiera estado en otro barrio. Se apartó y le miró brevemente de arriba a abajo: llevaba un traje blanco, algo hortera para su gusto, que remataba con una pajarita negra en el cuello. Él sonrió apreciativo.
- Te gusta, ¿eh? - Se volvió a acercar a ella para susurrarle algo al oído. - Conozco un sitio donde podemos conocernos mejor, si entiendes lo que te digo.
Laura le miró, espantada, y le pidió que la disculpara, pero el joven era insistente.
- Vamos… Soy demasiado guapo para que me rechaces.
Entonces se paró y le miró, como solía hacer con sus alumnos cuando se portaban mal.
- Escúchame, jovencito… - Lee no oyó más que las primeras palabras porque había bebido demasiado como para atender, o escuchar, o pensar en nada más que lo que le rondaba la cabeza.
- Además… - siguió con su discurso de antes, acercándose a ella para hablar en voz baja - soy muy bueno - y acompañó la afirmación con unos besos suaves en el cuello de la mujer, que después de una suave resistencia inicial empezó a suspirar. - ¿Ves?
Era un chico guapo, en algún momento de su incesante parloteo le había parecido oír algo medianamente inteligente, y por mucho que hubiera bebido, para qué lo iba a negar, necesitaba algo así. Cuando la besó, arrogante, agresivo, sin pedir permiso, le excitó la situación; y cuando le sintió emocionarse debajo del pantalón, abrió las piernas para él.
Título: Cadena de mando
Autora:
arkady_Universo: Battlestar Galactica (2003)
Personajes, parejas: Laura/Lee
Spoilers: -
Rating: PG-13
Palabras: 462
Argumento: ¿De quién recibe las órdenes Lee?
Reto: Escrito para la
tabla de 30 besos de
30vicios. Casilla #13 Cadena excesiva.
Lee pasó por delante de Billy, apresurado, y entró sin llamar.
- Creo recordar que habíamos quedado hace media hora, capitán. - Roslin no alzó la vista de sus papeles para saludarle.
- Lo siento, Señora Presidenta, hubo un problema en Galáctica y tuve que solucionarlo.
- ¿No podía hacerlo nadie más?
- El comandante me ordenó asegurarme personalmente de que todo estaba en orden, señora.
Entonces, por fin, la presidenta se dignó a mirarle a los ojos.
- ¿Así que retrasó nuestra reunión, sin avisar, por un problemilla que podía haber solucionado cualquier otro?
Lee la miró fijamente, entre sorprendido por su reacción y avergonzado por haberle fallado.
- Era una orden directa del comandante de la flota.
- Tengo muchas cosas que hacer, capitán, por si no lo ha notado tengo que dirigir a la Humanidad, no puedo estar pendiente de si vendrá o no la gente con la que quedé para cambiar mis planes.
- Lo siento mucho, Señora Presidenta, me aseguraré de avisarla si volviera a pasar.
- Si el comandante no le ordena que se ponga a hacer algo sin más dilación, claro.
Lee estaba perplejo, ¿se estaba celando por no ser ella quien le diera órdenes? Sabía que siempre había habido cierto flirteo sutil e inocente entre ellos, pero esto era ciertamente inesperado para el capitán.
- No ha sido mi intención ofenderla, señora.
- Lo sé, capitán Apolo, sólo estaba siguiendo órdenes. A vosotros, los militares, os gusta hacer eso, ¿no? Seguir órdenes… ¡Suena tan bien como respuesta cuando os piden explicaciones! Una pena que yo no tenga una salida así. Pero dime, Apolo, ¿entre una orden del comandante y una mía, a quién obedecerías? Tengo curiosidad. - Le dejó durante unos segundos en la encrucijada, apoyándose en la mesa enfrente de él con los brazos cruzados bajo el pecho. - Se supone que yo dirijo la flota, que Adama está bajo mis órdenes. ¿Y bien, capitán, qué elige?
- Supongo que debería obedecerla a usted, Señora Presidenta.
Ella asintió, satisfecha, aunque poco convencida de haber despejado sus dudas. Se incorporó, se acercó a él y le habló a una distancia bastante más pequeña de lo que sería considerado formal.
- ¿Y si le ordeno que me lama los labios, capitán?
Lee la miró, alarmado. Pero en seguida se dejó llevar por sus pasiones más bajas y empezó a sentir verdadero placer en las “órdenes” que su presidenta le empezaba a dar. Abrieron sus bocas como animales hambrientos, aspirando sus aromas, llenando el espacio vacío de músculos húmedos, acelerados. Caminaron marcha atrás - o marcha adelante - hacia el fondo de la habitación y una vez contra la pared se olvidaron de abrir la puerta, empezando a descartar ropa sin dejar de mirarse a los ojos, como soldado y presidenta.