A dark way behind your door.

Jun 25, 2010 17:14


El título sí, está en inglés. La viñeta no. Tenía ganas de escribirla ya. Espero que os guste. Ésta, como tantas otras, es de esas viñetas que supongo que leeré para sentirme bien. Espero haber dado con esa sensación en cuestión. Al menos, en mi caso sí. Any way, penúltima viñetita de fandom_insano de la tabla de imágenes… sin… betear xD Por supuesto, con Monk bay, de Sunrise Avenue como fondo para escribirla: Spotify or Youtube.

Era pequeño y delgado, tanto que cuando caminaba despacio parecía una mera sombra. Silencioso y tímido, solía caminar lejos de la gente hasta que cogía mucha confianza. A menudo se le veía también con una chica. Bajita y regordeta, con una sonrisa brillante en los labios y un cabello rizado pelirrojo que le daba un aspecto exótico. Nadie sabía de dónde era, quienes eran sus padres ni nada acerca de ella. Respondía al nombre de Alegría y sabía muy bien cómo hacer que cada uno se sintiera mejor con sólo estar con ellos.

Era bonita, cariñosa y amable. Pero también era tonta. Se creía todo lo que la decían, desde la verdad más cuestionable hasta la mentira menos increíble. No entendía la diferencia entre una y otra; para ella, sólo eran frases que, ciertas o no, la hacían sentir bien. Hasta que la realidad golpeaba contra ella con violencia y la dejaba magullada y lastimada. Entonces se arrastraba por el suelo como un alma en pena, haciendo de todo menos honor a su nombre. Para evitarlo, él solía acompañarla. No decía nada, pero ahí estaba. Sin soltarla la mano.

El problema era cuando él estaba solo.

Daniel les había invitado a su casa hacía ya mucho tiempo. Nadia y Aída también. Cuando Alegría y él estaban no había problema. Reían, hablaban, soñaban... Pero a veces Alegría se iba de repente y ellos se quedaban a solas con él. Era pequeño sí, pero intimidaba; delgado, pero fuerte; tímido, pero atento a todos los puntos débiles; silencioso, pero cuando hablaba su voz se colaba en sus mentes y se amarraba con fuerza a la memoria. A veces, cuando uno de ellos se despertaba sobresaltado en mitad de la noche sentía aún su presencia inundando toda la estancia. Costaba mucho reconciliar el sueño después, todo parecía mucho más oscuro de lo que era en comparación.

Algunas veces, se llamaban entre ellos. Esa sensación de angustia se mitigaba un poco cuando estaban los tres juntos, o dos de ellos. Valía un abrazo, una llamada por el móvil, leer una carta que se habían escrito hacía un par de días, un mensaje electrónico, un peluche que se habían regalado. Algo que les hiciera sentir que no estaban solos. Los peores momentos eran cuando, de verdad, él estaba ahí. Impotente, poderoso, venenoso, letal... Cerraba la puerta al entrar tras de sí y los asustaba. Los únicos gritos que salían de sus gargantas estaban ahogados y llenos de lágrimas. Porque sí, había muchos gritos. Aída solía agarrarse la cabeza y echarse a llorar o decidía llamar por teléfono y, temblando, llamaba a todo aquel que le quisiera escuchar. Nadia simplemente se encogía, se mentía a sí misma diciendo que él no estaba allí. Ocupaba su tiempo en pensar en un montón de cosas con tal de no verse parada frente a él. Daniel tendía a golpear cosas. Tenía un saco de boxeo que su padre le había comprado cuando, en su primer arranque de ira, rompió una ventana. Un cúmulo de palabrotas brotaba de su boca y terminaba en el suelo, rojo de cansancio e ira. Pero cuando los tres salían de su cuarto, escapando como podía o porque él se lo había permitido, trataban de que no se viera ni una sola de las secuelas del ataque.

Eran amigos de Alegría, muy amigos. Podrían haberle pedido que se deshiciera de él, pero ya sabían que eso era imposible. Si alguien conseguía que Alegría permaneciera feliz mucho tiempo posible era él. También podrían haber tratado de huir, correr hacia ninguna parte. Pero él siempre sabía donde estaban. Siempre iba a saber qué puerta era la última en cerrarse, cuál era la que les iba a enjaular, cuál le dejaría estar a solas con ellos. No, no podía escapar de él. Porque nadie podía. Ni Aída, ni Nadia ni Daniel. Sólo quedaba un camino: enfrentarse a él. Porque si no, el Miedo, siempre sabría cómo acabar contigo.

comu: fandom_insano, personaje: Aída, género: drama, tabla: imágenes, título: Nadie es Nadia, género: angst, drabble, personaje: daniel, tema: soledad, tema: sentimientos, género: general, personaje: aída, centric, original, tema: miedo, tema: angst, personaje: nadia

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