Fandom: Axis Powers Hetalia
Claim: España/Romano [Antonio/Lovino]
Rating: T
Advertencias: menciones sobre sexo
Notas: Medio inspirado en
esto, y en honor a ese maravilloso culo
matador!Spain Mirada
Durante el tiempo que permanecieron juntos, Lovino aprendió que Antonio tenía diferentes formas de ser, dependiendo del lugar donde estuviera. Es decir, no se comportaba igual en casa, en el campo de batalla, o en la Plaza de Toros.
El italiano no podía saber cómo era Antonio peleando, nunca había llegado a verle en plena batalla, pero suponía que sonriendo y haciendo el tonto, nunca habría conseguido que en su Reino jamás se pusiera el Sol. En cambio, sí lo había visto torear.
Y podía asegurar no haber visto jamás algo así.
Era como si Antonio cambiara completamente de personalidad. Esa sonrisa bobalicona se convertía en una sonrisa altanera, como si le estuviera diciendo al toro "no vas a poder conmigo". Y tal vez era en la forma tan precisa en la que conseguía burlar al animal, cuando parecía que lo había pillado, o esa forma tan elegante en la que se movía, pero no había duda que Antonio, en medio de esa Plaza, se veía sexy.
Y no es que lo dijera Lovino (prefería arrancarse la lengua antes que admitir eso), el centenar de chicas que chillaban desde las gradas, algunas vitoreando al español, otras directamente pidiéndole un hijo, eran suficiente prueba de ello. Lovino había tardado un tiempo a acostumbrarse a eso, las primeras veces había tenido que hacer esfuerzos sobrehumanos para no coger del cuello a una chica que había a su lado, chillando hasta quedarse afónica, y ahorcarla hasta dejarla tiesa.
Y no es que estuviera celoso. Claro que no.
No tenía motivos para estarlo, de todas formas. Porque sabía que cuando Antonio hubiera terminado con el toro, cuando toda la Plaza estuviera en pie, aplaudiéndole y ovacionándole, Antonio le buscaría a él, entre toda la multitud, y le miraría de esa forma. Con esa mirada que podría hacerle arder si se la mantenía durante un par de minutos.
Lovino se relamió en anticipación. No sabía si es que el exceso de adrenalina hacía que algo en Antonio cambiara, pero el italiano sabía que esa mirada significaba un claro y contundente "no te voy a dejar dormir esta noche".
Y Lovino no podía estar más feliz con su futura noche en vela.