& todo por una mirada.
Título: & todo por una mirada...
Personajes Principales: Belarús/Bielorrusia (Natalia); Lithuania (Toris).
Disclaimer: Los personajes de Hetalia no me pertenen, ya que le pertenecen a Hidekaz Himaruya. Sin ánimos de lucro.
Resumen: Y todo comenzaba con una mirada.
Prólogo.
Mirada.
Siempre había considerado una pérdida de tiempo las conferencias mundiales y más concurrir a ellas. Quizás porque nunca le prestaba atención a los temas que se trataban; o quizás, porque muy pocas veces acudían con la asistencia de la República de Belarús (Su país nunca iba a ser de tal importancia como América o Inglaterra). Pero, aún así, actualmente se encontraba en una, haciéndole compañía innecesaria a su hermano mayor (el cual admiraba, pero aún más amaba).
Lejos de aquello, le dio una rápida vista al panorama, la mayoría de los países se encontraba allí: Japón, Italia, Alemania, China, Francia, Canadá (Aunque poco serviría nombrarlo, pues nadie prestaba atención a su existencia), Austria -Acompañado de Hungría -, también se encontraba Prusia y los países nórdicos.
Volvió la vista a Iván, sin poder evitar preguntarse que demostraba aquella sonrisa que tanto se podía apreciar en su rostro. Quería conocer todo acerca de él, para así poder comprender sus sentimientos y demostrar que no era pura obsesión lo que sentía.
La rubia apoyó ambos codos sobre la gran mesa de mármol, para así poder sostener su rostro entre sus manos. Ante esto, el de cabello grisáceo y ojos violetas, no pudo evitar sonreír nerviosamente, si tanto le aburría… ¿Por qué insistía en ir? Lo único que hacía era bufar molesta, mirarlo, volver a bufar, mirarlo… Así hasta que acabara aquella reunión, siempre ocurría lo mismo.
Ahora era él quien estaba bufando, entre molesto y nervioso, se había el pequeño gran detalle: Su hermana estaba “enamorada” de él, (Si, de tal forma que hasta le pedía casamiento cada vez que se le fuera posible), así que había insistido de tal forma en acompañarlo que no le había quedado más remedio que ceder.
Era estresante, pues vivía aterrado y huyendo de sus acosos. Pero eso no le impedía que la quisiese. Era la única que jamás lo dejaría (Aunque no sabía si esto era realmente bueno). Belarús, por más intimidante que fuera, tenía su lado tierno, el cual era muy lindo al exponerse.
Por su parte, la de ojos azules (Ajena a los pensamientos de su hermano mayor), miró hacia su derecha, donde se encontraba Austria y Hungría. A su izquierda, Iván seguido de Estonia, Letonia y Lituania… Lituania. No sabía bien porqué, pero de aquellos tres, el castaño de ojos verdes era quien más llamaba su atención. Quizás por la sonrisa que siempre expresaba. No importaba que tarea la mandaba su hermano, que contestación le daban, él solo sonreía (o miraba nerviosamente, para después sonreír) y cumplía con sus tareas.
Se inclinó hacia delante para poder observarlo mejor. Frunció el ceño cuando tomó conciencia de lo que estaba haciendo, es decir, ¿Mirar a aquel subordinado de su hermano? Pero le llamaba la atención: Sincero, tímido, cariñoso, bueno… muy bueno. Sin comparación alguna con Rusia… ¡Claro que no! ¡Nadie se comparaba a su hermano! Entonces, ¿Cómo podía mirar a alguien que no le llegaba ni a los talones de Rusia?
-Es… lindo. -Susurró inaudiblemente.
-Nash… -Le susurró una voz melodiosa a su lado, provocando una exaltación en la Bielorrusa. Miró a quien había pronunciado su nombre, encontrándose con Hungría. -Toribio, ¿Eh? -Siguió con picardía en su tono de voz.
- No digas incoherencias, Elizaveta. -Respondió molesta ante su comentario.
La húngara no hizo más que reír por lo bajo, seguramente Lituania se pondría feliz si le contara, aunque… debía dejar que las cosas sucedieran solas, ¿No?
Personajes Principales: Belarús/Bielorrusia (Natalia); Lithuania (Toris).
Disclaimer: Los personajes de Hetalia no me pertenen, ya que le pertenecen a Hidekaz Himaruya. Sin ánimos de lucro.
Resumen: Y todo comenzaba con una mirada.
Prólogo.
Mirada.
Siempre había considerado una pérdida de tiempo las conferencias mundiales y más concurrir a ellas. Quizás porque nunca le prestaba atención a los temas que se trataban; o quizás, porque muy pocas veces acudían con la asistencia de la República de Belarús (Su país nunca iba a ser de tal importancia como América o Inglaterra). Pero, aún así, actualmente se encontraba en una, haciéndole compañía innecesaria a su hermano mayor (el cual admiraba, pero aún más amaba).
Lejos de aquello, le dio una rápida vista al panorama, la mayoría de los países se encontraba allí: Japón, Italia, Alemania, China, Francia, Canadá (Aunque poco serviría nombrarlo, pues nadie prestaba atención a su existencia), Austria -Acompañado de Hungría -, también se encontraba Prusia y los países nórdicos.
Volvió la vista a Iván, sin poder evitar preguntarse que demostraba aquella sonrisa que tanto se podía apreciar en su rostro. Quería conocer todo acerca de él, para así poder comprender sus sentimientos y demostrar que no era pura obsesión lo que sentía.
La rubia apoyó ambos codos sobre la gran mesa de mármol, para así poder sostener su rostro entre sus manos. Ante esto, el de cabello grisáceo y ojos violetas, no pudo evitar sonreír nerviosamente, si tanto le aburría… ¿Por qué insistía en ir? Lo único que hacía era bufar molesta, mirarlo, volver a bufar, mirarlo… Así hasta que acabara aquella reunión, siempre ocurría lo mismo.
Ahora era él quien estaba bufando, entre molesto y nervioso, se había el pequeño gran detalle: Su hermana estaba “enamorada” de él, (Si, de tal forma que hasta le pedía casamiento cada vez que se le fuera posible), así que había insistido de tal forma en acompañarlo que no le había quedado más remedio que ceder.
Era estresante, pues vivía aterrado y huyendo de sus acosos. Pero eso no le impedía que la quisiese. Era la única que jamás lo dejaría (Aunque no sabía si esto era realmente bueno). Belarús, por más intimidante que fuera, tenía su lado tierno, el cual era muy lindo al exponerse.
Por su parte, la de ojos azules (Ajena a los pensamientos de su hermano mayor), miró hacia su derecha, donde se encontraba Austria y Hungría. A su izquierda, Iván seguido de Estonia, Letonia y Lituania… Lituania. No sabía bien porqué, pero de aquellos tres, el castaño de ojos verdes era quien más llamaba su atención. Quizás por la sonrisa que siempre expresaba. No importaba que tarea la mandaba su hermano, que contestación le daban, él solo sonreía (o miraba nerviosamente, para después sonreír) y cumplía con sus tareas.
Se inclinó hacia delante para poder observarlo mejor. Frunció el ceño cuando tomó conciencia de lo que estaba haciendo, es decir, ¿Mirar a aquel subordinado de su hermano? Pero le llamaba la atención: Sincero, tímido, cariñoso, bueno… muy bueno. Sin comparación alguna con Rusia… ¡Claro que no! ¡Nadie se comparaba a su hermano! Entonces, ¿Cómo podía mirar a alguien que no le llegaba ni a los talones de Rusia?
-Es… lindo. -Susurró inaudiblemente.
-Nash… -Le susurró una voz melodiosa a su lado, provocando una exaltación en la Bielorrusa. Miró a quien había pronunciado su nombre, encontrándose con Hungría. -Toribio, ¿Eh? -Siguió con picardía en su tono de voz.
- No digas incoherencias, Elizaveta. -Respondió molesta ante su comentario.
La húngara no hizo más que reír por lo bajo, seguramente Lituania se pondría feliz si le contara, aunque… debía dejar que las cosas sucedieran solas, ¿No?