Project: "Merry Fucking Christmas"
Title: “Brian & Justin - A Fairy Tale?”
Author:
pet0511Beta and more: Cindy, aka
q_dicted.
Project Manager and Creative Director:
galehotTimeline: Post 513
Disclaimer:They are not mine and I don´t own anything - it´s just for fun!
”Brian & Justin - A Fairy Tale?”
Título: “Brian & Justin, ¿un cuento de hadas?”
Notas: Creado para el Proyecto “Merry fucking Christmas”
Autor: Pam81
Palabras: 5.186
Situado: Post 513. Diciembre, tras la marcha de Justin a Nueva York.
Disclaimer: Ellos no me pertenecen, no soy dueña de nada, es sólo por diversión.
****
-“¿Sabes qué? ¡¡OLVÍDALO!! ¡Olvida todo lo que dije, simplemente olvídalo, joder! Te diré lo que vamos a hacer, haz lo que quieras, yo haré lo mismo ¿ves? No hay necesidad de más peleas, todo el mundo feliz…¿no es lo que querías desde el principio? ¡¡Y ahora, POR FAVOR, déjame sólo joder!!”-apreté con fuerza el botón rojo en el móvil y lo lancé a la cama tras de mí.
Decir que estoy furioso no le hace justicia a mis sentimientos. Por supuesto que estoy furioso, pero es mucho más que eso, estoy cansado. Cansado de estar atrapado en las llamadas entre Nueva York y Pittsburgh, de tener conversaciones incómodas con Brian que nunca me dejan satisfecho una vez acaban y de tener la amarga sensación de que durante todos los meses que llevo en Nueva York no hemos conseguido encontrar una manera de establecer nuestra relación a distancia, ni en lo más mínimo.
Ha sido como andar sobre cáscaras de huevo la mayor parte del tiempo y la cercanía de estas vacaciones no han hecho la situación más fácil. Esa fue la razón por la que le sugerí aquel plan a Brian hace unos días: vayámonos, vayámonos a pasar algún tiempo a solas en algún lugar donde podamos olvidarnos de nuestra vida diaria, de todos los malentendidos y los problemas, démonos la oportunidad de estar el uno con el otro durante unos días, para descansar un poco.
Ha sido un año duro para nosotros, con muchos momentos de angustiante nerviosismo extremo, desde la última separación hasta la bomba, pasando por nuestra sorprendente decisión de casarnos y mi marcha a Nueva York poco después. Creía, y todavía lo hago, que nos hemos ganado unos días de relax después de todo esto.
Por supuesto nunca esperé que Brian se lanzara de cabeza en esto conmigo y comenzara a hacer reservas donde cojones quiera que fuera. A pesar de que se ha suavizado un poco después del atentado y en nuestra fase luna de miel, como yo la llamo en secreto, se que sigue siendo Brian, amor y deseo, complicado y cerrado cuando hay que enfrentar problemas abiertamente, sacarlos afuera…bueno, digamos que sus habilidades de comunicación son incluso peores que las mías. Pero yo estaba dispuesto a darle una oportunidad y cuando el tema ¿Qué pasa con la Navidad? Surgió por primera vez entre nosotros, presenté mi bien pensado plan. No había pensado en las reacciones que podía obtener de él, me había armado de valor contra ellos pero, como tantas veces antes, me sorprendió, lamentablemente no en un buen sentido cuando me dijo-“¿De dónde coño sale esa idea, Sunshine?”
Le di un descanso, para pensar sobre mi idea. Como las fiestas se acercaban saqué de nuevo el tema, que acabó en discusión en las dos ocasiones, las declaraciones molestas de Brian, dramatismo por mi parte, silencios mutuos durante los días siguientes. Así que decido hacer un último intento hoy, todo calma y sosiego, todo con tal de llegar a la meta final de un acuerdo entre ambos. Lamentablemente, mi forzada calma no duró mucho hasta que acabamos peleando, otra vez, con un sarcástico e impermeable Brian y yo acabando con la llamada abruptamente.
Parado aquí en mi pequeño apartamento en esta ciudad fascinante que aún no puedo llamar ‘hogar’ me juro a mí mismo que voy a hacer lo que había anunciado antes: voy a tener las vacaciones que he deseado-y que le jodan a él.
***
Brian POV-13 de diciembre
Ese pequeño mierdecilla ¿Cómo se atreve? Terminar así de esta manera…
Estoy parado en la habitación del loft, mirando a mi móvil, sorprendido, totalmente enmudecido-ciertamente no impotente o desesperado…yo nunca estoy impotente o desesperado. Frustrado, tal vez, pero nunca impotente.
Con el móvil aún en la mano me voy hasta la sala y me siento en el sofá. Sin tener un plan sobre qué hacer ahora, parezco haber encontrado algún interés en mirar al móvil. Después de un momento, lo coloco en la mesa frente a mí. Una parte de mi sigue esperando que vuelva a sonar en cualquier momento, pero otra parte, la mayor parte, llamadla ilusión, es más que consciente de que él ha llegado a su límite.
Supongo que me lo esperaba. No es que lo quisiera, por supuesto que no, pero no pude evitarlo. Lo he visto venir desde que sacó el tema por primera vez, pero he sentido que estaba al límite mucho antes de eso, por muchas razones.
Sobre todo Kinnetik, en la que he estado invirtiendo la mayor parte de mi tiempo, especialmente desde que Justin se marchó a Nueva York. He trabajado como un obseso, pero por primera vez en mi vida no he obtenido los resultados que esperaba. Algunos grandes clientes habían decidido irse a otras agencias de publicidad y sabía por qué lo habían hecho, lo supe en aquel momento: las campañas que ofrecimos, que ofrecía, lo que se me ocurría era…aburrido. Pero por más que traté de recuperar mi vieja inspiración, por más que trataba de conseguir nuevos clientes, nada funcionaba. Conocía las miradas de Cinthya y Theodore, por supuesto que sí, pero eso no cambiaba nada.
Siendo mi típico yo, no hablé de ello con nadie. No habría ayudado, eso es lo que me dije a mí mismo. Pero había también una pequeña voz que no dejaba de oír de vez en cuando ¿Con quién podría haber hablado?
¿Michael? No. Hicimos un poco las paces tras la bomba pero nunca volvió a tener la vieja familiaridad que teníamos. Había pasado demasiado, se había dicho demasiado. Supongo que algunas cosas no están predestinadas a cambiar.
Lindsay no era una opción tampoco, no lo había sido durante mucho tiempo, si era honesto conmigo mismo. Algunas horas cada noche, sólo en el loft con mi viejo amigo JB, por fin me dejó con la verdad que había evitado durante mucho tiempo: que ella había hecho mal uso de ese poder indefinido que tenía sobre mí en más de una ocasión. Dolió al aceptarlo pero una vez lo supe ya no había vuelta a tras a una cercana amistad. Es la madre de mi hijo y siempre la respetaré y apoyaré cuando lo necesite pero aparte de Gus, nuestras vidas ya no van a volver a solaparse.
Entonces ¿quién queda? Sabía la respuesta, estaba justo delante de mí, es la persona a la que siempre he regresado después de tantos años, Justin. Se además, sin embargo, que es igualmente la razón y la respuesta de todo el lío en el que ahora me encuentro.
¡Mierda!
Bien, parece que estoy jodido, ¿no?
Pienso en mi gran plan que, por supuesto, jamás le he contado a nadie. El plan maestro de Brian Kinney, que casi regresa a la vida la noche que Justin y yo decidimos cancelar la boda y definirlo más y más cada día hasta convertirlo casi en una verdadera obsesión. En este momento, sentado en el sofá y ¿por qué cojones no puedo dejar de mirar este maldito teléfono? Me permito lo que rara vez he hecho-articular mi gran plan: abrir una sucursal de Kinnetik en Nueva York tras las fiestas de Navidad.
Nunca he sido fantasioso, siempre supe desde el principio que debía empezar desde abajo y que no sería algo fácil de hacer pero estaba decidido y bueno, nunca había fallado hasta ahora. Siempre quise ir, yo sólo. Pero ahora, desde que sabía que Justin vivía allí, o al menos que lo haría por algún tiempo, mi antiguo-deseo-de ir se había convertido en uno innegociable. He querido sorprender a Justin, hacer un gran gesto en Navidad, al estilo Kinney. Pero cuánto más se acercaba la Navidad más tenía que aceptar que mi plan no iba a funcionar como había planeado. De hecho, era exactamente lo contrario: Ahora mismo estoy más lejos de irme a Nueva York que cuando nació mi plan.
¡A la mierda Kinnetik. A la mierda los negocios. A la mierda Nueva York y a la mierda tu, Justin!
Podría decirme a mí mismo una y otra vez que todo esto es sobre Kinnetik y el éxito, pero estando sentado aquí tengo que admitirme a mí mismo que esa no es la verdad. Después de que Kinnetik hubiera abierto sus puertas yo hice las paces con Pittsburgh. Hasta el hecho de que Justin se mudara a Nueva York hubiera aparecido, Nueva York casi nunca se había pasado por mi mente, al menos no como un lugar al que ir a la mayor brevedad posible, como el lugar sagrado que antes pensaba que era.
Pero aquella noche cuando decidimos cancelar la boda tuve una revelación: no quería volver a vivir sin él otra vez, nunca. Y si eso significaba que tenía que ir allí, también, entonces, así sería. Así de simple.
Sólo que, no había sido tan simple en realidad. Cuanto más tenía que aceptarlo, más silencioso e inaccesible en mis conversaciones con Justin. No nos habíamos visto hacía tres meses, desde que se marchara de Pittsburgh, y sabía que había sido duro para él, estar sólo en la gran ciudad. La principal razón por la que él pudo soportar estos meses era la perspectiva de pasar las vacaciones juntos. Me daba cuenta de su reciente frustración, sabía que él esperaba algo diferente, algo más de mí, porque estábamos bien cuando se fue. A pesar de que no habíamos hecho planes concretos, sabía que él esperaba que todo se aclararía una vez se asentara en Nueva York.
Alguna vez había considerado sobre contarle de mi gran plan, sólo para evitar más conversaciones incómodas. Pero en el último momento siempre había algo que me detenía. No estaba seguro de cómo iba a reaccionar: era MI plan, MI decisión, e incluso de haberle encantado al final, no habría estado contento al saber que yo no le había incluido en el desde el principio. Sabía que por lo menos, debía esperar que flipara un poco.
Y como resultado volví a dominar de nuevo mis habilidades para comunicarme con él de una manera poco apropiada. Desde temprano me había graduado en actuar como el peor compañero con el que hablar desde los inicios de la Humanidad desde que sacó el tema Navidades por primera vez. Era como si yo no hubiera sido el único en hacer planes para estas fiestas con las que nunca había comulgado. No, él tenía planes también, planes programados tras reconsiderar las situación y los problemas que evidentemente existían entre nosotros y, como el jodido pequeño cabezota que siempre fue y que siempre será sugirió ‘algunos días para nosotros’, donde cojones fuera.
No sé exactamente qué me hizo reaccionar como lo hice. No me cogió por sorpresa-sabía que las vacaciones se acercaban. Joder, era lo que yo mismo había estado pensando. Pero aún así, después de escuchar su discurso cuidadosamente preparado, me quedé atónito. En ese momento, todas mis esperanzas, todo lo que había pensado para que mi plan llegara a ser una realidad, y toda la decepción que había sentido en las últimas semanas, todo se desplomó sobre mí y me dejó actuar como el Rey de Los Gilipollas, no es un juego de palabras. Sentí de inmediato su decepción, me llegó con toda su fuerza, pero aún así yo no podía, no…no hice nada para arreglarlo.
El tema quedó entre nosotros-tácito-como el elefante rosa que era. Incluso cuando no estábamos hablando de eso, ahí estaba: cada vez que veía a Debbie en el diner o hablaba con Michael y cuando tenía que firmar algo sobre la ‘gran pre fiesta de Navidad para Kinnetik’, cada jodida vez que era preguntado sobre nuestros planes. No podía apartarlo de mi mente del todo. JB tampoco me dio ninguna respuesta. Todavía me estaba revolcando en la decepción de mi propio fracaso y ya había empezado a odiarme a mí mismo por haberme portado como un gilipollas con Justin.
Había momentos en los que deseaba que ‘los buenos viejos días’ regresaran, cuando tenía días de Navidad ‘al estilo Kinney’, alias, días repletos de sexo sin obligaciones ni discusiones de ningún tipo. Pero incluso entonces, supe con absoluta certeza que podría cazar todos los demonios si se hubieran atrevido a intentar cambiar mi vida, mi vida con Justin.
Ahora, por lo que parece, el tópico ‘lo que deseo por Navidad’ está cerrado.
Problema resuelto.
O no.
¡Joder!
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Justin POV-22 de Diciembre.
Dos días para Navidad. Santo Dios.
Mi estado de ánimo ha estado cambiando constantemente desde la última vez que hablé con Brian-hace nueve putos días.
Al principio me sentía fuerte y estaba convencido de que había manejado a Brian y la situación, de la única manera que podía evitar un gran drama. Estaba seguro de que me llamaría una vez se hubiera calmado-o por lo menos el sábado. Desde que llevo viviendo en Nueva York hemos tenido nuestros ‘especial sábado noche’, reservado sólo para nosotros. Durante los últimos meses, esas horas eran lo más cercano a una comunicación real que teníamos.
Pasé la noche del sábado esperando-para nada. Cuando finalmente me dormí, sobre las cuatro de la madrugada, estaba exhausto. La rabia que había estado sintiendo los días anteriores había desaparecido y se había convertido en una mezcla de ignorancia y frustración. Consideré el llamarle, pero al final deseché la idea. Conozco demasiado bien la forma de manejar el dolor de Brian. No estaba seguro de cómo reaccionaría yo antes un Brian borracho o perdido, o peor aún, encontrar que no estaba sólo. Los dos seguíamos teniendo ligues pero las cosas habían cambiado desde nuestra ‘fase de luna de miel’, y no solo por mi parte. Basándome en las horas y la frecuencia en que llamaba sabía que había estado trabajando en Kinnetik veinticuatro horas al día, siete días a la semana, sólo interrumpido por ocasionales idas a Babylon para volver locos a los trabajadores con su impaciencia por reabrir lo antes posible. Si los emails de Emmet eran una pista, no se había visto a Brian en ningún otro club desde que me fui tampoco. Basándome en eso, sería seguro asumir que el tener a un ligue con él el sábado por la noche sólo podría significar una cosa; Brian quería hacerme daño. Y ciertamente no quería verme expuesto a eso.
Durante los últimos días mis cambios de humor habían aumentado de forma considerable. Cada pequeña cosa me volvía loco o triste. Supongo que así es como las mujeres se sienten cuando tienen el síndrome premenstrual. Todo esto me volvía loco.
Y, por supuesto, me hizo pensar. Me hizo repensar en nuestras conversaciones de los últimos meses. Cada vez me cuestionaba más y más si había estado entendiendo mal los términos que silenciosamente habíamos acordado entes de que yo me fuera. Me di cuenta de que Brian se había vuelto más y más cerrado y secreto. Pero el hecho de que él seguía llamando incluso de manera más frecuente me llevó a no entrar en eso: le conocía desde hacía demasiado como para encontrar su comportamiento seriamente a tener en cuenta.
¿Quizá había leído mal las señales?
Con el fin de evitar pensar y quejarme todo el tiempo me mantuve ocupado.
Pinté. En el pasado, más frecuentemente ocurría que mis mejores pinturas salían de mi mal humor. Esta vez, desafortunadamente, no ocurrió así, lo que sólo alimentó mi depresión.
Contacté con mi madre y los chicos en Pittsburgh para conocer sus planes para las fiestas. El resultado tampoco me hizo sentirme mejor. Michael, Debbie y sus hombres se iban con las bolleras y los niños a Florida-algo sobre un aniversario que los padres de Mel iban a celebrar allí. Me invitaron a unirme a ellos, pero me negué-no habrían sido las fiestas que tenía en mente para mí.
Al final he tenido que concluir que ninguno de ellos podrían ayudarme en esto: Emmet tenía que organizar un gran evento, Daphne planeaba irse a esquiar y mi madre no era una opción tampoco: ella había asumido, por supuesto, que yo pasaría las fiestas con Brian y ella había planeado irse con Molly al lago Erie con unas amigas suyas. No le pregunté a Ted y Blake, nosotros nunca fuimos amigos tan cercanos y nos habríamos sentido incómodos compartiendo la Navidad como ‘un trío’. No importaba de todos modos porque había escuchado de Emmet que no estarían en Pittsburgh: se marchaban a Nueva Orleans hasta después de Año Nuevo.
No tengo que decir que esas conversaciones no mejoraron mi estado de ánimo en absoluto. No sólo que todos ellos fueran a tener las grandes Navidades que yo había deseado, también tuve que pasar por las veinte preguntas sobre nuestros planes para Navidad. Estaba más que molesto: ¡primero me ‘roban’ mi idea y luego tienen el valor de hacerme enfrentarme a mi situación! Sabía que estaba siendo injusto, pero en ese tiempo el revolcarme en la autocompasión parecía haberse convertido en mi estado de ánimo preferido.
No podría contar las veces en las que pensé en ponerme en contacto con Brian. Cada día que pasaba parecía volverse más complicado-sinceramente no se si fue mi terquedad o mi creciente miedo por su reacción lo que me hacían no hacer nada al final.
Ahora es mejor que enfrente la situación: pasaré las fiestas sólo en Nueva York, acompañado por la certeza de que a mi compañero le importo un carajo.
¡No es en absoluto lo que había deseado!
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Brian POV-22 de diciembre
No puedo creerlo…
No esperé eso. Sabía que había sido un gilipollas, durante semanas, y no sólo con respecto a esta mierda de las fiestas. Sin embargo, si soy honesto conmigo mismo, tengo que admitir que no esperaba que esto se convirtiera en algo tan…serio.
Cuando no supe nada de él en los primeros días le culpé por ser una princesa del drama. Una princesa y un jodido y terco cabrón…y no tenía ningún interés en lidiar con eso. Pero luego el sábado por la noche llegó y se fue sin una palabra por su parte. Me desperté al día siguiente cerca de mediodía, acarreando una de las más grandes resacas que he tenido después de pasarme toda la noche hablando con mi amigo Jim hasta quedarme desmayado en el sofá. Cuando aspiré el café al día siguiente, finalmente comencé a ver que había subestimado su rabia.
El sentimiento de arrepentimiento, desconocido y no deseado, se implantó en mí y no puedo deshacerme de él, no importa lo mucho que trate de justificar mi comportamiento. ¡Brian Kinney no se arrepiente-inténtalo de nuevo! Brian Kinney no celebra la Navidad…en algún momento hace mucho tiempo yo mismo he dejado de creer en toda esa mierda que he estado tratando de venderle al mundo. Dios, soy tan patético-en serio que podría haberle enseñado a Michael una lección o dos.
Sin embargo, a pesar de que en realidad no se por qué, no sé porqué no pude reponerme y dar el primer paso. Quizá esa sea la única de las reglas Kinney que sigue intacta-no ir tras de nadie. Mientras intentaba ajustarme a esto de cara a la galería, no podía acallar el pequeño mantra en mi mente que trataba de asegurarme con molesta persistencia: él va a entrar en razón. Todo va a estar bien. Él entrará en razón. Todo estará bien…
¡A la mierda la Navidad!
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Justin POV-24 de diciembre
¿Qué coño esperaba conseguir con mi terquedad?
Estoy sentado en mi sofá y me reiría si no estuviera tan jodidamente triste. Cuando desperté esta mañana no parecía tan malo: mi apartamento se vería agradable y acogedor, cuidadosamente adornado con un pequeño árbol de Navidad, algunas velas aquí y allá, y los regalos que me habían llegado por correo esparcidos por la mesa del café. Ayer incluso me había preparado mi amada cena, Jambalaya, especiada y como todos sabemos, sabe mejor al segundo día.
Primero, mantenerme ocupado y pintar en el cuadro que había empezado unos días antes. Después de que oscureció paré y decidí prepararme para mi propia celebración de la Navidad. Fue entonces cuando las cosas empezaron a ir cuesta abajo. De repente me di cuenta de mi situación, sentado sólo en mi habitación la víspera antes de Navidad, aspirando el aromático olor de la Jambalaya de la cocina, mirando las parpadeantes luces de las velas-y no sentí nada excepto soledad y tristeza. Si todavía tenía alguna esperanza de que Brian se presentara o llamara, se había ido en ese momento.
Sin pensarlo dos veces apagué la estufa, soplé las velas y me tumbé en la cama.
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Brian POV-24 de diciembre
¿Qué coño pensaba que estaba haciendo?
Sinceramente, no sé si había pensado en todo. Ni en mis más salvajes sueños lo vi venir: pasar la Navidad en el loft, solo, sin Justin. Sigue sin importarme una mierda la Navidad-pero él me importa más que una mierda.
Me pregunto cuánto de mal la he cagado esta vez, que puedo hacer para arreglarlo-si es que puedo hacer algo. Esperaba alguna ayuda de Lindsay en esta materia, no es que yo la hubiera pedido, por supuesto. La había llamado después de que la familia volara a Florida pero después de oírla suspirar profundamente colgué inmediatamente: sabía que no podía escuchar el final de lo que tenía que decir, una vez que empezó su molesto discurso sobre que tenía que hacer algo y arreglar las cosas con Justin lo antes posible.
No necesito a nadie para que me cuente lo que ya se. Lo que necesito es…
¡Joder!
Bueno, eso también.
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Justin POV-28 de diciembre.
Tenía la esperanza de sentirme mejor una vez las vacaciones hubieran terminado. Lamentablemente, esto no sucedió. Cualquier cosa que hiciera-pintar, navegar por la red, ver la televisión- revolcarme en la autocompasión siempre tenía la sartén por el mango. ¡Patético, lo sé!
Anoche hablé con Daphne. Ella ya está muy acostumbrada al ‘Drama Brian&Justin’ que es como ella tan bien llama nuestro-lo-que-sea-de-siempre. Me pasé toda la llamada quejándome y despotricando, con la esperanza de conseguir al final algo de simpatía, pero al final ella se carcajeó y me dijo que madurara y que llamara a Brian.
No me hizo gracia.
Esta mañana me he dado cuenta de que es casi la víspera de Año Nuevo. En el pasado nunca me importó mucho en un sentido o en otro, nunca entendí tanto bombo. Es sólo un año más. Este año es diferente. Yo soy diferente. Quiero, incluso necesito abandonar este complicado y excitante año detrás de mí, pero de buen término. Un nuevo comienzo-que es lo que quiero y necesito para seguir adelante con mi vida.
Creo que esta es la idea principal de que acabara con mi fiesta de autocompasión. Cualquiera que sea el resultado, tomé una decisión. Es eso por lo que estoy sentado en mi cama ahora mismo, móvil en mano mirando el texto que se puede leer en mi pantalla. Dice: Marriot Resort, Hilton Head Island, 30 de diciembre.
Pulso el botón de enviar.
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Brian POV-30 de diciembre.
No puedo recordar la última vez que estuve tan nervioso-quizá nunca.
Estoy sentado en la puta zona de fumadores del puto Hotel Marriot en la puta Hilton Head Island. Una botella de agua en una mano, un cigarrillo en la otra, veo pasar la gente a mi alrededor, escucho los gritos de los niños en la piscina cercana mientras trato de calmarme de una vez. Desde que recibí ese críptico mensaje de Justin, siento que estoy siendo atacado por todos los sentimientos posibles en el hombre: ira, confusión, represión, emoción, alivio…especialmente el alivio.
Por supuesto, lo odio. Odio lo que esto me hace, lo que él me hace. Mi mayor temor se había convertido en realidad: me he convertido en una puta lesbiana. Me resisto todo lo que puedo pero al final tengo que enfrentar la realidad: mi bienestar depende de Justin, por lo menos en una gran parte que jamás había imaginado admitir.
No había cambiado nada. Me di cuenta de que mis jodidos días como master de la ignorancia habían acabado: las últimas semanas habían sido una mierda, y me había sentido miserable. Y ahora, finalmente había tenido que tragarme mi orgullo y tratar de arreglarlo, joder.
Unos pocos clics en internet y aquí estoy, dos días después, esperando haber entendido bien el mensaje.
Así que espero.
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Justin POV-30 de diciembre.
Aquí está él-y sigue siendo el hombre más hermoso que he visto nunca.
Le observo. Trato de mantenerme quieto, sólo quiero verlo unos minutos más y esperar a que mis nervios se calmen.
Desde que envié el mensaje me he sentido como el conejito de Energizer; vivo e inquieto. Incluso sin saber cómo iba a reaccionar Brian, o si él reaccionaría en absoluto, eso no tenía ninguna influencia sobre mi estado de ánimo cada vez mejor y mejor. Al final, había hecho algo. Y él también. Él vino.
Llegué a la isla ayer. Me gustó la preciosa habitación, registré el hotel y sus alrededores y pasé horas, bien entrada la noche sentado en la terraza, viendo el mar y escuchando el ruido de las olas. Me sentí increíblemente contento.
Mi estado de relajación, por desgracia, se había esfumado en cuanto me desperté a la mañana siguiente. No tenía ningún plan, no podía hacer otra cosa que esperar y ver que iba- o no iba- a pasar.
Después del desayuno bajé a la zona de la piscina y desde entonces, me he estado escondiendo tras una sombrilla, llevando gafas de sol y el sombrero más grande que pude encontrar ayer.
Le veo en el momento en el que sale del hotel, sigue llevando su cazadora de cuero y una pequeña maleta de viaje en una mano. Como era de esperar, se da cuenta perfectamente que uno de los camareros se le acerca, obviamente ofreciéndole sus servicios. Su sonrisa se desvanece al instante cuando Brian le da una pequeña orden, tan siquiera molestarse en mirarle dos veces. Evidentemente irritado el camarero regresa hasta Brian un momento después con una botella de agua y sin siquiera echarle una mirada, Brian firma la cuenta y se marcha al área de fumadores.
Yo sonrío.
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Brian POV-30 de diciembre.
-“Hey”
Miro hacia arriba para ver a Justin de pié delante de mí, viéndose ridículamente guapo enfundado en un gran sombrero rojo para protegerse del sol, sonriéndome con una de sus típicas sonrisas cautivadoras. No puedo evitar sonreírle también.
-“Hey tú”
Por unos momentos sólo nos miramos el uno al otro, ambos sintiendo esta incertidumbre. Pero no dura mucho tiempo y es reemplazada por mutuas expresiones de pura alegría y alivio.
Me levanto de la silla y hago lo único que puedo hacer-le atraigo entre mis brazos.
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Justin POV-víspera de Año Nuevo.
Estoy feliz, ridículamente feliz.
En el mismo momento en que sentí sus brazos a mi alrededor y que tiraba de mí para un débil abrazo, toda la tristeza se había ido. Sabía que no había resuelto nada todavía, pero sabía que lo haríamos-como coño fuera.
Sin decir una sola palabra nos fuimos a nuestra habitación.
Durante las últimas 24horas hemos tenido probablemente, el mejor sexo que hayamos tenido, y eso ya es decir. Las últimas semanas habían hecho mella en nosotros y nos dejaron más abiertos y vulnerables que de costumbre. El resultado fue impresionante y en ocasiones, casi imposible de soportar, pero el follar había sido de siempre la mejor manera para comunicarnos-diciendo cosas sin temor a ser malinterpretados. Recuerdo una situación, hace mucho tiempo atrás, cuando Brian dijo algo sobre ‘las limitaciones del lenguaje’ para describirnos. Estoy de acuerdo.
Pero también hablamos, largo y más de una vez. Hablamos más en esa habitación de hotel que todos los años que hacía que nos conocíamos, juntos. Por una vez, no era sólo yo el que quería: nunca había visto a Brian tan abierto y desprotegido antes. Sabía que no duraría mucho, pero no me importaba: no voy a olvidar las cosas que dijo, y eso es todo lo que necesito.
Ni Brian ni yo esperábamos resolver todos nuestros problemas en una sola noche. Tan siquiera habíamos puesto nuevas reglas o irreales promesas. Pero por una vez éramos totalmente honestos. Las últimas semanas nos habían dejado dolorosamente claro que no un ‘te quiero’ sería suficiente para acabar con un desastre que fácilmente podría acabar con el ‘nosotros’ para siempre.
Hablamos de cosas del pasado, de cosas grandes y pequeñas, muchas de ellas dolorosas e hirientes. Era importante para nosotros poder poner una línea en el pasado y dejarlo ir. También hablamos sobre el ahora y el futuro, sobre lo que cada uno quería y necesitaba, para nosotros y para nuestra relación. Una vez más nos cruzamos con temas sensibles, y no todo lo que se dijo nos hizo feliz, pero aun así, lo dijimos. Fue agotador y liberador al mismo tiempo. Pero no importaba lo que se dijera, había una verdad que hacía que todo lo revelado valiera la pena: ninguno de nosotros tiene ninguna duda del deseo de tratar que esto funcione, incluso cuando se vuelva incómodo o la jodamos.
Y por primera vez, supimos que podíamos confiar el uno en el otro.
Al final fue-también para nosotros-lógico y natural discutir nuestra situación de vida actual. Las expectativas y los deseos fueron finalmente dichos, incluso el plan de Brian de abrir una sucursal de Kinnetik en Nueva York. Hemos hecho un montón de decisiones aquí, mutuas visitas regulares hasta la última y definitiva, vivir juntos otra vez antes de dos años. Tanto si es en Pittsburgh como en Nueva York, ya veremos, haremos que funcione de una manera o de otra.
Empiezo a reírme. Es cursi y absolutamente increíble. Si alguno de nuestros amigos pudieran vernos u oírnos ahora mismo, pensarían que habrían sido expulsados a un universo alternativo…nadie lo creería.
Me río más y miro a Brian que interrogante mente me devuelve la mirada.
Me encojo de hombros y le devuelvo la sonrisa.
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Brian POV-Víspera de Año Nuevo.
Un nuevo comienzo…
Sentado en la playa, observo a la gente que está esperando con nosotros por el Año Nuevo. Un nuevo comienzo…con estas palabras comenzó Justin nuestra primera conversación de ayer: Eso es lo que él quiere, un nuevo comienzo-conmigo.
Mientras dejo que los recuerdos de las últimas 24horas recorran mi mente, veo cómo he llegado a la situación en la que estoy. Rodeado de extraños, sobre todo borrachos, que llevan esa sonrisa tonta inducida por el alcohol, estoy sentado en la playa en una barata silla de plástico, con una copa de champán en la mano, mirando el mar, que ha sido iluminado para esta noche tan especial. Justo a mi lado está sentado Justin. De vez en cuando sacudo la cabeza porque la situación es completamente surrealista: si alguien me hubiera dicho hace un año cómo iba a pasar la víspera de mi próximo Año Nuevo, habría elegido la abstinencia total de sexo y alcohol en vez de esto.
O tal vez no.
No importa. Nunca he sido fan de los ‘y si’, y ahora mismo todo lo que me importa es que estoy exactamente donde quiero estar.
Me acerco a Justin y tomo su mano en la mía.