[Harry Potter] Vinculo 18/29

Dec 21, 2011 22:14

Título: Vínculo
Pairing: Drarry
Rating: R
Status: Terminado



Capítulo 18

Albus Dumbledore era un mago poderoso, que conocía sus propias fortalezas y, por supuesto, sus propias debilidades; allí radicaba todo su poder, en que conocía sus límites y sabía cuándo era conveniente forzarlos y esperar incluso más.

La situación que vivía su colegio era preocupante, porque peligraba la vida de cientos de estudiantes, cuyos padres habían confiado a aquel poderoso director que era toda una leyenda: el único que inspiraba temor a Aquel-que-no-debe-ser-nombrado.

La idea de Lupin de sacar a todos del colegio había sido buena, porque era obvio que el castillo era uno de los lugares que Voldemort quería atacar.

Iba a demostrar su poderío si era capaz de derribar las defensas de un lugar tan bien protegido como ése. Sería su mayor logro.

El director estaba aliviado, saber que sus alumnos ya no corrían peligro le quitaba un peso de encima, además sabía que él jamás iba a revelar la ubicación donde ahora se encontraban todos sus alumnos, protegidos. Prefería morir antes que entregar tantas vidas para salvar la suya. Eso era vil cobardía, él no iba a hacer eso.

Porque en verdad prefería morir con tal de salvar la vida de todos aquellos que dependían de él. No iba a defraudarlos.

Sin embargo, le hacía falta el ruido de todos los días, aquel distante murmullo de voces que eran los alumnos, creando el caos en un lugar donde se reunían tantos niños y adolescentes.

Dumbledore sonrió, ellos eran la interminable fuente de su fortaleza, porque mientras él viviera, no iba a existir poder humano capaz de derrotarlo mientras estuviera protegiendo a sus alumnos.

Sospechaba que moriría en plan de guardián de sus alumnos.

También sabía que Harry estaba a salvo, por eso mismo accedió al plan de Lupin, porque quería ver a su más cercano alumno salir victorioso de aquella guerra, y sobre todo, siendo el mismo que fue desde un principio.

Fawkes apareció frente a él, llevaba una carta.

Dumbledore sabía que provenía de Remus, la abrió y leyó.

Era una nota sencilla e impersonal.

Nos hemos acomodado, todo salió como lo planeamos.

Conciso, claro y entendible, al menos para él.

Acarició el pico del fénix y sonrió.

-Ellos están bien, Fawkes. Así que nosotros estaremos bien.

El fénix emitió su canto, que sirvió para brindarle un poco de paz y tranquilidad al director, que en ese momento se seguía sintiendo preocupado, pese a las buenas noticias de Remus.

La puerta de su oficina se abrió, dejándole ver a tres Death Eaters enmascarados y encapuchados que sin pedir permiso entraron a la oficina y se sentaron frente al director.

Fawkes se giró, quedando como un escudo frente a su dueño, Albus Dumbledore.

-¿A qué debo el placer de su visita? -preguntó y no había sarcasmo en su voz, si no simple y pura curiosidad, que era lo único que sentía.

Uno de ellos, quien había quedado en medio, sonrió. Se quitó la máscara, descubriendo su indentidad: Bellatrix Lestrange. La mujer le miró con ojos fríos, una sonrisa burlona adornaba su rostro pálido y demacrado.

-Amable como siempre. -fue lo único que dijo.

Dumbledore asintió.

-Bueno, Bellatrix, no le veo el sentido a no serlo, ustedes aún no han mostrado malas intenciones, aunque no dudo que las tengan. Si puedo evitarlo, mi oficina no se convertirá en un campo de batalla.

La mujer rió con voz fuerte.

-Sólo quiero que me des algo, eso es todo. -ella se inclinó al frente, su voz bajando de tono. -Mi señor quiere conocer el paradero de tus alumnos, porque tiene ganas de repetir la matanza de la vez anterior, sólo que ahora su apetito de muerte se centra en tus niños.

Dumbledore negó una vez, pero la sonrisa amable y tranquila jamás se borró de su rostro.

Actuaba del modo en que creía correcto para evitarles a sus alumnos algún sufrimiento, aunque sabía que por mucho que los protegiera, había cosas que se salían de sus manos y que él no iba a ser capaz de detener.

-No voy a decírtelo, Bellatrix. -dijo, aún sonreía y ella odió ese gesto amable que había en su rostro. -¿No quieren tomar algo?

Ella se alzó, enfadada y de un manotazo, limpió el escritorio del director.

Fawkes lanzó un sonido extraño, de enfado.

Dumbledore no hizo nada.

Sólo observó en pacífico silencio como la mujer perdía el control dentro de su oficina al ver que él no se mostraba enfadado o incluso asustado.

-¿Crees que esto se acaba aquí? -preguntó ella. -¡Claro que no! Tenemos espías en tu Colegio, entre la gente que tú consideras más cercana. Hemos estado actuando de la forma correcta gracias a ellos.

-Probablemente estés en lo correcto, pero eso no me preocupa. Sólo hay una persona que sabe del paradero de los alumnos, y ése soy yo. Por mucha información que obtengan, no hay forma que los localicen.

Bellatrix gruñó.

-Podría matarte si quisiera. -empezó y vio a los otros dos Death Eaters ponerse de pie. -Pero como no son las órdenes que yo recibí me conformaré con decirte que no importa el motivo, vamos a encontrarlos y vamos a matarlos, claro, a aquellos que se nieguen a estar de nuestro lado. Vamos.

La mujer salió de la oficina, seguida de los otros dos Death Eaters.

El sonido de la puerta estrellándose para cerrarse sobresaltó al fénix, que voló a su puesto tras el director.

-No te preocupes, Fawkes, vamos a estar bien.

Malfoy maldijo a Harry en su mente.

Iban caminando en medio de aquel amplio y oscuro bosque. Muy oscuro.

Debió hacerle saber al ojiverde que a él ese tipo de lugares no le gustaban mucho. Odiaba todos los lugares oscuros.

Harry le prohibió encender cualquier luz, por muy mínima que ésta fuera y el rubio se vio obligado a esconder su varita en su túnica, para evitar la tentación y prender la punta de ésta.

Aunque las luces de aquellas bonitas luciérnagas ciertamente era una ayuda.

Cerró los ojos y aspiró con fuerza.

-¿Estás seguro que es por aquí?

Harry rió en voz baja, pero aún así el rubio alcanzó a escucharlo y se volvió a medias, viendo el rostro del ojiverde.

-¡Deja de burlarte!

-Lo considero divertido, no puedes enfadarte por eso. -comentó Harry muy sabiamente. -Además, no tienes motivos para preocuparte, aquí no va a pasarte nada.

Draco simplemente se encogió de hombros.

Estaba demasiado ocupado pensando en su propio bienestar como para preocuparse por lo que decía Harry acerca de que iba a estar bien.

Estaba siendo irracional, lo admitía, pero algo no le parecía correcto.

El croar de una rana le hizo saltar del susto y agarrar con fuerza el brazo de Harry.

-Mátala, esas cosas son asquerosas. -ordenó.

Harry rió.

-No voy a matar a una rana, Malfoy. Sigue andando. -le dio un empujoncito al rubio que lo apartó de su cuerpo.

Harry podía sentir la presencia de la enorme cantidad de magia oscura que se reunía alrededor de los grandes campamentos donde se escondía Voldemort con sus Death Eaters, se preguntaba si el rubio también era capaz de percibirla.

Draco frunció el ceño.

Potter era un idiota.

-¿Falta mucho? -eso respondió la pregunta de Harry, el rubio aún no era capaz de distinguir el poder del mago oscuro, lo cual en parte era bueno.

Negó.

-Estamos a unos cuantos metros, nos debe estar esperando.

Draco sólo miró a Harry antes de reanudar su caminata.

-Y, ¿no tienes ni la más remota idea de a quién vamos a matar esta vez?

Harry negó.

-Bueno, no siempre se trata de matar, lo tuyo fue como una prueba de bienvenida, además del día de marcación. Por cierto, lamento haberme perdido tu mágico momento, pero Voldemort sabía que yo estaba ocupado en otras cosas.

El rubio lo miró con amplio desagrado.

Comprendía que el hecho que Potter hubiese sido el espía dentro de la Alianza le molestaba, porque muchos dudaron de la lealtad de los Slytherin, pero también sabía que su identidad como el miembro secreto de las filas de Death Eaters peligraría si las cosas se salían de control.

-¿Otras cosas? Como traicionar a tus propios amigos.

Harry sonrió.

-No, eso es algo más como lo que tú harías. Yo tengo otro tipo de misiones, que no involucran a gente importante para mí.

Draco no entendió, pero no lo dijo.

-Ya llegamos. -Informó Harry.

Frente a ellos había una enorme mansión de apariencia tétrica que puso nervioso al rubio.

La construcción se veía vieja y rústica, había luces azuladas iluminando el lugar y del lado izquierdo de la mansión se podía apreciar una fogata que ardía suavemente, consumiendo enormes troncos de madera.

Malfoy no tenía ni la más remota idea de dónde se localizaban, porque luego de haber salido de la seguridad de donde se encontraban con los demás de Hogwarts y luego de haber caminado aproximadamente veinte minutos, tomaron un traslador que los llevó a aquel lugar.

-Aquí es. -siguió Harry. -Lo más seguro es que ya nos esté esperando, hemos llegado justo a tiempo.

Harry avanzó a paso rápido y vio a Voldemort, solo.

Estaba sentado frente a la fogata, y el rubio vio que en realidad la única acompañante del mago oscuro era su inseparable serpiente.

-Señor. -saludó Harry, apoyando una rodilla en el suelo y doblando la otra, bajó la cabeza en señal de sumisión.

-No les fue complicado salir, espero. No quiero poner en riesgo la única arma que tengo para triunfar en esta guerra.

Harry negó.

-No, Snape limpió el camino para mí, Señor. Tengo entendido que repartió una poción a los encargados de la vigilancia nocturna, están en una especie de trance que les permitirá ver lo que ellos quieren ver.

-Astuto, pero asumo que ésa fue una idea tuya, ¿no es así, Harry? -preguntó con su voz como siseo. -Snape nunca me ha sorprendido mucho, de hecho, lo mejor que ha hecho es traerte a ti, a mi poder.

Draco cerró su mente, inmediatamente. No quería pensar tampoco en la posibilidad que había de que él demostrara temor o repulsión a cualquiera de los dos.

Sabía que Potter era increíblemente bueno en su misión, porque la familiaridad con la que los dos magos se hablaban era algo que le decía que el Gryffindor ya tenía algo de tiempo involucrado con los Death Eaters.

-¿Hay alguna nueva noticia? ¿Ellos ya saben?

Harry negó.

-No, siguen creyendo que estoy de su lado.

-Me alegra, y ¿sobre lo que te mandé a investigar?

Harry asintió.

-Sí, Alastor Moody es el encargado de la protección del Colegio por el momento, aunque sé por muy buenas fuentes que hoy hubo visitantes en el castillo.

Una risa de parte de Voldemort sorprendió al rubio.

-Siempre me sorprendes, Harry. Sí, Bella y otros dos de mis fieles sirvientes fueron a hacerle una cálida visita a su profesor Dumbledore.

Harry guardó todo su coraje contra la mujer.

No era buen momento para sentir un ataque de furia, menos cuando se encontraba frente a Voldemort.

-Y, ¿qué es lo que necesita que hagamos?

-Hay un auror en San Mungo que descubrió mi escóndite, lo tienen en tratamiento riguroso y están a punto de conseguir que el mago recupere la total cordura. Ya sabes que Peter es muy lento, así que su hechizo no sirvió mucho. Necesito que te deshagas del mago.

-Las medidas de seguridad en San Mungo han aumentado desde la última vez que estuve allí.

Draco miró a Harry.

Así que él había sido el Death Eater que mató a aquel auror, el motivo por el cual ahora el hospital mágico parecía una prisión de alta seguridad.

-Por eso mismo acudo a ti, serás capaz de entrar como Harry Potter, con la excusa de visitar a alguien más y luego podrás colarte a aquel lugar. Lo considero peligroso, pero muy útil.

Harry asintió.

-¿Malfoy también?

Voldemort miró al rubio.

-Puede servirte de ayuda, espero un trabajo limpio y rápido.

Harry asintió.

-Así será.

Y después de una reverencia, ambos se dieron la vuelta y empezaron a caminar lejos de Voldemort.

-No hay forma de entrar a San Mungo para asesinar a un Auror. -regañó el rubio.

Harry se detuvo, estaban a punto de llegar al hospital.

-No me importa cómo, Malfoy. Lo tenemos que hacer, a menos que quieras el castigo.

Draco le miró con odio.

-¿Por qué yo? -preguntó. -No tengo la más mínima intención de brindarte apoyo de ninguna forma. ¿Por qué yo?

-No seas necio. Esto será fácil. -le aseguró el moreno.

Ya estando en el hospital, Harry fingió que iba a visitar a su antiguo profesor de defensa contra las artes oscuras: Lockhart.

Después de estar un rato con él, consiguió distraer a uno de los cuidadores y salir de aquel lugar. El rubio imitó sus movimientos.

Pronto iban en un estrecho pasillo blanco.

Al final había una puerta.

-Nunca antes había estado aquí.

-Es mi segunda vez, aquí fue donde me deshice del otro.

Llegó a la puerta y se asomó, había tres aurores protegiendo a los cuidadores que limpiaban la mente del mago herido con poderosos conjuros.

-¿Te sientes listo para matar a alguien más?

-Te van a reconocer. -le advirtió el rubio con un tono de fastidio matizándole la voz.

Harry lo miró con enfado.

-Por eso mismo los voy a matar. No seas tan denso, Malfoy. -fue la respuesta hosca del Gryffindor.

Tomando por sorpresa al rubio, lo sujetó del cuello de la túnica y estrelló sus labios juntos.

Fue un beso corto y brusco, pero que le gustó al rubio.

-Sólo no mueras. -Dijo el Gryffindor antes de abrir la puerta e inmediatamente lanzar el hechizo asesino.

-continúa-

En serio, lo lamento mucho, pero si no los subo de montón, abandono de nuevo el fic XD
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