Título: Futuro.
Fandom: Harry Potter.
Personajes: Lizbeth & Carol (OC's)
Tabla:
Momentos Momento: 11. Futuro.
Disclaimer: Propiedad de JK. Todo menos nosotras.
-Oh pasen, ¡pasen mis niños! Hoy tenemos una clase muy interesante…
-Genial, de nuevo a ver bolas llenas de humo. Por mi parte, sigo pensando que ella misma fuma dentro de ellas -susurró Carol, empezando a entrar por las escaleras que daban al altillo. Lizbeth, a su lado, asintió y fingió vomitar haciendo arcadas exageradas. La clase de Adivinación les parecía… ¿Cómo decirlo? Era esa clase donde se dedicaban a fastidiar sin poner una pisca de atención. Nunca. Usualmente no solían poner atención pero cuando se decían cosas importantes Carol era la primera en anotar o responder a la pregunta, pero no en aquella clase. Usualmente se ponían a jugar con las varitas, si no era que Perse se mareaba con los olores del salón y se dormía sobre la mesa.
- ¿Qué supones que hagamos hoy? -la prefecta miró a su amiga, dejando su mochila en el suelo.
La más alta se encogió de hombros, envolviéndose mejor el cuello con una bufanda roja y dorada.
-Uhm, no sé, ¿ver el futuuuuro? -aventuró, alargando la vocal y poniéndole un tono ridículo.
-Bah, sabría más sobre el futuro viendo algún canal muggle, al menos los del clima saben o no si lloverá mañana…
-Hoy leeremos los posos de té, ya hemos practicado antes así que saben cómo hacerlo -murmuró la profesora Trelawney, mientras Lavender y Parvati temblaban de emoción en sus sillas-. Despejen sus mentes…vean más allá…
Coco rodó los ojos y sirvió un poco de té en dos tasas que habían sobre su mesa. Lizbeth tomó la suya de inmediato, llevándosela a los labios y empezando a beber.
-Eh… ¡Eh! ¡EH! -Carol le alejó la tasa de inmediato-. ¿Qué haces? Se supone que debes dejar los cunchos o lo que sea para poder “leerlos” -reclamó, haciendo comas en el aire.
Liz miró a su amiga; miro la tasa; a Carol y de nuevo la tasa. Finalmente solo tomó el pequeño objeto y escupió en él de regreso el poco té que aún le quedaba en la boca. La prefecta tuvo que hacer un acoplo de fuerzas para no reírse.
-Qué asco, y yo tendré que leer eso…
Justo en ese momento Trelawney pasó tras ellas.
-A ver, mi niña, ¿Qué dice la tasa de tu compañera? -preguntó, arreglándose sus chales y parpadeando tras las gafas.
Carol tomó la tasa con el poco de té regresado por su amiga y fingió analizarlo con ojo crítico.
-Uhm, aquí veo un pedazo del tocino que Lizzie se desayunó esta mañana…lo cual me confirma que no se lavo los dientes… ¡claro! Y eso fue porque salimos tarde del GC, y por eso llegamos tarde a clase de Pociones; ¡eso es! -La Gryffindor miró a la profesora-. Esta cosa no predice el futuro, ¡reafirma el pasado!
Perse, con mucho menos control que su amiga, rompió en carcajadas enseguida. Trelawney, muy poco contenta de que sabotearan la clase de ese modo, les dio una mirada severa. Parvati y Lavender cuchicheaban como nunca, mirándoles con el ceño fruncido, mientras que Ron, junto a Harry, parecía tan divertido como ellas.
-Señorita Turner -murmuró la maestra, intentando mantener la calma-. ¿Por qué no intenta usted leer la tasa de su compañera?
Lizbeth asintió, tomando la tasa después de que Carol tomara el té dejando unos cuantos cunchos.
-Uhm…a ver…a ver…-en ese momento hojeó un par de veces su libro “Disipar las nieblas del futuro“ murmurando «claro, claro» y «uhm, por supuesto…» llevándose una mano a la barbilla y asintiendo con concentración. Carol pudo apostar su recién pulida insignia a que estaba fingiendo-. Pues, veamos…aquí veo un elefante rosado que hace equilibrio…lo cual me dice que hoy no cenarás. Además, al lado hay una gallina de tres patas…lo cual significa que seguramente le quitará pronto puntos a su propia casa….y ¡oh! Veo un hurón…lo cual me asegura que a la salida ella y Malfoy…-antes de que pudiera continuar la prefecta se aseguro de darle un buen puntapié bajo la mesa-. ¡Auch!
-Cinco puntos menos para Gryffindor -murmuró, con los dientes apretados y la mirada acusadora.
- ¡Jah! Se lo dije, la gallina de tres patas no miente.
- ¡Señoritas, por Merlín! -Interrumpió Trelawney, llevándose las manos a la cintura; al parecer, empezaba a enfadarse de verdad…pero no podían asegurarlo, nunca la habían visto molesta-. El noble arte de la adivinación no se les da a todos como a mí, puedo comprenderlo…lo supe desde el primer día que las vi llegar a mi clase, tan jóvenes y poco conocedoras del destino… ¡pero no por eso deben actuar de ese modo! ¡Solo causarán que se nuble el ojo interior de todos!
-Yo creo que los vaporcitos de este salón le empañan las gafas…eso debe ser lo que no la deja ver por ningún ojo -murmuró Coco; aquella vez, Perse tuvo que morderse medio puño para no prorrumpir en risas.
La clase siguió transcurriendo un poco más calmada, ambas amigas fingían mirar los cunchos de sus tasas y tomaban más té del necesario. A veinte minutos de salir, la profesora tubo la grandiosa idea de hacerlos practicar un rato con la bola de cristal, “Porque ella había visto que algúnos verían cosas reveladoras aquel día”; protestando un poco ambas amigas se inclinaron hacia la mesa y observaron aburridas la bola de cristal llena de absolutamente nada.
-Vamos, mis niños, ¡deben ver más allá! Concéntrense en el futuro, en conocer la verdad, ¡en ver su destino a trabes de la bola! No es simple, yo lo sé, pero pueden lograrlo si se esfuerzan…-Trelawney pasaba entre las mesas, intentando animar a sus estudiantes-. Podrían intentarlo, ¡tal y como hacen la señorita Blair y la señorita Tur…! -Entonces, guardó silencio. Todas las miradas giraron hacia las nombradas-. ¿S-señoritas…?
Segundos atrás ambas habían decidido que de seguir mirando la dichosa bola sin decir nada se dormirían, y lo más posible es que se intoxicaran con los olores del salón. Para aquel momento, Lizbeth tenía la bufanda amarrada en la cabeza, se había despeinado y movía los brazos de forma innecesariamente exagerada alrededor de la bola de cristal, mientras gritaba «Veeeeo, ¡Veeeeo!» sin dejar de mover los brazos. Frente a ella, Carol fingía entrar en transe, temblando de forma teatral y poniendo los ojos en blanco.
-V-veo…- murmuró Coco, sin dejar de torcer los ojos, sin que ninguna de las dos hubiera notado que ahora toda la clase las observaba.
- ¡Dime qué vez! ¡Debes decírmelo! ¡Es el ojo interior por el cual estás viendo, hija mía! -respondió Perse, elevando los brazos al cielo.
-Un… ¡una luz! -Coco fingió una sacudida severa.
- ¡Es la luz de la verdad, Carol! -Lizbeth le cogió el rostro en aquel momento-. VE HACIA LA LUZ CAROL, ¡VE HACIA LA LUZ!
- ¡Señorita Blair, señorita Turner, ya es suficiente!
Para el final de la clase de Adivinación lograron lo que creían nadie más había logrado ni porque decidiera jugar a tiro al blanco con las bolas de cristal. Sybill Trelawney las había castigado.
- ¿Qué crees que nos ponga a hacer? -preguntó la más alta, aún con la bufanda amarrada en la cabeza.
-No lo sé -Coco se encogió de hombros, tomando sus cosas para empezar a salir del salón-. Pero creo que deberíamos jugar fútbol con las bolas durante el castigo.
- ¿Y si le echamos veritaserum al té?
-O también Amortentia.
-Genial…oye mira, es Malfoy -un segundo golpe, esta vez, un manotazo en el brazo-. Vaya…el hurón de los cunchos de té no se equivoca.
- ¡Asombroso! ¿Y qué crees? La gallina de tres patas tampoco se equivoca-Carol entrecerró los ojos-. Otros cinco puntos menos.
- ¡Oh, vamos, Caaaaarol!
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LOL, sin palabras xDDD En el proximo nos castigan feo y los Slys nos ganan para no quedar Mary Sues(?)