Cuando Jared se despertó, le recibió la voz de George Michael desprendiéndose desde los altavoces que se encontraban en la habitación.
- ¿Has decidido unirte a los vivos? - preguntó Jensen mientras apretaba un botón del equipo de música. Llevaba puesta una camiseta negra y unos pantalones satinados de pijama del mismo color y Cristo... sólo con eso Jared ya estaba completamente ido, sus ojos pegados a los musculosos brazos de Jensen mientras estos se movían.
Y entonces cayó en la cuenta. ¿George Michael?
No pudo evitar preguntarlo y Jensen sonrió, subiendo el volumen. - No pensarías que sólo escuchaba música clásica, ¿verdad?
- Estás muy, muy enfermo - murmuró Jared dejándose caer una vez más sobre la cama.
Jensen se rió entre dientes y subió el volumen otro poco más, y Jared hizo una mueca de dolor mientras las palabras atravesaban sin que pudiera evitarlo su queriendo-seguir-en-estado-comatoso cerebro.
The rich declare themselves poor
And most of us are not sure
If we have too much
But we’ll take our chances
Because God stopped keeping score
Está bien, puede que George Michael fuera un poco profundo... pero aún así.
- Dime que Listen Without Prejudice no es un disco genial - dijo el profesor.
- ¿Estás de broma? - gruñó Jared levantando la cabeza-. George Michael es tan gay...
Jensen se detuvo con la caja del CD a medio cerrar y sólo miró a Jared.
- Está bien- rectificó éste-. Gay, sí. Pero también malo.
Jensen curvó su labio superior y cerró la caja del disco de un golpe. - Muy bien, iba a echarte de aquí a patadas pero tengo que enseñarte el camino correcto: es mi obligación - le hizo un movimiento de "arriba" con una mano mientras señalaba hacia un punto con la otra-. La toalla está en el suelo. Levántate, límpiate y vístete - antes de marcharse se detuvo un momento y volvió a mirar hacia Jared, añadiendo-. Sólo los pantalones.
A Jared le llevó varios minutos hacer todo lo que Jensen le había pedido y gracias a Dios que por lo menos últimamente siempre era consciente de dónde dejaba su ropa. Arrastró los pies de nuevo hasta la habitación, ya solamente en vaqueros y sintiéndose extraño por estar allí. Jensen estaba tendido otra vez sobre las sábanas, con el cobertor hecho un completo lío a su lado y el mando del equipo de música en una de sus manos. Era tan increíblemente caliente, todo estirado y luciendo absolutamente perezoso, que Jared tuvo que detenerse unos momentos para admirarle.
- Tardaste mucho - dijo Jensen-. Sigue así y la próxima vez machacaré tu culo y no dejaré que te corras - lo dejó caer con tanta suavidad que Jared se sorprendió. Por alguna extraña razón, sus palabras también consiguieron que se sintiera un noventa por ciento más cómodo.
Aún así, todavía no sabía a dónde tenía que ir ni qué hacer, así que caminó hacia el borde de la cama y se sentó.
- Entonces - dijo el otro apuntando hacia la cadena con el mando-, empezaremos por Praying for Time...
Alrededor de treinta y nueve minutos más tarde, cuando George - como había comenzado a pensar en él- cantó Waiting, Reprise, Jared lo comprendió. Estaba tendido en el otro lado de la cama, sus manos tras su cabeza, los ojos cerrados y escuchando como Jensen le había pedido que hiciera.
But you once said
There's a way back for every man
So here I am
Don't people change? Here I am
Is it too late to try again?
Se incorporó mientras la música se ralentizaba cada vez más y se giró hacia Jensen. - ¿Quién era ella?- preguntó-. La chica que te dejó.
Jensen dejó de moverse por completo... y entonces apretó un botón del mando a distancia. - Más bien "él" - dijo mientras pasaba una mano por su mandíbula y miraba a Jared con algo extraño reflejado en sus ojos.
- Sí - contestó - De acuerdo, "él". Pero mierda, ¿quién fue él? ¿Alguna vez regresó? Porque joder...
Jensen asintió todavía con esa extraña mirada en su rostro. - Siempre me he estado preguntando eso mismo.
Jared estaba completamente atónito. - ¿Quieres decir... que me has hecho escuchar el disco entero y ni siquiera lo sabes?
Jensen ladeó ligeramente la cabeza y sus gafas atraparon las luces del cuarto. - Esa no es la parte importante; la parte importante es que te hizo preguntarte algo.
Jared se detuvo al escucharle. ¿La parte importante era que se hubiera preguntado algo? ¿Qué tipo de sentido tenía aquello? No... espera. No era el preguntárselo lo que le estaba volviendo loco, era el... Oh... - Es el hecho de que hizo que me importara - dijo. Asintió sintiéndose sabio, sensato y experto cuando el profesor asintió de vuelta. Pero aún así no pudo contenerse por más tiempo y levantó sus manos-. Pero aún quiero saberlo.
Jensen se rió de aquella manera - así, todo estirado- y Dios, incluso así Jared no pudo dejar de notar la forma en la que sus músculos se flexionaron, tan natural, tan sereno.
Jensen se levantó de la cama y dejó el mando sobre la mesita de noche. - Ahora que ya has sido aleccionado supongo que deberíamos comer algo.
Jared asintió con fingida solemnidad. - Y después podrás echarme a patadas.
Jensen sonrió. - Exacto.
º~º~º~º~º
La cocina parecía el plató de una película de lo pulcra que estaba: azulejo pulido y lisas encimeras blancas, electrodomésticos de acero inoxidable, ollas de cobre y sartenes y cacerolas colgando desde los ganchos sobre la isleta central. Todo estaba reluciente y Jared se preguntó si su profesor tendría una criada, porque si no era el caso Chad igual había estado bastante acertado en lo que respectaba a todo el asunto sobre el desorden obsesivo compulsivo.
Jensen le mandó cortar cebollas y al segundo de que Jared comenzara el profesor ya le había golpeado la mano. Le rodeó, poniendo su mano sobre la suya y apoyándose contra él, guiándole a través de los movimientos mientras hacía precisos y suaves cortes a lo largo de la esfera; Jared estaba bastante seguro de que no había parpadeado ni respirado durante todo el tiempo que Jensen estuvo moviéndose tan naturalmente junto a él.
A continuación Jared cortó tomates como Jensen le había enseñado con las cebollas - sólo que un poco más gruesos - y se sintió un poco satisfecho y otro tanto decepcionado cuando Jensen sólo asintió con aprobación. Comenzó a montar los sandwiches y mientras lo hacía descubrió que el profesor también amaba a Macy Gray, The Talking Heads, Snow Patrol, a alguien llamado Morrissey y a otros muchos grupos que despejaron un poco su mente.
Comieron casualmente allí mismo sobre las encimeras y cuando terminaron Jensen le ordenó que limpiara y desapareció rumbo al salón. Una vez Jared hubo acabado con todo se encontró al profesor sentado en su sillón leyendo una revista, su pulgar y su índice sosteniendo su barbilla. Parecía absorto y Jared no supo qué hacer porque Jensen debía saber que él estaba allí pero no estaba haciendo... oh.
Reprimió su decepción con rapidez. No era como si hubiera esperado quedarse allí todo el fin de semana, ¿cierto?
- ¿Permiso para vestirme antes de que me eche a patadas, señor? - dijo Jared haciendo su saludo.
Por un instante Jensen realmente pareció estar planteándose seriamente la idea de enviar a Jared a casa sin camisa y zapatos, pero finalmente sonrió un poco mientras hacía un gesto hacia el montón de ropa pegado al sillón. - Concedido.
Jared estaba terminando de ponerse los calcetines y los zapatos mientras trataba de echar una ojeada a lo que Jensen estaba leyendo cuando el profesor levantó la vista una vez más.
- Jared, ¿te imaginaste siquiera cuál podría ser la respuesta a tu pregunta sobre el control?
- Creo que sí - dijo Jared mientras se arrodillaba para abrocharse los cordones-. Pero todo lo que hizo mi respuesta fue llevarme a otra pregunta.
- ¿En serio? Dime.
Jared trató de recopilar sus pensamientos mientras se ataba el otro zapato, y entonces miró hacia Jensen. - Bien. No hacer algo que deseas hacer obviamente es tener una clase de control. Pero ¿cómo puede ser hacer lo que quieres algún tipo del mismo? Y se me ocurrió que tal vez la diferencia estaba en el planteamiento que uno hiciera sobre ello. Ya sabes, actuar tras meditar y llegar a una conclusión en vez de simplemente... reaccionar.
Jensen asintió mirándole con intensidad. - Cuando tienes control sobre ti mismo aprendes cómo vivir con deseo. Pero también tienes la capacidad de decidir, en tus propios términos y con tus propias condiciones, el poder satisfacer ese deseo. La diferencia está en comprender que tienes una elección, siendo consciente de lo que estás haciendo en vez de simplemente dejarte arrastrar por una necesidad ciega.
- Sí - asintió Jared impresionado por la capacidad que tenía Jensen para explicar las cosas con tanta claridad-. Pero ahí es donde las cosas comienzan a tambalearse. ¿Cómo puedes saberlo? Porque... algunas veces comienza como una necesidad ciega o como una urgencia, pero entonces piensas sobre ello y decides hacerlo de todos modos. ¿Cómo sabes en esos casos que no estás sencillamente engañándote a ti mismo con el pensamiento de que es una decisión premeditada? - Jared había pensado mucho, mucho, sobre eso.
Y Jensen realmente parecía un poco impresionado. - Cuando aprendas eso - respondió - entonces te habré enseñado bien.
- De acuerdo, Sr. Miyagi.
- La verdad es que estás citando incorrectamente Karate Kid- sonrió el profesor.
Parecía tan adorable cuando hacía eso, casi infantil: le hacía parecer más joven, más libre y Jared quería más que ninguna otra cosa inclinarse y besar la curva de su sonrisa-. ¿Fue de ahí de donde sacaste todo esto? - rió.
Jared vio cómo la sonrisa de Jensen disminuía ligeramente; no se volvió exactamente sombría, pero sí pareció adoptar una expresión distante, como si Jensen estuviera recordando algo de hacía mucho tiempo. - No.
Quiso preguntar pero algo en el rostro del hombre le hizo contenerse, y entonces el momento se había ido.
- Te veré el lunes - dijo, y no hubo nada que Jared pudiera hacer aparte de asentir y dirigirse hacia la puerta.
- Y Jared... - la voz de Jensen sonó a su espalda-, lunes significa lunes - lo estaba diciendo en serio, a Jared no le cupo ninguna duda, pero aún así hubo una cadencia burlona en sus palabras que hizo que sonriera mientras atravesaba la puerta.
º~º~º~º~º
El lunes Jensen le colocó unas pequeñas pinzas en los pezones y le estuvo atormentando hasta que Jared pensó que se moriría antes de que finalmente el otro se apiadara de él y se lo follara empotrado contra su escritorio. Era caliente como el Infierno pero ni de lejos como lo había sido en casa de Jensen; Jared no sabría explicar dónde radicaba la diferencia pero definitivamente sentía más distancia entre ambos y era incapaz de alejar aquel pensamiento de su cabeza. Jensen, como le había dicho a Chad, funcionaba en caliente y en frío y nunca sabías con cuál de las dos partes ibas a encontrarte... o por qué. Y era consciente de que no podía competir abiertamente por la atención del hombre, porque ni siquiera estaba seguro de poder soportar otra lección sobre autocontrol.
El miércoles Jared tuvo una idea brillante. Se demoró después de la clase de gimnasia, tomándose su tiempo para vestirse hasta que el vestuario estuvo casi vacío. Entonces marcó un número de teléfono que definitivamente no tenía guardado en su agenda y escribió un mensaje... pero no lo mandó. Cogió su mochila de la taquilla y salió prácticamente corriendo hacia la séptima clase.
Apenas había tomado asiento cuando sonó el timbre. Jensen estaba de pie y se puso a hablar y a escribir en la pizarra casi al instante y pasaron unos buenos diez minutos antes de que el profesor terminara de explicarles lo que había programado para ese día y todos se encontraran ya centrados en las tareas que debían realizar. Jared apretó el botón de enviar en su teléfono y observó.
Vio a Jensen sacar su móvil del bolsillo mirando casualmente hacia la pantalla. Movió su pulgar sobre el lateral del aparato y entonces presionó un botón, guardando el teléfono y empujando sus gafas sobre su nariz. No miró en su dirección y continuó escribiendo, pero Jared le conocía lo suficientemente bien como para saber que en ese momento el profesor debía estar experimentando algún tipo de reacción bajo esa fría apariencia; debía estar pensando en lo que Jared acababa de decirle.
Las pinzas dolían un poco, pellizcando la fina y sensible piel de sus pezones sin compasión, pero la sorda vibración también se sentía bien, todos sus nervios sobre excitados y llenos de sangre. Su polla estaba dura y cada vez que se movía su camisa rozaba las pinzas arrastrándose sobre ellas y enviando deliciosos estremecimientos de placer y dolor a lo largo de todo su cuerpo que hacían que su polla doliera todavía más. Jared tomó aire, respiró profundo y trató de concentrarse. Borró el mensaje de su teléfono, después el propio número y volvió a trabajar en su tarea.
Después de clase Jensen cerró la puerta casi al instante, llamó a Jared al frente del aula y bordeó su escritorio hasta que estuvo de pie frente a él. Deslizó uno de sus dedos hacia abajo, recorriendo la hilera de botones de la camisa del chico y se inclinó sobre él. - Dime algo, Jared.
Éste observó ese dedo bajando hasta el botón de sus pantalones y sintió su aliento congelándose en su pecho. - ¿Sí?
El profesor le miró, su mano deshaciendo su camino hasta situarse bajo la corbata de Jared; cerró sus dedos sobre ella y tiró del extremo, y la boca de Jared debía estar a un centímetro escaso de la de Jensen cuando éste volvió a hablar. - ¿Estás tratando de matarme?
Jensen tiró un poco más de la prenda terminando de acortar la distancia y Jared sintió la otra boca agitándose contra la suya, esparciendo calor a su paso mientras él la abría también, sintiendo cómo Jensen capturaba su lengua para llevarla al interior de su propia boca. Ni siquiera recordaba la pregunta - sólo era mínimamente consciente de que existía una- y esperaba que Jensen en verdad no quisiera una respuesta, porque estaba demasiado ocupado devolviendo el beso y gimiendo contra la otra boca.
- Provocándome de esa forma - murmuró Jensen mientras recorría el pecho de Jared con su otra mano y sus dedos se cerraban sobre una de las pinzas, girándola ligeramente. Jared jadeó y su cuerpo se estremeció y joder, pudo sentir los ardientes chispazos viajando desde su pezón directamente hacia su polla-. Voy a enseñarte lo que les ocurre a los provocadores - susurró el profesor con voz gutural y llena de oscuras promesas.
Jensen tiró de él una vez más pero en esta ocasión para girarle y empujarle contra la mesa; los muslos de Jared se presionaron contra ella y comenzó a inclinarse sobre la superficie al instante, pero Jensen tiró de nuevo y le mantuvo firme. Su otra mano estaba rozando el botón de sus pantalones, bajando la cremallera, y Jared se estremeció al sentir ahora ambas manos bajando con rudeza la prenda; Jared ayudó a terminar de quitárselos y Jensen los pateó lejos mientras golpeaba el interior de sus muslos desnudos.
- Separa tus piernas.
Jared lo hizo y pudo escuchar a Jensen desabrochar su cinturón, bajar su cremallera y varios sonidos más que no pudo descifrar antes de que el profesor le golpeara de nuevo. - Más.
Jared separó más sus pies y terminó en una posición que resultaba algo incómoda; puso una mano sobre el escritorio para estabilizarse y sintió cómo su corazón bombeaba con fuerza en su pecho y cómo su dura polla se deslizaba contra la superficie de madera.
Y de pronto Jensen estuvo sobre él, su brazo rodeándole el pecho, sujetándole mientras empujaba contra él alineando sus caderas, y jodida y sagrada mierda. La resbaladiza cabeza de la polla del profesor estaba abriéndole, moviéndose adelante y atrás con rápidos y pequeños toques, empujando con un poco más de profundidad en cada embestida hasta que estuvo completamente dentro de él y Jared estuvo completamente abierto y jadeando.
- Los provocadores - gruñó Jensen deslizándose hacia fuera y volviendo a golpear hacia dentro con fuerza-, consiguen que sus pequeños y calientes culos sean follados hasta la extenuación.
Jared se estremeció de la cabeza a los pies antes esas palabras, su polla y sus pezones ardiendo. Entonces, los dedos de Jensen se cerraron sobre las pinzas y las retorcieron y Jared jadeó embargado por las sensaciones, sintiendo puro fuego recorriendo todo su cuerpo.
Jensen le agarró por la cadera con una mano y Jared pudo sentir los dedos clavándose con rudeza en su piel mientras la otra mano se cerraba sobre su cabello, tirando de él y manteniéndole quieto. Boqueó en busca de aire y trató de respirar una vez más a través de su tenso cuello, tratando de luchar contra el sentimiento de tener a Jensen moliéndose contra él. Sus rodillas flaquearon y sus muslos temblaron debido al esfuerzo, su cuerpo entero sudando mientras Jensen seguía perforándole, moviéndose dentro y fuera hasta que su propio cuerpo estuvo siguiendo el mismo ritmo.
Entonces Jensen se detuvo y Jared jadeó mientras salía de él. Pudo escuchar un sonido como de un condón siendo quitado y de repente algo caliente y pegajoso le roció toda la espalda baja y el culo. Jared gimió, suplicándole a Jensen que le tocara, que le ayudara a correrse también, y el profesor paseó una mano sobre el pringue sobre la piel de Jared, llevándola rodeando el cuerpo bajo él hasta atrapar la otra polla en la humedad de su mano. Jared estaba tan excitado que se corrió casi al instante mientras el profesor empujaba su polla contra su propio vientre para que se corriera caliente y espeso sobre su pecho y su camisa.
Jared aún seguía estremeciéndose cuando las manos de Jensen comenzaron a moverse de nuevo sobre él, esparciendo la corrida por su culo y sobre su pecho hasta que estuvo seca. Para cuando hubo terminado, Jared ya estaba vibrando, duro de nuevo.
- Mírate - dijo Jensen mordiendo la oreja de Jared mientras recorría con su dedo el envés de su polla-. Otra vez duro sólo porque me corrí sobre ti. Quieres más, ¿no es cierto?
- Siempre - afirmó Jared.
- Bien, porque aún no he terminado contigo - susurró. Jared pudo sentir las manos de Jensen moviéndose tras él y entonces empujó el interior de sus muslos una vez más-. Dobla las rodillas - Jared lo hizo y el profesor se situó mejor a su espalda y le embistió hasta el fondo de una sola estocada. Jared se sacudió, jadeando y clavando las uñas en el escritorio y joder, joder, joder, aquello era tan malditamente caliente: los pinchazos, la piel extendiéndose y Dios, ese punto en su interior. Tan bueno. Jensen le estaba trabajando con lentitud esta vez, arrastrando muy suavemente la cabeza de su polla en su interior una y otra vez. Entonces, el profesor se pegó a él incluso más y apoyó la barbilla sobre el hombro de Jared.
- Quiero ver cómo te pajeas mientras te follo.
Dios, las malditas cosas que decía... Jared se sonrojó y el calor le envolvió por completo al escucharle. Lo que Jensen le hacía era enfermizo; le volvía loco, le hacía hacer cosas que jamás había hecho con nadie. Nunca se había masturbado delante de nadie y sintió cómo se ponía rojo hasta la punta de las orejas cuando cerró su mano sobre su pegajosa polla. No tenía idea de por qué aquello debería ser muy diferente a follarse a sí mismo con sus propios dedos delante del profesor, pero de algún modo lo era... era más íntimo, Jensen enterrándose en él y su barbilla firmemente presionada sobre su piel mientras le observaba por encima de su hombro.
Jared afirmó su agarre y comenzó a acariciarse de arriba abajo siseando debido a la sensación mientras Jensen hacía un ligero "mmm" contra su oído. Se acarició más fuerte, encontrando el ritmo adecuado, moviéndose a lo largo de toda la extensión, gimiendo y empujando su cabeza hacia atrás hasta que cayó sobre Jensen.
- Vamos - susurró-. Quiero ver cómo te la cascas cuando piensas en mí.
Jared lloriqueó sintiendo cómo Jensen rozaba sin descanso ese punto en su interior mientras él pasaba su pulgar bajo la cabeza de su propia polla. Apretó su puño incluso más, girando la muñeca y acariciándose más duro, su palma arrastrándose por el envés. Las manos de Jensen abandonaron sus caderas y subieron hasta sus costillas, pero Jared estaba tan ocupado con su polla, perdido en la manera en la que el otro continuaba follándoselo mientras el placer subía en espirales desde su estómago y la base de su columna, que cuando los dedos del profesor se cerraron sobre sus pezones y tiraron le pilló completamente fuera de juego. Su cuerpo entero saltó, sacudiéndose al sentir lo mucho que dolía y lo bien que se sentía cuando no debería hacerlo pero oh, joder... Jensen seguía machacando su interior, su polla rotando entre sus músculos. Apretó su mano con más fuerza y tiró, acariciándose la hendidura con el pulgar.
- Sí - susurró Jensen entrando y saliendo de él con fuerza-. Eso es, tan bueno...- sus dedos tiraron rudamente de las pinzas sobre sus pezones, primero una y luego otra, y las giraron una y otra vez. El cuerpo de Jared estaba echando chispas, temblando, sus pezones completamente sensibles, hinchados y apretados y Jensen seguía tirando de ellos, retorciéndolos sólo un poco y mandando latigazos a través de su cuerpo, cortocircuitando su cerebro. Eran muchas sensaciones en pequeñas explosiones, y Jensen follándole una y otra vez y su propia mano en su polla, y era demasiado.
Gimió, girando su rostro para implorarle a Jensen.
- Aún no - dijo éste deslizándose dentro y fuera con un giro de sus caderas-. Hazlo más fuerte, más rápido.
Jared volvió a gemir y movió con fuerza su mano hacia arriba y hacia abajo, apretando bajo la cabeza y yendo a por todas; tiró de su polla tan duro que la fricción ardió ligeramente e hizo que Jared jadeara por la sorpresa.
- Sí - dijo Jensen-. Eso es... - era enfermizamente caliente, Jensen follándole, tirando de sus pezones y susurrándole obscenidades en el oído hasta que finalmente le dio la orden de que se corriera. Jared lo hizo sobre sus dedos, tan duro como la primera vez y Jensen lo hizo justo detrás, diciéndole lo fuerte que el cuerpo de Jared estrangulaba su polla mientras se corría y lo jodidamente bien que se sentía.
Ambos terminaron sudorosos y tratando de recuperar el ritmo de sus respiraciones mientras los pulgares de Jensen hacían círculos sobre los huesos de sus caderas, sus manos apoyadas sobre la piel desnuda de Jared.
- Tan bueno - dijo mordisqueando el lateral de su cuello. Tocó las pinzas una vez más - sólo apenas- y Jared lo sintió como si le atravesara un rayo-. Haciendo cosas sin que te lo pida... - Jensen giró la cabeza de Jared y ladeó su rostro para besarle con firmeza, profundo y duro mientras sus dedos seguían jugando sobre las curvas de los muslos del otro. Se sentía bien. Se sentía... de alguna manera más real de lo que se había sentido el resto de la semana. Jared le besó de vuelta con anhelo y se apoyó sobre el sólido pecho del profesor.
Cuando Jared se sentó a comer el jueves, Meg y Sandy estaban hablando a toda velocidad sobre un chico llamado Pete. Jared no pudo ponerle ni pies ni cabeza a la conversación - algo sobre un baile, una limusina y los esculpidos gemelos de Pete- así que inclinó su cabeza hacia Chad.
Éste sólo se encogió de hombros, pinchando su comida. - Pete Holland ha invitado a Meg al baile de promoción.
Jared casi deja caer su tenedor. Baile de promoción. Santa mierda, ¿cómo cojones pudo haberse olvidado...? Hizo una rápida cuenta mental y sintió cómo le invadía el pánico; se quedó mirando fijamente hacia su plato y todo lo que pudo pensar fue que no era suficiente tiempo. Baile. Y después la graduación.
¿Y después de eso? ¿Qué pasaba después?
- Hey, Jared - la voz de Sandy cortó el frenético hilo de sus pensamientos-. ¿A quién vas a invitar? ¿Vamos a conocer por fin a tu hombre misterioso?
Por un momento casi pudo imaginárselo: Jensen y él ataviados en brillantes esmóquines, luciendo perfectos y elegantes y sonriéndose el uno al otro mientras giraban en el centro de la pista abrazados. La imagen se desvaneció al momento y fue reemplazada por un frío entumecimiento dentro de su pecho.
- No - y la palabra sonó como si llegara desde muy lejos-. Voy... iré solo.
Sandy frunció el ceño pero no dijo nada más, y cuando se giró para seguir hablando con Meg, Jared posó su tenedor y empujó su bandeja.
El viernes llegó a la conclusión de que aunque no pudieran ir juntos ambos estarían allí sin una cita y eso sería lo más cerca que podían estar. Jensen estaría ahí y Jared tendría la oportunidad de mirarle imaginándose mientras cómo sería si pudieran tomarse de las manos y observar al resto de la gente bailar. Tal vez incluso pudieran entrar en la pista para un baile lento... y vale, esa última parte era pura y dura fantasía, porque cuando la breve imagen mental le asaltó no pudo imaginarse a Jensen bailando; sencillamente no pudo.
Pero la graduación... Dios, no sabía qué pasaría después. Ni siquiera sabía si se atrevería a preguntarle a Jensen sobre ello.
No le dijo nada después de clase, pero mientras regresaba a su casa pegajoso y satisfecho tuvo claro que iría a casa de Jensen al día siguiente.
El sábado por la mañana se dio cuenta de que en realidad no dejaría la escuela del todo hasta finales de agosto, así que aunque no tuviera clase aún podría seguir viendo a Jensen un par de meses más. No sería perfecto y seguramente no sería todos los días, pero aún así era mejor que nada. Su mente se sintió como si se hubiera liberado de un gran peso y hasta su pecho se sintió más ligero. Para cuando había terminado de vestirse, ya estaba sonriendo y se sentía normal de nuevo. Cuando cruzó la puerta, lo único en lo que pensaba era en lo que podía suceder ese día.
No estaba preparado en absoluto para lo que realmente ocurrió.
Continuará...