y más vicios

Dec 19, 2009 22:50

Puffff... hacía bastante que no subía anda de estos, pero ahora que tengo más tiempo libre me voy a poner al día con mis escritos (ni hablar de los que tengo que terminar todavía)

Fandom: D.Gray-man
Claim: Kanda Yuu/ Allen Walker 
Tema: #18 - Tabaco

Era un hábito repulsivo.

Ese vicio…

Desde pequeño había estado rodeado por el mismo. Creció disgustado al ver a su maestro siempre con un cigarrillo en la boca. Aborrecía aquellos sórdidos bares dónde se veía forzado a apostar para poder pagar las inmensas deudas de su susodicho protector, inundados de ese humo asfixiante que le quemaba los ojos y hacía arder su garganta.

Lo detestaba.

Y no sólo por ser un hábito detestable, sino porque le era imposible no relacionarlo con personas viles como su maestro, aquellos sinvergüenzas en sus oscuros antros, Tyki Mikk.

Pero claro, el hombre es una criatura curiosa por naturaleza y al llegar a la Orden su curiosidad fue más fuerte y el vicio imposible de resistir.

Eran varias las razones tras su debilidad. Sentía curiosidad por saber si sabía igual de horrible que como olía. Quería saber si podría sentir lo mismo que su maestro con un cigarrillo en la boca. Además, Reever era la única persona que fumaba que se alejaba de las nociones que con los años había creado en su cabeza. Quizás…

La primera vez fue un completo desastre. El humo le quemó la lengua y al intentar tragarlo su garganta se quejó y la tos no se hizo esperar. Con lágrimas en los ojos y tratando de apaciguar su tos, tiró el cigarrillo al piso y lo pisó con furia viendo como las pequeñas hojas de tabaco se esparcían por el piso. Fue un esfuerzo sobrehumano no correr al baño y vomitar a causa del mal sabor que le dejó en la boca. En ese momento se juró que nunca más volvería a probarlo, pero claro, la semilla de la curiosidad ya había sido plantada y estaba empezando a crecer.

La segunda vez mejoró considerablemente con respecto a la primera. La tos no fue tan aguda y pudo tragar el humo como corresponde. Sin embargo, el disgusto que le ocasionó ese sabor amargo hizo que lo apagara con un refunfuño.

La tercera vez logró fumar un cigarrillo entero, pero una vez consumido se quedó pensativo con la mirada vacía. Observó la colilla en el cenicero y frunció el ceño. Definitivamente no entendía la razón por la cual las personas decían que era un placer. Tuve que lavarse los dientes un par de veces e ingerir su ración diaria de 20 dangos para poder quitarse el sabor del tabaco y la nicotina de la boca.

La cuarta vez… nunca llegó.

En su lugar llegó Kanda.

Aunque al principio ni siquiera se le cruzó el pensamiento por la cabeza, tomó al japonés de la misma forma que abordó al tabaco.

Al principio el rechazo fue absoluto gracias a la brusquedad y personalidad de Kanda que no facilitaban las cosas. Reiteradas eran las veces que el trato y los comentarios del samurai le revolvían el estómago, así como las ocasiones en que se dijo no volver a permitirle salirse con la suya. Pero claro, del dicho al hecho hay un largo trecho.

Luego la situación se hizo un poco más tolerable. Por supuesto, el disgusto aún se hacía presente de vez en cuando pero de la misma manera en que un niño aprende a caminar se tomó su tiempo para aprender a tratar a Kanda.

La primera vez que durmieron juntos y una vez que Kanda se hubiera dormido dándole la espalda, se quedó despierto con los ojos vacíos mirando el techo y tratando de entender cómo era posible que la gente disfrutara del sexo.

Fue para la decimonovena vez que tuvieron relaciones cuando finalmente se dio cuenta. Casi como si de una epifanía se tratara.

A pesar del disgusto y las nauseas, el mal carácter e incluso el sabor amargo que le quedaba en la boca había algo dulzón y adictivo en él.

Se había vuelto adicto a Kanda.

Echó a reírse con ganas mientras que Kanda lo miraba con una expresión entre fastidio y curiosidad reclinado sobre él.

-¿Y ahora qué demonios te pasa, moyashi?

Tragándose la risa, pasó sus brazos por el cuello del morocho y lo besó rápidamente mirándolo con una gran sonrisa.

-Eres mi maldito palillo de cáncer Kanda.  

30vicios, yullen, fanfic

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