Título: El miedo mayor
Rating: PG
Extensión: 543 palabras
Personajes: Quinn.
Advertencias: Ninguna.
Género: Leve angst
Resumen: ubicado al final de la segunda temporada, Quinn se mira al espejo.
Disclaimer: Glee pertenece a RIB, este fic no tiene fin alguno de lucro.
Nota: Drabble escrito para el reto #5: Fobias de
glee_esp escrito a las prisas u.u
-No necesito a alguien. No necesito a alguien a mi lado todo el tiempo.
Dejó los libros sobre el escritorio y caminó hacía el espejo. Quizá si se viera de frente y las repetía varias veces, creería aquellas frases que se había repetido una y otra vez los últimos días.
Sin embargo, la realidad le demostraba lo contrario.
Era algo que ya sabía. Y fue justo cuando dejó atrás a “Lucy” para volverse “Quinn.
Hasta entonces había contado con el apoyo de sus padres, pero una vez que dejó de ser la niñita insegura y adquirió un poco de autosuficiencia, poco a poco los fue dejando de lado. Ellos hicieron lo mismo, el problema de su hija estaba arreglado y tenían otros asuntos de lo que ocuparse. Aunque ya tenía lo que podría llamar amigas y una posición de poder dentro de sus reducidos grupos de ballet y gimnasia.
McKinley High fue su primer reto. Nunca confesaría el pánico que la invadió el volver a la escuela y lo difícil que fue recorrer aquel largo pasillo por primera vez, sobretodo al ver cómo se formaban grupos con alumnos que debían conocerse por provenir de la misma escuela o vivir cerca .
Sabía muy bien que la chica que enseguida se le acercó lo hacía por mero interés. Ni siquiera parecía querer ocultarlo pues su sonrisa gritaba “unámonos y dominaremos a todos estos”. Aun si no fuera porque la chica que la acompañaba le sonrió de manera sincera, ella aceptó la relación. Santana y Brittany estuvieron con ella desde el primer día.
El problema vino cuando aquella amistad no le bastó. Al final de su primer año ya más era reconocida como la líder, y quería más. Tenía la necesidad de algo más porque no podía terminar de confiar en ésas “amigas”.
Primero Finn, que bien pudo ser el novio perfecto para ella. Por lo menos para lo que necesitaba en el momento. Ahí comenzó todo, con una vez que él no estuvo, un momento de debilidad la llevó a terminar en los brazos de Puck.
Y fue el final. Todo lo que había ganado lo perdió casi de inmediato.
Sus “amigas” la hicieron a un lado, era una tonta por terminar con consecuencias a la primera. Sus padres la abandonaron porque arruinó su vida y la de ellos. Su novio la dejó por una mentira y el padre de su bebé por no poder con ella. Por fortuna llegó Mercedes y pudo seguir.
Pensó que en su siguiente año las cosas mejorarían. Y al final repitió los mismos errores: consiguió un novio para sentirse mejor, lo engañó y volvió a quedarse sola…
Volvió a mirarse en el espejo y esta vez ya no se reconoció. ¿Por qué lo hacía? ¿Por qué no podía conformarse con lo que tenía? ¿En verdad le temía tanto a la soledad?
Miró su cabello recortado. Ahora que lo pensaba, tenía sentido. Todo demostraba que a lo que más le temía no era a la soledad en sí.
Controlando apenas el temblor en las manos y su respiración que cada vez se agitaba más, tomó el bote de peróxido del cjón de su tocador y unas tijeras para dirigirse al baño.
Su verdadero y real miedo era ella misma.