Aunque no queramos, la acabamos liando de una manera que da miedo. Y es que si tenemos en cuenta que mis amigas están tan mal de la cabeza como yo, es normal.
Aunque a veces no somos nosotros, es la demás gente que nos vamos encontrando.
Ayer Alfred, Ana y yo fuimos al aeropuerto a buscar a nuestra amiga Meri que viene a Barcelona a trabajar durante
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