Fueron los animales, los que no murieron ~
Título: Animal
Prompt: Animal... coff.
Personajes/Parejas: Asbjorn & Kevin.
Rating: No tengo idea, nunca supe hacer esto.
(Ahora me voy y no hago cut porque soy Kevin po')
LA WEÁ PARTE AQUÍ:
Me encanta que Asbjorn sea tan infiel y lo emparejen con mi alter ego.
Se encontraba en la tienda vegetariana preguntándose qué demonios esperaba Ludovik que comprara, si con suerte entendía el español hablado. Es decir, ¿cómo demonios podía diferenciar entre esos ciento noventa mil ochocientos cuarenta y dos tipos de semillas? La imagen de tanta gente delgada, claramente todos veganos o vegetarianos o como sea que se llamasen, le alteraba. Lo cierto es que había accedido a "dejar" ciertas cosas, y ahora comía ensalada y pescado a la plancha ante la atenta mirada de su novio, quien solía recalcarle que dentro de unos meses lo dejaría comiendo cosas sin ojos que no dieran sombra. "Estúpido -solía responder- ¿crees que lo hago por amor a tus amiguitos? Si fuera por mí, no comería nada, pero me conviene comer cosas hipocalóricas para no terminar como la vieja de la esquina." Muchas veces -la mayoría de hecho-, el pobre subnormal de su novio no lograba entender una sola palabra de lo que el otro decía, y simplemente contestaba a todo ese vómito de insultos contra su ideología con un "eres muy lindo" y seguía sonriendo.
Ahora, esto era distinto. Asbjorn se resignó... Jamás podría salir vivo de aquella tienda con tantas cosas extrañas de distintos colores y texturas... No, definitivamente tendría que ir al supermercado. No tenía ganas de hacer fila, y que nuevamente lo atendiera ese español despreocupado... No, otra vez no. Suspiró con cansancio y comenzó a caminar en dirección al lugar indicado, llegando en tan sólo unos minutos.
El entrar, el guardia lo miró algo impresionado. Nada del otro mundo. ¿A quién no le sorprendería ver a una bola de grasa caminando normalmente por un supermercado? Yo mismo me asombro de cómo puedo salir a diario de casa... -Pensó. Siguió caminando hasta llegar a una sección en donde vendían galletas de dieta, comenzando a leer los envoltorios.
Sacó de su bolsillo el papel en el que Ludovik había dejado las indicaciones que debía seguir para comprar.
-Ok, veamos... Nada de emulsionantes, creo. ¿Carragenina? Ah, claro, eso sí lo puede comer... Nada que tenga E seguido de un número extraño... Está bien, al parecer todo en orden. -Siguió leyendo, sin percatarse de que alguien lo seguía con la mirada, mientras avanzaba peligrosamente a sus espaldas.- ¡Qué demonios! Acá no sale nada de colorantes... ¿Cómo espera que sepa cuál de las dos cochinillas es la que no puede comer. Estúpido Ludovik, mejor será que...
No pudo seguir, pues notó la mirada divertida y curiosa del guardia a quien minutos antes había dejado atrás, el cual ahora le sonreía con sorna, de pie a su lado. La diferencia de estatura no era mucha, pero el otro era bastante más atlético y delgado que él, pensó.
-¿Qué tienes?- Preguntó el albino, desconfiando de aquel hombre que lo miraba con cara de psicópata en serie.
-¿Pa' qué leí lo' envase' de las galleta'? Si al final todos tienen la misma cuestión, ¿o tiene miedo de engordar acaso, princesa?
Lo pensó un momento antes de asimilar cuál sería la mejor forma de responder. -¿Disculpa?- Fue lo único que salió de su boca.
-Eso po'. ¿Erí uno de esos que lee las calorías y después vomita? Shaa... En serio, deberíai dejar de preocuparte por weás, la dura, hermano.
-Oye, no tengo idea de quién eres pero no tienes derecho de decirme lo que debo o no debo hacer. Y no, para tu información, no vomito lo que como... -Mintió.
-Mmm sí po', se nota. Porque se nota a leguas que no comí ni una weá.
-¿Te estás burlando de mí, animal?- Las palabras habían salido por sí solas, y es que cuando jugaban con su IMC o derivados, Asbjorn no podía contenerse. Casi podía ver la cara que ponía Ludovik y el discursito de 'Los animales son amigos, no puedes insultar en base a sus nombres o características, bla, bla, bla...'
-Calmación, loco. Si yo lo único que te dije es que erí flaquito, en buena, no te lo tomí así tampoco. Mira, si quieres te ayudo a buscar lo que veníai a comprar y todo buena onda. ¿Vale?
El más bajo lo miró con sus profundos ojos violeta, fijándose en la cálida mirada verdosa que poseía aquel ente extraño. Sonrió, asintiendo finalmente.
-Entonces, ¿qué buscamos?
Asbjorn le explicó la petición de su novio, y Kevin, que era el nombre del guardia, soltó una carcajada, comentándole que su ex novio era vegetariano y que si lo hubiera dicho antes se ahorraban toda la mala onda del principio. Finalmente, Asbjorn podía irse con las manos llenas de comida para su amor... Pero algo le inquietaba, sin embargo no iba a decirlo. Guardó silencio, y al salir del supermercado no miró a la cara a aquel peculiar guardia. Cogió el primer taxi que pasó por su lado, y fue entonces cuando se percató de que había un papel en su bolsa del supermercado.
No iba a decir que le había resultado atractivo aquel guardia de pelo largo y apariencia desharrapada...
Aunque no contaba con la astucia de Kevin.
"Te dejo mai namber, oye princeza: 9-6984XXX. Yamame kuando nesesití halluda xq aca ba a heztar hesperandote Kevin del fl0ow."
Rió un poco ante la mala ortografía en su propio idioma de aquel tipo, al momento que terminaba de guardar en la memoria de su celular el número de aquel personaje como 'Animal'.
Quién sabe... Aún le quedaban unos cuántos días de turista en ese país...
Y si le decía a Ludovik que iría a ver a un 'Animal', no pondría mucha resistencia.
Prompt: Animal... coff.
Personajes/Parejas: Asbjorn & Kevin.
Rating: No tengo idea, nunca supe hacer esto.
(Ahora me voy y no hago cut porque soy Kevin po')
LA WEÁ PARTE AQUÍ:
Me encanta que Asbjorn sea tan infiel y lo emparejen con mi alter ego.
Se encontraba en la tienda vegetariana preguntándose qué demonios esperaba Ludovik que comprara, si con suerte entendía el español hablado. Es decir, ¿cómo demonios podía diferenciar entre esos ciento noventa mil ochocientos cuarenta y dos tipos de semillas? La imagen de tanta gente delgada, claramente todos veganos o vegetarianos o como sea que se llamasen, le alteraba. Lo cierto es que había accedido a "dejar" ciertas cosas, y ahora comía ensalada y pescado a la plancha ante la atenta mirada de su novio, quien solía recalcarle que dentro de unos meses lo dejaría comiendo cosas sin ojos que no dieran sombra. "Estúpido -solía responder- ¿crees que lo hago por amor a tus amiguitos? Si fuera por mí, no comería nada, pero me conviene comer cosas hipocalóricas para no terminar como la vieja de la esquina." Muchas veces -la mayoría de hecho-, el pobre subnormal de su novio no lograba entender una sola palabra de lo que el otro decía, y simplemente contestaba a todo ese vómito de insultos contra su ideología con un "eres muy lindo" y seguía sonriendo.
Ahora, esto era distinto. Asbjorn se resignó... Jamás podría salir vivo de aquella tienda con tantas cosas extrañas de distintos colores y texturas... No, definitivamente tendría que ir al supermercado. No tenía ganas de hacer fila, y que nuevamente lo atendiera ese español despreocupado... No, otra vez no. Suspiró con cansancio y comenzó a caminar en dirección al lugar indicado, llegando en tan sólo unos minutos.
El entrar, el guardia lo miró algo impresionado. Nada del otro mundo. ¿A quién no le sorprendería ver a una bola de grasa caminando normalmente por un supermercado? Yo mismo me asombro de cómo puedo salir a diario de casa... -Pensó. Siguió caminando hasta llegar a una sección en donde vendían galletas de dieta, comenzando a leer los envoltorios.
Sacó de su bolsillo el papel en el que Ludovik había dejado las indicaciones que debía seguir para comprar.
-Ok, veamos... Nada de emulsionantes, creo. ¿Carragenina? Ah, claro, eso sí lo puede comer... Nada que tenga E seguido de un número extraño... Está bien, al parecer todo en orden. -Siguió leyendo, sin percatarse de que alguien lo seguía con la mirada, mientras avanzaba peligrosamente a sus espaldas.- ¡Qué demonios! Acá no sale nada de colorantes... ¿Cómo espera que sepa cuál de las dos cochinillas es la que no puede comer. Estúpido Ludovik, mejor será que...
No pudo seguir, pues notó la mirada divertida y curiosa del guardia a quien minutos antes había dejado atrás, el cual ahora le sonreía con sorna, de pie a su lado. La diferencia de estatura no era mucha, pero el otro era bastante más atlético y delgado que él, pensó.
-¿Qué tienes?- Preguntó el albino, desconfiando de aquel hombre que lo miraba con cara de psicópata en serie.
-¿Pa' qué leí lo' envase' de las galleta'? Si al final todos tienen la misma cuestión, ¿o tiene miedo de engordar acaso, princesa?
Lo pensó un momento antes de asimilar cuál sería la mejor forma de responder. -¿Disculpa?- Fue lo único que salió de su boca.
-Eso po'. ¿Erí uno de esos que lee las calorías y después vomita? Shaa... En serio, deberíai dejar de preocuparte por weás, la dura, hermano.
-Oye, no tengo idea de quién eres pero no tienes derecho de decirme lo que debo o no debo hacer. Y no, para tu información, no vomito lo que como... -Mintió.
-Mmm sí po', se nota. Porque se nota a leguas que no comí ni una weá.
-¿Te estás burlando de mí, animal?- Las palabras habían salido por sí solas, y es que cuando jugaban con su IMC o derivados, Asbjorn no podía contenerse. Casi podía ver la cara que ponía Ludovik y el discursito de 'Los animales son amigos, no puedes insultar en base a sus nombres o características, bla, bla, bla...'
-Calmación, loco. Si yo lo único que te dije es que erí flaquito, en buena, no te lo tomí así tampoco. Mira, si quieres te ayudo a buscar lo que veníai a comprar y todo buena onda. ¿Vale?
El más bajo lo miró con sus profundos ojos violeta, fijándose en la cálida mirada verdosa que poseía aquel ente extraño. Sonrió, asintiendo finalmente.
-Entonces, ¿qué buscamos?
Asbjorn le explicó la petición de su novio, y Kevin, que era el nombre del guardia, soltó una carcajada, comentándole que su ex novio era vegetariano y que si lo hubiera dicho antes se ahorraban toda la mala onda del principio. Finalmente, Asbjorn podía irse con las manos llenas de comida para su amor... Pero algo le inquietaba, sin embargo no iba a decirlo. Guardó silencio, y al salir del supermercado no miró a la cara a aquel peculiar guardia. Cogió el primer taxi que pasó por su lado, y fue entonces cuando se percató de que había un papel en su bolsa del supermercado.
No iba a decir que le había resultado atractivo aquel guardia de pelo largo y apariencia desharrapada...
Aunque no contaba con la astucia de Kevin.
"Te dejo mai namber, oye princeza: 9-6984XXX. Yamame kuando nesesití halluda xq aca ba a heztar hesperandote Kevin del fl0ow."
Rió un poco ante la mala ortografía en su propio idioma de aquel tipo, al momento que terminaba de guardar en la memoria de su celular el número de aquel personaje como 'Animal'.
Quién sabe... Aún le quedaban unos cuántos días de turista en ese país...
Y si le decía a Ludovik que iría a ver a un 'Animal', no pondría mucha resistencia.