Sí, más Destinados
Priscilla Mosat//Sabiduría
Eres la mujer de la casa, la encargada de poner todo en orden, de manejar todo. Porque tus padres se marcharon, dejándote sola con tu hermana pequeña.
Pero no te importó… lo único que sabes de eso es que no volvieron y nunca perdonarás el hecho de que no te explicasen nada, sabiendo que lo entenderías.
Desde el día en que naciste, sabes que eres diferente. El mundo era algo ajeno a ti. En esa enorme mansión, de espacios innecesariamente amplios, en la clase alta. Creciste leyendo aquellos libros de investigación sobre aquella tradición milenaria, leíste entre líneas y entendiste todo, no sólo de la tradición, sino del mundo entero.
Y lo descubriste todo, nada te puede sorprender. Te aburres.
Entendiste el mundo, comprendiste, te enseñaron aún si tu no querías.
Y ahora paseas por el mundo, mirándolo a través de esos ojos oscuros, sin brillo, con la larga trenza ondeando a tu espalda.
Miras todo, lo analizas, lo comunicas. Porque los humanos deben aprender y tú tienes que ayudarlos… aún si sabes que haciendo eso pierdes la mitad de tu vida.
Porque tú no eres humana, ya no. Tu sabiduría e inteligencia van más allá… ¿Desde hace cuánto? Y sabes cómo cambiar todo. ¿También a ti misma?
Pálida, monstruosamente pálida. Y la gente superficial te teme, te envidia, te odia. Quieren destruirte.
Tienes la gracia, tienes el control de todo, tienes una sabiduría y madurez absoluta.
Tienes todo, ves todo. Pero, viviendo en una comprensión y objetividad tan grande…
¿No crees que has perdido tu infancia? ¿No crees que te estás perdiendo a ti misma?
Miras al cielo, porque allá, fuera de este mundo, están las cosas que no sabes.
Después de haber adquirido tanto conocimiento involuntariamente… quieres volver a ser una ignorante. Sin embargo, debes ayudar al resto.
Olvídarte de tus deseos.
Lo sabes: por el resto, tienes que olvidarte de ti.
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Espero que les haya gustado... o que lo hayan entendido. Últimamente estoy mal y hago puras cosas extrañas =S
En fin,
Saludos