Estira y Afloja
Título: Estira y afloja
Fandom: Harry Potter
Claim: Draco/Astoria
Advertencias: None... algo raro, no sé... Q-Q
Dedicatoria: Para thaly_black , como regalo de San Valentín. Es de la comu de san_drabbletin ^^ ¡Espero que te guste!
--
Draco observa cómo Astoria limpia su boca educadamente con una servilleta, con movimientos cortos, elegantes y calculados. Astoria observa cómo él hace una mueca de hastío y frunce la boca casi imperceptiblemente al observarla.
Draco también observa la sonrisa tierna que esboza la chica cada que alguien le llama, pero puede notar la tensión en sus mejillas. Astoria lo sabe, y cuando lo mira a él no pretende sonreír, le mira con frialdad y casi hasta desagrado.
A Draco no le sorprende.
La cena está pasando tranquilamente, entre una conversación por aquí y otra por allá. De pronto, se escucha que un cubierto cae al piso y todos observan al joven rubio que es el causante de la interrupción.
Draco aprieta las mandíbulas y esconde el momentáneo rictus de dolor que adornó su pálida faz cuando siente todas las miradas sobre sí. Increíblemente, Astoria está sonriendo, satisfecha.
− Perdón.- Masculla, frunciendo el ceño sin separar sus ojos grises de la chica rubia frente a él, esa que ensancha más su sonrisa maliciosa.
¡Lo ha pisado! ¡Esa loca ha clavado con saña su puntiagudo tacón en su precioso zapato importado desde Italia! Y está sonriendo tan campante… cualquier otra estaría besando sus zapatos (o sus pies, depende de dónde y de cuándo se mire), no pisándolos.
− ¿Me podrías pasar la sal, Draco?− La voz calmada y agradable de Astoria le saca de sus pensamientos, y responde con una mirada fulminante a la sonrisa tímida que esboza en esos momentos la chica. Al final, le pasa la sal casi con brusquedad.
¡Tímida y una mierda! Es una jodida maniaca. Lo piensa un momento y sonríe de lado lentamente. Después de un segundo, todos los cubiertos han dejado de escucharse, y la conversación de los adultos ha concluido.
− Creo que Draco y Astoria deberían de estar un momento a solas.− Dice Narcissa, levantándose con elegancia. Todos la siguen y al final los únicos que quedan son ellos dos, mirándose fijamente y sin sonreír ya.
Astoria es la primera en moverse, levantándose y acercándose a él con elegancia y pasos cortos. Draco también se levanta y va a su encuentro, desafiante.
− ¿Y bien, Malfoy?- Escupe ella, sin rastro de su anterior amabilidad. Draco sonríe de nuevo de medio lado.
− ¿Qué, Greengrass?− Pregunta también, levantando una ceja.
Ambos se quedan en silencio un momento, midiéndose. Y sin previo aviso, Astoria junta sus labios con los de él en un beso agresivo, de los que sabe que le gustan. Draco corresponde, satisfecho; siempre es así, pero en eso se basa su inmadura relación por ahora: un eterno estira y afloja. Ella es orgullosa, él también... ¿qué se puede esperar?
Sí, quizá ese matrimonio no sea tan malo. Puede que hasta sea divertido. Eso es lo que se dice, mientras se separa de su boca con una sonrisa triunfal.
…
Claro, tampoco se sorprende al sentir de nuevo el tacón de Astoria en su pie, para después verla salir por la puerta.
Fandom: Harry Potter
Claim: Draco/Astoria
Advertencias: None... algo raro, no sé... Q-Q
Dedicatoria: Para thaly_black , como regalo de San Valentín. Es de la comu de san_drabbletin ^^ ¡Espero que te guste!
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Draco observa cómo Astoria limpia su boca educadamente con una servilleta, con movimientos cortos, elegantes y calculados. Astoria observa cómo él hace una mueca de hastío y frunce la boca casi imperceptiblemente al observarla.
Draco también observa la sonrisa tierna que esboza la chica cada que alguien le llama, pero puede notar la tensión en sus mejillas. Astoria lo sabe, y cuando lo mira a él no pretende sonreír, le mira con frialdad y casi hasta desagrado.
A Draco no le sorprende.
La cena está pasando tranquilamente, entre una conversación por aquí y otra por allá. De pronto, se escucha que un cubierto cae al piso y todos observan al joven rubio que es el causante de la interrupción.
Draco aprieta las mandíbulas y esconde el momentáneo rictus de dolor que adornó su pálida faz cuando siente todas las miradas sobre sí. Increíblemente, Astoria está sonriendo, satisfecha.
− Perdón.- Masculla, frunciendo el ceño sin separar sus ojos grises de la chica rubia frente a él, esa que ensancha más su sonrisa maliciosa.
¡Lo ha pisado! ¡Esa loca ha clavado con saña su puntiagudo tacón en su precioso zapato importado desde Italia! Y está sonriendo tan campante… cualquier otra estaría besando sus zapatos (o sus pies, depende de dónde y de cuándo se mire), no pisándolos.
− ¿Me podrías pasar la sal, Draco?− La voz calmada y agradable de Astoria le saca de sus pensamientos, y responde con una mirada fulminante a la sonrisa tímida que esboza en esos momentos la chica. Al final, le pasa la sal casi con brusquedad.
¡Tímida y una mierda! Es una jodida maniaca. Lo piensa un momento y sonríe de lado lentamente. Después de un segundo, todos los cubiertos han dejado de escucharse, y la conversación de los adultos ha concluido.
− Creo que Draco y Astoria deberían de estar un momento a solas.− Dice Narcissa, levantándose con elegancia. Todos la siguen y al final los únicos que quedan son ellos dos, mirándose fijamente y sin sonreír ya.
Astoria es la primera en moverse, levantándose y acercándose a él con elegancia y pasos cortos. Draco también se levanta y va a su encuentro, desafiante.
− ¿Y bien, Malfoy?- Escupe ella, sin rastro de su anterior amabilidad. Draco sonríe de nuevo de medio lado.
− ¿Qué, Greengrass?− Pregunta también, levantando una ceja.
Ambos se quedan en silencio un momento, midiéndose. Y sin previo aviso, Astoria junta sus labios con los de él en un beso agresivo, de los que sabe que le gustan. Draco corresponde, satisfecho; siempre es así, pero en eso se basa su inmadura relación por ahora: un eterno estira y afloja. Ella es orgullosa, él también... ¿qué se puede esperar?
Sí, quizá ese matrimonio no sea tan malo. Puede que hasta sea divertido. Eso es lo que se dice, mientras se separa de su boca con una sonrisa triunfal.
…
Claro, tampoco se sorprende al sentir de nuevo el tacón de Astoria en su pie, para después verla salir por la puerta.