Título: No querer crecer no es excusa para no madurar
Fandom: Harry Potter
Pairing/Personaje/Grupo: Familia Weasley, George Weasley
Rating: PG
Resumen: Los tiempos cambian y, con ellos, la gente. Menos Fred y George Weasley, que no quieren cambiar por nada del mundo.
Palabras: 401
Tabla: Momentos
Reto: #4
Comu:
30vicios -¡A ver cuando maduráis, vosotros dos!
Se lo dicen a todas horas, casi todo el mundo. Ellos sólo sonríen, como si la cosa no fuera con ellos. Como si eso de madurar no estuviera en la lista de cosas que hacer antes de morir. En esa lista hay un montón de ideas que se les ocurre cuando entrenan al Quidditch en lugar de escuchar lo que les dice Oliver; o mientras la Profesora Sprout les aleja de esa planta venenosa con tentáculos llenos de pinchos que se mueve despacio y sibilina al fondo del invernadero. Algunas de las ideas que han apuntado, tienen un trazo curioso, como si hubieran fumado más cardo del Lago, de ese con el que trafican los prefectos de quinto de Hufflepuff, o se hubieran pasado con la cerveza de mantequilla de las Tres Escobas.
Incluso ahora, con la llegada a Hogwarts de Dolores -grandes y sufridos dolores- Umbridge, los hermanos Weasley no tienen intención de cambiar de técnica o modo de actuación. Y no es porque Hermione no les haya mirado mal quinientas veces, ni porque no haya llegado más de un vociferador que les susurra, bajito, no os metáis en líos, por favor, de la señora Weasley. Tampoco es porque Angelina no esté desarrollando unos instintos homicidas contra sus dos golpeadores y su buscador.
Lo tienen muy claro: ellos no piensan cambiar, por mucho que cambien los tiempos.
Se van a dedicar a bromear, a sonreír, a reírse a carcajadas de todo el que puedan, a esconderse por las esquinas y pegar un susto a alguien, a hacer fortuna siendo ellos mismos. A aguantar lo que les caiga.
No importa quién sea el enemigo, ni de qué se disfraze. Importa que, el día en que les hayan arrebatado su sentido del humor y su optimismo, ya no serán ellos, y les habrán quitado todo. Es esa filosofía la que les convierte en lo que son, un atisbo de esperanza para muchos, una isla de risas en un océano de desastres. Hasta Hermione, Angelina y McGonagall, que llevan todo el año dedicándoles miradas suspicaces, sonríen de oreja a oreja cuando ven a los dos pelirrojos alzarse sobre las almenas de Hogwarts y escapar de allí.
Porque en el fondo saben, y quizás sea bueno hacer como que no están enteradas, que eso es madurar. Saber adaptarse a los tiempos sin perder lo mejor de uno mismo.