Days -Capítulo 7

Aug 03, 2020 00:04

D A Y S

Título: Days
Emparejamiento: Tegoshi Yuya/Masuda Takahisa, Yamashita Tomohisa/Masuda Takahisa, Tegoshi/OC, Nakamaru Yuichi/Ueda Tatsuya
Resumen: Tegoshi y Masuda siempre han sido los mejores amigos, o eso parecía...

Capítulo 7

Masuda cerró los ojos, siempre había deseado esto, ¿pero por qué Tegoshi lo estaba haciendo?
Tegoshi no quería soltarlo, pero de pronto sintió que Masuda tomaba sus manos y lo hacía alejarse. Lo vio desesperado, quería decirle ahí en ese momento la razón de besarlo, ya no podía más. Masuda retrocedió, pero de un momento a otro, se vio nuevamente en el suelo, había tropezado con algo, al tomarlo encontró un brazo humano ensangrentado, miró a su alrededor estaban rodeados de cadáveres. Masuda tiró el brazo que fue a dar a las manos de Tegoshi, este retrocedió espantado hasta que alguien lo cogió del hombro. Tegoshi giró el rostro, una persona absolutamente deforme le sonreía de forma siniestra, Tegoshi comenzó a gritar, se puso de pie rápidamente, tomó a Masuda de la mano y lo arrastró hasta la salida. Una vez fuera, ambos se miraron incómodos.
-Oye, la utilería se queda aquí -dijo el vigilante de la salida. Tegoshi bajó la mirada, aún cargaba el brazo mutilado, lo lanzó al estudiante y comenzó a limpiarse las manos en su ropa.
-Takahisa -escuchó que llamaba alguien. Ambos observaron para ver de quién se trataba, Yamashita estaba de pie junto a Kato y Koyama que lo veían preocupados. Yamashita no se veía muy feliz, Tegoshi dirigió su mirada a Masuda, quien lo miraba preocupado, caminó hacia él en silencio, Yamashita dijo algo que Tegoshi no pudo entender, pero por la expresión de Masuda no era bueno. Los vio alejarse, mientras lo hacían Yamashita dio una última mirada a Tegoshi con un odio evidente, Tegoshi quiso seguirlos, pero Kato lo cogió del brazo y lo detuvo.
-Déjalos -repuso.
-Pero… -Tegoshi sólo quería ir tras ellos. ¿Qué era lo que le diría ese tipo a Masuda? ¿Y si lo hacía llorar?
-Tegoshi, se te corrió el labial -comentó Koyama de pronto. Tegoshi comenzó a ponerse rojo, mientras levantaba la mano y se tapaba la boca-. Y por lo que vi, el resto estaba pegado en los labios de Massu -Kato comenzó a reír.

Masuda caminaba con la cabeza gacha tras Yamashita, este estaba molesto, no le había gustado para nada verlo salir de la casa del terror con Tegoshi, menos aun tomados de la mano. Pasó sus dedos por su boca, aún sentía los labios de este, miró sus dedos que se habían coloreado levemente, entonces recordó que Tegoshi tenía los labios pintados como parte de su disfraz. Pasó disimuladamente su mano por su boca para limpiarse, esperaba que Yamashita no se hubiese dado cuenta de ello o solo se pondría peor.
-To…
-¿Pasó algo ahí dentro que tengas que decirme? -pregunto el otro enojado. Masuda lo vio preocupado, seguramente se había dado cuenta.
Masuda se sentía nervioso, ¿cómo podía contestar eso? ¿Y si él quería golpear a Tegoshi después? Prefería mentir, incluso si por eso Yamashita se enojaba con él.
-Nada -repuso finalmente-. Sólo entramos por curiosidad, pero Tegoshi y yo siempre hemos sido algo miedosos…
-Ya veo… -repuso, pero no parecía convencido. Masuda de verdad estaba preocupado-. Podré estar sólo un rato aquí, más tarde tengo una presentación, de hecho, hui de mis compañeros, lo más seguro es que deben estar muy molestos.
-Te dije que si no podías venir, no…
-Te lo había prometido. Bueno, ¿a dónde vamos primero? -Masuda lo guió hasta un puesto de comida. Se sentía realmente culpable por mentirle, pero lo que había pasado con Tegoshi se convertiría en su secreto, no quería que Yamashita lo lastimara, además, tampoco sabía por qué Tegoshi lo había besado, quizá solo quería burlarse de lo que sentía.

-Bueno, ¿qué es lo que tienes que decir? -preguntó Kato, mientras Tegoshi terminaba de cambiarse en el baño.
-¿Sobre qué? -preguntó este desde dentro de uno de los cubículos.
-No te hagas, ¿crees que somos idiotas? -lo regañó Koyama algo molesto y ansioso por la respuesta.
Tegoshi salió del lugar y se les quedó mirando, sabía que a esos dos no se los podría ocultar por mucho tiempo, ambos eran bastante perceptivos, por no decir entrometidos.
-¿Y bien? -insistió Kato-. Porque es imposible que el labial se transfiriera por magia a la boca de Ma… -Tegoshi le tapó la boca con las manos mirando asustado en todas direcciones, aún quedaban estudiantes deambulando por ahí, además, no sabía si Yamashita ya se había ido. Kato alejó sus manos-. ¿Acaso él te volvió a…?
-Fui yo -declaró Tegoshi incómodo-. Y si lo quieren saber, no, no tengo idea desde cuándo me siento así, sólo tengo claro que yo también lo quiero.
-Tuviste que perderlo para notarlo, es peor que las novelas que ve mi mamá -se burló Koyama-. Pero ¿qué harás? Porque lo único que quiere ahora es sacarte de su cabeza -repuso, mientras los tres salían al pasillo.
-En eso Koyama tiene razón, tú mismo hiciste todo más difícil para ti cuando le dijiste que debían alejarse -Kato miró en todas direcciones-. Lo lastimaste, incluso sin querer hacerlo, y no sé si pueda creer tan fácilmente en ti si le dices que lo quieres. Quizás piense que te estas burlando de sus sentimientos, Massu es más sensible de lo que te imaginas.
-Ya lo sé, cuando lo besé él me alejó y me vio triste, creo que de verdad piensa que sólo quiero reírme de lo que siente. Además, Yamashita, él…
-Te lo está quitando, hoy le hizo una escena de celos con disimulo, pero cada cosa así acabará por atraer más la atención de Masuda, ya que lo está haciendo sentir querido.
-¡¿Y creen que yo no estoy celoso?! -exclamó molesto. Un grupo de chicas que pasaba los quedó mirando, Tegoshi se puso rojo y aceleró el paso en dirección a la salida, Kato y Koyama lo siguieron.
-Tegoshi -dijeron los dos, este los miró.
-Si quieres ganártelo de nuevo, te apoyamos -repuso Kato.
-Creí que Yamashita les simpatizaba.
-Nos agrada, pero definitivamente es preferible un idiota ya conocido -se burló Koyama. Tegoshi lo fulminó con la mirada.

Masuda sentía que un camión le había pasado por encima. Lo ocurrido con Tegoshi, lo tenso que se había sentido cuando vio a Yamashita y la culpa lo habían dejado como un estropajo, no sabía si sus nervios aguantarían algo así nuevamente. Se recostó sobre su cama y cerró los ojos, la imagen de Tegoshi acercándose a él para besarlo vino a su cabeza de inmediato. Había sido mejor de lo que había soñado, sólo si la situación fuera diferente y no sintiera que se trataba de una burla… De pronto, su celular comenzó a sonar, era un mensaje de Yamashita. Masuda comenzó a leerlo, lentamente sus mejillas se sonrojaron.

Tegoshi salió de su casa camino al instituto. Aquel día estaba decidido a hablar con Masuda y explicar por qué lo había besado, pero su plan se vio frustrado, ya que Masuda halló la forma de mantenerse todo el día alejado de él.
-Es tan terco -reclamó Tegoshi más tarde a la hora de la comida. Koyama lo veía divertido, Masuda lo estaba haciendo sufrir, no como Tegoshi había hecho con él, pero definitivamente le estaba dando una lección.

-Massu, ¿estás seguro de que vas a ir? -preguntó Kato preocupado.
-Mis padres ya me dieron permiso, mi hermana también irá.
-Sí, pero ella va con su novio, ¿no? -Masuda asintió-. Así que lo más seguro es que no esté pendiente de ti durante la noche y quizá Yamashita quiera que ustedes finalmente…
-Lo sé… -repuso Masuda sonrojado.
-¿Y aun así vas a ir? -Masuda asintió nuevamente.
-En algún momento tiene que pasar -repuso incómodo-. No lo puedo evitar por siempre.
-¿Y Tegoshi? -Masuda alzó la vista hacia Kato.
-¿Qué pasa con él?
-No te hagas el idiota -lo regañó-. Tú lo sigues queriendo y sé muy bien lo que pasó en la casa del terror -Masuda se sonrojó, Tegoshi se los había dicho.
-Eso no importa, Tegoshi sólo se está burlando y él dijo que me alejara.
-Sí, pero está arrepentido, Massu… Tegoshi, él… él te quiere -acabó por decirle Kato. Masuda lo vio absolutamente sonrojado, Kato debía estar mintiendo.
-A… a Yuya siempre le han gustado las chicas. Seguro sólo está confundido, porque es algo nuevo para él, pero cuando la confusión pase yo seguiré igual. ¿Y entonces qué? ¿Tendré que seguir llorando?
Kato miró a Masuda. Tenía razón en desconfiar, Tegoshi había sido tan frío con él cuando supo sus sentimientos, actuando con miedo y vergüenza de lo que Masuda sentía y que ahora, de un momento a otro, lo quisiera… era justo que dudara.
Kato se sentó desanimado en su pupitre, si en esa fiesta ocurría lo que él estaba pensando, Masuda podría llegar a arrepentirse. Él sabía que Tegoshi era lo más importante para su amigo y estaba seguro de que no quería lo suficiente a Yamashita como para tener sexo con él porque realmente lo deseara, pero no sabía cómo reaccionaría Tegoshi si se lo decía. Aunque todo aquello era sólo una teoría, ni siquiera estaba seguro de que Yamashita tuviera esas intenciones para esa noche. De pronto, Tegoshi llegó junto a él.
-¿Te pasa algo? -sonrió Tegoshi.
-Yuya, ¿quieres ir a una fiesta?
-¿Eh?
-Lo que oíste.
-No creo estar de ánimos para fiestas, además, dudo que mis padres me den permiso para una -repuso sentándose en la mesa.
-Ellos no tienen que saberlo. Tú arregla tus cosas, nos vemos esta tarde, tengo que ir a hablar con alguien -repuso poniéndose de pie.
Sabía que estaba entrometiéndose en la vida personal de sus amigos, que quizás estaba cometiendo un error, pero para Kato, nunca habían existido dos personas que se necesitaran tanto y se complementaran tan bien como Tegoshi y Masuda. Ahora que era mayor comprendía la razón de ello, ambos se querían de una forma ni siquiera había llegado a imaginar. No sabía si duraría para siempre o no, sólo el tiempo lo diría, pero en ese momento él deseaba ayudar a que ese sentimiento que había visto crecer no se perdiera por palabras hirientes y decisiones mal tomadas.

Tegoshi miró a Kato con la boca abierta, este estaba de pie frente a un auto que le parecía vagamente conocido, Koyama estaba en el asiento trasero mirándolo desde la ventanilla. Tegoshi miró quién conducía, en frente había dos chicos que había visto varias veces hablando con Kato y Koyama. Ambos eran de unos cursos más altos y para conducir ya debían de ser mayores, eso era evidente. Tegoshi subió al auto junto con Kato.
-Hola -saludó a los dos chicos en el asiento delantero. Nunca había hablado con ninguno de ellos, de hecho, uno le daba bastante miedo, tenía una cara particularmente linda y un corte de cabello bastante femenino, pero su expresión era intimidante.
-Hola -sonrieron los dos. Aquel gesto lo calmó.
-Ellos son Ueda Tatsuya y Nakamaru Yuichi -los presentó Kato-. Seguro los has visto hablando con nosotros -dijo señalando a Koyama y a sí mismo. Tegoshi asintió.
-¿Y a dónde vamos? -pregunto despreocupado.
-A una fiesta en la playa.
-¡¿Eh?! -exclamó Tegoshi desconcertado. Cuando Kato había dicho “fiesta” pensaba que se refería a la casa de algún chico de la escuela, no a una fuera de la ciudad-. Oye, si mis padres se enteran, me van a matar.
-Ya lo saben, tu abuela se encargó de eso -se rió Koyama.
-¿Mi abuela? ¿Y ella qué rayos tiene que ver en todo esto? ¿Por qué cooperaría con algo así? -pregunto más desconcertado que antes.
-Dijo que detestaría ver a su pobre Yu triste, que quería que peleara por su Massu hasta las últimas consecuencias -dijo Koyama distraído-. Esa mujer te quiere mucho, supo de inmediato para qué le estábamos pidiendo ayuda.
-Al parecer yo soy el único que aún sigue sin entender -protestó Tegoshi.
-Vamos a sacar a Massu de la boca del lobo -repuso Kato, Tegoshi lo vio preocupado.
-¿Hablas de Yamashita? -preguntó exaltado. Luego recordó que estaba frente a dos desconocidos, los miró incómodo, Nakamaru se giró hacia ellos.
-No te preocupes, Kato nos explicó todo, no tienes de qué preocuparte -dijo calmadamente.
-¿Quién te dio permiso de ir publicando mi vida personal? -protestó molesto.
Era necesario. ¿Cómo se suponía que explicara por qué queríamos ir tan lejos?
-Pudiste inventar algo -continuó Tegoshi aún avergonzado-, se supone que quieres ser escritor, ¿no?
-La verdad suele ser mejor que la ficción -se defendió Kato-. Además, relájate, nadie te está juzgando, todos estamos aquí por lo mismo, rescatar a Massu.
Tegoshi dio un suspiro, se sentía avergonzado, pero en el fondo también agradecido de que lo ayudaran. Cuando pensaba que aquello podía ocurrir entre Masuda y Yamashita, no podía dejar de imaginar que quizá Masuda finalmente lo había olvidado y eso de verdad le dolía.
-¿Falta mucho? - preguntó Tegoshi mirando por la ventanilla.
-Ya estamos llegando -contestó Ueda.
-¿Cómo supiste dónde se reunirían? -preguntó Tegoshi a Kato que empujaba la cabeza de Koyama que se estaba quedando dormido.
-Massu me lo dijo mientras conversábamos, además, la familia de Ueda conoce a la de Yamashita, por eso no habrá problemas para encontrar el lugar de la fiesta.
-Los dos son niños ricos -se burló Nakamaru.
-Cállate -lo regañó Ueda- o hago que despidan a tu padre.
-Si lo haces, te quedas sin nadie que cubra tu espalda cuando quieras hacer alguno de tus caprichos, recuerda que yo soy quien debe vigilar tu comportamiento -sonrió Nakamaru con malicia.
-Increíble que mi padre crea que eres un buen ejemplo para mí, si te conociera… -murmuró Ueda.
-Si quieres lo dejamos hasta aquí -repuso Nakamaru, Ueda le dio un golpe en la mano.
-Bruto.
-Ustedes parecen novios -se burló Koyama que acababa de despertar.
-Primero muerto -contestaron los dos al unísono.
-Tengo otra duda -repuso Tegoshi tratando de calmar la tensión. Era increíble que esos dos fueran amigos, por las miradas de odio que se acababan de dar era más fácil que Ueda lanzara su auto a un precipicio con todos dentro sólo para deshacerse de Nakamaru-, ¿cómo nos meteremos a esa fiesta si ninguno fue invitado?
-Yo sí y, por lo mismo, la peste aquí a mi lado -repuso Ueda señalando a Nakamaru- La organizadora es amiga de Yamashita y seguro lo invitó. Además, si no los encontramos en la casa, estarán en la de él que es… esa de ahí -dijo Ueda señalando una casa enorme.
-Ustedes, los ricos, sí que saben vivir -sonrió Koyama.
Tegoshi miró hacia la casa, no parecía haber nadie. Esperaba que Massu estuviera en la fiesta, que pudiera encontrarlo y llevárselo de ahí para aclarar las cosas, disculparse por haber sido tan idiota y hacerle saber lo que realmente sentía.

Los cinco llegaron a una casa enorme llena de gente, Ueda no tuvo mayores problemas para hacerlos entrar, mintió descaradamente diciendo que se trataba de sus primos pequeños que estaban de visita en la ciudad. Los cinco se separaron en busca de Masuda.

Masuda caminaba con Yamashita por la playa, habían estado un rato en la fiesta, pero pronto había comenzado a aburrirse, al notarlo, Yamashita lo invito a caminar. Ambos iban en silencio, Masuda no sabía qué decir, siempre tenían de qué hablar, pero en ese momento su cabeza estaba bloqueada, no se le ocurría nada. De pronto sintió el roce de la mano de Yamashita, Masuda lo miró, este le sonreía, mientras envolvía su mano en la suya. Masuda bajó la mirada.
-Estás serio, no querías venir, ¿cierto? -preguntó de pronto.
-No es eso, es sólo que no estoy acostumbrado a ese tipo de fiestas, es más de a lo que estoy acostumbrado -dijo sinceramente.
-Si te soy sincero, yo estoy acostumbrado a la exageración, pero definitivamente se les fue la mano esta vez -se rió Yamashita.
Masuda miró el mar, ambos habían crecido en mundos totalmente diferentes, Yamashita estaba acostumbrado a los lujos y a gastar sin preocupación y, para Masuda, todo era al revés, su familia no podía darse tantas comodidades, una cena en un restaurant era un lujo y su madre era una cazadora de ofertas.
Se sentaron en la arena, Yamapi comenzó a contarle algunas anécdotas sobre sus amigos, Masuda comenzó a relajarse, mientras se reía de lo que el otro le decía. De pronto, pasó su brazo por sus hombros, lo atrajo hacia él y lo besó suavemente, Masuda cerró los ojos, sintió que otra vez se ponía tenso.
-Aún estás extraño -comentó Yamashita en su oído cuando se separaron.
-Yo… -no sabía qué contestar, Yamashita lo volvió a besar y de a poco lo empujó sobre la arena. Masuda lo miró preocupado, ¿hasta dónde pensaba llegar? Sintió las manos de Yamashita deslizarse suavemente entre su ropa, cuando sus dedos tocaron su piel, Masuda dio un respingo, ya sabía a dónde iba todo aquello-. Espe… -trató de decir, pero Yamashita no paraba de besarlo, mientras lo acariciaba. Masuda sentía el latido de su corazón retumbar en su cerebro-. ¡A… aquí no! -exclamó asustado cuando Yamashita comenzó a besar su cuello. Éste lo miró a los ojos sonriente, Masuda quiso que la tierra se lo tragara, prácticamente había aceptado tener sexo. Yamapi volvió a besarlo en los labios, Masuda quería decir algo, tratar de retractarse.
-Ven -dijo Yamashita tomándolo de la mano.
-¿A la fiesta? -preguntó torpemente. Yamashita sonrió al ver su expresión.
-A mi casa -susurró en su oído.

****Ueda y Nakamaru tienen una aparición breve en esta historia, pero si decido publicar otro fic, aparecerán más. Hay varias historias, sólo debo decidir cuál publicar y editarla.

Ya sólo queda un capítulo más y estará terminado. Si alguien lo leyó, espero lo haya disfrutado y pueda perdonar cualquier error ortográfico.

emparejamiento: nakamaru/ueda, emparejamiento: yamapi/masuda, nishikido ryo, yamashita tomohisa, ueda tatsuya, masuda takahisa, emparejamiento: tegoshi/masuda, fic: days, fanfic, nakamaru yuichi, kato shigeaki, keiichiro koyama, tegoshi yuya

Previous post Next post
Up