Palabras: 315
Fandom: Original (Los Destinados, UA)
Nota: Un esfuerzo estúpido para el reto semanal de esta semana.
Aiden estaba delante del computador, o aquel vejestorio que aparentaba serlo. Muchas veces le había dicho a sus padres que aquel aparato sería un buen producto para una tienda de antigüedades. Pero claro, ellos sólo se reían. Imbéciles. ¿No podían darse cuenta de que un estudiante moderno, como él, necesitaba una computadora que no demorase un siglo en prender? En especial ahora que tenía que hacer una condenada biografía de un pintor en menos de una hora.
El maldito Google terminó de cargarse luego de dos minutos. Magnífico, así llegaría lejos. Escribió las palabras necesarias para encontrar lo que le habían pedido.
-Espera -pensó, antes de hacer clic en la opción de “buscar”-. Se va a demorar siglos si busco la información así.
Iluminado por aquel pensamiento, decidió elegir la opción de “Voy a tener suerte” y comenzó a girar en su silla de escritorio, feliz de haber recordado aquél “atajo”.
Sin embargo, algo salió mal.
En vez de la condenada biografía del pintor, en su pantalla apareció una traumante imagen de porno gay.
Sus ojos se abrieron como platos, mientras un chillido salía de su garganta. Es cierto, Aiden normalmente se las daba de machote, pero...
No pudo moverse, mientras descubría que la imagen no era eso, si no un video que, debido a la horrible lentitud de la computadora, se veía de una forma espantosamente detallada.
Trató de cerrar la ventana, pero fue en vano. El mouse no reaccionaba.
Aporreó el teclado, mientras maldecía a gritos, mas eso sólo sirvió para que su madre se preocupara.
-Aiden, ¿estás bien?- le preguntó, mientras se acercaba desde su cuarto al estudio.
No sabía que hacer. ¿Qué pensaría si veía eso?
Mas pudo solucionarlo a tiempo.
Todo salió bien... excepto que sus padres casi lo mataron por aventar el monitor contra la pared y destruirlo por completo.
Había aprendido una lección: No confíes siempre en Google.