Over -Capítulo 3

Sep 18, 2020 22:08

OVER

Título: Over
Emparejamiento: Tegoshi Yuya/Masuda Takahisa, Yamashita Tomohisa/Masuda Takahisa, Masuda Takahisa/Takahashi Kaito (unilateral), Tegoshi/OC.
Resumen: Tegoshi volvió luego de 2 años, pero todavía no puede perdonar a Masuda.

Capítulo 3

Tegoshi miró por la ventana de su habitación, ya era tarde cuando abrió el viejo álbum de fotografías que su madre le había enviado. Sonrió al ver una fotografía suya junto a Masuda, llenos de pintura en el rostro, mientras preparaban la escenografía de una obra escolar. Aún recordaba esos días, los gritos de Kato regañando a sus compañeros para que siguieran sus diálogos, Koyama haciendo el papal de rey y Masuda y él fingiendo ser un matrimonio de pobres campesinos, extrañaba esos días donde hacer el ridículo frente a sus amigos era gracioso y no te regañaban por idiota. Miró el resto de las fotos, cada una pertenecía a su época de escuela y era la primera vez que notaba que en algunas de ellas su amigo no estaba feliz. En muchas fotos Masuda estaba con la vista baja, triste y él no lo había notado hasta ese momento, quizá ya no tenía derecho a reclamarle nada, Masuda le había fallado una vez, pero él lo había hecho cientos de veces. Dejó el álbum sobre el velador, estaba cansado y seguir pensando en aquel tema no lo ayudó a más que deprimirse. Su celular sonó de pronto, era un mensaje, un amigo del trabajo lo invitaba a beber algo para celebrar que su proyecto fuese seleccionado.

Masuda salió disparado de su casa, iba a matar a su sobrino, eso era claro, ese chico estaría castigado el resto de su vida… si sobrevivía. Miró en todas direcciones, necesitaba un taxi lo antes posible, lamentaba no tener un auto. Un taxi se aproximó por la calle, Masuda alzó su mano intentando detenerlo, pero estaba repleto, sería mejor llamar a uno. Observó el cielo nublado sobre su cabeza mientras hurgaba en su bolsillo en búsqueda de su celular, como si no fuera lo suficientemente malo parecía que iba a llover.
-Taka, ¿vas a algún lado? -Masuda dio un respingo, giró su rostro, Tegoshi lo miraba desde su auto.
-Tesshi…
-¿Qué pasa? Te ves preocupado.
Las luces de la carretera iluminaban el camino, Masuda no dejaba de apretar sus puños con ira, le arrancaría las orejas. Tegoshi lo observaba de reojo, era obvio que estaba enojado, pero tenía que calmarlo o su pobre sobrino recibiría el regaño de su vida.
-Taka… -lo llamó
-Tesshi, siento involucrarte en esto, tú tenías planes y yo te los arruiné.
-¿Qué? No, descuida, es más importante que rescates a tu sobrino.
-Sí, para matarlo -sentenció Masuda, Tegoshi comenzó a reír.
-Vamos, Taka, no seas tan extremo, sólo cometió un error.
-Ni tú ni yo llegamos a ese nivel.
-Bueno, pero estuvimos cerca. Además, seguro fue sin intención, escucha primero su explicación y luego decides su castigo -pidió amistoso, Masuda dio un suspiro.
-Lo pensaré, depende de lo que sienta cuando lo vea.

Sho sentía que Masuda le iba a arrancar las orejas, aquella cara de enfado de su tío era totalmente nueva y sabía que le había dado razones para molestarse, pero no esperaba que doliese tanto.
-Tío, Taka, duele, duele… Au, au
-Taka, creo que ya fue suficiente -repuso Tegoshi observando la cara de dolor del chico-. Si le sigues tirando la oreja quedará como Dumbo -Masuda soltó finalmente al chico.
-Ten claro que no te salvarás, se suponía que te quedarías en casa de un amigo y mira a donde tengo que venir a buscarte… A los tres- repuso Masuda mirando a Kaito y Genki que estaban silenciosos en un rincón-. Kaito, Genki, lo siento, pero tendré que decirles a sus padres.
-¿Eh? Mamá nos arrancará la cabeza y papá…- Kaito y Genki se miraron entre sí, mientras un escalofrío recorría sus espaldas.
-Su padre no les hará nada, yo le temería más a su madre -repuso Sho acariciándose la oreja.
-Tú no conoces a mi padre, tiene cara de torpe, pero es un engaño, sólo es su cara y su supuesto carácter apacible -repuso Genki preocupado-. Me pondrá en un colegio militar si se entera.
-No exageres, no creo que Yuichi haga eso -trató de tranquilizarlo Masuda observando su cara de pánico.
En realidad, el chico no estaba tan lejos, Yuichi Nakamaru parecía un lento, apacible y hasta un tierno koala, pero en realidad era un lobo vestido con piel de oveja, cuando se molestaba se transformaba completamente.
-¿Yuichi? ¿Por qué me suena? -se preguntó Tegoshi observando al par de adolescentes.
-Genki y Kaito son hijos de Nakamaru Yuichi, ¿lo recuerdas?
-Sí, pero no sabía que estaba casado, ¿con quién se casó?
-Con Tatsuko Ueda.
-¡¿La chica del club de boxeo?! -exclamó Tegoshi aturdido-. Pero si ella lo único que hacía era gastarle bromas pesadas para hacerlo sufrir, yo creía que lo detestaba.
-Era lo que todos creíamos, pero al final resultó que le gustaba -sonrío Masuda-. Kaito, Genki, descuiden, yo hablaré con sus padres. Y tú -dijo señalando a su sobrino-, estás castigado hasta nuevo aviso, tu mamá se va a enterar de esto.
-¡¿Eh?! Tío, Taka, no, por favor, si sabe que terminé en una estación de policías es capaz de tomar el primer avión hasta acá solo para liquidarme.
-Es lo que nos espera a nosotros -repuso Kaito como si estuviera en un funeral. Tegoshi notó que estaba realmente preocupado.
-Oye, descuida, Taka sabrá qué decirles a tus padres -repuso poniendo su mano sobre uno de los hombros de Kaito-. Además, esto no fue su culpa. Bueno, sí mentir para asistir a una fiesta en la playa sin permiso, pero no fue su culpa terminar en una pelea y detenidos en la estación de policía -repuso observando a un chico que seguía a sus padres con cara de pánico, mientras éstos lo regañaban sin importar que los estuvieran mirando. Kaito le dio una leve sonrisa-. Mejor vámonos de aquí de una vez -sentenció Tegoshi mirando hacia afuera, mientras llovía intensamente.

La calle apenas era visible por la lluvia, Masuda observó a los tres adolescentes silenciosos en el asiento trasero.
-Taka -lo llamó Tegoshi-, creo que es mejor buscar dónde pasar la noche, no parece que el tiempo vaya a mejorar y ya es tarde. Mañana tendrás más tiempo de regañarlos, pero por ahora busquemos un sitio seguro.
-Está bien -asintió Masuda mirando a través del parabrisas, Tegoshi tenía razón, con esas condiciones era más fácil tener un accidente. Encontraron un pequeño hostal y la última habitación libre, al parecer, muchos habían tenido la misma idea debido a la lluvia.
Masuda y Tegoshi acomodaron los futones, mientras los tres adolescentes comían algo para calmar su hambre, después de todo llevaban horas sin comer. Una vez satisfechos fueron enviados directo a la cama.
-Si sigues así, te vas a convertir en un viejo regañón -se burló Tegoshi, mientras tomaba algo más de comer, Masuda le arrojó un cojín sobre la cabeza- Oye, yo no hice nada, no te enojes conmigo, ellos son los traviesos -sonrió apuntando a su espalda a los tres chicos ya dormidos.
-Ojalá solo fuera una travesura, Yuichi se va a enojar bastante y mi hermana también, no quiere que se meta en líos.
-Ellos entenderán, solo estaban en una fiesta y fueron otros quienes empezaron a pelear, tampoco fue su culpa, no te molestes tanto. Era peor que los golpearan, no lo hicieron de malos, solo querían divertirse.
-Lo sé -suspiró Masuda arrojándose sobre el piso-. Estoy cansado.
-Eres profesor de educación física, deberías tener mejor condición, ¿no crees?
-Soy humano, también me canso. Lidia con chicos todo el día y trata de aguantar.
-No, gracias -rió Tegoshi-, quiero vivir tranquilo, no convertirme en un viejo gruñón.
-De cualquier forma, te convertirás en un viejo gruñón, y no seas falso, te encanta mirar a las estudiantes en uniforme, pervertido.
-Oye, ese fue un golpe bajo. Además, es sólo mirar, no hago nada ilegal, si las tocara sería diferente -se defendió ofendido.
-Tesshi, eso sonó horrible.
-Sí, yo también me di cuenta. Mejor vamos a dormir, está haciendo frío.
-Taka… -susurró Tegoshi en la oscuridad.
-¿Qué?
-Esto es como cuando éramos niños, ¿te acuerdas?
-Sí -sonrió Masuda con nostalgia acomodando el cobertor sobre sí-, y no paras de hablar como antes, ya duérmete.
-Regañón -acusó Tegoshi moviéndose bajo el cobertor.
-¿Qué haces? -preguntó Masuda alarmado al sentir las manos de Tegoshi sobre su cuerpo.
-Acurrucarme como cuando niños, hace frío -protestó Tegoshi aferrándose a Masuda con fuerza. Este último no podía dejar de oír los latidos de su corazón en evidente aumento, tenía que alejarlo, pero extrañaba tanto aquel tacto impertinente a su alrededor, esos eran los únicos momentos en que podía tenerlo cerca, sólo para él. Tegoshi siempre había tenido la costumbre de abrazarlo al dormir en las noches que hacía frío cuando se quedaban en casa del otro y aún no abandonaba aquella costumbre, pero ahora que sabía la verdad sobre él se preguntaba cuánto duraría su cercanía cuando su mente distraída lo recordara-. No te molesta, ¿verdad?
-No, a menos que a ti sí.
-Si lo dices por lo que me contaste, ya te dije que no me importa. Si lo hiciera no te estaría abrazando, sigues siendo mi gran oso de peluche super calentito -sonrió el rubio envolviendo sus pies alrededor de los suyos-. Buenas noches.
-Buenas noches -contestó Masuda aguantando los deseos de llorar, si él entendiera lo que ese simple abrazo significaba seguro no lo haría. Trató de concentrar sus pensamientos en otra cosa, lo mejor era alejar aquella sensación, sabía que no podía ilusionarse con eso, Tegoshi no cambiaría sólo porque él quisiera.

Masuda se movió ligeramente mientras dormía, Kaito miraba fijamente a su maestro acurrucado entre los brazos de aquel rubio que ahora parecía estar todo el tiempo pegado a él. La tenue luz de la luna se filtraba a través de la cortina mal cerrada dejando ver a ambos, la lluvia finalmente se había detenido y el cielo comenzaba a despejar. Sho le había contado que era un amigo de infancia de su tío, pero a él su relación le parecía más complicada que solo una amistad, sobre todo en ese momento. Verlo acurrucado entre los brazos del rubio, con su mano sobre la de este… Ellos parecían una pareja y eso de verdad hacía a su pecho doler, la forma en que Masuda se movía y hablaba frente a él le parecía diferente, junto a aquel tipo su maestro, a quien tanto admiraba y al que había llegado a amar, era otra persona. De una manera extraña se volvía sumiso y más dulce de lo normal, aquel torpe rubio parecía tener algún poder extraño sobre él, algo que los envolvía solo a los dos y no dejaba que nadie pudiese interferir, incluso si parecían estar molestos entre ellos.
Desde hace tiempo Kaito había comenzado a albergar aquellos sentimientos por Masuda, no sabía si Sho se había dado cuenta, pero simplemente no podía evitar quererlo. El único problema era que Masuda sólo lo veía como un niño y no prestaba su atención en él de otra manera que no fuera como el amigo de su sobrino y su alumno.
-Kai… -escuchó que lo llamaban en un susurro. Kaito dio un respingo, miró hacia abajo, Sho lo veía fijamente. Kaito sintió sus mejillas sonrojar, había sido atrapado-. Es mejor que ya no los mires, sólo te vas a deprimir.
-¿De… de qué estás hablando? -contestó en un susurro tratando de disimular, observando a su hermano que dormía plácidamente a su lado, no quería que los escuchara.
-Sé que mi tío te gusta, soy idiota, pero no tanto.
Kaito deseó que la tierra se lo tragara, definitivamente había sido descubierto.
-Claro que no -mintió con desesperación.
-Kai, me da igual, eres mi amigo, yo te apoyo. Aunque la verdad, y esto será cruel, no creo que mi tío pueda verte como quieres, él… yo creo que está enamorado de otra persona -repuso haciendo un gesto a su espalda-. Lo siento, no podrá ser tu sugar daddy.
Kaito lo golpeó en el hombro, mientras se recostaba nuevamente.
-Idiota -lo regañó.
-¿Por qué lo regañas? Si eso es lo que querías -repuso Genki girando hacia el otro lado, Kaito volteó hacia él espantado-. Lo escuché todo, yo también te apoyo, pero ya duérmete -susurró abrazándolo-. Lo mal que te sientes ahora ya pasará -Kaito cerró los ojos sintiendo que se llenaban de lágrimas, guardó silencio intentado volver a conciliar el sueño, si comenzaba a llorar estaba seguro de que no podría parar.

Tegoshi no dejaba de reír, aún podía ver la cara de Nakamaru en su mente justo en el momento en que Masuda le explicaba lo ocurrido a él y su esposa. Ueda había cogido a ambos chicos de las orejas, mientras los regañaba, pero Nakamaru lentamente fue cambiando de color hasta casi ponerse morado. Miró a ambos adolescentes con ojos de asesinos, por un momento hasta Tegoshi creyó que los iba a matar, Ueda intervino y comenzó a calmarlo. En conclusión, ambos adolescentes estaban castigados por los siguientes tres meses y a Sho tampoco le fue diferente, también se ganó un castigo de tres meses.
-Taka ¿no crees que fuiste un poco cruel con tu sobrino? Ni mis padres fueron tan estrictos conmigo y yo no era un dulce angelito -se rió, mientras Masuda le entregaba una taza de té ya de regreso en su casa.
-Fue a cambio de no contarle a mi hermana y él aceptó -sonrió Masuda.
-Sigue siendo estricta, ¿eh?
-Sí, mucho. ¿Te acuerdas cuando nos regañaba?
-¿Que si no me acuerdo? Por su culpa tenía pesadillas, esa mujer es capaz de darle miedo al diablo -contestó Tegoshi recordando los regaños que solía darles.
-Oye, es mi hermana.
- ¿Y? Incluso tú, que eres un adulto, le tienes miedo.
-No se puede evitar… -suspiró Masuda dejándose caer sobre el sofá, mientras miraba a Tegoshi, ambos comenzaron a reír.
Tegoshi lo observó, aquel sentimiento de tranquilidad y alegría comenzó a invadirlo nuevamente. Hace tiempo que no se sentía así, Masuda siempre había tenido el don de irritarlo, así como de calmarlo y alegrarlo, era raro, pero siempre había sido así. Un ruido lo hizo salir de sus pensamientos, el celular de Masuda estaba sonando.
-Hola, Yamashita -contestó Masuda apacible, Tegoshi lo observó algo molesto, ¿de verdad aún hablaba con aquel tipo? No entendía cómo después de la última vez Masuda aún le dirigía la palabra, debía ser una broma-. ¿Ocupado? La verdad tengo muchas cosas que hacer, lo siento, gracias de todas formas.
Tegoshi continuó observándolo, Masuda se reía de una manera extraña, ¿sería que le estaba coqueteando? Después de todo, jamás había visto a su amigo buscando la atención de nadie.
-No, no necesito ayuda, puedo solo, estoy bien -sonrió amistoso. Tegoshi desvió la mirada, a Masuda parecía agradarle ese tipo a pesar de lo insistente que se portaba. <
> protestó para sí mismo-. Sí, claro, nos vemos. Cuídate -se despidió colgando.
-Tu amigo sigue insistiendo al parecer -repuso Tegoshi tomando su taza desde la mesa.
-Hablamos sobre lo que pasó y ya se disculpó, reconoció que bebió de más, no es el primero que se embriaga en una fiesta -defendió Masuda distraído-. A ti también te pasó en más de una ocasión cuando estabas en la universidad.
-Lo sé y tú, como siempre, eras mi príncipe salvador que me cargaba de vuelta a casa de mal humor. Hasta que llegábamos con mis padres y el dragón de mi madre me hacía reventar los oídos con sus rugidos -Masuda comenzó a reír.
-Sí, me acuerdo de eso, era horrible. Tu mamá también me hacía sentir miedo en esos momentos.
-Mejor no recordarlo, me duele la cabeza de solo pensarlo- repuso tocándose la cabeza-. Bueno, ¿qué es lo que tienes que hacer? Yo te ayudo.
-¿Eh? No, está bien, ya hiciste más que suficiente llevándome a buscar a ese desobediente -repuso Masuda señalando hacia la habitación de Sho, el cual se suponía estaba haciendo su tarea, su castigo apenas había empezado-. Además, perdiste tu tiempo por nuestra culpa -comentó poniéndose de pie y tomando su taza de la mesa. Tegoshi lo imitó, pero tomó la suya al mismo tiempo que Masuda rodeando su mano, este último dio un respingo soltándola de golpe, haciéndola rodar por la mesa. Tegoshi lo observó desconcertado, las mejillas de Massu se pusieron ligeramente rojas, parecía incómodo, así que lo soltó de inmediato. ¿Qué significaba aquella expresión? Masuda se inclinó y levantó la taza.
-Qué torpe, Tesshi, no me asustes, ¿quieres hacerme romper mis cosas? -repuso sonriendo con la mirada baja-. Mejor ve a tu casa y descansa, muchas gracias por todo y disculpa por meterte en los líos de mi sobrino.
-No, está bien. Bueno, si no quieres mi ayuda me voy a casa, nos vemos.
-Claro -asintió Masuda desde la cocina sin mirarlo.
Tegoshi caminó hacia la salida, se sentía extraño, se había puesto tontamente nervioso. Aún sentía la mano tibia de Masuda en la suya, eso definitivamente era nuevo.

Capítulo 4

****Finalmente publiqué otro capítulo, han pasado muchos días, pero estuve ocupada y cuando tenía tiempo, no tenía ganas.
De todas formas, me encanta Sho en esta historia y dije que quería que Ueda y Nakamaru aparecieran más, pero esa será toda su participación (y Ueda es mujer jajajaja).

emparejamiento: yamapi/masuda, yamashita tomohisa, ueda tatsuya, hirano sho, masuda takahisa, takahashi kaito, emparejamiento: tegoshi/masuda, iwahashi genki, fanfic, emparejamiento: masuda/kaito, koyama keiichiro, nakamaru yuichi, fic: over, kato shigeaki, tegoshi yuya

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