Bueno, ¿hace cuántos milenios que no paso por aquí? ¿Desde el dos de noviembre en serio? Voy a acabar, retrasada pues, esta tabla tan maja que tanto ha molado y no tendré premio, por tardona, de nuevo.
Personajes: Matt Parkman, Hiro Nakamura del pasado, Sylar, Niki Sanders, Peter Petrelli, Mohinder Suresh, un popurrí.
25. Cuatro paredes.
Están encerrados. Está Matt. Está todo a punto de explotar. El Hiro del pasado casi no parece él. Hace tiempo que se le fue el susto. Ya no le interesa lo más mínimo lo que ocurre a su alrededor. Matt le mira y está ahí. Y le lee la mente y todo eso y de repente ya no está.
Maldice. Nakamura, piensa. Aunque le tenía ahí, encerrado, ¿no? Pero entonces la evidencia aparece ante él: no tenían al bueno. Este debe de salir del pasado. ¿Para qué venir desde tan lejos y desde un sitio tan bonito a un lugar tan feo?
No ha sido Nakamura, sino Petrelli. Peter que lo controla todo los ha sacado, ha robado un par de cosas y poco más y se los ha llevado a todos a otro sitio. En menos de un segundo. En un punto exacto del tiempo que ha parado. Dentro de este mundo, sin embargo, se sienten tan prisioneros como entre las cuatro paredes, con Matt. ¿Qué ha pasado con el mundo de siempre?
26. Castillo de arena.
En su día montó castillos en la arena, escuchó a las gaviotas en la playa e hizo caca en el mar. En su día fue un niño pequeño como cualquier otro. Luego, creció como los demás y pisó los castillos de los demás. Como los niños mayores le habían pisado antes los suyos. Todo se reduce a eso. Si le devolviste la faena a otro niño pequeño, o si te quedaste donde estabas, viendo tu castillo erosionado por el mar como el aire erosiona los castillos durante siglos.
Pero él también fue un abusón, y por lo tanto no se deja guiar por los demás. Sylar lo sabe todo de Nathan, tanto que a veces se confunde. Gabriel Grey nunca pisó los castillos de los demás, estaba demasiado entretenido con el suyo propio, castillo que ningún adolescente quiso pisar. Pero ahora él, el niño de la esquina, es el malo. Y el abusón de Nathan Petrelli que le destrozó más de un castillo a su propio hermano, el bueno. Las cosas como son. ¿Dónde está la idea de justicia americana?
27. ¿Bailamos?
Algunos se lo piden amablemente, con cara de "conozco todos tus problemas, nena, y te los voy a resolver". Otros se lo exigen porque están borrachos. Otros son muy poco agradables. Otros son unos blandengues, lo piensan y siguen callados observándola. Pero ella siempre dice que no. Ella baila para que la miren, no para que bailen con ella. Nunca le ha gustado que la toque quien no debe. No le importa desnudarse delante de una cámara, no le importan bailar de forma erótica hasta que todos los hombres de la sala quieran secuestrarla. No le importan enseñar su cuerpo. Lo necesita.
Pero no baila, Niki no baila con nadie, ya no. Ni siquiera con Peter, que por suerte no se lo pide. Pero también le diría que no. Ya no dice que sí complaciente. Ya no. Ya sabe negarse. Y ya no le sirve de nada negarse. Haga lo que haga, ya se ha perdido en medio de la pista, y todos la aplastan. Una mano que quiere bailar podría salvarla, quizás. Pero no quiere gente nueva a la que explicarle las cosas. Niki se queda donde está.
28. Un mal consejo.
Deja de aferrarte a mi, Pet, le decía Nathan, como para salvarle de la dependencia - quizás Pet no dependía de Nathan pero los primogénitos suelen ver las cosas así. Tienes que brillar por ti mismo y todas esas mierdas. En su día quiso tener poderes. Quiso volar con su hermano. Quiso hacer caso a los consejos de toda su familia. Quiso ser un hijo como esperaban de él.
Ahora ya ni siquiera le hace ilusión parecer un superhéroe, o un dios todopoderoso. Podría ser un buen ladrón. Podría ganar una cantidad de dinero impresionante. Podría dejarse de poderes y estupideces con Noah, y estupideces con nakamura, y estupideces con toda esa gente estúpida, incluído Nathan. Podría irse a la otra punta del mundo y vivir tan tranquilo. Mohinder vino a la otra punta. Hiro vino a la otra punta. A ellos les salió mal, porque estaban en el lugar correcto y acabaron en el que noe ra. Pero si estás en el que no es, a lo mejor puedes huir al que toca. ¿Quién sabe? No puede preguntar. Seguro que le vuelven a dar un mal consejo. Por eso sigue ahí, sin hacer nada más que mirar al vacío, y sorprenderse porque Nathan no es Nathan y puede que sea un buen momento para morir. Aunque seguramente no pueda.
29. Promesas.
Mohinder pensó que la vida se podía resolver. Que podía llegar a un lugar de felicidad, o si no, de sabiduría. Que una investigación podía acabar. Sabía que conllevaba riesgos, pero se sentía preparado para afrontar cualquier cosa. Su padre no lo consiguió porque era él, Mohinder, quien tenía que acabarlo. Debía de estar escrito en alguna parte. Seguro. Si no, ¿para qué servía la vida? Siempre había un descendiente que acababa los planes de sus progenitores. Siempre había uno. ¿Por qué no iba a ser él?
Se había prometido cosas a si mismo. Se había prometido cosas porque las promesas parecían irrompibles. Porque una promesa no se puede romper aunque quieras, o por lo menos eso pensaba él. Debería haber sido posible. Conseguir algo. No estar ahí, como quién no quiere la cosa, esperando que la siguiente orden sea más agradable. Sabiendo que la última va a ser matar. Prometiéndose a si mismo que nunca matará. Sin éxito.
30. Una vez más.
Cuando Hiro y Ando llegan por fin a su tiempo, no saben muy bien qué pensar. Cómo parar la bomba. YA se han olvidad de Linderman. Ese es el menor de sus problemas. Tienen la espada. Tienen que matar a Sylar. Tienen que evitar la bomba. Para que no se repita. Para que Niki tenga a DL, y a Micah. Para que Nathan siga vivo. Para que Matt se quede con Janice, para que Sylar no se libre de la muerte. ara que Claire tenga una vida normal. Para que, en fin, todos dejen de pensar lo quepensarán. Para que todos se ganen un futuro menos feo. Para que Ando siga vivo.
¿Qué más?
Nada.
¿Cómo hacerlo?
Ni idea. La cuestiuón es que no se repita.
Pero Peter volverá a tener la cicatriz, de alguna manera, se volverán a equivocar, seguro.