Cómo se nota que me aburro
Simone Mosat// Diferencia
¡La gente es tan increíblemente patética! Lo sientes cuando te subes a la copa de un árbol y los observas. Ríes al ver cómo se equivocan una y otra vez.
Tu hermana nunca te lo ha dicho claramente, pero con todo lo que te ha contado, lo entiendes. Los humanos han vivido ciegos a sus errores por siglos, repitiéndolos constantemente, y tú, con apenas diez años, entiendes más que cualquiera de ellos.
Tu hermana te ha explicado todo cuanto ha leído en la biblioteca de la enorme mansión en la que viven, casi solas, las dos- Y la has comprendido, concluyendo que los humanos son estúpidos y poco dignos de confianza.
Sólo puedes confiar en quien, como tu hermana y tú, comprenda todo lo que significa esa tradición.
Recorres el suelo, que está bajo tus pies, con la mirada. Grandes ojos verde oscuro centelleando ante la fuerte luz del sol, que quema tu ya bronceada piel. La sonrisa traviesa y burlona en el rostro. Tu corto cabello castaño, cortado de una forma algo extraña, se mueve con viento. Saltas al suelo y caes de pie, perfectamente bien, ante las admiradas miradas de otros niños, las chicas te miran con desprecio por usar pantalones, no faldas y vestidos como cualquiera.
Tú no quieres ser como ellos, como cualquiera. Pareces chico, te importa una soberana mierda tener amigos. Eres superior, te alejas de las estupideces de la vida.
Sólo estás tú y tu hermana, aunque ésta a veces también te desespera cuando no quiere contarte nada de tus padres. Sólo ustedes merecen respeto.
Talvez tus padres también habrían merecido respeto… quisieras haberlos conocido, hablado con ellos… ser una de esas niñas con vestido…
¡NO!
Jamás serás normal, la gente normal no te merece en tus filas. No después de lo que te hicieron.
Tú no eres estúpida, tú no necesitas a alguien a tu lado. Has vivido siempre sólo con tu hermana ahí, junto a ti.
Estás sola, pero eres mejor. ¿No es eso lo que te importa?
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Ya, este es el último personaje del día.
Me quedan Oriana y David.
Saludos