En Madrid me hace daño la lluvia, pero a veces me fascina esa luz. Es lo que se hereda de la fotografía, una cierta obsesión matices, tonos, blancos, oscuros, por la forma en la que la luz incide.
Una vez en psicología de la comunicación hice un símil entre el aprendizaje de la lectura y, en consecuencia, de la visión de la palabra más allá del mero significado, y el aprendizaje de la fotografía, el cual otorga a aquel que lo posee la visión de un mundo nuevo. ¿No te ha pasado el estar inmerso en un lugar y decir: qué buena foto?.
Después también me dí cuenta de que todo lo estéticamente bello en las fotos, suele ser intrascendente en la vida real. Al menos en mi vida real.
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Después también me dí cuenta de que todo lo estéticamente bello en las fotos, suele ser intrascendente en la vida real. Al menos en mi vida real.
¿Y no te encanta que llueva?
Un saludo.
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