- ¿Última? - preguntó Jared forzándose a pronunciar la palabra y consiguiéndolo apenas. Para ese momento ya estaba parpadeando duramente y pudo sentir con claridad cómo la humedad comenzaba a deslizarse hacia abajo por sus mejillas.
Jensen se mordió el labio inferior y se estiró hacia él, recorriendo con su pulgar la piel bajo el ojo de Jared antes de separarse. - Lo siento - dijo una vez más, y su voz fue mucho más suave cuando lo hizo. Jared sin embargo no podía pensar... no podía procesarlo. Todo lo que pudo escuchar fue: "adiós"-. No sé cómo hacer esto - añadió el hombre-. Nunca... nunca se me ha dado bien.
Y entonces algo ardió abriéndose paso en el interior de Jared, abrasador y furioso, vibrando en sus venas como un murmullo sin pausa que ya le había puesto de pie antes de que se hubiera dado siquiera cuenta de lo que estaba haciendo. - ¿El qué? - preguntó con voz áspera y profunda-. ¿No sabes cómo preocuparte por alguien?
Jensen sacudió la cabeza despacio y manteniendo la mirada fija en los otros ojos. - No como lo haces tú.
- Bueno, eso es increíblemente conveniente, ¿verdad? - preguntó moviendo uno de sus brazos con ímpetu. Dios, se sentía absolutamente destrozado, roto, como si su interior se hubiera roto en miles de pedazos que se le estaban clavando a la vez-. ¿Esto es todo lo que sabes hacer, Jensen? ¿Jugar con la gente hasta que consigues que realmente se preocupen por ti y entonces te deshaces de ellos?
Jensen volvió a negar con la cabeza. - Nunca he hecho nada parecido con nadie. Las sustituciones temporales y el relacionarme con alguien eran dos cosas completamente independientes... siempre los mantuve separados, ésa era la regla. Incluso la gente con la que quedaba, sin importar cuántas veces follara con ellos, sabían que cuando les decía que era la hora de que se marcharan tenían que hacerlo y lo hacían; sabían de sobra que no podían aspirar a nada más. Algunas veces las cosas se mantenían así durante un tiempo hasta que se daban cuenta de que soy un cretino sin corazón y eran ellos quienes se iban para siempre. ¿Sabes... - preguntó despacio, como si hasta él mismo estuviera sorprendido - con cuántos de mis alumnos me acosté, Jared? Solamente contigo. Ni siquiera había desvirgado a nadie antes y tampoco... me entregué de esta manera a ninguna otra persona.
Jared aún seguía furioso, pero las palabras se estaban abriendo paso en él poco a poco e intentaba comprender su significado... lo intentaba.
- Así que - continuó Jensen todavía tranquilo- si querías ser especial, lo eres... pero no puedo darte lo que quieres.
- Claro - dijo despectivamente Jared; porque todo era muy confuso... demasiado-. ¿Soy tan jodidamente especial que ni siquiera lo puedes INTENTAR? - las palabras salieron de su boca como si fueran puñetazos, y Jared sintió algo abriéndose camino en su interior a medida que le abandonaban. Algo como un fuerte estallido... como si algo acabara de romperse.
- Jared - dijo Jensen calmadamente mientras daba por fin un paso hacia delante-. Créeme, todo lo que haría sería herirte.
- Demasiado tarde - escupió Jared comenzando a reír amargamente.
- Nunca fue mi intención que eso sucediera.
- Sí, lo sé. Seguramente estás absolutamente arrepentido... - la voz de Jared se elevó hasta transformarse en gritos y Jensen se estremeció-. Dios - estaba hirviendo de furia y sus manos se cerraron en sendos puños-. Soy tan increíblemente imbécil... Tienes razón, esto no es culpa tuya. Es mía por siquiera haber creído en ti - ya se estaba moviendo, dando vueltas alrededor de la cama mientras recogía su ropa. Se quitó el condón, aún resbaladizo y cálido, y lo sujetó entre sus dientes mientras le hacía un nudo para a continuación lanzarlo a la papelera a través de la puerta del baño.
- Jared... - intentó Jensen. Lo intentó de verdad. Y no lo estaba consiguiendo y probablemente nunca lo haría, pero estaba intentando ser amable y ponerle a Jared las cosas fáciles para que se marchara. Y eso era lo peor. Lo peor de todo.
- No - Jared escupió las palabras una vez más mientras se ponía sus pantalones a tirones-. Cállate. No... no te atrevas a intentar hacerme sentir mejor - se puso su camisa sin molestarse en abrochar los botones y no pudo evitar pensar amargamente que aquello que se estaba volviendo familiar-. ¿De verdad crees... - preguntó embutiendo uno de sus pies en su zapato apretando con fuerza el talón- que puedes hacer eso, darme lo que me has dado y aún así pensar que voy a ser capaz de marcharme... y ser feliz? - se giró hacia el hombre con los puños más apretados que nunca-. ¿Qué demonios está mal contigo?
Jensen mordió su labio inferior y cerró los ojos. - ¿Por dónde quieres que empiece? - preguntó como si pretendiera ser gracioso pero sin molestarse en intentarlo siquiera. Porque no lo era y ambos lo sabían.
- No sabrías ni cómo hacerlo - las palabras sonaron enfadadas, bruscas y estúpidas, pero reflejaban cómo se sentía. Terminó de vestirse y cuando lo hizo se sintió más fuera de lugar que nunca.
- Jared...
- Que te jodan, Jensen - dijo levantando una de sus manos para evitar que el otro siguiera hablando-. Sólo vete a la mierda, no eres más que basura - tomó una fuerte bocanada de aire y apretó con firmeza su mandíbula obligándose una vez más a retener las lágrimas.
Jensen le miraba, completamente quieto como si se hubiera quedado congelado de repente y Dios... tenía que largarse de allí cuanto antes.
Caminó hasta la puerta, la cerró con fuerza tras él y consiguió no mirar hacia atrás ni una sola vez; estuvo realmente orgulloso de aquello durante los segundos que la realidad tardó en golpearle sin remedio.
Logró recorrer dos manzanas antes de caer al suelo de rodillas y llamar a Chad desde su móvil. Ni siquiera sabía qué le estaba diciendo, pero fue suficiente para que el chico tomara prestado el coche de su madre y fuera a recogerle. Su amigo le llevó hasta su casa sin decir una sola palabra y cuando llegaron solamente colocó su brazo bajo el hombro de Jared y le medio cargó hasta su habitación obligándole a meterse en la cama.
º~º~º~º~º
Jared gimió cuando sus ojos se abrieron a la luz del día y los sucesos de la noche anterior regresaron a él con fuerza, golpeándole una y otra vez sin piedad. Tiró con brusquedad de la colcha de su cama hasta que la hubo pasado por encima de su cabeza y se hundió todavía más en la almohada esperando y deseando que tal vez, de esa manera, el mundo sencillamente desapareciera.
- No, no, no - la voz de Chad sonó firme, inconfundible y claramente imposible de ignorar. La colcha dejó de cubrir su rostro repentinamente y no pudo evitar gimotear otra vez poniendo las manos sobre sus ojos-. Vas a levantarte, vamos a ponernos nuestros esmóquines y vamos a ir al jodido baile esta noche, Jay. Me importa una mierda que haya diez Sres. Ackles allí: es tu baile de promoción y tampoco es que vayas a conseguir... mucho más haciendo esto - Chad ya se estaba haciendo con las últimas sábanas; cuando las tuvo todas sencillamente las enrolló en sus brazos y las lanzó a un rincón-. Además eres mi maldita pareja y no va a plantarme ningún tío. Ni siquiera tú, Jay - Chad caminó hacia las ventanas y fue abriendo todas las persianas una por una; ése fue el momento en el que Jared tuvo claro que no tenía más opción que levantarse y, que Dios le ayudara, seguramente también ir al jodido baile. Después de todo no podía perdérselo, era una de esas cosas que sólo ocurrían una vez en la vida.
Su cabeza le pesaba como si fuera de plomo, sentía los ojos completamente hinchados y dentro de él únicamente notaba vacío y dolor... pero se levantó de la cama.
No. No podía hacerlo. Definitivamente no podía.
Chad y Tom tuvieron que pasarse el día entero detrás suyo para que finalmente se decidiera a ir. Podía hacerlo. Podía hasta pasárselo bien. Jensen no tenía control sobre él; Jared era el único que tenía control sobre sí mismo y podía decidir, ¿verdad? Además, ¿por qué tenía que dejar que fueran cuales fueran los problemas que tuviera Jensen le arruinaran algo así de importante?
Llegó a esa conclusión cuando alcanzó la fase de furia tras la de la depresión absoluta, y para ese entonces su mente lo veía tan claro y él estaba tan absolutamente convencido de lo que pensaba que no lo dudó ni una sola vez más.
º~º~º~º~º
El timbre de Jared sonó exactamente a las 6 de la tarde.
Chad cruzó la puerta enfundado en su esmoquin y Jared tuvo que pararse durante un momento para observarle. Llevaba su brillante pelo rubio de punta, un clavel blanco en el pecho y estaba tan guapo que todo lo que pudo hacer fue reírse. Era todo tan... erróneo y a la vez tan perfecto, que así fue también el primer comentario que salió de su boca.
- Sí, sí, sí, guárdate los malditos aplausos, es sólo un traje - Chad metió las manos en los bolsillos y arqueó las cejas-. Y tampoco te traje un ramillete, cretino, pero ya puedes considerarte afortunado porque haya venido a tu jodida casa a recoger tu culo - Jared se rió aún más al escuchar aquello porque sencillamente era tan Chad... y éste aprovechó para tomarle del brazo y tirar de él para sacarle por la puerta-. ¡No se preocupe, Sra. Padalecki! - gritó Chad por encima de su hombro-. ¡Aún me gustan las chicas!
- ¿Teniendo en cuenta que ni siquiera está en casa? Yo diría que no está muy preocupada - Jared rió y Chad siguió tirando de él hasta la limusina.
- Sandy ha estado fastidiándome toda la noche hasta que finalmente accedí a venir y recogerte - gruñó Chad mientras el chófer les abría la puerta. Jared se deslizó dentro y pudo ver que ya estaban todos allí, y que estaban impresionantes. Sandy estaba sencillamente perfecta en su vestido magenta de raso y gasa, y Meg lo estaba en el suyo: de tarde, negro y completamente liso. Y sus citas tampoco se quedaban atrás. En cuanto a Tom, era merecedor de que le fotografiaran una y otra vez con aquel esmoquin puesto, y su pareja no se quedaba muy atrás tampoco. Antes de nada fueron a cenar y el camino desde allí hasta la escuela les resultó casi demasiado corto mientras conversaban a gritos por encima del CD de música que continuaba a todo volumen por obra de Chad. La situación era caótica y por momentos parecía surrealista y demasiado loca, pero Jared lo estaba disfrutando y no quería abandonar el coche.
Después de todo tampoco es como si hubiera algo que mereciera la pena esperando por él allí dentro.
El conductor les dejó por fin en su destino y caminaron hacia el edificio en grupo. Chad iba en cabeza y, cuando finalmente llegó a la puerta, tomó ambos tiradores en sus manos y los empujó hasta abrirla de par en par.
- Muy bien - dijo sonriente-. Hagamos esto de una jodida vez.
El sonido de Abba golpeó a Jared como si saliera directamente de un extraño y agridulce ambiente disco en el momento en el que ambas puertas cedieron.
You are the dancing queen, young and sweet, only seventeen
El pensamiento le llegó justo entonces: era la canción perfecta para irrumpir pavoneándose en el salón; orgullosa y rítmica como el movimiento que comenzaba a apoderarse de sus caderas. Entraron juntos y cuando lo hicieron se separaron ligeramente pero siguieron brazo con brazo... y continuaron así hasta que hubo un momento en el que todos se detuvieron y se miraron, como si por fin se hubieran dado cuenta de lo que suponía aquello: el final de su vida como la conocían. Sandy apretó su mano y Meg sonrió; la mano de Tom sobre su hombro y Chad justo a su lado. Fue sólo un momento... y entonces el grupo se dividió en parejas y comenzaron a dispersarse por el salón.
Ya había bastante gente en la pista de baile, bañados completamente por remolinos de luces de colores cuyo fondo era una ininterrumpida retroalimentación dorada. Ese año el tema del baile eran las estrellas de cine, así que además de los adornos de aluminio que estaban suspendidos del techo - y que giraban y se enredaban entre ellos creando sombras plateadas, doradas y negras- había viejas cámaras cinematográficas que rodeaban la pista principal y a las que no les faltaba ni el detalle de los carretes de película. Además, a la altura de otra de las salidas que conducían hacia el exterior había un antiguo Rolls-Royce que lanzaba destellos negros y que esparcía reflejos arcoíris cuando las luces giraban sobre él.
Había una preciosa chica con una boa de plumas alrededor de su cuello parada frente al coche y una de sus manos se encontraba en el brazo de su pareja mientras el fotógrafo inmortalizaba la instantánea. Jared parpadeó por culpa del flash y no pudo evitar apartar instintivamente la mirada... y justo ahí, de pie cerca de la mesa cubierta con confeti en forma de estrellas que se encontraban dispersos alrededor de la fuente de ponche, estaba Jensen.
Vestía un esmoquin absolutamente impecable que parecía haber sido hecho a medida sólo para él. El corte de la prenda era perfecto - en magníficas líneas de lana oscura-, tenía un aspecto realmente sedoso y estaba coronado con unas solapas satinadas; llevaba un chaleco blanco abotonado sobre la camisa, una pajarita del mismo color alrededor de su cuello y sus gafas descansaban como siempre en su nariz. Llevaba el pelo de punta y las líneas de su mandíbula eran suaves mientras sonreía amplia y brillantemente al profesor que hablaba con él. Estaba elegante y absolutamente fantástico, y parecía como si acabara de salir directamente de las páginas de la GQ. Su visión golpeó a Jared como si fuera un mazazo y consiguió arrancarle exactamente igual el aire de los pulmones.
- ¿Has visto...? - consiguió preguntar sin aliento.
- Sí, como sea - dijo Chad mientras le lanzaba una mirada de reojo a Jensen y se rascaba el cuello-. No es tan guapo como yo.
Tal vez fuese la única cosa que hubiera podido hacer reír a Jared en ese momento y cuando comenzó a hacerlo se sintió bien, casi como si fuera un progreso. Algo así como un poco de diversión por encima del dolor, la suficiente como para apartar la mirada y recordar que se suponía que estaba enfadado.
- Comida - dijo Chad codeándole, y ambos se dirigieron a la mesa más cercana.
- Bueno, después de todo sí debes ser el más guapo si viniste al baile conmigo- sonrió cogiendo algunos de los pinchitos salados del bol. Seguramente habría mejores aperitivos en la mesa junto a la que estaba Jensen pero no podría soportar acercarse tanto así que tendría que conformarse con aquello.
- Claro, porque tenías tantas otras opciones para que fueran tu pareja - bufó Chad.
- Sabes que me deseas...
- Oh, ni siquiera empieces con esa mierda - dijo el chico mientras levantaba sus manos en el aire.
Jared le miró de soslayo mientras I Can't Fight This Feeling Anymore comenzaba a sonar a un volumen enloquecedor. - ¿Lo ves? Hasta el DJ lo sabe, Chad... Reconócelo, tío.
- Tienes que estar bromeando. Esto es tan triste... - murmuró Chad-. Recuérdame una vez más por qué pensé que esto sería una buena idea.
- No lo sé - Jared se encogió de hombros-. Fuiste tú quien me obligó a venir.
- Sí bueno, nadie me advirtió de que los jodidos REO Speedwagon estarían en el maldito programa.
- No sé qué me resulta más inquietante: el hecho de que sepas quién canta esta canción o el hecho de que la estén pinchando - dijo Jared embutiendo un nuevo puñado de galletitas saladas en su boca.
- Que te follen, Jay - dijo Chad sucintamente mientras le lanzaba un lacito. Jared abrió la boca justo a tiempo y maniobró para atraparlo justo en el borde de sus labios antes de tragárselo-. Maldito exhibicionista - murmuró.
- No te enfades porque verme hacer eso te ponga cachondo - dijo Jared guiñándole un ojo.
- Cuando ambos estemos comiendo helado italiano en el Infierno, cariño - disparó Chad de vuelta pestañeando exageradamente.
Jared se sentía bien. Se sentía más él mismo de lo que se había sentido en... bueno, al menos varias semanas. La música seguía tronando y zumbando a lo largo del salón - e incluso aunque fuera rock clásico sonaba condenadamente bien - y todo el lugar y todo el mundo estaba increíble, todos se estaban divirtiendo, y era... era la última vez que iba a poder disfrutar de aquello.
- Vuelvo ahora - dijo Chad dándole un codazo-. Voy a vaciar la comadreja.
Jared se entretuvo con unos aperitivos más y se dio cuenta demasiado tarde de que tal vez no hubiera sido tan buena idea, porque ahora lo único que quería era algo de beber y de ningún modo iba a acercarse a aquella mesa; así que se sacudió las manos para limpiárselas lo mejor posible y decidió dar una vuelta por el lugar. Mientras lo hizo le detuvieron al menos una docena de personas; habló de deportes con Barry Whitmore y otros dos compañeros durante un buen rato, fue casi placado por una pareja de chicas bien intencionadas y otros dos o tres chicos más que le hicieron sumergirse en la explicación de la sutileza y el tacto que requería el baloncesto y con la que al poco tiempo ya tuvo cautivada a una pequeña multitud, y fue atrapado por Stacy Tyler, que le contó cada pequeño y asqueroso detalle sobre su reciente rinoplastia; salió huyendo en el momento en el que un pobre desgraciado tuvo la mala fortuna de hacerle a la chica una pregunta sobre la operación. También felicitó a John y Brianna por su noviazgo y siguió sacudiendo y besando manos mientras seguía moviéndose entre la multitud.
Hubo un pequeño lapso en el que se topó con un grupo de personas a las que no conocía y que tampoco le prestaron atención mientras rodeaba la pista de baile. Tampoco es que él estuviera poniendo demasiada atención mientras notaba cómo la música reducía considerablemente su volumen y era apenas consciente de la gente que comenzaba a ralentizar su ritmo en la pista. Y entonces la voz del cantante se alzó con claridad.
I've had enough of danger
And people on the streets
Oh, Dios, el estúpido y jodido George Michael. Fue como un puñetazo directo a su estómago, y la realidad regresó una vez más atravesándole como si fuera cristales afilados cortándole justo bajo la piel. La canción hizo que se detuviera en seco en el espacio vacío que había entre dos parejas que se movían al ritmo de la música. De verdad, él habría podido... habría podido pasar el resto de la noche - en realidad el resto de su vida, muchas gracias - sin volver a escuchar a George Michael. Jamás.
No pudo evitarlo; se giró y escaneó todos los rincones del salón en busca de Jensen. Ya no se encontraba donde la mesa de los aperitivos así que los ojos de Jared regresaron sobre su rastro para mirar hacia la pista y...
Jensen estaba bailando. ¿Jensen... estaba... bailando? Era un baile lento y comedido, pero también era grácil, suave y experto, y parecía que no le costaba ningún esfuerzo. Uno de sus brazos rodeaba la cintura de la Sra. Racini y el otro sostenía su mano y la movía con elegancia arriba y abajo. Hacían una bonita pareja. Jensen estaba perfecto en su esmoquin, más guapo que nunca y completamente sereno, y la Sra. Racini estaba encantadora: morena, delgada y con la falda de su vestido amarillo girando sin parar y atrapando las luces multicolor que se movían sobre ellos. Ambos sonreían y conversaban entre ellos, y era un baile completamente platónico y profesional entre dos compañeros de trabajo, pero Jared no pudo despegar sus ojos de la escena. Una de las pequeñas manos de ella reposaba en la espalda baja de Jensen y los dedos de la otra estaban encerrados entre los del hombre mientras el brazo del profesor descansaba de forma absolutamente natural a su alrededor con la mano apoyada cómodamente en su cintura. Hicieron un repentino giro muy cerca de donde él se encontraba, bailando lentamente bajo las luces arcoíris, y por un loco momento Jared deseó ser ella con tanta intensidad que le dolió.
Now I think it's time
That you let me know
So if you love me
Say you love me
But if you don't just let me go...
Sintió cómo su pecho ardía mientras les veía girar una vez más y un centelleo de luz verde se reflejaba en los ojos de Jensen.
'Cause teacher
There are things that I don't want to learn
And the last one I had
Made me cry
Por un instante, durante un breve momento, aquella perfecta sonrisa se tambaleó en los labios del profesor y el cuerpo de Jared se congeló conteniendo apenas la respiración cuando vio cómo los ojos del hombre recorrían la multitud y se encontraban con los suyos por encima del hombro de la Sra. Racini.
So I don't want to learn to
Hold you, touch you
Think that you're mine
Oh, Dios. La expresión de Jensen fue completamente cruda y anhelante, tan abierta, que Jared dejó de respirar por completo.
Because it ain't no joy
For an uptown boy
Whose teacher has told him goodbye
goodbye, goodbye
Las palabras atravesaron como un cuchillo su corazón y el profesor cerró los ojos con firmeza.
When you were just a stranger
And I was at your feet
I didn't feel the danger
Now I feel the heat
Los ojos de Jared se volvieron borrosos por culpa de las lágrimas y sintió cómo le embargaba el repentino deseo de matar al hijo de puta que había decidido poner esa canción. Entonces, Jensen abrió los ojos y había algo nuevo en ellos entre todo lo que había visto antes. Algo así como una disculpa.
So when you say that you need me
That you'll never leave me
I know you're wrong, you're not that strong
Let me go
Pero de pronto el hombre parpadeó y apartó la mirada. La encantadora sonrisa que había portado hasta ese momento no regresó a su lugar, pero sus pies volvieron a moverse confiados y seguros mientras giraban una y otra vez alejándose de él. Jensen ni siquiera volvió a mirar en su dirección, y Jared se quedó allí de pie, completamente clavado en aquel lugar mientras la canción terminaba. Ése fue el momento en el que el profesor se inclinó para besar los nudillos de la Sra. Racini, absurdamente educado y anticuado, y Jared sólo pudo fijarse en aquellos labios que le habían acariciado y besado de tantas maneras diferentes y en tantos lugares distintos.
- Jay - Chad le sobresaltó de pronto golpeándole con fuerza-. Qué te pasa, hombre. ¿Estás respirando? Porque parece como si Medusa hubiera aparecido de pronto y te hubiera pateado el culo.
Jared consiguió tomar aire con fuerza y aclararse la garganta. - Yo... uh - se la volvió a aclarar de nuevo y restregó su rostro tratando de contener las lágrimas que aún luchaban por salir. Jensen estaba abandonando la pista de baile sin dirigirle siquiera otra mirada o volver la vista atrás, pero aún así pudo ver cómo se frotaba con fuerza la mandíbula y cómo sus dedos parecían clavarse duramente en su piel.
- ¿Jay?
Jared trató de reunir las pocas fuerzas que le quedaban antes de girarse e inclinarse aún un poco aturdido hacia Chad. - ¿Dónde has estado?
Chad rodó los ojos. - La cita de Sandy resultó ser un completo imbécil, se ha pasado media noche tonteando con Sarah Ferguson, Amy Anders y el resto de tías buenas que están aquí esta noche sin pareja sólo porque Sandy no le permitió que le metiera mano, así que estaba dispuesto a ir y darle la paliza de su vida pero en vez de eso Sandy me obligó a bailar con ella - Chad se encogió de hombros y de pronto le miró con bastante más seriedad-. ¿Y qué hay de tu hombre? ¿Necesitas que le dé una paliza a él? - dijo inclinando la cabeza hacia la dirección en la que se encontraba el profesor.
- No - Jared negó con la cabeza.
- ¿Y necesitas que baile contigo? - cuestionó Chad.
Jared soltó una risa y sacudió su cabeza una vez más tratando de alejar también con ese movimiento lo que estaba sintiendo. Era el baile de promoción, maldición. Podía hacerlo.
- ¡Jared! - Sandy apareció repentinamente en medio de la multitud con su pequeño rostro iluminado con una enorme sonrisa-. Hey, Jared - repitió casi sin aliento mientras se detenía frente a él. Fue entonces cuando Jared se percató del pobre desgraciado al que estaba arrastrando por el brazo y que estaba justo detrás de ella-. Mira quién está aquí - añadió.
- Hey, Jared - era Steve. Steve "no-se-quedó-el-tiempo-suficiente-ni-para-ganarse-un-apodo." El guapo Steve, con sus dulces ojos, su amable rostro y su pelo siempre demasiado largo cayendo y cubriendo su mirada.
- Steve también ha venido solo -dijo Sandy-. ¿Puedes creértelo? Un chico tan guapo como él y uno tan guapo como tú y estáis los dos aquí solos - la chica estaba sonriendo de oreja a oreja y Jared estaba tratando con fuerza de devolverle el gesto-. Y pensé que ya que voy a robarte a Chad durante lo que queda de noche tal vez te gustaría algo de compañía.
- Uh huh -dijo Jared pensativamente mientras miraba hacia Chad, que estaba apartando oportunamente la mirada hacia cualquier cosa que no fuera su amigo-. Um, Sandy... ¿antes de que huyas con Chad podrías darnos un minuto? - pidio con el tono de voz más almibaradamente dulce que pudo conseguir.
En cuanto le escuchó, Chad pareció dispuesto a huír, así que Jared se giró con rapidez y le tomó del brazo tirando de él hacia un lado y susurrando vehementemente en su oreja-. ¿Qué le contaste?
- Yo, um... tal vez le haya mencionado tu corazón roto - dijo Chad tímidamente-. Pero no le dije por quién. Mira hombre, no es como si fuera precisamente un secreto que estás más que jodido por algo. Quiero decir... sólo mírate - Jared le miró con fiereza y Chad añadió rápidamente-. Lo de Steve fue idea suya.
- Pues gracias - siseó Jared, y Chad se encogió de hombros luciendo bastante arrepentido.
- Hey, mirad, yo sencillamente puedo irme - dijo Steve con las manos metidas en los bolsillos. Cuando Jared se giró a mirarle le golpeó una repentina ola de simpatía hacia él, porque Steve en verdad era muy buen chico.
- No hombre, es genial - dijo-. Tal vez sí podamos hacernos compañía mutuamente ya que Chad va a abandonarme por pastos más verdes.
Sandy se puso de puntillas y abrazó a Jared. - Diviértete, cariño - dijo. Estaba tan encantadora con su brillante vestido cubriendo su pequeño cuerpo y sus cálidos ojos, que Jared sencillamente no pudo enfadarse con ella. Además sólo intentaba ayudar.
Ella le sonrió antes de separarse de él y Chad elevó una mano a modo de despedida mientras le dirigía una mirada de disculpa a la vez que era arrastrado a través de la multitud.
- Así que... ¿cómo has estado? - preguntó Jared en cuanto se quedaron a solas.
Se quedaron en el borde de la pista de baile hablando durante un buen rato y a Jared no le costó recordar por qué Steve le había gustado en primer lugar. Era tranquilo y modesto, un poco tímido, y adoraba la forma en la que las comisuras de sus labios se elevaban al sonreír. También, la manera en la que sus ojos se iluminaban cuando hablaba sobre cualquier tema relacionado con la actuación, y no pasó mucho tiempo antes de que Jared se encontrara relajado por completo y pasando un rato verdaderamente agradable.
- Hey, ¿te apetece bailar? - preguntó Steve tímido y también un poco esperanzado. Jared comenzó a negar con la cabeza pero el otro volvió a hablar-. Sólo pensé... bueno, lo estamos pasando bien, y es el baile de promoción y... probablemente deberíamos bailar aunque fuera una canción.
Un baile. ¿Qué daño podía hacer? Además, tenía que reconocer que Steve tenía su punto.
- Claro - dijo entonces caminando hacia la pista. Era una canción rápida así que no había necesidad de agarrarse y Jared pensó que podría con ello. Además, la verdad era que Steve era un gran bailarín y a parte ambos adoraban hacer el payaso y sobreactuar, así que Jared se encontró de pronto dándole una vuelta de forma completamente dramática a la que Steve respondió girando perfectamente entre sus brazos mientras ambos se reían; en poco tiempo Jared se lo estuvo pasando realmente bien. Movió al otro chico y le empujó de manera imposible hasta que consiguió que estuviera absurdamente inclinado cuando la canción llegaba a su fin, y una pareja que tenían a su lado comenzó a reír y aplaudirles. Cuando la siguiente pieza comenzó, Jared aún seguía riéndose y ya estaba sudando ligeramente.
- Mira eso - dijo Steve de pronto inclinándose y señalándole en una dirección.
Jared siguió el movimiento hacia donde se suponía que debía mirar... y su mandíbula cayó hasta su pecho. Chad y Sandy estaban bailando como si fueran incapaces de escuchar el rápido compás de la música que estaba sonando; como si fueran las únicas personas en aquella pista mientras sus brazos se rodeaban y sus cuerpos se balanceaban despacio, de lado a lado. Solamente eso habría sido suficiente, pero estaba el pequeño detalle de que también se estaban besando, con sus bocas completamente unidas y los ojos cerrados, y parecían... parecían estar disfrutándolo.
- No jodas - jadeó Jared, riendo.
- Ya era hora - dijo Steve-. Se veía venir por cómo se peleaban siempre, parecían dos críos en el parvulario.
- Yo siempre pensé que terminarían asesinándose mutuamente.
- ¿Así es como ves tú el amor verdadero? - Steve sacudió la cabeza y ambos rieron.
Bailaron un par de canciones más y de repente la música cambió, ralentizándose solamente un poco. Ambos se juntaron sin apenas darse cuenta y para ese momento Jared ya se encontraba completamente sudado, riendo y pasándoselo en grande. Pero entonces, la letra le golpeó.
I was young but I wasn't naïve
I watched helpless as he turned around to leave
Oh, Dios. Y justo de esa manera, todo comenzó a hacerse pedazos. Durante al menos una hora casi había conseguido olvidarse de todo; pero ahí estaba de nuevo una vez más, como si nunca fuera a dejarle. Steve le estaba llevando, moviéndole en un ritmo lento que no se ajustaba demasiado al tempo de la canción, pero no tenía fuerzas para resistirse. Las luces reducieron su intensidad brillando solamente con colores dorados y la bola discó giró creando patrones de luz y provocando que todos los colores del arcoiris se dispersaran llenando la sala; algunos pintaron caminos sobre el hombro de Steve y otros sobre el rostro de Jared.
After all this time
I never thought we'd be here
Never thought we'd be here
When my love for you was blind
Las luces azules, verdes y rojas se mezclaron, desdibujándose, y la pista se volvió borrosa y desenfocada.
But I couldn't make you see it
Couldn't make you see it
De pronto no podía respirar. ¿Por qué no podía respirar? No debería haber ido... no debería haberse quedado.
That I loved you more than you'll ever know
A part of me died when I let you go
Sus manos se cerraron con fuerza sobre la espalda de Steve y pudo sentir el duro material de su esmoquin entre sus dedos. No era correcto; nada de aquello estaba bien. El esmoquin de Jensen habría sido suave y la seda habría bailado bajo las puntas de sus dedos. Habría sentido aquel cuerpo cálido y deseado contra el suyo, y sin poder evitarlo paseó las manos sobre la espalda de Steve tratando de imaginárselo.
I would fall asleep
Only in hopes of dreaming
That everything would be like it was before
Las manos que estaban sobre su cuerpo no eran las adecuadas y tampoco lo era la manera en la que estaban acariciándole, con ese torpe deslizar y esa presión que nunca sentía en los lugares correctos... que nunca sentía segura y firme.
But nights like this it seems are slowly fleeting
They disappear as reality is crashing to the floor
Se mordió el interior de la mejilla mientras levantaba la mirada. Y allí estaba Jensen, en el otro extremo de la concurrida pista de baile con sus ojos fijos en él, observándole. Lo había estado haciendo desde quién sabía cuánto tiempo, pero en el momento en el que sus ojos se encontraron, el profesor bajó la mirada y la apartó como si no le hubiera visto. Mientras, Steve había comenzado a tirar de él ligeramente poniendo las manos en sus caderas y presionando su boca contra su cuello antes de susurrarle al oído.
- Te eché de menos.
Extrañé esto. Te extrañé.
Jensen seguía sin mirarle y Jared seguía dando vueltas mientras bailaba así que terminó por perderle de vista. Entonces, el enfado volvió a aparecer de pronto - hirviendo más que nunca, fuerte y brillante - y le envolvió por completo.
But I couldn't make you see it
Couldn't make you see it
Que jodieran a Jensen.
That I loved you more than you'll ever know
Permitió que su rostro se deslizara mejilla con mejilla contra el de Steve y sus manos bajaron por su espalda hasta que las tuvo sobre la parte más baja; tiró de él y le acercó a su cuerpo. Dejó que sus caderas chocaran y se movieran contra las otras de una manera en la que no lo había hecho con nadie a parte de con Jensen y sintió a Steve jadear y empujarse contra él a pesar de que el ángulo no era el más apropiado... pero no importaba. Estaba allí y estaba haciendo aquello porque si Jensen no le quería, entonces se divertiría con alguien que sí lo hiciera.
After all this time
Would you ever wanna leave it
Maybe you could not believe it
That my love for you was blind
Su boca se situó sobre el pulso de Steve y sintió cómo éste aceleraba mientras giraba una vez más sus caderas y sí... recordaba todo aquello: lo que se sentía cuando era él quien tenía el control, cuando era él quien sabía qué había que hacer, cuando era él quien... quien...
Quien no estaba enamorado.
- Sr. Padalecki - alguien le dio un golpe en el hombro y Jared se giró casi por inercia.
Jensen estaba allí. Parecía completamente calmado, sereno y en perfecto control - aquel Jensen compuesto que no se hubiera alarmado aunque los extraterrestres hubieran invadido la Tierra - pero sus ojos le delataban, porque estaban vacíos y casi glaciales mientras le miraban fijamente.
- Este tipo de baile no será tolerado en este lugar - dijo el profesor con un tono rígido y completamente protocolario.
La música sonó, las luces giraron y Jared soltó a Steve tambaleándose ligeramente y completamente estupefacto. Porque... porque... Dios, ¿realmente había estado haciendo eso? ¿Y CÓMO? ¿Cómo exactamente podía Jensen quedarse ahí y mirarle como si no significara nada, hablándole como si fuera alguien sin importancia? ¿Y cómo cojones se atrevía a hacerlo, de todas formas? Jared sólo estaba intentando seguir adelante, disfrutar y olvidarse de él. ¿Y ése era el agradecimiento que recibía?
Jensen se giró metiéndose entre la multitud de los cuerpos que seguían bailando a su alrededor y Jared fue incapaz de encontrar su voz o reunir las fuerzas suficientes para decirle ni una maldita palabra mientras le veía alejarse.
A part of me died when I let you go
Hijo de puta, maldito gilipollas.
- Se acabó - murmuró Jared subiéndose las solapas de la chaqueta y siguiendo el camino por el que acababa de desaparecer el hombre.
- ¡Whoa! Jared - las manos de Steve tiraron de él para arrastrarle de vuelta a donde habían estado bailando desde un principio-. Tío, es un profesor. No merece la pena pelearse con él - Steve siguió tirando de él y Jared quiso soltarse para poder cumplir su objetivo pero joder, tampoco podía montar una escena. No podía, no podía, no podía. Lo único que conseguiría si lo hacía sería terminar jodiendo a Jensen justo al final... y mierda, ¿por qué coño le importaba?
- Sólo falta una semana para que se terminen las clases. Además - añadió Steve sonriendo mientras se pegaba lentamente al cuerpo de Jared-. Por aquí estábamos comenzando a divertirnos.
Jared se concentró tratando de respirar y sólo de respirar. Dios, ¿por qué había decidido ir finalmente? Aquello había sido un grave error y debería haberlo sabido. Y también debería haber actuado de otra forma, porque lo único que quería en ese momento era seguir a Jensen pero en lugar de eso también tenía que herir a alguien.
- Steve - dijo elevando las manos-. Lo... lo siento. No debí, yo... cometí un error.
Steve le miró fijamente y sus ojos marrones se abrieron un poco. - ¿Qué?
- Cometí un error - repitió, haciendo una mueca de dolor ante sus propias palabras. ¿Quién coño se creía que era? ¿Jensen? Steve merecía mucho más que eso... se merecía más de lo que el profesor le había dado a él alguna vez. Puso las manos sobre los hombros del chico y le miró a los ojos-. Mira, Steve. Eres un chico realmente dulce, siempre has sido más bueno conmigo de lo que debiste haber sido en realidad y yo me comporté como un completo cretino contigo. Ahora lo sé, y si las cosas fueran diferentes sería muy afortunado de tenerte - Jared se detuvo y se mordió el labio. Maldición-. Pero estoy... estoy enamorado de otra persona, y acabamos de romper y me he pasado toda la noche compadeciéndome de mí mismo. Entonces apareciste tú, siendo tan amable y deseándome y... y todo esto ha sido por despecho. No es justo para ti y no debí haberlo hecho. Lo siento - las palabras salieron una a una de su boca y cuando finalizaron sólo dejaron tras de sí un incómodo silencio entre ellos.
Steve continuó mirándole durante unos segundos más y entonces se echó a reír. Jared se quedó tan sorprendido que le soltó y dio un paso hacia atrás, pero Steve sólo siguió riéndose hasta que tuvo que secarse las lágrimas de los ojos.
- ¿Qué?
- Imagínate - dijo Steve respirando con dificultad-. Por fin eres capaz de abrirte y expresar tus sentimientos y es porque te has enamorado de otra persona... vaya suerte la mía.
- Steve, yo...
- No. Te agradezco que al menos hayas sido sincero conmigo - Steve guardó silencio un momento y sacudió la cabeza-. Has cambiado. Es una pena que las cosas no sean diferentes - dio un paso hacia delante, se puso un poco de puntillas y le besó en la mejilla-. Me lo pasé bien. Y si alguna vez cambias de opinión ya sabes dónde encontrarme.
Jared asintió sintiéndose un poco estúpido y vio cómo Steve se marchaba, desapareciendo entre la multitud.
Jensen. Jared se giró escaneando el salón... Allí, atravesando las puertas dobles. ¿Acaso se estaba yendo? Oh no, ni hablar. Jared se abrió camino a empujones a través de la pista, pasó frente a las personas que permanecían junto a la pared y rodeando las mesas y abrió la puerta por la que acababa de salir el profesor, saliendo al vestíbulo.
Jensen estaba doblando la esquina del pasillo principal y al verle, aceleró el paso corriendo tras él. - ¡Jensen!
El hombre se congeló en el acto al mismo tiempo que Jared aparecía por la misma esquina en la que acababa de girar él. Le dirigió una escueta mirada por encima del hombro y seguidamente retomó el paso cambiando de dirección para tomar uno de los pasillos laterales: el mismo que conducía a su aula. Y Jared seguía furioso pero tampoco era idiota. Podía aguantar perfectamente hasta que estuvieran en algún lugar más privado.
Jensen abrió la puerta y en cuanto entró en la estancia Jared ya se encontraba prácticamente sobre él; fue este último quien tomó la manilla y cerró a su espalda con más fuerza de la necesaria.
- ¿Qué cojones fue eso? - siseó.
El profesor se giró para encararle y le pasó la llave. - Podría preguntarte lo mismo. ¿Qué estabas haciendo allí dentro?
Le arrebató la pequeña pieza y elevó sus brazos con marcado sarcasmo.- ¿Bailar?
Jensen rió - con un sonido que resultó mucho más áspero que nunca- y su voz resonó extrañamente en las sólidas paredes de la clase. Entonces le dio la espalda y caminó hacia su mesa con las manos en los bolsillos.
Jared se obligó a sí mismo a girarse, meter la pequeña llave en la cerradura y bloquear la puerta. Ni siquiera se molestó en quitarla de ahí: la dejó puesta en la puerta y se dio la vuelta una vez más. Jensen seguía cerca de la mesa y continuaba dándole la espalda. - ¿Puede saberse qué es tan jodidamente divertido? - demandó.
- ¿Bailar? - devolvió el hombre-. Hay países en los que a eso se le llama aparearse.
Muy bien, algo de razón tenía pero, ¿y qué? Jared estaba ahora igual de enfadado que sorprendido, porque no podía imaginarse que a Jensen aquello pudiera importarle una mierda. A menos... a menos que... - ¿No me digas que hice que sintieras algo?
Jensen bufó, meneando su cabeza a la vez que cruzaba los brazos sobre su pecho. - Jared...
- No - respondió, acercándose unos pasos-. Vamos, dime lo que sentiste cuando Steve puso sus manos sobre mí y recorrió mi cuerpo con ellas mientras restregaba su cuerpo contra el mío - las palabras fueron dichas con un perverso tono de diversión y Dios... sabía que estaba siendo mezquino pero se sentía bien; se sentía superior con esa creciente ola de placer expandiéndose en su pecho-. ¿Qué sentiste? ¿Qué pensaste?
- Que estabas poniéndote deliberadamente en ridículo sólo para captar mi atención. En eso consistió todo.
- La verdad es que te equivocas- rió Jared-. Pero parece que funcionó de todas formas, ¿eh?
Jensen se giró para encararle con los brazos aún cruzados y joder... incluso así, incluso en ese momento, estaba tan absurdamente guapo que dolía. - Porque sabía que estabas tratando de que me fijara en ti sólo para molestarme - Jensen negó con la cabeza-. Jared, pensé que habías aprendido mejor.
- ¿Y por qué siquiera te preocupa lo que haga? Pensaba que de todas maneras no te importaba.
- Nunca dije que no me importara - sus palabras salieron completamente planas y Jared no pudo leer ni una pequeña señal en su rostro de que en verdad le importara lo más mínimo.
- ¿Entonces qué coño dijiste, Jensen? Porque te aseguró que a mí me sonó a eso.
Los ojos de Jensen se volvieron mucho más severos mientras se acercaba más a él. - ¿Crees que disfruté eso? ¿Viendo cómo ese crío ponía sus manos sobre ti? ¿Cómo se frotaba de esa manera?
Jared parpadeó, momentáneamente aturdido, y le llevó varios segundos más de lo normal que las palabras calaran en él; incluso así, ni siquiera pudo procesarlas del todo. - ¿Te estás quedando conmigo? ¿Estás celoso?
- Los celos - dijo Jensen dando otro paso hacia él-, habrían implicado que pensé que me pertenecías. Que soy tu dueño.
- O tal vez habrían demostrado que realmente te importo - respondió Jared mientras sus ojos se estrechaban.
- ¿Crees que sentir celos es síntoma de que te preocupas por alguien? - preguntó el profesor acortando incluso más la distancia y deteniéndose sólo cuando estuvieron tan cerca que el calor de su aliento acarició la boca de Jared-. ¿Quieres que te enseñe cómo sería estando celoso, Jared? ¿Cómo te trataría si pensara que me perteneces? - Jensen subió sus manos hasta que éstas se encontraron sobre los hombros de Jared, y su voz se volvió baja y peligrosa-. ¿Cómo te marcaría y te mordería para demostrarle a todo el mundo que eres mío? ¿Cómo te follaría hasta que apenas pudieras caminar? ¿Es eso lo que quieres? - sus dedos se cerraron sobre sus músculos y lo hizo con la suficiente fuerza como para que Jared jadeara-. No eres mío - continuó, con tantas emociones en sus ojos que parecía que dos tormentas se hubieran desatado en ellos. Sus pulgares se curvaron sobre su cuello y tiró de él acercándole aún más-. Tú no eres propiedad de nadie, Jared. Ni siquiera quieres serlo - respiró, y Jared pudo sentir más que nunca el calor contra su boca-. Así que, ¿por qué pretender lo contrario?
- Porque te quiero - susurró de vuelta.
Jensen le miró tan sólo un momento y acto seguido estaba sobre él, tirando, empujándole y dirigiéndole a lo largo del aula. Su boca se posó dura y hambrienta sobre la suya, exigente, caliente... mordiéndole con rudeza mientras su lengua se abría paso sin pedir permiso en aquel cálido interior. Jared sintió de pronto cómo sus hombros chocaban con fuerza contra la pared de hormigón ocasionando que no pudiera retener el "mmph" que murió en la boca de Jensen, pero no pudo importarle menos. Alzó las manos y tomó al profesor por la mandíbula acercándole más a él y obligándole a que se introdujera más profundamente en su boca; sus dientes chocaron, sus lenguas lucharon y sus cuerpos terminaron de ponerse en completa tensión. Jensen parecía un animal salvaje y seguía empujándose y embistiendo contra él con violentos movimientos de cadera, mientras todo lo demás seguían siendo dientes y lenguas y cuerpos sinuosos.
Jared hundió sus dientes en el labio inferior del profesor cerrándolos con fuerza y éste jadeó, arremetiendo más contra él; sus pollas se deslizaron la una contra la otra y se frotaron a través de los pantalones, pero Jared necesitaba más. Clavó las puntas de sus dedos en la suave piel de las mejillas de Jensen y apretó con más fuerza de la necesaria, obligándole a que abriera más la boca para permitirle saquearla y probarla por completo. Comenzó una nueva y viciosa batalla de lenguas mientras esta vez eran los dedos del profesor los que se movían, deslizándose hacia abajo, rodeando su cuerpo y presionándose entre las costillas del otro lo suficientemente fuerte como para dejar marcas. Jared soltó entonces la cara del profesor y mordió y lamió su lengua mientras sus manos viajaban también en dirección sur por su cintura hasta que atrapó entre ellas el culo del hombre. Apretó la carne con dureza enterrando los dedos en los firmes y redondeados músculos, empujando sus caderas y tirando del otro hacia él mientras se retorcía y comenzaba a restregar él también con fuerza la polla de Jensen contra la propia.
El profesor se estremeció de la cabeza a los pies y gruñó en su boca mientras apretaba con fuerza su cintura.
Entonces el mundo giró en un repentino movimiento que le pilló completamente desprevenido, y Jared se encontró sintiendo las frías y sólidas baldosas del suelo contra su espalda. Tomó aire con fuerza debido al golpe pero sólo necesitó sentir el peso de Jensen sobre él, tan pegado a su cuerpo que casi parecía una segunda piel; gimió en respuesta atrapando la lengua del otro entre sus dientes y deslizándola lentamente hacia fuera después, mordiéndole con un poco más de fuerza la punta justo antes de dejarla ir del todo.
- Vamos, enséñame lo celoso que no estás - jadeó Jared.
- Cállate - siseó Jensen antes de cubrir la boca de Jared con la suya, y con rapidez y rudeza dirigió sus dedos hacia los pantalones del joven. Jared escuchó cómo la tela se rompía bajo el asalto justo antes de que los botones dobles saltaran y rodaran por el suelo. La lengua de Jensen entró con firmeza en su boca, firme y pesada, mientras abría su cremallera de un violento tirón. Jared chupó la lengua de Jensen como si fuera un caramelo a la vez que sus manos se cerraban sobre las solapas del esmoquin del profesor; cuando tuvo algo más de movilidad se quitó los zapatos a patadas y justo después era el propio Jensen quien le sacaba los pantalones y los bóxers casi arrancándoselos del cuerpo.
Antes de darse cuenta Jared ya tenía los rudos dedos lubricados con saliva empujando en su interior y adentrándose cada vez más en él, y ardía y dolía y era tan malditamente correcto... Los dedos se retorcieron, ensanchándole y abriéndole mientras acariciaban sin parar aquel cúmulo de nervios. - Sí joder, justo así - jadeó, apoyando la cabeza en el suelo para poder impulsar su cuerpo e ir al encuentro de aquellos dedos.
- ¿Ves cómo lo deseas? - preguntó Jensen con su voz desprendiendo sexo y envolviendo una oscura telaraña alrededor de Jared, pura e insinuante. Su boca estaba mordiendo su vientre y Jared no pudo evitar elevar las caderas y embestir para conseguir tenerle un poco más adentro-. ¿Cuán desesperado estás? Y todo esto por mis manos sobre tu cuerpo... en tu interior - separó los dedos abriendo más su cuerpo, y un abrasador fogonazo de placer atravesó a Jared de la cabeza a los pies.
- Vamos - jadeó, agarrando con fuerza los hombros del profesor-. Hazlo de una jodida vez. Fóllame.
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