[Harry Potter] Vinculo 15/29

Dec 20, 2011 21:22

Título: Vínculo
Pairing: Drarry
Rating: R
Status: Terminado



Capítulo 15

Ron vio la expresión de la joven, estaba muy triste, sin creer que su mejor amigo estuviera ignorándola del modo en que acababa de hacerlo, no después de que Harry era uno de los únicos que sabía lo que ella estaba viviendo, el dolor agonizante tras la pérdida de sus padres, pero una vez más, ella no podía exigir tratamiento especial porque ella no se lo dio a Harry, y porque por primera vez sentía lo desagradable que era despertar lástima en las personas.

El pelirrojo la rodeó de forma protectora, abrazándola firme a su cuerpo y susurrándole palabras tranquilizantes al oído... asegurándole que probablemente Harry sólo estaba un poco malhumorado, que pronto él mismo iba a llegar y a disculparse con ella; Hermione lo dudaba, pero al menos pensar que pudiera suceder le devolvía un poco de la tranquilidad que no iba a recuperar.

Cerró los ojos, suspiró y pensó que estaba siendo infantil.

Harry necesitaba un poco de apoyo y con la situación que estaba llevando a cabo con Draco Malfoy debía estar perdiéndose él mismo, compartiendo tanto tiempo con el rubio, quien podría ser un death eater por gusto y no por querer derrotar a Voldemort. ¿Cómo aseguraba el rubio su lealtad a Harry?

-¿Estás mejor? -preguntó Ron, dándole un vaso con jugo de calabaza a la chica, quien lo recibió y respondió con una sorprendente sonrisa que, por muy hermosa que fuera no tenía aquel toque de realismo que ella sabía imprimirle cuando el sentimiento era verdadero, lo que significaba que estaba fingiendo, pero por no ser descortés y obligarla a revivir momentos dolorosos, Ron simplemente la tomó como cierta y asintió, tomando eso como un sí, aunque ella no lo estuviera.

No iba a forzarla a admitir que todo era doloroso, no iba a empujarla a abandonarse al dolor, porque prefería mil veces a la Hermione fastidiosa que le obligaba a estudiar en vez de aquella joven silenciosa que simplemente se sentaba en la sala común a leer sus libros, sin molestar a nadie.

Todo Gryffindor notó que algo raro había en ella, pero por el respeto que la chica se había ganado, nadie se inmiscuía en sus asuntos, por muy curiosos que fueran, simplemente intentaban ser mucho más serviciales con ella de lo que nunca en su vida lo hubieran sido.

Eso, que Hermione no protestara y les pidiera que la dejaran en paz, o gritara que no era débil, sino que actuara un poco sumisa, era lo que sacaba a muchos de su casilla, pero nadie lo externaba.

Simplemente Harry, que se marchó, dejando a Hermione con la palabra en la boca, con su preocupación en su mirada, con las ganas de reclamarle por haber sido tan irresponsable y haberlos hecho preocuparse... aunque Harry tenía un punto muy valioso, nadie los forzaba a preocuparse.

Nadie.

-Sí, sólo me tomó por sorpresa la actitud de Harry.

Hubo un asentimiento por parte de Ron, a él también le parecía muy anti natural que de pronto su mejor amigo se las diera de alguien distante y frío cuando con ellos era todo lo contrario.

¿Dónde estaba el Harry infantil y torpe, nervioso con las chicas que había sido su amigo desde el primer día que fueron a Hogwarts, cuando decidió quedarse con él, aún sobre Malfoy y su ego de millones de galeones?

Algo estaba mal, algo que el joven no estaba compartiendo con ellos.

-Lo sé, pero es que últimamente con La Alianza ha estado muy ocupado, no creo que lo haya hecho intencionalmente, lo conocemos muy bien y ha sido nuestro amigo... -No terminó porque la mirada de Hermione de sorpresa le hizo detenerse abruptamente. -¿Pasó algo malo?

-No... Pero, ¿cuándo te convertiste en el más maduro de los tres? -ella bromeaba, ligeramente, pero al menos era un avance, y ya no estaba lamentándose por todos los pasillos por no haber podido ser de ayuda a sus padres, por no haber sido la hija perfecta.

Ron simplemente rió y apartó la mirada, dándose cuenta él de lo mismo, ¿acaso el hecho que sus dos amigos lucieran tan perdidos le convertía en alguien comprensible y de pronto inteligente en situaciones de sentimientos... tan comprensivo?

Quizá.

-Oh, Herm, tal vez el hecho que tú y Harry estén tan fuera de sí, no sé, creo que los tres cambiamos un poco...

Ella asintió.

Sí, todos eran diferentes al año pasado, incluso al día anterior.

-Lástima que nuestro cambio no haya sido para bien. -su respuesta, en un susurro hizo volverse a Ron, en dirección al punto donde Harry se había marchado, dejando a una muy confundida Hermione.

Harry era quien más cambió... y no para bien, estaba muy silencioso, actuando muy raro, eso hacía sospechar a Ron que Harry se tenía algo entre manos.

Y como su mejor amigo iba a averiguarlo para poder platicarlo bien con él y brindarle a Harry el apoyo que desde un principio debió brindarle, no iba a ser un mal amigo y a dejar abandonado a Potter, el joven no lo merecía.

-No te preocupes, pronto volverá a ser el mismo de siempre.

Al menos esperaba poder convertir a su amigo en el mismo de antes, y que su amistad con Draco Malfoy se cortara por lo sano porque no era una relación que, de todas formas, le conviniera mucho.

-Eso espero, especialmente porque últimamente ha sido la sombra de Malfoy; no es algo que me guste. -confesó ella, obviamente sin mencionar los detalles ocultos que forzaban a Harry a ser como la sombra de Malfoy, como ella misma lo había puesto.

-Habrá que hablarlo con él, además, sabemos muy bien que Malfoy puede quererlo arrastrar al lado oscuro, es hijo de un death eater y podría lanzarle un Imperius sobre Harry... hay que mantenerlo vigilado. -dijo, sonando un poco más como el antiguo Ron, el paranoico que desconfiaba ciegamente de Malfoy, que no lo soportaba ni un poco, que le deseaba tanto mal.

-Ahora sí eres Ron. -rió Hermione, haciendo sonreír al pelirrojo.

Los dos se miraron comprensivamente, en sus momentos de alegría o de simplicidad faltaba Harry con sus ojos verdes y expresivos, los mismos que se habían vuelto fríos, y que si bien se preocupó lo suficiente como para proponerle a Malfoy un plan para destruir a los death eaters y a Voldemort, por Hermione (eso es lo que ella pensaba), ahora ya no era el mismo comprensivo joven a quien ella tanto admiraba y respetaba.

Ya no era aquel que hacía las cosas por el bienestar de la humanidad y se preocupaba por el simple hecho que el mundo mejorara... ahora era simplemente demasiado apático y estaba muy involucrado en ese proyecto que se traía en manos con Malfoy.

Lástima que sus amigos no tuvieran ni la más mínima idea de cuán involucrado estaba en el asunto.

Al llegar a su habitación, Malfoy cerró la puerta y se dejó caer sobre la cama, disfrutando la suavidad de ésta, sintiendo un sentimiento placentero recorrerle todo el cuerpo... la expresión de leve confusión en la cara de Potter hizo eso. Oh, había sido tan entretenido jugar con él de esa forma, porque sabía que de no gustarle a Potter, éste jamás iba a haberlo apoyado del modo en que lo hizo cuando mató a aquella familia y entró en completo Shock.

Obviamente aún estaba un poco afectado, pero no lo demostraba porque obviamente no había sido muy importante... además tuvo a Potter brindándole el confort que le hacía falta.

Estaba complacido con su actuación ante Voldemort, por no fallar y no descubrirse con errores estúpidos y que lo hicieran lucir como un niño sin experiencia y sin el más mínimo de inteligencia; sabía que jugaba adecuadamente sus cartas así que no se preocupaba por el hecho de ser descubierto en cualquier momento cercano... ni él ni Potter, porque el imbécil Gryffindor en realidad parecía ser muy eficaz en las misiones que el Dark Lord le ordenaba.

Se puso en pie, listo para recoger las cosas más importantes y guardarlas en su mochila, cuando la puerta se abrió y se azotó con demasiada fuerza, produciendo un ruido estridente que hizo saltar a Draco en su sitio.

Encontró la mirada enfadada de Blaise Zabini enfrentando sus ojos grises, desafiantes.

-¿Qué demonios ocurre contigo, Blaise? -fue su pregunta, recuperado del susto inicial, cogiendo la varita y recogiendo con un hechizo los documentos referentes a la Alianza, aquellos con los que se suponía debía trabajar.

La habitación era hermosa, eso él lo sabía, por ser hijo de Lucius Malfoy, prefecto y favorito de Snape tenía la mejor habitación de Slytherin, una para él solo, porque odiaba compartir con Crabbe y Goyle, como en un principio.

Había adornos excesivamente caros, unos de excelente gusto y otros no tanto que contrastaban con la delicadeza de la mayoría de la decoración, digna de un príncipe o un magnate.

EL papel tapiz que cubría la pared era de un exquisito color verde y los bordes de los cuadros estaban hechos de oro blanco, brillante y hermoso, así como algunos marcos de fotografías mágicas estaban hechos de plata.

La chimenea, enfrente de la cama, en ese momento estaba apagada, porque el rubio acababa de llegar, demasiado entusiasmado como para detenerse y encenderla.

Miró de reojo a su compañero y bostezó, demostrando su aburrimiento por su falta de comunicación.

-No vas a decirme nada. Vete, entonces.

Y entonces, Blaise habló.

-¿Por qué hiciste eso?

-¿Hice qué? -enarcando una ceja, el rubio continuó con su labor, sin prestar demasiada atención al tema que hacía enfadar tanto a su mejor amigo.

Si bien era su mejor amigo, eso no significaba que el rubio iba a prestarle particular atención a Zabini y sus desvaríos, el castaño era alguien muy inteligente y astuto, que sabía lo que quería, pero en definitiva, en ese momento con el plan que tenía en mente, no tenía tiempo para preocuparse demasiado, y si bien su fidelidad estaba sólo con los suyos, Zabini debía comprender en ese momento que, por personas como él, que no querían nada con Voldemort, él estaba jugándose su propia vida.

Así que el castaño no tenía mucho que reclamar realmente.

Aunque Draco no sospechaba ni remotamente de qué hablaba Zabini.

-Lo besaste, acabo de verlos al pie de las escaleras... Lo besaste y luego te fuiste, dejándolo allí con esa sonrisa de superioridad que ni él se traga. ¿Por qué hiciste eso? -quiso saber.

Celos.

Draco simplemente sonrió, comprendiendo que su amigo estaba celoso de haberlo visto besando a Harry Potter.

-Eso no te incumbe, Blaise.

-¡Claro que me incumbe! Estás involucrándote demasiado con Potter y vas a perder la visión de lo que estás haciendo realmente. De hecho, Draco, ¿sabes qué es lo que estás haciendo...?

Draco frunció el ceño.

-Sé lo que estoy haciendo, no estoy perdiendo perspectiva ni mucho menos me estoy olvidando del asunto pendiente con Potter, -explicó, sintiéndose obligado a hacerlo, porque el otro estaba viendo demasiado lejos, creyendo al rubio alguien fácilmente influenciable, y Draco no lo era. -Tú puedes creer que sí, pero yo sé cómo voy avanzando.

Hubo un momento de silencio.

-Además, -continuó Draco, súbitamente muy interesado en el tema, porque descubrir que su mejor amigo sentía celos al verlo besar a otro, aunque estuviera libre de sentimientos y para él no hubo significado absolutamente nada, era algo muy provechoso. -¿Desde cuándo tú te interesas en esto? Y explícame, Blaise, ¿cómo es que esto te incumbe?

El castaño se quedó de una pieza, viéndose descubierto en algo que era, supuestamente, privado.

Se sintió como si Draco estuviese revisando su diario o algo similar, con la única diferencia que había sido él mismo quien se había puesto en evidencia con aquella extraña conducta que el rubio reprobaba.

-Fue un impulso, tú sabes que lo hago porque eres un Slytherin; hay que mantenernos unidos sin permitir que se fraccionen los ideales de esta casa. Y tú estás juntándote demasiado con Potter.

El rubio sonrió levemente, casi irónico.

-Potter no tiene nada que ver en esto. Lo que hice lo hice por un motivo que tiene un muy buen significado, al menos para mí. No voy a decírtelo aún, quizá no lo haga nunca.

-Pero no tiene nada que ver con la misión que tú te impusiste para ayudar a tus padres, ¿no es así?

Draco asintió.

-Eres mucho más inteligente de lo que muchos puedan creer, aunque yo te considero muy capaz. Lo de Potter es un asunto más personal. -concluyó y continuó con su labor, aquella que se vio interrumpida cuando el castaño creyó conveniente llegar a interrogar a su amigo.

Zabini lo dejó continuar con su trabajo, no creyendo adecuado continuar con una discusión de la cual no había obtenido la respuesta satisfactoria, porque el motivo real por el cual Draco besó a Potter, esos otros motivos, aún eran un misterio para él.

Quizá incluso para el mismo Draco, meditó el castaño, viendo la concentración en el rostro del Malfoy, que doblaba cuidadosamente una túnica y la guardaba en una mochila.

-Te dejo arreglar tu maleta, para evitarte interrupciones.

Salió de la habitación, dejando al rubio ocupado en sus propios asuntos.

-Sí, porque en estos momentos no necesito ninguna distracción. -murmuró el rubio, aunque sabía que Blaise ya había abandonado la habitación.

El Slytherin era su amigo, de una forma muy Slytherin, obviamente.

Ninguno de los dos andaba preocupándose cada cinco segundos por el otro, tampoco se portaban de la forma en que Potter y sus amigos se comportaban, o como los cursis amigos de Hogwarts.

Malfoy tenía una reputación que cuidar.

Además, en su mente se formaba una exquisita forma de venganza contra Potter, y había descubierto que éste se preocupaba por él, que incluso lo había cuidado, y no se había opuesto a su extraño beso.

Para Harry todo sucedió muy rápido, era joven -con diecisiete años-, inexperto en cualquier tipo de relación que no fuera de amistad o de respeto como con Lupin, Sirius, y Dumbledore. Lo de Malfoy, aquel beso, no había sido lo que él esperaba, pero tampoco lo desilusionó en ningún sentido; Malfoy era bueno besando, iba a admitirlo sólo para él mismo.

No entendía qué hacía pensando en ese tipo de cosas, cosas tan banales en ese momento, cuando Lupin les había dicho que tenían que prepararse porque iban a estar lejos de Hogwarts por un tiempo, obviamente indefinido, mientras encontraban una mejor solución a la guerra, una que no involucrara directamente a los alumnos de Hogwarts, cuando menos no a aquellos que no pertenecían a La Alianza.

Suspiró, recibiendo la mirada sorprendida de Seamus, quien acababa de entrar a la habitación que compartían desde su primer año. El joven irlandés sonrió.

-Te ves muy emocionado, Harry. -comentó, sin dejarle de sonreír.

Había cierta característica poética en la sonrisa de Harry, probablemente era el hecho de que hacía algunos días, semanas diría el irlandés, Harry no sonreía como en ese momento, después de haberse visto sorprendido en un suspiro por el irlandés, quien simplemente sonrió más ampliamente.

-Supongo que sí, ¿no? Estoy emocionado porque saldremos de Hogwarts. -mintió, y aunque el joven de cabellos casi rubios no le creyó completamente, asintió una vez.

-Tienes razón, es bueno salir del colegio, además es por nuestro propio bien. La Alianza y la Orden del Fénix necesitan un tiempo de descanso, al igual que todos nosotros. -confió el joven, ladeando la cabeza y sonriéndole una vez más al ojiverde, quien se sintió extraño ante esa mirada que Seamus le lanzaba, era muy inquisitiva. -Pero me alegro de verte sonriendo otra vez.

Harry movió afirmativamente la cabeza.

No se había dado cuenta, realmente no se había percatado que estaba sonriendo.

Hacía tanto tiempo que no lo hacía que ya era anti natural suponer que recordaba cómo se sonreía, pero lo hacía y no se sentía para nada mal, y no quería tener que agradecérselo a Malfoy, pero involuntariamente su mente viajaba al rubio, porque había sido ese extraño deseo de posesión, de satisfacción, de ser el consuelo del rubio cuando éste no se encontraba bien, eso era lo que le daba poder sobre el rubio, un poder que ni siquiera él creyó poseer pero que tenía. Y se sentía inusualmente bien, tanto que ahora dejó una leve risa brotar de su garganta, sorprendiendo una vez más al otro Gryffindor, pero que le acompañó en su risa.

Seamus creyó al principio de todos los problemas de guerra, que Harry estaba inventando lo de Voldemort, y el ojiverde estuvo molesto, mucho tiempo evadió al irlandés, pero ahora se daba cuenta que todos lo querían creer un mentiroso por miedo a la verdad, porque la verdad era mucho más aterradora de lo que él podría imaginar.

Muchos preferían relacionar los eventos de pérdidas con otras cosas, pero ahora que ya todos lo habían aceptado, sólo quedaba trabajar en equipo, para que de ese modo ellos fueran quienes tuvieran el poder y no Voldemort.

-Sí, gracias.

El castaño negó.

-No tienes que agradecer, Harry, simplemente no dejes que ese humor negro se vuelva a apoderar de ti. -pidió el joven. -Digo, no es que no te apreciemos pero estabas empezando a ser demasiado pesimista. Demasiado.

El joven simplemente tomó unas cuantas cosas de su baúl y salió de nuevo de la habitación, no sin antes sonreírle una vez más al ojiverde, quien ya no le retornó la sonrisa, estaba pensando en las palabras de Seamus.

Podía decir que tenía razón, porque antes de esa sonrisa que le dedicó al irlandés, habían pasado semanas sin que esbozara una, o al menos una verídica, porque las demás eran fingidas...

Tomó de su propio baúl su capa de invisibilidad y su varita mágica y las guardó en su mochila, él a diferencia de Malfoy sólo iba a llevar su mochila, y allí las cosas más básicas.

Terminó de acomodarlo todo cuando entró Ron con una mueca de enfado en el rostro.

-¿Pasó algo malo? -preguntó, sinceramente interesado en su amigo.

Éste negó, aún más enfadado.

-Malfoy está afuera de la sala común, esperándote según le dijo a Hermione, quien se quedó cuidándolo, no vaya a ser que intente algo...

-Lo siento, Ron, pero no fue mi idea. -sijo, sabiendo el motivo por el cual su mejor amigo estaba enfadado.

De seguro Lupin ya le había dicho a todo el colegio como era que iban a dividirse y para su pelirrojo amigo no era muy emocionante la idea de tener que estar junto a Draco Malfoy.

Seguía sin tener confianza en él.

Lo comprendía, porque el rubio no intentaba ganarse la confianza de nadie.

Ni la suya, aunque ambos estaban involucrados, quizás demasiado, en ese asunto con Voldemort.

-No fue tu idea, pero no hiciste nada por detener a Lupin; ¡estoy seguro que él te preguntó si estabas conforme con ello! -exclamó el pelirrojo.

Harry asintió.

-Pero lo hizo por pura cordialidad, Ron; él no iba a cambiar todo su plan sólo porque yo no estaba de acuerdo con éste. Además, no veo ningún inconveniente en que Slytherin venga con nosotros. Siempre y cuando ellos no busquen problemas, todo estará bien. -explicó Harry.

Ron bufó, enfadado.

-Actúas como si no conocieras a Malfoy, él es un bastardo egocéntrico que siempre, y óyeme, Harry, siempre está buscándonos pleito. ¿No ha sido así desde que le conocemos? Tú eres testigo de las incontables veces que ha querido meternos en problema y fallado maravillosamente porque es un estúpido que no sabe...

-¡Ya! -exigió Harry, enfadado. -No te agrada, lo sé; no le agradas, también lo sé, no tengo porque ser yo quien tenga que soportar tus quejas infantiles sobre Draco Malfoy, en este momento sólo me importa la seguridad de todos en el colegio. Todos. Si tú no estás conforme puedes pedirle a Lupin que te incluya en el grupo de tu hermana, así estarás conforme.

Dio por terminada la conversación y recogiendo sus cosas salió del cuarto, dejando al sorprendido Ron Weasley con la boca abierta.

¿Acaso su mejor amigo en verdad pensaba eso de él? Que estaba actuando infantilmente.

No dijo nada, simplemente salió, siguiendo al ojiverde, y lo vio salir del retrato.

-Puedes irte, Hermione. -inició Harry y vio la mueca de triunfo que cruzó el rostro del rubio, como si hubiera ganado alguna discusión con la chica, quien frunció el entrecejo.

-No considero conveniente dejarlos solos.

-No me importa. -fue el comentario de Harry, y ella abrió los ojos sorprendida, pues los había cerrado, creyendo que con ese argumento Harry iba a permitirle quedarse allí o iba a pedirle al rubio que se marchara. -Tengo que hablar con Malfoy de un asunto urgente.

Ella negó, no iba a permitirle que le saliera con esas excusas patéticas. Ella quería una verdadera explicación, pero justo cuando iba a exigirla, el rubio intervino.

-No es necesario que hablemos aquí, Potter, podemos hacerlo en un lugar donde no haya tantas interrupciones. -pidió, viendo de reojo a la chica, que esperaba oír una negativa a la petició del rubio, pero se equivocó.

-Terminen de arreglar sus cosas, Hermione, vendré luego.

Sujetó un poco brusco a Malfoy de la manga de su túnica y lo arrastró lejos de su sala común, sabiendo que la mirada de Hermione no los abandonaría hasta que se perdieran de vista, o hasta que Ron la despegara de ese lugar.

-¿Qué es lo que quieres?

-Primero que nada, que me sueltes, Potter, no soy tu muñeco para que me andes jalando a tu antojo. -cuando el rubio fue soltado, sacudió su mano, allí donde Harry le había sujetado. -Ahora sí, en segunda, quiero saber cuándo nos vamos y cómo nos vamos a ir, porque no creo que el expreso de Hogwarts sea una idea muy lógica, ¿o sí?

Harry negó.

-Eso es algo de lo que no hablé con el profesor Lupin, pero estoy seguro que todo estará bien.

El rubio rió en su cara.

-No necesito que me des consuelo ahora, Potter, simplemente estoy curioso por conocer cómo nos vamos a mover en el mundo Muggle o donde sea que vayamos. ¿Tú no?

Harry asintió.

En realidad, el rubio escondía muy bien su sentir, porque Harry detectaba preocupación en su voz, una leve desesperación que le hizo sentir que, una vez más, tenía el control.

Pero no dijo nada, ni siquiera intentó consolar al rubio, éste no lo merecía en ese momento.

-¿Seguiremos teniendo misiones con Voldemort?

Harry asintió.

-Ya lo sabías, ¿no? Eso no va a detenernos, y lo que le escondamos no tiene mucho que ver en este momento, él sabe que confían en mí, pero no ciegamente. -comentó el ojiverde.

-Bueno, pero sí lo suficiente como para haber sido el primer alumno que se enteró de esto, y el único a quien le preguntaron qué pensaba al respecto. No juegues, Potter, hay un gran potencial en todo esto.

El rubio estaba siendo serio, motivo que incomodó al ojiverde.

En verdad Malfoy estaba considerando que entregara a todo el colegio por el bienestar de una misión que si se lo proponía iba a salir bien aunque no le dijera a Voldemort dónde encontrarlos.

-Eso está más allá de mis posibilidades; una vez dije que no me importaba matar gente, y es verdad, no me importa, pero otra muy distinta es que los entregue a todos, ¿entiendes? -cuestionó. -Además, Lupin no es estúpido, él se percataría inmediatamente que fui yo. ¿Ése es tu plan? ¿Que me maten a mí para que tú puedas tener tu preciada venganza...? No seas estúpido.

-De acuerdo, Potter. Aún así, si estas misiones siguen sucediendo mientras estamos con Voldemort, tendremos que ser extremadamente cuidadosos.

Harry le mostró el giratiempo que colgaba de su cuello.

-No hay excusas, Malfoy, en verdad no las hay.

Sin esperar más de éste, dio media vuelta de regreso a sus amigos, dejando al rubio atrás, enfadado.

Pero no hizo mucho, en parte era cierto, iban a descubrirlos y Harry y él iban a estar en serios problemas, así que, una vez más, iba a permitir que el inepto de Potter ideara una estrategia, últimamente parecía mucho más capaz de lo que él creyó que el ojiverde pudiese ser.

Mucho más.

Lupin miró a todos los alumnos, acababa de dar todas las instrucciones, lo que significaba que todos sabían cómo actuar y que cada uno de los grupos estaba perfectamente protegido por los profesores y algunos miembros de la orden de Hogwarts.

Los alumnos de primer año, por ser los más inexpertos, junto con los de segundo, habían sido reunidos en un solo grupo, guiado por Dumbledore, quien iba a ser capaz de protegerlos a todos muy bien.

El tercer curso iba a cargo de Severus Snape, quien esperaba que los alumnos se comportaran a la altura de alumnos de tercero y no fuera ineptos y estúpidos, aunque él iba a protegerlos.

Cuarto curso iba con el profesor Flitwick y Hagrid; quinto curso iba con Lupin, quien parecía muy conforme con la actitud que estos jóvenes estaban tomando.

Sexto iba guiado por Tonks y Ojoloco Moody, quien no parecía muy emocionado con la idea.

Y por último los alumnos de séptimo curso que iban con McGonagall.

Harry miró de reojo a sus dos mejores amigos, ambos parecían levemente enfadados con él, por la forma en que previamente les había tratado y haberse marchado con Draco Malfoy.

Éste último tampoco lucía muy contento con la idea de estar en el mismo grupo que Harry, en ese momento el Gryffindor sentía que todos con quienes contaba, dentro de su plan (incluso Ron, a pesar que sólo sabía verdades a medias) estaban en su contra.

Sonrió.

-Confío en que todos ustedes regresarán con bien. -dijo Lupin, dirigiéndose en específico a Harry. Luego, sabiendo que era demasiado obvio, se acercó al joven y estrechó su mano, afectuosamente. -Cuídate, Harry. Hazlo por Sirius.

La expresión en los ojos de su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras le hizo sonreír tristemente.

Un motivo más por el cual vengarse de Voldemort, a pesar que podía oír en su mente, interminable, la perorata de Lupin diciéndole que la venganza no era algo buena.

Claro que no era algo bueno. ¿Quién había dicho que lo era?

Pero Harry aún tenía que vengar la muerte de su padrino, tenía que hacerlo porque era lo que sentía correcto, y él no iba a oponerse a algo que era tan apropiado para sus pensamientos.

No iba a dejar de hacer algo sólo porque el mundo no estaba de acuerdo.

-Igualmente, profesor. Hágalo por Sirius.

-Nos veremos luego, Harry.

Con eso dio media vuelta y se dirigió a su propio grupo, dejando atrás al joven de diecisiete años.

El mismo que sintió que había madurado demasiado rápido, que su vida había sido tan agitada que no había disfrutado al máximo las cosas que generalmente los jóvenes disfrutan; el mismo que aún estaba algo confundido en cuanto a relaciones, que estaba siendo atraído por Draco Malfoy... aquel joven huérfano que parecía poseer una maldición porque perdía a todas las personas por quien se interesaba y que se interesaban por él.

Harry Potter, el niño que destruyó a los que amaba.

-continúa-

Uno más~
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