Dec 19, 2006 20:46
El niño besó su frente; la mano rozaba indecentemente el hombro. Corrió hacia el parque otra vez, lo despidió de forma dócil e involuntaria. Miró al suelo, no había pelotas, ni rastrillos de colores, cubos…ningún juguete al fin. Sonreía su soledad, arrastrando los dedos entre la arena. No debía jugar, no tenía porque jugar. No quería.
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Besos desde la Mancha
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