Tabla Estaciones: 06; 26
Volvemos, porque treinta son treinta y no me puedo quedar a mitad, con Mérope y Tom y su romance trágico.
[06. Mariposa.
Cuando nace una oruga de un huevo de mariposa, solo piensa en comer. Comer y sobrevivir. Engordar para tomar fuerzas. Tiene el instinto en los genes, cuando llegue el momento ya de sabe. Como dijo algún filósofo o pensador, lo que para la oruga es el fin del mundo, para el resto del mundo, es una mariposa. Pocos saben, aunque observando la fragilidad de un insecto como este se puede averiguar, lo poco que vive un animal así. Siete días, a lo sumo. Siete días de resplandor, alas coloridas, buscar una pareja y ovular. El amor es como una mariposa. Dura siete días, hasta que se forma uno nuevo. Mérope ya lo sabe. El primer día, ella lo ve y se enamora. El segundo trabaja duro para llamar su atención. Al tercer día lo consigue y el cuarto se maravillan de corresponderse. El quito día se aman apasionadamente, el sexto llegan los problemas. Todo acaba en la Aurora del séptimo día, en el que nace el nuevo individuo. Y llega la muerte y el olvido, el perdón. No hay dos mariposas iguales, y como ellas, este amor ha sido único. Único, pero igual de efímero que todos. Los siete días han pasado y no hay vuelta atrás ni nadie que de lamente de no estar aun en el tercer día, porque todo ha muerto para dar paso a lo nuevo. Porque un amor cuya dueña muere y cuyo dueño se arrepiente ya no existe.
]
[26.Inocencia.
Suele pasar que la mujer es la inocente, o por lo menos eso pasaba en los cuentos que le contaba su madre de pequeña. Merope, en cambio, ha perdido la inocencia hace mucho. Esta vez es Tom el que está perdido. No se debe a la amortentia, esa obsesiona, nada mas. Tom es un ángel caído del cielo y hecho para Merope, y un ser de esas características debía ser inocente. No sabe nada del mundo, aunque le compre un par de fresas. No sabe nada porque ha vivido entre algodones, sin ver más allá del resplandor de su vivienda; asqueándose ante la poca basura vertida ante el. Ahora la basura lo ha engañado y cautivado sin que el lo sepa. Ahora la basura lo atrae hacia su cuerpo, deseable a sus ojos gracias a un brebaje. Las brujas existen Tom, y no son más peligrosas que cualquier mujer de barrio. Una de esas te encandilaría a su manera. La bruja ni mueve un dedo, no necesitares guapa, solo un par de ingredientes, un caldero y algo de agua hirviendo. Y ponértelo en la copa. Una vez caíste en la inocencia de cofias en ella, no hay vuelta atrás. Ahora ella es el todo y tú estás ahogado por tanta maldad, tanta impureza. Porque la inocencia es devorada por la experiencia y el mal genio, y la mala vida. Porque estás perdido y ni siquiera te das cuenta.]
[06. Mariposa.
Cuando nace una oruga de un huevo de mariposa, solo piensa en comer. Comer y sobrevivir. Engordar para tomar fuerzas. Tiene el instinto en los genes, cuando llegue el momento ya de sabe. Como dijo algún filósofo o pensador, lo que para la oruga es el fin del mundo, para el resto del mundo, es una mariposa. Pocos saben, aunque observando la fragilidad de un insecto como este se puede averiguar, lo poco que vive un animal así. Siete días, a lo sumo. Siete días de resplandor, alas coloridas, buscar una pareja y ovular. El amor es como una mariposa. Dura siete días, hasta que se forma uno nuevo. Mérope ya lo sabe. El primer día, ella lo ve y se enamora. El segundo trabaja duro para llamar su atención. Al tercer día lo consigue y el cuarto se maravillan de corresponderse. El quito día se aman apasionadamente, el sexto llegan los problemas. Todo acaba en la Aurora del séptimo día, en el que nace el nuevo individuo. Y llega la muerte y el olvido, el perdón. No hay dos mariposas iguales, y como ellas, este amor ha sido único. Único, pero igual de efímero que todos. Los siete días han pasado y no hay vuelta atrás ni nadie que de lamente de no estar aun en el tercer día, porque todo ha muerto para dar paso a lo nuevo. Porque un amor cuya dueña muere y cuyo dueño se arrepiente ya no existe.
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[26.Inocencia.
Suele pasar que la mujer es la inocente, o por lo menos eso pasaba en los cuentos que le contaba su madre de pequeña. Merope, en cambio, ha perdido la inocencia hace mucho. Esta vez es Tom el que está perdido. No se debe a la amortentia, esa obsesiona, nada mas. Tom es un ángel caído del cielo y hecho para Merope, y un ser de esas características debía ser inocente. No sabe nada del mundo, aunque le compre un par de fresas. No sabe nada porque ha vivido entre algodones, sin ver más allá del resplandor de su vivienda; asqueándose ante la poca basura vertida ante el. Ahora la basura lo ha engañado y cautivado sin que el lo sepa. Ahora la basura lo atrae hacia su cuerpo, deseable a sus ojos gracias a un brebaje. Las brujas existen Tom, y no son más peligrosas que cualquier mujer de barrio. Una de esas te encandilaría a su manera. La bruja ni mueve un dedo, no necesitares guapa, solo un par de ingredientes, un caldero y algo de agua hirviendo. Y ponértelo en la copa. Una vez caíste en la inocencia de cofias en ella, no hay vuelta atrás. Ahora ella es el todo y tú estás ahogado por tanta maldad, tanta impureza. Porque la inocencia es devorada por la experiencia y el mal genio, y la mala vida. Porque estás perdido y ni siquiera te das cuenta.]